GenealogĂa viva: tu pasado puede decidir en quĂ© vas a trabajar

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Pongámonos Ă©picos por un momento: desde el principio de los tiempos el humano se ha hecho la misma pregunta: ÂżquiĂ©n soy, de dĂłnde vengo? Encontrar la respuesta a semejante duda ha sido el trabajo de los filĂłsofos, historiadores y cientĂficos desde hace siglos. Que si el Big Bang, que si la evoluciĂłn de las especies, que si la religiĂłn… ÂżNo serĂa más fácil consultar nuestra genealogĂa para saciar esa curiosidad?
De genealogĂa sabe mucho Mireia Nieto. Esta experta universitaria en GenealogĂa y Archivos por la Universidad de CĂłrdoba lleva años buceando en sus orĂgenes y en los de quien se interesa por conocer su propia historia familiar desde su web Tataranietos.
La genealogĂa «es una ciencia auxiliar de Ciencias Sociales, no solo de la Historia, pero está muy asociada a ella», explica Nieto. «Es una ciencia porque utiliza un mĂ©todo cientĂfico para demostrar filiaciones y relaciones de parentesco».
Además, implica el conocimiento en otras muchas materias como la Historia, la DocumentaciĂłn y la ArchivĂstica, «la AntropologĂa, para saber más sobre relaciones de parentesco; SociologĂa y PsicologĂa, para entender mejor las relaciones humanas; GenĂ©tica, para explorar la vĂa de la genealogĂa genĂ©tica (test de ADN) con el fin de demostrar parentescos biolĂłgicos…».
Ella aboga por una disciplina que va más allá de un árbol genealógico donde quede reflejado el linaje familiar y si en alguna rama perdida de ese árbol hubo algún noble de cuyo escudo y blasón podamos presumir. Es más, recomienda centrarse solo en el conocimiento profundo de las primeras generaciones que nos precedieron, «al menos hasta los tatarabuelos», no más atrás.
Por eso prefiere hablar de genealogĂa viva, algo que define como «una gran dosis de pasado, mucho presente y una apuesta de futuro». Se tratarĂa, pues, de «un nuevo enfoque que propone conocer mejor nuestra identidad y conectar con nuestros familiares, parientes, antepasados y ancestros investigando y analizando sus biografĂas», tal y como explica en las primeras páginas de su libro GenealogĂa viva. El árbol genealĂłgico como vĂa de crecimiento personal.
«Todos los seres humanos explicamos nuestra existencia por las decisiones o acciones de otros que nacieron antes que nosotros y, además, una parte de nuestra manera de entender el mundo se la debemos a aquellos que nos han criado. AsĂ que conocer la historia de nuestra familia y nuestros orĂgenes biolĂłgicos es fundamental para entender cĂłmo hemos llegado a existir y nos hemos convertido en la persona que somos en la actualidad». Es decir, para nuestro autoconocimiento.
Para empezar, Nieto prefiere cambiar la imagen del árbol genealĂłgico tradicional por la de red. «Si cambiásemos la metáfora del árbol genealĂłgico por la de red genealĂłgica, reflejarĂamos mejor quiĂ©n forma parte de nuestra familia y a quiĂ©n debemos nuestra genĂ©tica. Con el árbol tendemos a hacer una representaciĂłn gráfica clásica en la que solo se incluye a aquellas personas con las que presuntamente compartimos genes». Y la genealogĂa viva que defiende esta experta es mucho más.
«La genealogĂa no equivale a la investigaciĂłn de los parentescos biolĂłgicos», aclara, «tanto estudia la familia (lazos sociales) como los orĂgenes biolĂłgicos». Y en esos lazos sociales se incluyen amigos, parejas, compañeros de trabajo e incluso mascotas. Nuestra historia vital no viene marcada solo por el ADN, sino por una serie mucho más compleja de relaciones y circunstancias. No saber quiĂ©nes fueron nuestros padres o nuestros abuelos solo implica desconocer una parte de nuestra genealogĂa.
¿Y qué pasa con los nuevos modelos de familia? ¿Pueden investigar en su pasado quienes nacieron de un vientre de alquiler, por ejemplo? ¿O quienes fueron gestados en un laboratorio a través de un óvulo y esperma donados?
«En genealogĂas de personas nacidas gracias a la contribuciĂłn de un donante, los árboles genealĂłgicos pueden tener la incĂłgnita de la identidad del donante o donantes, pero el resto de ramas estarán copadas por la familia de origen (padres, abuelos, hermanos, tĂos, primos, etc.) y elegida (parejas, amigos, hijos, mascotas, etc.)». Por tanto, siempre puede investigarse esa parte conocida de su familia. Y en el caso de que ese aspecto genĂ©tico fuera importante, Nieto recomienda hacerse un test de ADN. Es algo que ocurre, por ejemplo, en el caso de los bebĂ©s robados.
¿Para qué sirve un árbol genealógico? «Para despejar incógnitas familiares sobre filiaciones o acontecimientos y que dejen de ser mitos. Sirve para conocer el historial médico de nuestra familia y prevenir enfermedades. Sirve para tener un hobby con el que estar entretenido, viajar, aprender, etc. Y sirve para ser una persona más autoconsciente». Y una utilidad más: descubrir qué hay en tu pasado genético que te ha inclinado a realizar la profesión que ejerces hoy.
«Mi pasado podrĂa haberme llevado a ejercer otras profesiones, pero me ha inclinado a buscar respuestas a incĂłgnitas familiares a travĂ©s de la genealogĂa», explica Nieto. «En otras personas se puede ver más claro cĂłmo un trauma o un duelo familiar les ha conducido a una profesiĂłn heredada o elegida».
«Yo no creo que en nuestro destino estĂ© escrito, pero soy consciente de que algunos aspectos de nuestra vida están muy condicionados por nuestros orĂgenes y por las vivencias y creencias de las personas que han criado a aquellos que nos han educado a nosotros. La ciencia de la EpigĂ©netica estudia cĂłmo el medio influye en los genes y ha demostrado con diferentes experimentos que los traumas se heredan, pero que tambiĂ©n, y esto es un alivio, se pueden revertir si nos lo proponemos».
SegĂşn la genealogĂa viva de la que habla Nieto, para construir nuestra red genealĂłgica no basta solo con bucear en archivos y registros civiles en busca de partidas de bautismo o registro de matrimonios. Esas pruebas documentales con pátina amarilla de tiempo son mentirosas a veces.
«Los documentos mienten; las personas, tambiĂ©n», asegura Mireia Nieto. «Pero es nuestro deber reflejar la versiĂłn oficial de nuestra genealogĂa y luego buscar más documentos y testimonios que corroboren las filiaciones y los hechos o que las desmonten. La verdad es escurridiza y quizá no la conozcamos nunca, pero ese valor debe guiarnos en nuestra investigaciĂłn»
En otras ocasiones, esos documentos se olvidan de otros personajes fundamentales en la historia familiar, las mujeres, porque la sociedad solo tomaba como referentes principales a los elementos masculinos del linaje.
«Nuestras antepasadas han sido sistemáticamente ninguneadas por los genealogistas», afirma rotunda Nieto. «Todas las genealogĂas contemporáneas deberĂan rescatar las biografĂas de esas mujeres olvidadas, fueran cĂ©lebres o anĂłnimas. Todas lo merecen, aunque se resignaran a los mandatos de gĂ©nero. Y especialmente si fueron valientes, los desafiaron y fueron castigadas por ello».
No es tarea sencilla, sin embargo, rescatar a las mujeres de ese olvido institucional, pero la experta en genealogĂa viva insiste: «Es nuestro deber prestarlas más atenciĂłn porque pueden quedarse resumidas con nombre, apellidos, fechas de nacimiento, matrimonio y defunciĂłn y un “sus labores”».
En cualquier caso, una buena historia familiar no se queda solo en el armazón, en un montón de documentación que nos sirva para formar las ramas de ese árbol. Saber qué cosas pasaron en la familia que provocaron que la balanza se inclinara a uno u otro lado o qué pasó en la vida de la bisabuela materna para que tuviera tan mal carácter solo se puede descubrir hablando con nuestros familiares y amigos.
«Sin testimonios orales, escritos o audiovisuales solo podemos imaginar o conjeturar cómo eran, qué pensaban, cómo se comportaban… Como esta información se pierde en pocas generaciones, es importante recogerla y preservarla. Mi cliente es el que recopila la información para que yo empiece a trabajar», aclara Mieria Nieto. «Si nuestros familiares y antepasados han generado documentación más allá de certificados de nacimiento/bautismo, matrimonio y defunción/entierro, podemos saber algo más de sus vicisitudes y maneras de pensar».
«Que la historia de uno de tus apellidos no sea peculiar no significa que la historia de tu familia no sea apasionante», afirma la creadora de Tataranietos. Solo es cuestiĂłn de empezar a investigar. Y de tener la valentĂa suficiente para asumir y aceptar lo que podamos descubrir.
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De genealogĂa sabe mucho Mireia Nieto. Esta experta universitaria en GenealogĂa y Archivos por la Universidad de CĂłrdoba lleva años buceando en sus orĂgenes y en los de quien se interesa por conocer su propia historia familiar desde su web Tataranietos.
La genealogĂa «es una ciencia auxiliar de Ciencias Sociales, no solo de la Historia, pero está muy asociada a ella», explica Nieto. «Es una ciencia porque utiliza un mĂ©todo cientĂfico para demostrar filiaciones y relaciones de parentesco».
Además, implica el conocimiento en otras muchas materias como la Historia, la DocumentaciĂłn y la ArchivĂstica, «la AntropologĂa, para saber más sobre relaciones de parentesco; SociologĂa y PsicologĂa, para entender mejor las relaciones humanas; GenĂ©tica, para explorar la vĂa de la genealogĂa genĂ©tica (test de ADN) con el fin de demostrar parentescos biolĂłgicos…».
Ella aboga por una disciplina que va más allá de un árbol genealógico donde quede reflejado el linaje familiar y si en alguna rama perdida de ese árbol hubo algún noble de cuyo escudo y blasón podamos presumir. Es más, recomienda centrarse solo en el conocimiento profundo de las primeras generaciones que nos precedieron, «al menos hasta los tatarabuelos», no más atrás.
Por eso prefiere hablar de genealogĂa viva, algo que define como «una gran dosis de pasado, mucho presente y una apuesta de futuro». Se tratarĂa, pues, de «un nuevo enfoque que propone conocer mejor nuestra identidad y conectar con nuestros familiares, parientes, antepasados y ancestros investigando y analizando sus biografĂas», tal y como explica en las primeras páginas de su libro GenealogĂa viva. El árbol genealĂłgico como vĂa de crecimiento personal.
«Todos los seres humanos explicamos nuestra existencia por las decisiones o acciones de otros que nacieron antes que nosotros y, además, una parte de nuestra manera de entender el mundo se la debemos a aquellos que nos han criado. AsĂ que conocer la historia de nuestra familia y nuestros orĂgenes biolĂłgicos es fundamental para entender cĂłmo hemos llegado a existir y nos hemos convertido en la persona que somos en la actualidad». Es decir, para nuestro autoconocimiento.
Para empezar, Nieto prefiere cambiar la imagen del árbol genealĂłgico tradicional por la de red. «Si cambiásemos la metáfora del árbol genealĂłgico por la de red genealĂłgica, reflejarĂamos mejor quiĂ©n forma parte de nuestra familia y a quiĂ©n debemos nuestra genĂ©tica. Con el árbol tendemos a hacer una representaciĂłn gráfica clásica en la que solo se incluye a aquellas personas con las que presuntamente compartimos genes». Y la genealogĂa viva que defiende esta experta es mucho más.
«La genealogĂa no equivale a la investigaciĂłn de los parentescos biolĂłgicos», aclara, «tanto estudia la familia (lazos sociales) como los orĂgenes biolĂłgicos». Y en esos lazos sociales se incluyen amigos, parejas, compañeros de trabajo e incluso mascotas. Nuestra historia vital no viene marcada solo por el ADN, sino por una serie mucho más compleja de relaciones y circunstancias. No saber quiĂ©nes fueron nuestros padres o nuestros abuelos solo implica desconocer una parte de nuestra genealogĂa.
¿Y qué pasa con los nuevos modelos de familia? ¿Pueden investigar en su pasado quienes nacieron de un vientre de alquiler, por ejemplo? ¿O quienes fueron gestados en un laboratorio a través de un óvulo y esperma donados?
«En genealogĂas de personas nacidas gracias a la contribuciĂłn de un donante, los árboles genealĂłgicos pueden tener la incĂłgnita de la identidad del donante o donantes, pero el resto de ramas estarán copadas por la familia de origen (padres, abuelos, hermanos, tĂos, primos, etc.) y elegida (parejas, amigos, hijos, mascotas, etc.)». Por tanto, siempre puede investigarse esa parte conocida de su familia. Y en el caso de que ese aspecto genĂ©tico fuera importante, Nieto recomienda hacerse un test de ADN. Es algo que ocurre, por ejemplo, en el caso de los bebĂ©s robados.
¿Para qué sirve un árbol genealógico? «Para despejar incógnitas familiares sobre filiaciones o acontecimientos y que dejen de ser mitos. Sirve para conocer el historial médico de nuestra familia y prevenir enfermedades. Sirve para tener un hobby con el que estar entretenido, viajar, aprender, etc. Y sirve para ser una persona más autoconsciente». Y una utilidad más: descubrir qué hay en tu pasado genético que te ha inclinado a realizar la profesión que ejerces hoy.
«Mi pasado podrĂa haberme llevado a ejercer otras profesiones, pero me ha inclinado a buscar respuestas a incĂłgnitas familiares a travĂ©s de la genealogĂa», explica Nieto. «En otras personas se puede ver más claro cĂłmo un trauma o un duelo familiar les ha conducido a una profesiĂłn heredada o elegida».
«Yo no creo que en nuestro destino estĂ© escrito, pero soy consciente de que algunos aspectos de nuestra vida están muy condicionados por nuestros orĂgenes y por las vivencias y creencias de las personas que han criado a aquellos que nos han educado a nosotros. La ciencia de la EpigĂ©netica estudia cĂłmo el medio influye en los genes y ha demostrado con diferentes experimentos que los traumas se heredan, pero que tambiĂ©n, y esto es un alivio, se pueden revertir si nos lo proponemos».
SegĂşn la genealogĂa viva de la que habla Nieto, para construir nuestra red genealĂłgica no basta solo con bucear en archivos y registros civiles en busca de partidas de bautismo o registro de matrimonios. Esas pruebas documentales con pátina amarilla de tiempo son mentirosas a veces.
«Los documentos mienten; las personas, tambiĂ©n», asegura Mireia Nieto. «Pero es nuestro deber reflejar la versiĂłn oficial de nuestra genealogĂa y luego buscar más documentos y testimonios que corroboren las filiaciones y los hechos o que las desmonten. La verdad es escurridiza y quizá no la conozcamos nunca, pero ese valor debe guiarnos en nuestra investigaciĂłn»
En otras ocasiones, esos documentos se olvidan de otros personajes fundamentales en la historia familiar, las mujeres, porque la sociedad solo tomaba como referentes principales a los elementos masculinos del linaje.
«Nuestras antepasadas han sido sistemáticamente ninguneadas por los genealogistas», afirma rotunda Nieto. «Todas las genealogĂas contemporáneas deberĂan rescatar las biografĂas de esas mujeres olvidadas, fueran cĂ©lebres o anĂłnimas. Todas lo merecen, aunque se resignaran a los mandatos de gĂ©nero. Y especialmente si fueron valientes, los desafiaron y fueron castigadas por ello».
No es tarea sencilla, sin embargo, rescatar a las mujeres de ese olvido institucional, pero la experta en genealogĂa viva insiste: «Es nuestro deber prestarlas más atenciĂłn porque pueden quedarse resumidas con nombre, apellidos, fechas de nacimiento, matrimonio y defunciĂłn y un “sus labores”».
En cualquier caso, una buena historia familiar no se queda solo en el armazón, en un montón de documentación que nos sirva para formar las ramas de ese árbol. Saber qué cosas pasaron en la familia que provocaron que la balanza se inclinara a uno u otro lado o qué pasó en la vida de la bisabuela materna para que tuviera tan mal carácter solo se puede descubrir hablando con nuestros familiares y amigos.
«Sin testimonios orales, escritos o audiovisuales solo podemos imaginar o conjeturar cómo eran, qué pensaban, cómo se comportaban… Como esta información se pierde en pocas generaciones, es importante recogerla y preservarla. Mi cliente es el que recopila la información para que yo empiece a trabajar», aclara Mieria Nieto. «Si nuestros familiares y antepasados han generado documentación más allá de certificados de nacimiento/bautismo, matrimonio y defunción/entierro, podemos saber algo más de sus vicisitudes y maneras de pensar».
«Que la historia de uno de tus apellidos no sea peculiar no significa que la historia de tu familia no sea apasionante», afirma la creadora de Tataranietos. Solo es cuestiĂłn de empezar a investigar. Y de tener la valentĂa suficiente para asumir y aceptar lo que podamos descubrir.
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ÂżCambiar tu forma de ser solo depende de ti? Va a ser que no
Bonito enfoque, hay que mezclarlo con el esquema tradicional parair implantándolo.
Yo puse mucho énfasis en explotar la descendencia de lxs 11 hermanxs de mi bisabuelo.
Hola Gerardo,
Me alegro de que te haya gustado la propuesta que hago con la genealogĂa viva.
Saludos
Bonito enfoque, hay que mezclarlo con el esquema tradicional parair implantándolo.
Yo puse mucho énfasis en explotar la descendencia de lxs 11 hermanxs de mi bisabuelo.
http://literaturapoyo.blogspot.com/2015/02/la-busqueda-de-los-quesada-2.html?m=1
Como encontrar los descendientes de parte de mi mamá y bisabuelo
Hola Cristel,
Tienes que partir de los datos que conozcas de ambos para investigar sus orĂgenes. Puedes aprender a hacerlo, o puedo hacerlo yo por ti.
Saludos
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