Grand Theft Democracy: Un paĆs de videojuego

”Yorokobu gratis en formato digital!
Hay un lugar construido en pĆxeles donde solo habitan antihĆ©roes. AsĆ son los protagonistas y asĆ los secundarios. El videojuego, Grand Theft Auto, transcurre en un āuniverso paródico y cruelā. Un lugar donde ātodos o casi todos los personajes adolecen de una falta de moral evidente y bastante extremaā. El guionista de TV y artista Daniel S. Arranz pasó muchas horas en ese mundo. Entonces, para Ć©l, era un juego. Hasta que un dĆa, de pronto, el mundo fuera de ese mundo, la vida fuera del ordenador, empezaba a dar muestras de arriesgadas similitudes.

āNuestros lĆderes, a fuerza de hacer ruedas de prensa en televisiones de plasma, habĆan dejado de ser personas para convertirse en personajesā, dice el ilustrador. āY no precisamente personajes de cuentoā.
La vida de su paĆs, EspaƱa, se habĆa convertido en una Grand Theft Democracy. Pensó que ese tĆtulo era el que mejor describĆa lo que sentĆa y lo empezó a dibujar en una serie de ilustraciones que mimetizan la estĆ©tica del juego.
El escenario de Daniel SĆ”nchez se convirtió en una Grand Theft Democracy el dĆa que se acabaron todas sus vidas. HabĆa trabajado 13 aƱos como guionista y, durante los Ćŗltimos seis aƱos, lo habĆa hecho como autónomo. La sentencia estaba dictada. No tenĆa prestación por desempleo. Pero la realidad a veces queda demasiado grande y SĆ”nchez acudió al INEM para preguntar si habĆa alguna prestación por los aƱos cotizados como trabajador por cuenta ajena.
āNo hubo suerteā, indica el guionista. āEsas cotizaciones desaparecen del sistema si no se usan durante cinco aƱos. Me llega la declaración de la renta y me exige, con una precisión sorprendente, la misma cantidad de dinero que me queda en el banco. Como tengo dos hijos āel mayor de ellos, de tres aƱosā estoy obligado a explorar cada posibilidad, asĆ que voy a la oficina de Asuntos Sociales para pedir algĆŗn tipo de ayudaā.
[pullquote]”Cuando uno se considera vĆctima de una estafa, lo primero que siente es ira, luego tristeza y despuĆ©s la necesidad de contarlo a los cuatro vientos”[/pullquote]
De nuevo, no hubo suerte. āEn este caso porque la madre de mis hijos gana mĆ”s de 500⬠al mesā, explica. āAl parecer, el gobierno establece que con poco mĆ”s de 500⬠mensuales pueden vivir dos adultos y dos niƱos sin necesidad alguna de ayudaā.
Daniel S. Arranz continĆŗa: āLe pregunto a la trabajadora: ĀæMe estĆ”s diciendo que, despuĆ©s de contribuir al Estado con miles y miles de euros durante aƱos, ahora que yo necesito algo para dar de comer a mis hijos, el estado no me va a ayudar? ”¿Ni con cien euros al mes?! Ella asiente comprensiva ante mi indignación ālo que, de algĆŗn modo, lo hace aĆŗn mĆ”s duroā y lo deja perfectamente claro: No te van a dar nadaā.
El ilustrador se vio impotente ante las reglas del juego. āA partir de ese momento me sentĆ vĆctima de una estafa. Y uno, cuando se considera vĆctima de una estafa, lo primero que siente es ira, luego tristeza y despuĆ©s la necesidad de contarlo a los cuatro vientos y seƱalar a aquellos que le han estafadoā.
Arranz, hasta entonces, habĆa acudido a las citas que, durante los Ćŗltimos aƱos, han convertido a masas humanas en una protesta. No le gustaba el destino que estaba tomando la educación y la sanidad. Pero ese dĆa pensó que su voz, en una manifestación, se diluĆa entre ecos. āTenĆa que hacer algo por mi cuentaā, expone. āPor intrascendente que yo sea como individuo, tenĆa, y tengo, la necesidad de decir tan claro como pueda que EspaƱa hoy por hoy es un rĆo revuelto y los que nos dirigen son pescadores. Y asĆ es como nacen estos dibujosā.
El madrileƱo empezó a dibujar hace aƱos. Entonces lo hacĆa por gusto. Hoy, no. āCuando estoy enfrascado en una de esas ilustraciones, siento que estoy haciendo algo que necesito hacer, pero no hay placer en elloā.
Desde tiempos remotos es conocido el efecto terapĆ©utico de las artes y la literatura. SĆ”nchez se aferró al dibujo. Dice que le ha salvado de un agujero en el estómago. āNos encontramos, casi cada dĆa, con alguna nueva noticia que pone a prueba nuestra capacidad de aguanteā, relata. āUna de las Ćŗltimas fue la destrucción de los discos duros de los ordenadores de BĆ”rcenas. Leo las explicaciones que da el PP para justificar la destrucción fĆsica de esos discos, que forman parte de una investigación en marcha, y me tengo que poner a dibujar rĆ”pidamente o sĆ© que me saldrĆ” una Ćŗlcera. Llega el momento en el que casi desearĆa que, puestos a reĆrse de nosotros, al menos lo hagan con mĆ”s disimuloā.
Pero el efecto es expansivo. El arte no solo alivia a quien lo hace. āSoy un firme convencido de que la creatividad es una de las herramientas mĆ”s poderosas que tenemos a la hora de luchar contra aquello que consideramos injustoā, comenta.
[pullquote align=”right”]”El arte que producimos (y tambiĆ©n el que no producimos) servirĆ” para que nos juzguen las generaciones posterioresā[/pullquote]
El guionista saca el Guernica a la pista. āEs una pintura que nace como protesta pero, con el paso de los aƱos, la denuncia va convirtiĆ©ndose en testimonio y en advertencia. Gracias a ella somos muchos los que descubrimos en nuestra niƱez la historia del terrible bombardeo y gracias a ella no olvidamos una parte muy oscura de nuestra historiaā.
āEso demuestra el enorme poder reivindicativo, tanto presente como futuro, que tiene una obra de arte. Y por supuesto āsalta a la luz con mis dibujosā uno nunca debe esperar a ser un genio de la talla de Picasso para poder protestarā, continĆŗa el ilustrador. āCreo que cualquier obra artĆstica que se haga con vocación reivindicativa tiene un enorme valor porque, como sociedad, el arte que producimos (y tambiĆ©n el que no producimos) servirĆ” para que nos juzguen las generaciones posterioresā.
La pregunta, llegados este punto, no tiembla.
ā Daniel, Āæcómo piensas que tus dibujos pueden ayudar a mejorar este paĆs?
ā Mis dibujos no van a cambiar la situación actual porque estamos viviendo una Ć©poca de hechos consumados. No hay debate alguno. Ni sobre transparencia, ni sanidad, ni educación, ni impuestos, ni corrupción polĆtica⦠Nada. La polĆtica, gracias al concepto de āmayorĆa absolutaā, ha hecho legal la ausencia de democracia. Si no hay debate, si no hay intercambio de ideas, si el presidente del gobierno puede defender su supuesta honradez en una rueda de prensa ficticia desde el interior de una tele de plasma⦠¿quĆ© pueden lograr unos dibujos? Nada. Al menos no hoy.
Arranz recuerda una escena en la que āUnamuno dijo a MillĆ”n Astray en la Universidad de Salamanca aquello de VencerĆ©is, pero no convencerĆ©isā y la remata con una pregunta retórica: āĀæsupuso algĆŗn cambio en el gobierno?ā. āNoā, se contesta a sĆ mismo. āPero hoy nos da fuerzas pensar que ese profesor tuvo el coraje de decir aquello (y bien que pagó el precio). Y yo siento la necesidad de dejar claro que somos millones de ciudadanos los que no nos creemos que privatizar la sanidad y encarecer la educación sean cosas que se hacen por nuestro bien. Y todos nosotros vamos a combatirles con aquello que menos les importa: la cultura. Con escritos, carteles, dibujos, gifs animados, vĆdeos, mĆŗsica, campaƱas publicitarias o caricaturas. Tienen que saber que vencerĆ”n, pero no convencerĆ”nā.
”Yorokobu gratis en formato digital!
Hay un lugar construido en pĆxeles donde solo habitan antihĆ©roes. AsĆ son los protagonistas y asĆ los secundarios. El videojuego, Grand Theft Auto, transcurre en un āuniverso paródico y cruelā. Un lugar donde ātodos o casi todos los personajes adolecen de una falta de moral evidente y bastante extremaā. El guionista de TV y artista Daniel S. Arranz pasó muchas horas en ese mundo. Entonces, para Ć©l, era un juego. Hasta que un dĆa, de pronto, el mundo fuera de ese mundo, la vida fuera del ordenador, empezaba a dar muestras de arriesgadas similitudes.

āNuestros lĆderes, a fuerza de hacer ruedas de prensa en televisiones de plasma, habĆan dejado de ser personas para convertirse en personajesā, dice el ilustrador. āY no precisamente personajes de cuentoā.
La vida de su paĆs, EspaƱa, se habĆa convertido en una Grand Theft Democracy. Pensó que ese tĆtulo era el que mejor describĆa lo que sentĆa y lo empezó a dibujar en una serie de ilustraciones que mimetizan la estĆ©tica del juego.
El escenario de Daniel SĆ”nchez se convirtió en una Grand Theft Democracy el dĆa que se acabaron todas sus vidas. HabĆa trabajado 13 aƱos como guionista y, durante los Ćŗltimos seis aƱos, lo habĆa hecho como autónomo. La sentencia estaba dictada. No tenĆa prestación por desempleo. Pero la realidad a veces queda demasiado grande y SĆ”nchez acudió al INEM para preguntar si habĆa alguna prestación por los aƱos cotizados como trabajador por cuenta ajena.
āNo hubo suerteā, indica el guionista. āEsas cotizaciones desaparecen del sistema si no se usan durante cinco aƱos. Me llega la declaración de la renta y me exige, con una precisión sorprendente, la misma cantidad de dinero que me queda en el banco. Como tengo dos hijos āel mayor de ellos, de tres aƱosā estoy obligado a explorar cada posibilidad, asĆ que voy a la oficina de Asuntos Sociales para pedir algĆŗn tipo de ayudaā.
[pullquote]”Cuando uno se considera vĆctima de una estafa, lo primero que siente es ira, luego tristeza y despuĆ©s la necesidad de contarlo a los cuatro vientos”[/pullquote]
De nuevo, no hubo suerte. āEn este caso porque la madre de mis hijos gana mĆ”s de 500⬠al mesā, explica. āAl parecer, el gobierno establece que con poco mĆ”s de 500⬠mensuales pueden vivir dos adultos y dos niƱos sin necesidad alguna de ayudaā.
Daniel S. Arranz continĆŗa: āLe pregunto a la trabajadora: ĀæMe estĆ”s diciendo que, despuĆ©s de contribuir al Estado con miles y miles de euros durante aƱos, ahora que yo necesito algo para dar de comer a mis hijos, el estado no me va a ayudar? ”¿Ni con cien euros al mes?! Ella asiente comprensiva ante mi indignación ālo que, de algĆŗn modo, lo hace aĆŗn mĆ”s duroā y lo deja perfectamente claro: No te van a dar nadaā.
El ilustrador se vio impotente ante las reglas del juego. āA partir de ese momento me sentĆ vĆctima de una estafa. Y uno, cuando se considera vĆctima de una estafa, lo primero que siente es ira, luego tristeza y despuĆ©s la necesidad de contarlo a los cuatro vientos y seƱalar a aquellos que le han estafadoā.
Arranz, hasta entonces, habĆa acudido a las citas que, durante los Ćŗltimos aƱos, han convertido a masas humanas en una protesta. No le gustaba el destino que estaba tomando la educación y la sanidad. Pero ese dĆa pensó que su voz, en una manifestación, se diluĆa entre ecos. āTenĆa que hacer algo por mi cuentaā, expone. āPor intrascendente que yo sea como individuo, tenĆa, y tengo, la necesidad de decir tan claro como pueda que EspaƱa hoy por hoy es un rĆo revuelto y los que nos dirigen son pescadores. Y asĆ es como nacen estos dibujosā.
El madrileƱo empezó a dibujar hace aƱos. Entonces lo hacĆa por gusto. Hoy, no. āCuando estoy enfrascado en una de esas ilustraciones, siento que estoy haciendo algo que necesito hacer, pero no hay placer en elloā.
Desde tiempos remotos es conocido el efecto terapĆ©utico de las artes y la literatura. SĆ”nchez se aferró al dibujo. Dice que le ha salvado de un agujero en el estómago. āNos encontramos, casi cada dĆa, con alguna nueva noticia que pone a prueba nuestra capacidad de aguanteā, relata. āUna de las Ćŗltimas fue la destrucción de los discos duros de los ordenadores de BĆ”rcenas. Leo las explicaciones que da el PP para justificar la destrucción fĆsica de esos discos, que forman parte de una investigación en marcha, y me tengo que poner a dibujar rĆ”pidamente o sĆ© que me saldrĆ” una Ćŗlcera. Llega el momento en el que casi desearĆa que, puestos a reĆrse de nosotros, al menos lo hagan con mĆ”s disimuloā.
Pero el efecto es expansivo. El arte no solo alivia a quien lo hace. āSoy un firme convencido de que la creatividad es una de las herramientas mĆ”s poderosas que tenemos a la hora de luchar contra aquello que consideramos injustoā, comenta.
[pullquote align=”right”]”El arte que producimos (y tambiĆ©n el que no producimos) servirĆ” para que nos juzguen las generaciones posterioresā[/pullquote]
El guionista saca el Guernica a la pista. āEs una pintura que nace como protesta pero, con el paso de los aƱos, la denuncia va convirtiĆ©ndose en testimonio y en advertencia. Gracias a ella somos muchos los que descubrimos en nuestra niƱez la historia del terrible bombardeo y gracias a ella no olvidamos una parte muy oscura de nuestra historiaā.
āEso demuestra el enorme poder reivindicativo, tanto presente como futuro, que tiene una obra de arte. Y por supuesto āsalta a la luz con mis dibujosā uno nunca debe esperar a ser un genio de la talla de Picasso para poder protestarā, continĆŗa el ilustrador. āCreo que cualquier obra artĆstica que se haga con vocación reivindicativa tiene un enorme valor porque, como sociedad, el arte que producimos (y tambiĆ©n el que no producimos) servirĆ” para que nos juzguen las generaciones posterioresā.
La pregunta, llegados este punto, no tiembla.
ā Daniel, Āæcómo piensas que tus dibujos pueden ayudar a mejorar este paĆs?
ā Mis dibujos no van a cambiar la situación actual porque estamos viviendo una Ć©poca de hechos consumados. No hay debate alguno. Ni sobre transparencia, ni sanidad, ni educación, ni impuestos, ni corrupción polĆtica⦠Nada. La polĆtica, gracias al concepto de āmayorĆa absolutaā, ha hecho legal la ausencia de democracia. Si no hay debate, si no hay intercambio de ideas, si el presidente del gobierno puede defender su supuesta honradez en una rueda de prensa ficticia desde el interior de una tele de plasma⦠¿quĆ© pueden lograr unos dibujos? Nada. Al menos no hoy.
Arranz recuerda una escena en la que āUnamuno dijo a MillĆ”n Astray en la Universidad de Salamanca aquello de VencerĆ©is, pero no convencerĆ©isā y la remata con una pregunta retórica: āĀæsupuso algĆŗn cambio en el gobierno?ā. āNoā, se contesta a sĆ mismo. āPero hoy nos da fuerzas pensar que ese profesor tuvo el coraje de decir aquello (y bien que pagó el precio). Y yo siento la necesidad de dejar claro que somos millones de ciudadanos los que no nos creemos que privatizar la sanidad y encarecer la educación sean cosas que se hacen por nuestro bien. Y todos nosotros vamos a combatirles con aquello que menos les importa: la cultura. Con escritos, carteles, dibujos, gifs animados, vĆdeos, mĆŗsica, campaƱas publicitarias o caricaturas. Tienen que saber que vencerĆ”n, pero no convencerĆ”nā.
Tal vez haya un dia en el que la palabra venza a estos dictadores, entre todos podemos. esto solo es el principio miles de nosotros sabemos en lo que se esta convirtiendo el pais puede que nos ganen en mayoria pero nunca conseguiran lo que quieren si se lo impedimos entre todos…v de vendeta no nos manipularsn nuestras mentes
Muy grande el talento de este chico. Le deseo suerte y firmeza en sus principios.
Y apuesto a que si tuviese un buen enfoque de venta…
Saludos.
Si, me gusta pero y el otro lado?
No creereis que los otros son los buenos? Y han participado igualmente del botĆn.
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