El fotolibro revive y los espaƱoles tienen mucho que ver con ello
”Yorokobu gratis en formato digital!
āThe photobook is here to stayā. El fotolibro ha llegado para quedarse. Lo dice Martin Parr a su paso por Madrid, donde ha venido a presentar Los inconformistas, su libro nĆŗmero 65. Nada del otro mundo, comparado con los 12.000 volĆŗmenes que guarda, religiosamente ordenados por paĆses, en su casa de Bristol. āHemos asistido a un retorno del fotolibro en la Ćŗltima dĆ©cada y eso continuarĆ”. Cada vez mĆ”s personas estĆ”n entusiasmadas con los fotolibrosā, asegura Parr, que en su frase usa ārevivalā, una palabra que rezuma nostalgia.
El gurú del género no es el único que augura larga vida al fotolibro. Horacio FernÔndez, comisario y director de PhotoEspaña entre 2004 y 2006, se expresa con palabras idénticas.
āEl fotolibro ha llegado para quedarseā, afirma desde una mesa del CafĆ© Comercial, un lugar histórico para las tertulias. āDeja-vuā, como dirĆa Ralph Gibson. āHoy asistimos a una bĆŗsqueda de pĆŗblico y de comunicación por parte de los fotógrafos. Antes solo habĆa una vĆa comercial para mostrar las fotos: las revistas y la publicidad. Esta generación ha intentado hacer visible su trabajo de otra forma, con fotolibros, fanzines⦠Seguramente habrĆ” una bajada, siempre hay subidas y bajadas en la montaƱa rusa del arte, como en los aƱos 80 y 90, cuando casi no se producĆan fotolibros, y eso que se hacĆan cosas de mucha calidadā, matiza Horacio.
āLibros de fotografĆa se han hecho desde que la tecnologĆa lo permitió. Lo que sucede ahora es que se les estĆ” dando mĆ”s protagonismo y se estĆ”n viendo las posibilidades de este medioā. Palabra de Eloi Gimeno, el diseƱador que ha contribuido a crearĀ Karma, de Ćscar Monzón, considerado el mejor primer fotolibro del aƱo en Paris Photo 2013. āEl libro se quedarĆ”, pero posiblemente el interĆ©s de coleccionistas y de personas dispuestas a pagar grandes cantidades de dinero por libros nuevos acabarĆ” desapareciendo. Como en todo, el tiempo pone las cosas en su sitioā, aƱade Eloi.
El libro de Ćscar Monzón ha sido coeditado por la francesa RVB y por Dalpine, una distribuidora de libros online que ha contribuido de forma decisiva a impulsar la cultura de los fotolibro en EspaƱa. āEs una tendencia que ha ido afianzĆ”ndose a lo largo de varios aƱos. Los fotógrafos confĆan cada vez mĆ”s en este formato para dar a conocer su trabajo y que este llegue a un pĆŗblico mĆ”s amplioā, reflexionan los fundadores, JosĆ© Manuel SuĆ”rez y Sonia Berger.
El interĆ©s por el fotolibro se extiende por Europa y los espaƱoles se estĆ”n llevando una buena tajada. AdemĆ”s de Karma, el libro de Carlos Spottorno, The Pigs, acaba de recibir el Photobook Award 2013 al mejor libro de fotografĆa del aƱo en Kassel, Alemania.
āThe Pigs es una obra con fuerte contenido polĆtico. No es un asunto ni personal ni poĆ©tico. Yo utilizo todas las herramientas que mejor domino -la fotografĆa, el diseƱo y la comunicación de masas- para hacer activismo polĆtico, para analizar la deriva histórica de los nĆŗcleos de poder, la manipulación periodĆstica y los estereotipos. Y por supuesto, para invitar a la autocrĆtica. Porque a pesar de todo, no todo es culpa de los demĆ”sā, explica Spottorno.
No es el primer aƱo que los fotógrafos espaƱoles llaman la atención de crĆticos y expertos internacionales. En 2012, tambiĆ©n lo lograron Cristina de Middel y JuliĆ”n Barón. Ambos quedaron finalistas en Paris Photo. The afronauts, que tambiĆ©n fue nominado para la prestigiosa Deutsche Bƶrse, se agotó en dos meses y sus ejemplares llegaron a costar 2.000 dólares en eBay, un ejemplo de la locura que puede llegar a desatar la autoedición bien empleada. Hoy el nombre de Cristina estĆ” muy cotizado. En 2012 llegó a hacer 25 exposiciones en toda Europa y periódicos como el New York Times y The Guardian han confiado en ella.
C.E.N.S.U.R.A., de JuliĆ”n Barón, tambiĆ©n se ha convertido en un libro de referencia internacional aunque su autor no canta victoria para la industria. āEs cierto, se puede decir que son buenas noticias. Pero es pronto para hacer balance, todavĆa queda mucho camino por recorrerā, asegura Barón.
ĀæEstamos antes un momento dulce de la fotografĆa espaƱola? āAgridulce, dirĆa yo. Es muy difĆcil trabajar en estas circunstancias, tanto para los propios fotógrafos como para los que estamos a su servicio, es decir los editores, diseƱadores, comisarios, crĆticos… Por otro lado, es maravilloso ver que vale la pena y que hay tanto reconocimiento internacional para lo que se crea en este paĆsā, seƱala Moritz Neumüller, responsable del MĆ”ster de FotografĆa de Autor del IED.
āDonde yo vivo no hay demasiada dulzura. Todo es trabajo, trabajo, trabajo y pocos resultados satisfactorios a todos los niveles. En EspaƱa se ha derrotado la cultura, la educación, lo socialā, apunta Barón con cierto desconsuelo. āSi algo hay aquĆ es temperamento, cabezonerĆa y capacidad de sacrificio. Es un topicazo, pero creo que se nota en el resultado de los proyectos de muchos fotógrafos espaƱolesā, agrega Monzón. Es la visión desde dentro de los que no han parado de trabajar en la Ćŗltima dĆ©cada, ālos eternos caminantesā, como algunos definen a los fotógrafos de Blank Paper, un colectivo que acaba de cumplir 10 aƱos.
Entre ellos estĆ” Ricardo Cases, que con su Paloma al aireĀ ha removido la fotografĆa espaƱola dentro y fuera de nuestro paĆs. Su trabajo sobre el culto evangĆ©lico en los EE UU ha sido aclamado porĀ Time LightBox.
Sin olvidar a Antonio Xoubanova, cuyo Casa de CampoĀ ha sido publicado por Mack, la prestigiosa editorial britĆ”nica. āPara mĆ ha sido una muy buena experiencia trabajar con un editor que ha hecho muchos de mis libros favoritos. He aprendido muchas cosas y le han dado muy buena visibilidad al trabajo. Es el mejor contexto que podĆa tener. Esto te anima a seguir trabajandoā, seƱala Xoubanova.
No son los Ćŗnicos. El colectivo NoPhoto es otro ejemplo de “cabezonerĆa”, por citar las palabras de Monzón. Sin embargo, el balance que hace uno de sus fundadores es mĆ”s optimista. āEra mas fĆ”cil de lo que parecĆa, solo habĆa que conseguir que los buenos fotógrafos que siempre ha habido se atrevieran a salir fuera a enseƱar lo que estaban haciendoā. AsĆ explica Juan Valbuena el reconocimiento internacional que por fin ha llegado a los autores espaƱoles.
āDesde finales de los 90, hay circunstancias que han ayudado de un modo evidente y que han creado una pequeƱa red local en torno a la fotografĆa, formada por festivales, colectivos, instituciones, comisarios, galerĆas, editoriales, escuelas, librerĆas y consumidores. Para mĆ solo falta una buena revista de tirada nacional con un buen editor grĆ”fico y un par de crĆticos. De ese modo, ya estarĆamos todos y nos podrĆamos poner a crecerā, aƱade Valbuena, que este aƱo ha lanzado Phree, una editorial āespecializada en fotografĆa documental en primera personaā.
āAquĆ estĆ” llegando ahora lo que en otros paĆses empezó hace muchos aƱos. En EspaƱa ha habido un fuerte retraso cultural por el paternalismo de las instituciones. Pero hay otro elemento: si los espaƱoles estĆ”n triunfando es porque no han parado de trabajar en la Ćŗltima dĆ©cadaā, alega Fosi Vegue, director de la escuela Blank Paper.
Txema Salvans, ganador del tercer Concurso Fotolibro Iberoamericano de la editorial mexicana RM con The waiting game,Ā atribuye ese ādescubrimientoā de la fotografĆa espaƱola a varios factores: una nueva generación de fotógrafos jóvenes, que dominan la tecnologĆa y son capaces de enviar fuera los trabajos; y el hecho de que la idea del proyecto como trabajo fotogrĆ”fico se ha instaurado de una manera definitiva. Expertos receptivos y amantes del fotolibro, como Martin Parr, han hecho el resto. āEstĆ” claro que se estĆ” alimentando un caldo de cultivo y una forma de ver las imĆ”genes totalmente nueva y eso provoca la creación de nuevos proyectosā, resume Fosi Vegue.
A todo esto se ha sumado el tema de la crisis en EspaƱa. āNos ha dado visibilidad en otros paĆses, aunque no sea por lo que nos gustarĆa. Y ahora cuando ves un proyecto sobre EspaƱa hecho por espaƱoles, ya te interesa. Pero este es otro asunto. Por fin los espaƱoles hemos empezado a fotografiar lo propio. Excepto Cristina GarcĆa Rodero y unos pocos mĆ”s, en general casi no habĆa trabajos sobre el territorio. Y al final estos proyectos acaban teniendo mucha fuerzaā, seƱala Salvans. āLo que estĆ” triunfando es el libro espaƱol con mucho carĆ”cter y con un lenguaje propio, como los de Cristóbal Hara. Este es el paĆs de BuƱuel y de Ortega y Gasset: lo hemos mamado y ahora lo vomitamosā, analiza Vegue.
El resultado se refleja en una amplia producción de libros. āCuando dirigĆ PhotoEspaƱa, era difĆcil encontrar a fotógrafos jóvenes con proyectos interesantes. Pero a partir de 2009, la cosa explota. El próximo 17 de diciembre inauguro una exposición de fotolibros en el Reina SofĆa y muchos (y buenos) estĆ”n hechos por espaƱoles entre 2009 y 2013ā, afirma Horacio FernĆ”ndez. āUna vez mĆ”s corroboro que las crisis son buenas para la creaciónā, bromea.
Su anĆ”lisis mordaz va mĆ”s allĆ”: āAhora seguramente tendremos una sobredosis de reconocimiento a esta generación. Veremos festivales dedicados a la fotografĆa espaƱola y a curadores rancios que intentarĆ”n apuntarse el mĆ©ritoā, asegura Horacio. Por supuesto, no se refiere a la exposición sobre fotografĆa espaƱola que se inauguró el 13 diciembre en Le Bal, en ParĆs. Un homenaje a Ricardo Cases, Antonio Xoubanova, Aleix Plademunt y Ćscar Monzón.
āLo que hay ahora mismo en EspaƱa son fotógrafos y artistas con mucho talento, que han sabido encontrar imĆ”genes que interesan al pĆŗblico. La clave estĆ” en las personas, en la calidad de sus miradas y en su capacidad de superar las dificultades. Es el caso de Ricardo Cases, JuliĆ”n Barón, la gente de Nophoto⦠Es una generación brillante, que todavĆa tiene mucho que dar de sĆ y que seguramente formarĆ” a la siguiente generaciónā, seƱala Horacio. āEs una respuesta espontĆ”nea y desde abajo que perderĆ” toda la fuerza e interĆ©s cuando se fagocite. Nos estĆ”n comprandoā, advierte Eloi Gimeno.
La palabra crisis se repite una y otra vez en el discurso de fotógrafos y comisarios. āPor un lado la crisis nos ha obligado a salir fuera de EspaƱa para encontrar algo de reconocimiento y espacio de crecimiento, ya que EspaƱa estĆ” en un momento muy delicado desde el punto de vista de la cultura. Eso no ha sido fĆ”cil para todo el mundo, porque cuando no se tiene trabajo ni dinero, es complicado participar en el juego internacional, que es caro y exigenteā, seƱala Spottorno. āPor otro lado la crisis nos ha hecho detenernos a reflexionar. Hay mucha gente fotografiando este momento tan peculiar, lo que de alguna manera genera un ācorpusā que en algĆŗn momento deberĆ” ser estudiadoā, aƱade.
Horacio FernÔndez cuenta que en Gran Bretaña el arte después del pop art tuvo una etapa ruinosa durante mucho tiempo, al igual que la literatura y el cine. Una tendencia que se rompió en la época de Thatcher, cuando hubo una explosión de creatividad.
āOtro ejemplo es Holanda, donde no se hace arte plĆ”stico de calidad desde hace mucho tiempo. Lo han matado las subvenciones. Todos los aƱos los artistas tienen la obligación de entregar al Estado una obra de arte, que se acumulan porque nadie las quiere: ni siquiera los hospitales o las empresas como meros objetos decorativos. ĀæPor quĆ©? Porque son malas. Hoy cuesta trabajo nombrar a un solo artista holandĆ©s decente. El mundo de las subvenciones crea monitos amaestrados. Y las crisis eliminan estas figuras: gana el que resiste, el que tiene mĆ”s cosas que decirā, asegura.
āAunque siempre es delicado relacionar crisis y creatividad, lo cierto es que en muchos aspectos es directamente proporcional. La necesidad de opinar, de comunicar posiciones respecto a la situación social es mĆ”s acuciante. Parece natural que se multipliquen las propuestas y que el contexto actual sea un escenario recurrenteā, destaca Alejandro Castellote, curador independiente y director del MĆ”ster Latinoamericano de FotografĆa en el Centro de la Imagen de Lima.
āLa crisis y los despidos en medios de comunicación, periódicos en su mayorĆa, han provocado que fotógrafos que llevaban mucho tiempo experimentando con la fotografĆa en sus huecos libres, hayan podido dedicar todo su tiempo y energĆas a profundizar en la fotografĆaā, asegura Olmo GonzĆ”lez, fotógrafo y apasionado del gĆ©nero. Ejemplo de esto son Ćscar Monzón y Antonio Xoubanova, que antes de trabajar por cuenta ajena estuvieron en El Mundo. āUn dĆa me llamaron por telĆ©fono y me dijeron que no iba a trabajar mĆ”s, y eso fue todo. A la postre puedo decir que es el mayor favor que me han hecho nunca, porque gracias a esto he podido dedicar a mi proyecto el tiempo que necesitabaā, cuenta Ćscar.
Pero ĀæquĆ© futuro le espera al fotolibro? EstĆ” claro que la autoedición ha contribuido a su crecimiento y difusión. Es un hecho que la mayorĆa de los libros que aparecen en las listas internacionales de lo mejor del aƱo son autopublicados. ĀæEs el camino lógico en estĆ” dĆ©cada?
āEs una consecuencia de la informĆ”tica. La facilidad de los programas de edición y de impresión simplifican la autoediciónā, seƱala Horacio FernĆ”ndez. āLos formalistas decĆan que las nuevas tĆ©cnicas crean nuevas formas artĆsticas al cabo de un tiempo. Es un juguete muy bueno y es lógico que se produzcan libros derivados de estas tĆ©cnicas. Luego habrĆ” que limpiar. El tiempo se ocuparĆ” de eso y el propio artista tambiĆ©n, comparando su libro con el de otrosā.
Los fundadores del Photobook Club de Madrid, que organizan varias actividades mensuales para fomentar la cultura del fotolibro, creen que hay un exceso de autopublicaciones. āEs por falta de cómplices que asuman riesgos y faciliten el camino, que conozcan el medio, no solo la parte tĆ©cnica, sino todos los procesos a posteriori: la distribución, la difusión y promoción del libro. Un sĆntoma de todo eso es el Ć©xito reciente en los premios europeos de fotolibros hechos por fotógrafos, editores y diseƱadores espaƱoles. Estos libros son publicados, distribuidos y promocionados por editoriales de fuera de EspaƱa o en coediciones, lo cual da cierta esperanzaā.
Para Olmo GonzĆ”lez, es bastante probable que se conviertan en objetos de coleccionista, con tiradas cortas y caras. āPero siempre habrĆ” espacio para libros accesibles en cuanto a precio, y seguramente la tendencia sea hacerlos accesibles tambiĆ©n en cuanto al contenido. Ahora mismo llaman la atención internacional libros de fotografĆa cuyo lenguaje queda bastante alejado de la poblaciónā, asegura.
Y aquĆ estĆ” el quid de la cuestión: la endogamia de un soporte que muchas veces no consigue salir del mismo cĆrculo de siempre. āHay libros hechos por fotógrafos para fotógrafos, comisarios, galerĆas o festivalesā, advierte Fosi Vegue. āCada vez pienso mĆ”s que la fotografĆa deberĆa ser un grito contra todo lo que estĆ” pasando en el mundo. Para mĆ el paradigma sigue siendo Oliviero Toscani con sus vallas publicitarias y su capacidad de comunicarse con todo el mundo. O como Ai Weiwei, aquel fotógrafo chino que usa la fotografĆa como arma polĆtica y se arriesga muchoā, aƱade.
Salir de esa endogamia parece haberse convertido en una necesidad para algunas personas del medio, como Juan Valbuena. āEs lo que PHREE intenta con cada libro que hacemos. Por eso reivindicamos el papel de la fotografĆa documental en papel. Creemos que la foto que maneja como referente una realidad tiene códigos compartidos con mĆ”s personas y, por tanto, puede comunicar mejor y ser mĆ”s relevanteā.
JuliĆ”n Barón tambiĆ©n cree que es importante trabajar en este sentido. āLo hago todos los dĆas, sin descanso. Una de las estrategias para que nuestra visión del mundo a travĆ©s de la imagen llegue a mas pĆŗblico es la educación y que no existan trabas para el acceso a la cultura. Sin educación estamos muertosā, apunta. āTendrĆa que haber una gran enciclopedia y libros de fotografĆa en todos los colegios y las bibliotecas. Porque a veces llega mĆ”s una foto que muchas pĆ”ginas de libros de historiaā, aƱade Fosi Vegue.
El Ć©xito de un fotolibro no depende tanto de las ventas, sino de la intención con la que se crea la obra. āPor ejemplo, si yo hago un libro con fotos de la boda de mi hermano, lo considero un Ć©xito si le gusta a los novios y serĆa un exitazo si le gusta a toda la familia. Si, en cambio, lo que se persigue es hacer un superventas, habrĆa que utilizar un lenguaje mĆ”s asequible y no quejarse de que la gente no te entiendeā, seƱala el Photobook Club Madrid.
Hay quien cree que una feria del fotolibro ayudarĆa a afianzar este gĆ©nero, una carencia queĀ FIEBRE,Ā organizada por la escuela Blank Paper, intenta suplir. Otros, como Valbuena, vislumbran āun futuro hĆbrido, con productos en papel que tengan continuidad en pantallas, tipo web asociadas con información ampliada, y al revĆ©sā. Y por quĆ© no, un fotolibro digital que dialogue e interactĆŗe con las tabletas. āYa hay algunos artistas que utilizan códigos QR para que puedas escuchar una entrevista mientras miras el libro. Pero los QR son muy feos y tecnológicamente obsoletos. SerĆ”n sustituidos por otros códigos mas inteligentesā, prevĆ© Moritz Neumüller.
āMe gusta pensar que en un futuro serĆ” posible hacer tiradas de 10.000 ejemplares. Esto bajarĆa los costes de producción y los preciosā, seƱala Xoubanova. Hoy las tiradas de los fotolibros van desde los 100 ejemplares a los 4.000, en el mejor de los casos. Del libro de Salvans se han hecho 2.000 ejemplares. āĀæTĆŗ te imaginas 2.000 ejemplares en un cómic, en un libro de niƱos, en literatura? SerĆa un negocio ruinosoā, dice el autor, que acepta que no todo el mundo puede conectar con este lenguaje.
āNosotros de alguna manera somos frikis en eso de la fotografĆa. La porción de personas que se interesan por nuestro trabajo aĆŗn es muy pequeƱa (ā¦) Pero yo no me siento solo en este mundo, ni necesito a mĆ”s gente a mi alrededor. Nunca he estado tan bien como ahora. Estamos en el mejor de los momentosā, aƱade Salvans.
ĀæEntonces podemos jubilar el concepto de foto Ćŗnica y de instante decisivo? āHoy las fotos tienen mĆ”s sentido como series. Eso ayuda a solucionar el problema clĆ”sico de la fotografĆa con el tiempo, porque una foto solo muestra un instante congelado. El cine superó este escollo a la perfección, con la sucesión de imĆ”genes y un discurso. Los fotolibros son hoy lo que en su dĆa fue el cineā, concluye Horacio FernĆ”ndez.
”Yorokobu gratis en formato digital!
āThe photobook is here to stayā. El fotolibro ha llegado para quedarse. Lo dice Martin Parr a su paso por Madrid, donde ha venido a presentar Los inconformistas, su libro nĆŗmero 65. Nada del otro mundo, comparado con los 12.000 volĆŗmenes que guarda, religiosamente ordenados por paĆses, en su casa de Bristol. āHemos asistido a un retorno del fotolibro en la Ćŗltima dĆ©cada y eso continuarĆ”. Cada vez mĆ”s personas estĆ”n entusiasmadas con los fotolibrosā, asegura Parr, que en su frase usa ārevivalā, una palabra que rezuma nostalgia.
El gurú del género no es el único que augura larga vida al fotolibro. Horacio FernÔndez, comisario y director de PhotoEspaña entre 2004 y 2006, se expresa con palabras idénticas.
āEl fotolibro ha llegado para quedarseā, afirma desde una mesa del CafĆ© Comercial, un lugar histórico para las tertulias. āDeja-vuā, como dirĆa Ralph Gibson. āHoy asistimos a una bĆŗsqueda de pĆŗblico y de comunicación por parte de los fotógrafos. Antes solo habĆa una vĆa comercial para mostrar las fotos: las revistas y la publicidad. Esta generación ha intentado hacer visible su trabajo de otra forma, con fotolibros, fanzines⦠Seguramente habrĆ” una bajada, siempre hay subidas y bajadas en la montaƱa rusa del arte, como en los aƱos 80 y 90, cuando casi no se producĆan fotolibros, y eso que se hacĆan cosas de mucha calidadā, matiza Horacio.
āLibros de fotografĆa se han hecho desde que la tecnologĆa lo permitió. Lo que sucede ahora es que se les estĆ” dando mĆ”s protagonismo y se estĆ”n viendo las posibilidades de este medioā. Palabra de Eloi Gimeno, el diseƱador que ha contribuido a crearĀ Karma, de Ćscar Monzón, considerado el mejor primer fotolibro del aƱo en Paris Photo 2013. āEl libro se quedarĆ”, pero posiblemente el interĆ©s de coleccionistas y de personas dispuestas a pagar grandes cantidades de dinero por libros nuevos acabarĆ” desapareciendo. Como en todo, el tiempo pone las cosas en su sitioā, aƱade Eloi.
El libro de Ćscar Monzón ha sido coeditado por la francesa RVB y por Dalpine, una distribuidora de libros online que ha contribuido de forma decisiva a impulsar la cultura de los fotolibro en EspaƱa. āEs una tendencia que ha ido afianzĆ”ndose a lo largo de varios aƱos. Los fotógrafos confĆan cada vez mĆ”s en este formato para dar a conocer su trabajo y que este llegue a un pĆŗblico mĆ”s amplioā, reflexionan los fundadores, JosĆ© Manuel SuĆ”rez y Sonia Berger.
El interĆ©s por el fotolibro se extiende por Europa y los espaƱoles se estĆ”n llevando una buena tajada. AdemĆ”s de Karma, el libro de Carlos Spottorno, The Pigs, acaba de recibir el Photobook Award 2013 al mejor libro de fotografĆa del aƱo en Kassel, Alemania.
āThe Pigs es una obra con fuerte contenido polĆtico. No es un asunto ni personal ni poĆ©tico. Yo utilizo todas las herramientas que mejor domino -la fotografĆa, el diseƱo y la comunicación de masas- para hacer activismo polĆtico, para analizar la deriva histórica de los nĆŗcleos de poder, la manipulación periodĆstica y los estereotipos. Y por supuesto, para invitar a la autocrĆtica. Porque a pesar de todo, no todo es culpa de los demĆ”sā, explica Spottorno.
No es el primer aƱo que los fotógrafos espaƱoles llaman la atención de crĆticos y expertos internacionales. En 2012, tambiĆ©n lo lograron Cristina de Middel y JuliĆ”n Barón. Ambos quedaron finalistas en Paris Photo. The afronauts, que tambiĆ©n fue nominado para la prestigiosa Deutsche Bƶrse, se agotó en dos meses y sus ejemplares llegaron a costar 2.000 dólares en eBay, un ejemplo de la locura que puede llegar a desatar la autoedición bien empleada. Hoy el nombre de Cristina estĆ” muy cotizado. En 2012 llegó a hacer 25 exposiciones en toda Europa y periódicos como el New York Times y The Guardian han confiado en ella.
C.E.N.S.U.R.A., de JuliĆ”n Barón, tambiĆ©n se ha convertido en un libro de referencia internacional aunque su autor no canta victoria para la industria. āEs cierto, se puede decir que son buenas noticias. Pero es pronto para hacer balance, todavĆa queda mucho camino por recorrerā, asegura Barón.
ĀæEstamos antes un momento dulce de la fotografĆa espaƱola? āAgridulce, dirĆa yo. Es muy difĆcil trabajar en estas circunstancias, tanto para los propios fotógrafos como para los que estamos a su servicio, es decir los editores, diseƱadores, comisarios, crĆticos… Por otro lado, es maravilloso ver que vale la pena y que hay tanto reconocimiento internacional para lo que se crea en este paĆsā, seƱala Moritz Neumüller, responsable del MĆ”ster de FotografĆa de Autor del IED.
āDonde yo vivo no hay demasiada dulzura. Todo es trabajo, trabajo, trabajo y pocos resultados satisfactorios a todos los niveles. En EspaƱa se ha derrotado la cultura, la educación, lo socialā, apunta Barón con cierto desconsuelo. āSi algo hay aquĆ es temperamento, cabezonerĆa y capacidad de sacrificio. Es un topicazo, pero creo que se nota en el resultado de los proyectos de muchos fotógrafos espaƱolesā, agrega Monzón. Es la visión desde dentro de los que no han parado de trabajar en la Ćŗltima dĆ©cada, ālos eternos caminantesā, como algunos definen a los fotógrafos de Blank Paper, un colectivo que acaba de cumplir 10 aƱos.
Entre ellos estĆ” Ricardo Cases, que con su Paloma al aireĀ ha removido la fotografĆa espaƱola dentro y fuera de nuestro paĆs. Su trabajo sobre el culto evangĆ©lico en los EE UU ha sido aclamado porĀ Time LightBox.
Sin olvidar a Antonio Xoubanova, cuyo Casa de CampoĀ ha sido publicado por Mack, la prestigiosa editorial britĆ”nica. āPara mĆ ha sido una muy buena experiencia trabajar con un editor que ha hecho muchos de mis libros favoritos. He aprendido muchas cosas y le han dado muy buena visibilidad al trabajo. Es el mejor contexto que podĆa tener. Esto te anima a seguir trabajandoā, seƱala Xoubanova.
No son los Ćŗnicos. El colectivo NoPhoto es otro ejemplo de “cabezonerĆa”, por citar las palabras de Monzón. Sin embargo, el balance que hace uno de sus fundadores es mĆ”s optimista. āEra mas fĆ”cil de lo que parecĆa, solo habĆa que conseguir que los buenos fotógrafos que siempre ha habido se atrevieran a salir fuera a enseƱar lo que estaban haciendoā. AsĆ explica Juan Valbuena el reconocimiento internacional que por fin ha llegado a los autores espaƱoles.
āDesde finales de los 90, hay circunstancias que han ayudado de un modo evidente y que han creado una pequeƱa red local en torno a la fotografĆa, formada por festivales, colectivos, instituciones, comisarios, galerĆas, editoriales, escuelas, librerĆas y consumidores. Para mĆ solo falta una buena revista de tirada nacional con un buen editor grĆ”fico y un par de crĆticos. De ese modo, ya estarĆamos todos y nos podrĆamos poner a crecerā, aƱade Valbuena, que este aƱo ha lanzado Phree, una editorial āespecializada en fotografĆa documental en primera personaā.
āAquĆ estĆ” llegando ahora lo que en otros paĆses empezó hace muchos aƱos. En EspaƱa ha habido un fuerte retraso cultural por el paternalismo de las instituciones. Pero hay otro elemento: si los espaƱoles estĆ”n triunfando es porque no han parado de trabajar en la Ćŗltima dĆ©cadaā, alega Fosi Vegue, director de la escuela Blank Paper.
Txema Salvans, ganador del tercer Concurso Fotolibro Iberoamericano de la editorial mexicana RM con The waiting game,Ā atribuye ese ādescubrimientoā de la fotografĆa espaƱola a varios factores: una nueva generación de fotógrafos jóvenes, que dominan la tecnologĆa y son capaces de enviar fuera los trabajos; y el hecho de que la idea del proyecto como trabajo fotogrĆ”fico se ha instaurado de una manera definitiva. Expertos receptivos y amantes del fotolibro, como Martin Parr, han hecho el resto. āEstĆ” claro que se estĆ” alimentando un caldo de cultivo y una forma de ver las imĆ”genes totalmente nueva y eso provoca la creación de nuevos proyectosā, resume Fosi Vegue.
A todo esto se ha sumado el tema de la crisis en EspaƱa. āNos ha dado visibilidad en otros paĆses, aunque no sea por lo que nos gustarĆa. Y ahora cuando ves un proyecto sobre EspaƱa hecho por espaƱoles, ya te interesa. Pero este es otro asunto. Por fin los espaƱoles hemos empezado a fotografiar lo propio. Excepto Cristina GarcĆa Rodero y unos pocos mĆ”s, en general casi no habĆa trabajos sobre el territorio. Y al final estos proyectos acaban teniendo mucha fuerzaā, seƱala Salvans. āLo que estĆ” triunfando es el libro espaƱol con mucho carĆ”cter y con un lenguaje propio, como los de Cristóbal Hara. Este es el paĆs de BuƱuel y de Ortega y Gasset: lo hemos mamado y ahora lo vomitamosā, analiza Vegue.
El resultado se refleja en una amplia producción de libros. āCuando dirigĆ PhotoEspaƱa, era difĆcil encontrar a fotógrafos jóvenes con proyectos interesantes. Pero a partir de 2009, la cosa explota. El próximo 17 de diciembre inauguro una exposición de fotolibros en el Reina SofĆa y muchos (y buenos) estĆ”n hechos por espaƱoles entre 2009 y 2013ā, afirma Horacio FernĆ”ndez. āUna vez mĆ”s corroboro que las crisis son buenas para la creaciónā, bromea.
Su anĆ”lisis mordaz va mĆ”s allĆ”: āAhora seguramente tendremos una sobredosis de reconocimiento a esta generación. Veremos festivales dedicados a la fotografĆa espaƱola y a curadores rancios que intentarĆ”n apuntarse el mĆ©ritoā, asegura Horacio. Por supuesto, no se refiere a la exposición sobre fotografĆa espaƱola que se inauguró el 13 diciembre en Le Bal, en ParĆs. Un homenaje a Ricardo Cases, Antonio Xoubanova, Aleix Plademunt y Ćscar Monzón.
āLo que hay ahora mismo en EspaƱa son fotógrafos y artistas con mucho talento, que han sabido encontrar imĆ”genes que interesan al pĆŗblico. La clave estĆ” en las personas, en la calidad de sus miradas y en su capacidad de superar las dificultades. Es el caso de Ricardo Cases, JuliĆ”n Barón, la gente de Nophoto⦠Es una generación brillante, que todavĆa tiene mucho que dar de sĆ y que seguramente formarĆ” a la siguiente generaciónā, seƱala Horacio. āEs una respuesta espontĆ”nea y desde abajo que perderĆ” toda la fuerza e interĆ©s cuando se fagocite. Nos estĆ”n comprandoā, advierte Eloi Gimeno.
La palabra crisis se repite una y otra vez en el discurso de fotógrafos y comisarios. āPor un lado la crisis nos ha obligado a salir fuera de EspaƱa para encontrar algo de reconocimiento y espacio de crecimiento, ya que EspaƱa estĆ” en un momento muy delicado desde el punto de vista de la cultura. Eso no ha sido fĆ”cil para todo el mundo, porque cuando no se tiene trabajo ni dinero, es complicado participar en el juego internacional, que es caro y exigenteā, seƱala Spottorno. āPor otro lado la crisis nos ha hecho detenernos a reflexionar. Hay mucha gente fotografiando este momento tan peculiar, lo que de alguna manera genera un ācorpusā que en algĆŗn momento deberĆ” ser estudiadoā, aƱade.
Horacio FernÔndez cuenta que en Gran Bretaña el arte después del pop art tuvo una etapa ruinosa durante mucho tiempo, al igual que la literatura y el cine. Una tendencia que se rompió en la época de Thatcher, cuando hubo una explosión de creatividad.
āOtro ejemplo es Holanda, donde no se hace arte plĆ”stico de calidad desde hace mucho tiempo. Lo han matado las subvenciones. Todos los aƱos los artistas tienen la obligación de entregar al Estado una obra de arte, que se acumulan porque nadie las quiere: ni siquiera los hospitales o las empresas como meros objetos decorativos. ĀæPor quĆ©? Porque son malas. Hoy cuesta trabajo nombrar a un solo artista holandĆ©s decente. El mundo de las subvenciones crea monitos amaestrados. Y las crisis eliminan estas figuras: gana el que resiste, el que tiene mĆ”s cosas que decirā, asegura.
āAunque siempre es delicado relacionar crisis y creatividad, lo cierto es que en muchos aspectos es directamente proporcional. La necesidad de opinar, de comunicar posiciones respecto a la situación social es mĆ”s acuciante. Parece natural que se multipliquen las propuestas y que el contexto actual sea un escenario recurrenteā, destaca Alejandro Castellote, curador independiente y director del MĆ”ster Latinoamericano de FotografĆa en el Centro de la Imagen de Lima.
āLa crisis y los despidos en medios de comunicación, periódicos en su mayorĆa, han provocado que fotógrafos que llevaban mucho tiempo experimentando con la fotografĆa en sus huecos libres, hayan podido dedicar todo su tiempo y energĆas a profundizar en la fotografĆaā, asegura Olmo GonzĆ”lez, fotógrafo y apasionado del gĆ©nero. Ejemplo de esto son Ćscar Monzón y Antonio Xoubanova, que antes de trabajar por cuenta ajena estuvieron en El Mundo. āUn dĆa me llamaron por telĆ©fono y me dijeron que no iba a trabajar mĆ”s, y eso fue todo. A la postre puedo decir que es el mayor favor que me han hecho nunca, porque gracias a esto he podido dedicar a mi proyecto el tiempo que necesitabaā, cuenta Ćscar.
Pero ĀæquĆ© futuro le espera al fotolibro? EstĆ” claro que la autoedición ha contribuido a su crecimiento y difusión. Es un hecho que la mayorĆa de los libros que aparecen en las listas internacionales de lo mejor del aƱo son autopublicados. ĀæEs el camino lógico en estĆ” dĆ©cada?
āEs una consecuencia de la informĆ”tica. La facilidad de los programas de edición y de impresión simplifican la autoediciónā, seƱala Horacio FernĆ”ndez. āLos formalistas decĆan que las nuevas tĆ©cnicas crean nuevas formas artĆsticas al cabo de un tiempo. Es un juguete muy bueno y es lógico que se produzcan libros derivados de estas tĆ©cnicas. Luego habrĆ” que limpiar. El tiempo se ocuparĆ” de eso y el propio artista tambiĆ©n, comparando su libro con el de otrosā.
Los fundadores del Photobook Club de Madrid, que organizan varias actividades mensuales para fomentar la cultura del fotolibro, creen que hay un exceso de autopublicaciones. āEs por falta de cómplices que asuman riesgos y faciliten el camino, que conozcan el medio, no solo la parte tĆ©cnica, sino todos los procesos a posteriori: la distribución, la difusión y promoción del libro. Un sĆntoma de todo eso es el Ć©xito reciente en los premios europeos de fotolibros hechos por fotógrafos, editores y diseƱadores espaƱoles. Estos libros son publicados, distribuidos y promocionados por editoriales de fuera de EspaƱa o en coediciones, lo cual da cierta esperanzaā.
Para Olmo GonzĆ”lez, es bastante probable que se conviertan en objetos de coleccionista, con tiradas cortas y caras. āPero siempre habrĆ” espacio para libros accesibles en cuanto a precio, y seguramente la tendencia sea hacerlos accesibles tambiĆ©n en cuanto al contenido. Ahora mismo llaman la atención internacional libros de fotografĆa cuyo lenguaje queda bastante alejado de la poblaciónā, asegura.
Y aquĆ estĆ” el quid de la cuestión: la endogamia de un soporte que muchas veces no consigue salir del mismo cĆrculo de siempre. āHay libros hechos por fotógrafos para fotógrafos, comisarios, galerĆas o festivalesā, advierte Fosi Vegue. āCada vez pienso mĆ”s que la fotografĆa deberĆa ser un grito contra todo lo que estĆ” pasando en el mundo. Para mĆ el paradigma sigue siendo Oliviero Toscani con sus vallas publicitarias y su capacidad de comunicarse con todo el mundo. O como Ai Weiwei, aquel fotógrafo chino que usa la fotografĆa como arma polĆtica y se arriesga muchoā, aƱade.
Salir de esa endogamia parece haberse convertido en una necesidad para algunas personas del medio, como Juan Valbuena. āEs lo que PHREE intenta con cada libro que hacemos. Por eso reivindicamos el papel de la fotografĆa documental en papel. Creemos que la foto que maneja como referente una realidad tiene códigos compartidos con mĆ”s personas y, por tanto, puede comunicar mejor y ser mĆ”s relevanteā.
JuliĆ”n Barón tambiĆ©n cree que es importante trabajar en este sentido. āLo hago todos los dĆas, sin descanso. Una de las estrategias para que nuestra visión del mundo a travĆ©s de la imagen llegue a mas pĆŗblico es la educación y que no existan trabas para el acceso a la cultura. Sin educación estamos muertosā, apunta. āTendrĆa que haber una gran enciclopedia y libros de fotografĆa en todos los colegios y las bibliotecas. Porque a veces llega mĆ”s una foto que muchas pĆ”ginas de libros de historiaā, aƱade Fosi Vegue.
El Ć©xito de un fotolibro no depende tanto de las ventas, sino de la intención con la que se crea la obra. āPor ejemplo, si yo hago un libro con fotos de la boda de mi hermano, lo considero un Ć©xito si le gusta a los novios y serĆa un exitazo si le gusta a toda la familia. Si, en cambio, lo que se persigue es hacer un superventas, habrĆa que utilizar un lenguaje mĆ”s asequible y no quejarse de que la gente no te entiendeā, seƱala el Photobook Club Madrid.
Hay quien cree que una feria del fotolibro ayudarĆa a afianzar este gĆ©nero, una carencia queĀ FIEBRE,Ā organizada por la escuela Blank Paper, intenta suplir. Otros, como Valbuena, vislumbran āun futuro hĆbrido, con productos en papel que tengan continuidad en pantallas, tipo web asociadas con información ampliada, y al revĆ©sā. Y por quĆ© no, un fotolibro digital que dialogue e interactĆŗe con las tabletas. āYa hay algunos artistas que utilizan códigos QR para que puedas escuchar una entrevista mientras miras el libro. Pero los QR son muy feos y tecnológicamente obsoletos. SerĆ”n sustituidos por otros códigos mas inteligentesā, prevĆ© Moritz Neumüller.
āMe gusta pensar que en un futuro serĆ” posible hacer tiradas de 10.000 ejemplares. Esto bajarĆa los costes de producción y los preciosā, seƱala Xoubanova. Hoy las tiradas de los fotolibros van desde los 100 ejemplares a los 4.000, en el mejor de los casos. Del libro de Salvans se han hecho 2.000 ejemplares. āĀæTĆŗ te imaginas 2.000 ejemplares en un cómic, en un libro de niƱos, en literatura? SerĆa un negocio ruinosoā, dice el autor, que acepta que no todo el mundo puede conectar con este lenguaje.
āNosotros de alguna manera somos frikis en eso de la fotografĆa. La porción de personas que se interesan por nuestro trabajo aĆŗn es muy pequeƱa (ā¦) Pero yo no me siento solo en este mundo, ni necesito a mĆ”s gente a mi alrededor. Nunca he estado tan bien como ahora. Estamos en el mejor de los momentosā, aƱade Salvans.
ĀæEntonces podemos jubilar el concepto de foto Ćŗnica y de instante decisivo? āHoy las fotos tienen mĆ”s sentido como series. Eso ayuda a solucionar el problema clĆ”sico de la fotografĆa con el tiempo, porque una foto solo muestra un instante congelado. El cine superó este escollo a la perfección, con la sucesión de imĆ”genes y un discurso. Los fotolibros son hoy lo que en su dĆa fue el cineā, concluye Horacio FernĆ”ndez.
Hola, a todos, yo utilizo BLURB para publicar mis libros en papel.
Alguien conoce otra opción de calidad? Gracias!
Un club de fans de Valeria Saccone, ya!
ĀæPorquĆ© siempre escribĆs la historia desde Madrid y Barcelona? En el fondo es mĆ”s de lo mismo.
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