Bota bota mi pelota/ si se me rompe/ me compran otra. ”CuÔnta diversión puede proporcionarnos una esfera hecha de trapos, plÔstico, cuero o papel de aluminio! Pero ¿tiene algo que ver un balón con adular al alguien para sacar tajada de él? Efectivamente, no.
Pelota es un galicismo que entró en EspaƱa en la Edad Media y comparte familia latina con nuestra espaƱolĆsima pella. No lo digo yo, lo dice este seƱor, JosĆ© Enrique Gargallo, profesor de FilologĆa RomĆ”nica en la Universidad de Barcelona, que de lenguaje y de etimologĆa sabe infinitamente mĆ”s que yo.
El profesor Gargallo nos hablaba en su programa de la polisemia de esta palabra. Nos sirve para jugar, sĆ, pero es tambiĆ©n un montón de cosas. Basta con echar un vistazo al Diccionario de la RAE para comprobarlo.Ā Si nos fijamos bien, la definición nĆŗmero 8 nos dice: Ā«(Porque pasa por todas las manos).Ā f.Ā coloq.Ā prostitutaĀ». Y por ahĆ van los tiros.
SegĆŗn el Diccionario de Autoridades, nos cuentan en el blog 1 de 3, Ā«Vulgarmente se da este nombre de pelota a la mujer pĆŗblicaĀ». O sea, a la prostituta. En el lenguaje criminal, un pelote era el chulo que vivĆa de la explotación de sus chicas. Por tanto, pelota era el apelativo que se le daba a su protegida.
Estos chulos de antes āno sĆ© si los de ahora tambiĆ©n, no soy usuaria de este tipo de serviciosā exigĆan a sus chicas que adularan, sobetearan, lisonjearan y fueran cariƱosas y supersimpĆ”ticas con los clientes que pagaban por sus encantos con el fin de que estos volvieran a llamarlas en próximos apretones. Lo que hoy llamamos Ā«fidelizarĀ».
De esta manera, a la acción del peloteo, de la adulación se le dice hacer la pelota. Y el que la ejecuta, ya sea hombre o mujer, es un pelota. Eso sĆ, ese sentido peyorativo que tenĆa el apelativo a las prostitutas se ha perdido ya. Hoy no es un adjetivo positivo, pero tampoco es un insulto de los que provoquen duelos, vaya.
Aunque, si nos ponemos filosóficos y metafóricos, Āæno podrĆa ser prostitución esa pringosa adulación al contrario, generalmente un superior, con el fin de conseguir de Ć©l algĆŗn beneficio? AhĆ os lo dejo para vuestra meditación semanal.
Una segunda versión nos la da el blog Saberia, y nos remite a un personaje histórico: Fernando VII.
SegĆŗn Saberia, la expresión Ā«hacer la pelotaĀ» tiene su origen en el siglo XIX, Ć©poca en la que el billar comenzó a ser popular en nuestro paĆs y una de las aficiones favoritas del rey Fernando VII.
Ā«PelotasĀ» es como se llamaba al montón de nobles y cortesanos que jugaban con el monarca, dejĆ”ndole las bolas (pelotas) del billar tan colocaditas que el buen Fernando solo tenĆa que darles un ligero toque para colarlas y hacer carambola.
Yo, quƩ querƩis que os diga, me quedo con la primera. Me va mƔs el rollo canalla.
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