La memoria de Granada a golpe de rótulo

Los cambios urbanos son inevitables. Forman parte de la naturaleza de las ciudades y no parece que haya ni mucho interés ni mucha conveniencia en evitarlos. El quid está, como casi siempre, en cómo se hacen las cosas. Nano Torres, Pol Escolar y Luis Jarillos vieron que una parte de la Granada que les encantaba estaba desapareciendo. Así fue cómo se lanzaron a rescatar rótulos y tipografías en las fachadas y así fue cómo nació Garnata Type, una recopilación de parte de la memoria colectiva de la ciudad.
Los recuerdos que se instalan en nuestra mente, los que construyen el muro de la memoria ladrillo a ladrillo, suelen ser los que asociamos a momentos felices. Tendemos a discriminar lo que nos produce inseguridad o incomodidad. Los miembros de Garnata Type quisieron que esa construcción del recuerdo fuera activa y poco dada al azar o al condicionamiento de cada persona.

La Granada que recordaban se difuminaba entre la homogeneización a la que tiende un mundo franquiciado, que busca referentes globales y no diferencias locales. En 2011 comenzaron a fotografiar los rótulos que daban forma a la ciudad, que copaban las miradas en cuanto levantabas la vista del adoquinado.
Ha sido ahora, en este 2013, cuando han querido organizar esas fotos y mostrarlas a todo el mundo. “En un principio, el proyecto se planteó como proyecto editorial, pero siempre fuimos muy conscientes de que no estábamos inventando nada nuevo ya que había proyectos similares en otras ciudades”, explica Nano Torres.
Pensaron que había que dotar al proyecto de aristas que lo hiciesen diferente y crearon un sitio web orientado a la interacción con el usuario. “Creamos una galería líquida donde el usuario pueda ver el rótulo desde distintos puntos de vista, planos más cerrados o más abiertos, y además, poder ir geolocalizando cada rótulo en un mapa interactivo”.
La iniciativa comenzó en el centro de la ciudad, ya que “allí es donde se concentran la mayor parte de comercios”. El reducido tamaño de la capital nazarí les hizo comenzar a explorar nuevos asfaltos. Han cubierto gran parte de barrios populares como La Chana, el Albayzín o el Zaidín e incluso han rebuscado en remotos parajes como Las Alpujarras. “Nos hemos llevado una ingrata sorpresa porque han desaparecido la gran mayoría de ellos. Nos hemos dado cuenta de los cambios tan drásticos que han sufrido a nivel de urbanismo en los últimos años”, señala Torres.
Había que poner el límite en algún sitio. Por eso, decidieron rescatar rótulos previos a 1980 -“más o menos”-, y miraron formas y trazos peculiares. Han encontrado casos descorazonadores, como el de la tienda de fotografía Torres Molina, en Puerta Real, “en un lugar donde ahora se sitúa un restaurante italiano. Pudimos documentarlo fotográficamente, pero nos hubiera gustado conservarlo físicamente porque era único; una tipografía geométrica en versión inline en forja. No sabemos qué ha sido de él”, lamenta Nano Torres.
Distinta fortuna corren las tipografías que descansan con edificios declarados como Bien de Interés Cultural. Se espera que la Compañía de Industria y Comercio Granadina, en la calle Alhóndiga o la Juguetería San José en la esquina de Plaza Bib-Rambla con la calle Zacatín, sobrevivan al tsunami renovador.
El caso del rótulo de la juguetería es especialmente curioso. “El edificio perteneció a este comercio hace décadas y desde que se cerró la juguetería el rótulo ha permanecido oculto en la fachada hasta que apareció al realizar las obras para el comercio actual”, explica el diseñador gráfico.


El proyecto no se limita a la web que lo aloja. Sus responsables se dieron cuenta de que había mucho material que capturar y han pedido colaboración otros diseñadores como los de Granada Tierra Soñada, Manuel Callejon o Manuel Ceballos. “Hemos comenzado a trabajar en nuevas lineas como la digitalización y creación de algunos de los alfabetos más interesantes a partir de los rótulos con la idea de su difusión bajo licencia CC. Algo así como la creación de una pequeña fundición digital tipográfica basada en todo el catálogo de rótulos que estamos recopilando”, señala Torres. “A su vez, estamos trabajando en estos momentos en un proyecto audiovisual y demás formatos de promoción de cara al proyecto”.
A pesar de la carga histórica milenaria que tiene una ciudad como Granada, lo cierto es que la mutación estética no se detiene. La conservación de la memoria es riqueza artística. Ese es el sentido del proyecto para sus creadores y con esas tipografías se define la identidad de la ciudad.