«Resulta que se nos daba bien prensar y diseñar, pero los dos somos personas muy detallistas y trabajamos mucho cuando algo nos apasiona. Tener un jardÃn bonito era algo que nos encantaba y que más tarde nos convirtió en artistas que trabajaban con flores prensadas. Fue un poco al azar, pero probamos algo nuevo y nos gustó lo suficiente como para seguir trabajando en ello».
Empezaron prensando ramos de novia para conservarlos como recuerdo del enlace. RecogÃan los ramos que se tiraban, hacÃan sus creaciones y luego se las mostraban a los floristas de la zona para que estos las ofrecieran como un servicio más a las futuras novias. Y asà empezó una colaboración con pequeñas empresas locales que no han abandonado desde entonces ni quieren dejar.
Para esta pareja de artistas florares hay muchas razones para ello. La primera, la relación directa con los invernaderos que cultivan las flores que no crecen en su jardÃn y con las que trabajan. Además, al recurrir a productores de su zona, apoyan y sostienen la economÃa local. A ello se suma que las prácticas de cultivo de estos pequeños productores suelen ser más sostenible que las de grandes explotaciones internacionales. Las flores son más frescas y duraderas porque se cosechan más cerca de la fecha de compra y cultivan variedades de flores únicas y autóctonas que no suelen encontrarse en grandes explotaciones.
«Si intentáramos hacer un patrón para este estilo, cambiarÃa muy pronto al empezar a pegarlas. Las flores se desplazarÃan, se moverÃan milÃmetros, y esto harÃa que cambiara el diseño, asà que diseñamos a medida que pegamos, y pegamos a medida que diseñamos», describen su proceso creativo. «Colocamos las flores sobre la marcha y las movemos constantemente antes de pegarlas. Las cosas se modifican y se mueven continuamente. A veces diseñamos una sección de flores que nos parece adecuada, pegamos algunas, pero luego quitamos un ramo para sustituirlo por otras flores de diferente color o forma».
Y todo sin prisa, dejando que el collage se vaya formando. Verlos trabajar transmite calma, tranquilidad. «Nuestra filosofÃa de vida es vivir de forma sencilla y mÃnima. No nos gusta el desorden, el derroche ni los objetos inútiles». Por eso reutilizan todo el material que pueden con el fin de generar los menos residuos posibles.
Las estaciones marcan la variedad de los diseños, aunque este año, cuentan, están haciendo algo diferente. «Estamos recogiendo flores cada temporada de cinco pequeños e increÃbles invernaderos. Las prensaremos durante todas las estaciones y, cuando hayamos recogido y prensado las últimas flores (a finales de otoño), crearemos piezas que representen a cada uno de ellos. Ese lanzamiento tendrá lugar en la primavera de 2024. Asà que esperaremos y esperaremos hasta que las estaciones hayan dado a esas granjas la calidad y diversidad que necesitan y, por tanto, lo que nosotros necesitamos para hacer una pieza única».
«Resulta que se nos daba bien prensar y diseñar, pero los dos somos personas muy detallistas y trabajamos mucho cuando algo nos apasiona. Tener un jardÃn bonito era algo que nos encantaba y que más tarde nos convirtió en artistas que trabajaban con flores prensadas. Fue un poco al azar, pero probamos algo nuevo y nos gustó lo suficiente como para seguir trabajando en ello».
Empezaron prensando ramos de novia para conservarlos como recuerdo del enlace. RecogÃan los ramos que se tiraban, hacÃan sus creaciones y luego se las mostraban a los floristas de la zona para que estos las ofrecieran como un servicio más a las futuras novias. Y asà empezó una colaboración con pequeñas empresas locales que no han abandonado desde entonces ni quieren dejar.
Para esta pareja de artistas florares hay muchas razones para ello. La primera, la relación directa con los invernaderos que cultivan las flores que no crecen en su jardÃn y con las que trabajan. Además, al recurrir a productores de su zona, apoyan y sostienen la economÃa local. A ello se suma que las prácticas de cultivo de estos pequeños productores suelen ser más sostenible que las de grandes explotaciones internacionales. Las flores son más frescas y duraderas porque se cosechan más cerca de la fecha de compra y cultivan variedades de flores únicas y autóctonas que no suelen encontrarse en grandes explotaciones.
«Si intentáramos hacer un patrón para este estilo, cambiarÃa muy pronto al empezar a pegarlas. Las flores se desplazarÃan, se moverÃan milÃmetros, y esto harÃa que cambiara el diseño, asà que diseñamos a medida que pegamos, y pegamos a medida que diseñamos», describen su proceso creativo. «Colocamos las flores sobre la marcha y las movemos constantemente antes de pegarlas. Las cosas se modifican y se mueven continuamente. A veces diseñamos una sección de flores que nos parece adecuada, pegamos algunas, pero luego quitamos un ramo para sustituirlo por otras flores de diferente color o forma».
Y todo sin prisa, dejando que el collage se vaya formando. Verlos trabajar transmite calma, tranquilidad. «Nuestra filosofÃa de vida es vivir de forma sencilla y mÃnima. No nos gusta el desorden, el derroche ni los objetos inútiles». Por eso reutilizan todo el material que pueden con el fin de generar los menos residuos posibles.
Las estaciones marcan la variedad de los diseños, aunque este año, cuentan, están haciendo algo diferente. «Estamos recogiendo flores cada temporada de cinco pequeños e increÃbles invernaderos. Las prensaremos durante todas las estaciones y, cuando hayamos recogido y prensado las últimas flores (a finales de otoño), crearemos piezas que representen a cada uno de ellos. Ese lanzamiento tendrá lugar en la primavera de 2024. Asà que esperaremos y esperaremos hasta que las estaciones hayan dado a esas granjas la calidad y diversidad que necesitan y, por tanto, lo que nosotros necesitamos para hacer una pieza única».