Edgar Allan Poe escribió El gato negro, un cuento donde el asesino es descubierto porque se dejó a un gato negro y tuerto atrapado detrĆ”s de la pared que habĆa levantado para esconder el cadĆ”ver de su mujer. (Vaya, un destripe).
Es tentador pensar que ahà estÔ el origen de este dicho tan español como es «haber gato encerrado», pero no. Seamos serios. Por mucho que admiremos al gran Poe, nuestro gato tiene unos cuantos siglos mÔs. Exactamente, se originó en el Siglo de Oro, o lo que es lo mismo, entre los siglos XVI y XVII.
El gato que nos ocupa no tiene nada que ver con ese mimoso felino que hace miau y que suele sentarse en nuestro regazo en el sofĆ”. Si acudimos al DRAE, encontraremos otras acepciones para gato, entre ellas, estas:
2.Ā m.Ā Bolso o talego en que se guardaba el dinero.
3. m. Dinero que se guardaba en él.
Covarrubias ya lo escribĆa tambiĆ©n en su Tesoro de la lengua castellana: Ā«Gatos, los bolsones de dinero, porque se hacen de los pellejos desollados enteros y sin abrirĀ», segĆŗn nos explica JosĆ© MarĆa Iribarren en El porquĆ© de los dichos.
Y el Diccionario de Autoridades aclara incluso que estas talegas donde se guardaba el dinero en época de El Buscón estaban hechas con la piel de estos animalillos.
La cuestión era que, fueran de piel de gato o de cualquier otro bicho, los propietarios de estas bolsas las escondĆan cuidadosamente tanto en sus casas como en sus bolsillos, si tenĆan que salir a la calle. AsĆ pues, cuando un ladrón querĆa afanar alguno de estos talegos, observaba a su vĆctima para intentar averiguar dónde guardaba el tesoro; y avisaba a sus colegas de profesión con ese Ā«ahĆ hay gato encerradoĀ», para advertirles de que habĆa algo que llevarse.
Nos aclara Cejador en FraseologĆa, o estilĆstica castellana que Ā«hay gato encerradoĀ» equivale a Ā«tiene misterioĀ», Ā«tiene secretoĀ», y Ā«dĆjose del gato en el sentido de bolsa, por lo cerrada e impenetrableĀ». Aunque como bien dice Iribarren, mĆ”s que por lo cerrada e impenetrable, por lo escondida que estaba.
Por cierto, por extensión, un gato es también el ladrón que se llevaba la bolsa con las monedas. Lo suyo era que quedara encerrado también una vez cazado, pero, claro, eso ya era otra historia.
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