Ā«Todo surgió hace mĆ”s o menos un aƱo. TenĆa un cliente de un municipio rural que vendĆa productos gastronómicos y buscaba renovar su imagen, tanto a nivel de branding, como packaging en todas sus lĆneas de producto. A priori, parecĆa un proyecto como cualquier otro y pensaba abordarlo de la misma maneraĀ».
Tanto insistió que McClane aceptó. Una vez allĆ comprobó la dimensión real de las instalaciones y de las innovaciones que habĆa introducido el cliente en la granja.
McClane es cauto. No se atreve a afirmar que es la primera agencia a domicilio del mundo, aunque reconoce que Ā«no hemos encontrado nada parecidoĀ». Debido a esta falta de referencias, Santa Cristina āque es como se ha bautizado a esta agencia móvil en homenaje a Cristina Garrido, socia de Fredingradoā, va desarrollĆ”ndose a medio camino entre las necesidades de cada proyecto āentre los que, por ejemplo, se encuentra un evento en Suances este próximo fin de semanaā, y el deseo de todo lo que podrĆa llegar a ser.
Dejando a un lado el deseo y regresando a la realidad, no cualquier cliente necesita que le lleven la creatividad a la puerta de su casa. Según el tipo de proyecto y las distancias a recorrer, en ocasiones es mÔs adecuado que el cliente se desplace a la «embajada de Madrid» o que una «delegación diplomÔtica» vaya a visitarle a su propia oficina y regrese a desarrollar el trabajo en Fredingrado.
Generalmente los desplazamientos de esta Ā«embajada móvilĀ» son realizados por un profesional que permanece en el lugar requerido un mĆ”ximo de cinco dĆas laborales y que, ademĆ”s de atender las necesidades del cliente in situ, puede continuar atendiendo los demĆ”s proyectos que estĆ”n en marcha.
Ā«El hecho de ser una oficina portĆ”til equipada con todas las herramientas necesarias para desarrollar un trabajo creativo, permite que el resto de clientes o proyectos no se quedan colgados. De hecho, podemos ampliar nuestros servicios al desplazarnos por diversas localidades. Por ejemplo, si estamos trabajando con una marca que cuenta con diferentes locales repartidos por el paĆs, los viajes facilitan implementar varias cosas en los locales próximos a esos otros clientesĀ».
Las zonas rurales son las grandes desconocidas de este paĆs. Hasta la llegada de las nuevas tecnologĆas, el aislamiento al que estaban abocadas hacĆa que no pudieran explotar el potencial de sus empresas y profesionales. Hoy eso ha cambiado y las empresas de zonas rurales necesitan darse a conocer, sin embargo, las agencias de creatividad aĆŗn no les prestan la atención que merecen, en opinión de Fredo McLane.
Ā«Todo surgió hace mĆ”s o menos un aƱo. TenĆa un cliente de un municipio rural que vendĆa productos gastronómicos y buscaba renovar su imagen, tanto a nivel de branding, como packaging en todas sus lĆneas de producto. A priori, parecĆa un proyecto como cualquier otro y pensaba abordarlo de la misma maneraĀ».
Tanto insistió que McClane aceptó. Una vez allĆ comprobó la dimensión real de las instalaciones y de las innovaciones que habĆa introducido el cliente en la granja.
McClane es cauto. No se atreve a afirmar que es la primera agencia a domicilio del mundo, aunque reconoce que Ā«no hemos encontrado nada parecidoĀ». Debido a esta falta de referencias, Santa Cristina āque es como se ha bautizado a esta agencia móvil en homenaje a Cristina Garrido, socia de Fredingradoā, va desarrollĆ”ndose a medio camino entre las necesidades de cada proyecto āentre los que, por ejemplo, se encuentra un evento en Suances este próximo fin de semanaā, y el deseo de todo lo que podrĆa llegar a ser.
Dejando a un lado el deseo y regresando a la realidad, no cualquier cliente necesita que le lleven la creatividad a la puerta de su casa. Según el tipo de proyecto y las distancias a recorrer, en ocasiones es mÔs adecuado que el cliente se desplace a la «embajada de Madrid» o que una «delegación diplomÔtica» vaya a visitarle a su propia oficina y regrese a desarrollar el trabajo en Fredingrado.
Generalmente los desplazamientos de esta Ā«embajada móvilĀ» son realizados por un profesional que permanece en el lugar requerido un mĆ”ximo de cinco dĆas laborales y que, ademĆ”s de atender las necesidades del cliente in situ, puede continuar atendiendo los demĆ”s proyectos que estĆ”n en marcha.
Ā«El hecho de ser una oficina portĆ”til equipada con todas las herramientas necesarias para desarrollar un trabajo creativo, permite que el resto de clientes o proyectos no se quedan colgados. De hecho, podemos ampliar nuestros servicios al desplazarnos por diversas localidades. Por ejemplo, si estamos trabajando con una marca que cuenta con diferentes locales repartidos por el paĆs, los viajes facilitan implementar varias cosas en los locales próximos a esos otros clientesĀ».
Las zonas rurales son las grandes desconocidas de este paĆs. Hasta la llegada de las nuevas tecnologĆas, el aislamiento al que estaban abocadas hacĆa que no pudieran explotar el potencial de sus empresas y profesionales. Hoy eso ha cambiado y las empresas de zonas rurales necesitan darse a conocer, sin embargo, las agencias de creatividad aĆŗn no les prestan la atención que merecen, en opinión de Fredo McLane.