2 de febrero 2015    /   BUSINESS
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Cómo gastar un 40 % menos de gasolina

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El objetivo era hacer una tarea para clase. El caso es que, una vez puestos, resulta que poniendo un tubito aquí, una clavija allá y hacer cuatro ajustes a esto y cuatro a lo otro, los estudiantes de ingeniería del Instituto Tecnológico de Atitalaquia (Hidalgo, México) acabaron inventando un motor que consume un 40 % menos de gasolina que los motores comunes realizando exactamente las mismas funciones. Entonces se dieron cuenta de que, quizás, el asunto le interesaría a alguien más que a la profe.
El resultado que tienen entre manos podría ser un antes y un después en la historia del movimiento rodado. Un recurso finito como la gasolina, de la cual la humanidad depende en una medida desbaratada, podría mezclarse con otro compuesto generando un ahorro de casi la mitad del fuel. El producto secreto para poder hacerlo: agua.
«Se trata de un dispositivo que disocia las moléculas del agua para obtener gas de hidrógeno», explicaba en su correcta terminología el estudiante Daniel Serrano a la agencia de información de Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología). «Ese gas es utilizado como aditivo para maximizar el rendimiento de la gasolina».
Según la institución científica, este proyecto es uno de los tres más destacados a nivel nacional por el impacto que podría suponer si se lograse desarrollar motores económicos con esta capacidad. «Cuando nos dimos cuenta del impacto social que podría tener decidimos perfeccionar nuestro trabajo al máximo», dice Serrano.
Los estudiantes de Mecatrónica que habían empezado con la idea tuvieron que asociarse con compañeros de Química para poder conseguir ese resultado óptimo. Gracias a la unión de conocimientos (y el asesoramiento de la doctora Blanca Eva González, su instructora), crearon un dispositivo compuesto de acero que garantizaba la seguridad de un proceso que, aunque ya era conocido, su utilización suponía un alto índice de riesgo, «tanto para el sistema como para el usuario», indican.
El aparato, según explica el vocero, no es más que una caja de 20 centímetros de alto, 30 de ancho y 30 de largo cuyo interior contiene una celda electrolítica y un depósito que puede almacenar alrededor de un litro de agua. «A través de la celda, a esta agua almacenada se le aplica un proceso de electrólisis que disocia las moléculas del líquido mediante un pulso eléctrico y esto favorece la generación del hidrógeno en gas”, explica. El último paso es que una inyección de ese gas a través de un sistema de control de seguridad reduzca la entrada y consumo de gasolina.
«La innovación que nosotros hicimos, a diferencia de otros equipos que actualmente existen, es precisamente el sistema de seguridad, pues no necesita almacenamiento de hidrógeno, lo cual nos da mayor seguridad en el uso de este elemento».
En total calculan que el ahorro se puede cuantificar en dos clases: «No solo supondrá que una persona gaste seis litros de gasolina por recorrer la distancia para la que anteriormente necesitaba diez, sino que además este dispositivo contribuirá a la disminución del impacto ambiental porque con la mezcla de hidrógeno se va a reducir la emisión del dióxido de carbono (CO2)».
Mientras transcurre el año que necesita el prototipo para ser certificado por los expertos en la materia, el equipo de ingenieros ya se está encargando de la patente con la confianza de haber visto funcionar su idea «correctamente» en las pruebas. Harvard ya se ha interesado por el hallazgo y está dispuesta a ayudarles a convertir la idea en una empresa.
Aunque, por el momento, fabricar uno de estos dispositivos cuesta alrededor de 1.000 euros, la producción en masa podría rebajar su precio considerablemente para hacerlo más asequible. Consigan o no la rebaja, ¿tú cuánto pagarías por ahorrarte la mitad del tanque para siempre?
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El objetivo era hacer una tarea para clase. El caso es que, una vez puestos, resulta que poniendo un tubito aquí, una clavija allá y hacer cuatro ajustes a esto y cuatro a lo otro, los estudiantes de ingeniería del Instituto Tecnológico de Atitalaquia (Hidalgo, México) acabaron inventando un motor que consume un 40 % menos de gasolina que los motores comunes realizando exactamente las mismas funciones. Entonces se dieron cuenta de que, quizás, el asunto le interesaría a alguien más que a la profe.
El resultado que tienen entre manos podría ser un antes y un después en la historia del movimiento rodado. Un recurso finito como la gasolina, de la cual la humanidad depende en una medida desbaratada, podría mezclarse con otro compuesto generando un ahorro de casi la mitad del fuel. El producto secreto para poder hacerlo: agua.
«Se trata de un dispositivo que disocia las moléculas del agua para obtener gas de hidrógeno», explicaba en su correcta terminología el estudiante Daniel Serrano a la agencia de información de Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología). «Ese gas es utilizado como aditivo para maximizar el rendimiento de la gasolina».
Según la institución científica, este proyecto es uno de los tres más destacados a nivel nacional por el impacto que podría suponer si se lograse desarrollar motores económicos con esta capacidad. «Cuando nos dimos cuenta del impacto social que podría tener decidimos perfeccionar nuestro trabajo al máximo», dice Serrano.
Los estudiantes de Mecatrónica que habían empezado con la idea tuvieron que asociarse con compañeros de Química para poder conseguir ese resultado óptimo. Gracias a la unión de conocimientos (y el asesoramiento de la doctora Blanca Eva González, su instructora), crearon un dispositivo compuesto de acero que garantizaba la seguridad de un proceso que, aunque ya era conocido, su utilización suponía un alto índice de riesgo, «tanto para el sistema como para el usuario», indican.
El aparato, según explica el vocero, no es más que una caja de 20 centímetros de alto, 30 de ancho y 30 de largo cuyo interior contiene una celda electrolítica y un depósito que puede almacenar alrededor de un litro de agua. «A través de la celda, a esta agua almacenada se le aplica un proceso de electrólisis que disocia las moléculas del líquido mediante un pulso eléctrico y esto favorece la generación del hidrógeno en gas”, explica. El último paso es que una inyección de ese gas a través de un sistema de control de seguridad reduzca la entrada y consumo de gasolina.
«La innovación que nosotros hicimos, a diferencia de otros equipos que actualmente existen, es precisamente el sistema de seguridad, pues no necesita almacenamiento de hidrógeno, lo cual nos da mayor seguridad en el uso de este elemento».
En total calculan que el ahorro se puede cuantificar en dos clases: «No solo supondrá que una persona gaste seis litros de gasolina por recorrer la distancia para la que anteriormente necesitaba diez, sino que además este dispositivo contribuirá a la disminución del impacto ambiental porque con la mezcla de hidrógeno se va a reducir la emisión del dióxido de carbono (CO2)».
Mientras transcurre el año que necesita el prototipo para ser certificado por los expertos en la materia, el equipo de ingenieros ya se está encargando de la patente con la confianza de haber visto funcionar su idea «correctamente» en las pruebas. Harvard ya se ha interesado por el hallazgo y está dispuesta a ayudarles a convertir la idea en una empresa.
Aunque, por el momento, fabricar uno de estos dispositivos cuesta alrededor de 1.000 euros, la producción en masa podría rebajar su precio considerablemente para hacerlo más asequible. Consigan o no la rebaja, ¿tú cuánto pagarías por ahorrarte la mitad del tanque para siempre?
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Opiniones 8
  • Hoy me he levantado optimista. Voy a aceptar el concepto de inyectar hidrógeno como “aditivo” para darle caña a la gasolina, e incluso considerar factible que hayan encontrado una forma cómoda y barata, quizás catalítica, de ir generándolo sobre la marcha desde un depositejo de agua adosado al motor. Y voy a creerme también que el montaje total funcione una vez montado y que el escape trompetee feliz gracias a esa mezcla supervitaminada de combustible hiperhidrogenado. Pero me corroe la duda sobre el rendimiento energético total de todo el instalache: ¿de dónde sacan la enorme cantidad de energía que se necesita para disociar electrolíticamente el agua? Porque si, para ahorrar unos litrejos de gasolina, tenemos que almacenar kilowatioshora a cascoporro, no termino de ver el avance. Y al demonio de Maxwell no creo que le haga demasiada gracia que sea el propio motor el que genere esa electricidad, por lo que tendrá que sacarse de una batería, que, mala suerte, habrá que recargar constantemente para seguir produciendo H, para lo cual sólo dispondremos de la única energía presente a bordo, que es precisamente la del propio motor.
    Tampoco veo muy claras cuáles podrán ser las reacciones químicas implicadas ni qué aporta ese hidrógeno adicional a un combustible ya plagado de átomos de hidrógeno ávidos por oxidarse (por algo se les llama “hidrocarburos”).
    He leído ya tantos timos en el campo de los motores y los combustibles que no resisten un mínimo análisis termodinámico que cada vez me chirrían más estas promesas de “motores de agua”.

    • Tienes toda la razón. La celda electrolítica tendrá un consumo de energía mayor que la del H2 que aproveche, energía que saldrá de la batería, o sea, del alternador, o sea, del motor. Eso desde el punto de vista simplista. Otra cosa es que el H2 inyectado, además de la energía propia de su combustión, mejore la dinámica de la reacción en el cilindro y mejore la eficiencia global. Pero aún así, los coches modernos tienen “mapeada” la inyección en función de potencia, revoluciones, etc. Adoptar esto obligaría a adaptar también la centralita. En definitiva, que es más complejo que lo que el artículo indica, parece esto la típica conspiranoia acerca de las petroleras y los supuestos motores milagrosos.
      Me extrañaría que nadie hubiera desarrollado este sistema antes, pero cosas más raras se vieron.

  • Y ya la han cagado con lo de la patente. Es que siempre igual, no hay manera. Al final, si es verdad que funciona, llegará el típico jeque árabe con un montón de dinero, les comprará la patente, ellos forrados, y el invento a pudrirse en un cajón…
    ¡Eso se publica con licencia abierta, hombre, para toda la humanidad!

  • Hay decenas y decenas de este tipo de dispositivos desde hace años, miren en internet. generadores de hidrógeno, electrolizadores, etc. Yo tengo 2, pero el problemilla viene con la electrónica…. .que se carga el ahorro. Casualidad o no? Además se pueden hacer casero fácilmente (yo no soy capaz, ni lo he intentado). Autogestión ya.

  • Hola: He tenido un electrolizador montado en mi coche,antiguo por cierto,con carburador atmosférico, y aparte de consumir unos 12 amperios constantemente, el hidrógeno suministrado directamente al carburador, por encima de la mariposa, apenas me supuso un ahorro de 2%, pues lo que ahorraba en gasolina,teóricamente,se gastaba de nuevo al aumentar el consumo ante la “dureza adicional” del alternador.
    Así que esos aparatejos, en mi caso, han sido aquello de: Lo comido por lo servido.

  • No me puedo creer que una institución científica avale lo que solo puede ser un error o un fraude. Estas noticias de motores de agua y máquinas de movimiento perpetuo salen con frecuencia, nunca llegan a nada (porque son mentira) y solo sirven para que los conspiranoicos salgan con sus historias de que las multinacionales compran las patentes y las entierran. Gilipolleces.

  • Comentarios cerrados.