29 de febrero 2012    /   CINE/TV
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Hikikomoris: vivir encerrado en tu habitación

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Cuatro años encerrado en 4 muros. No fue algo que ocurrió de la noche a la mañana. Fue algo gradual. Gomacha empezó a sentir la necesidad de refugiarse en su habitación. Este japonés de 27 años forma parte de una legión creciente de jóvenes nipones que se encierran en su casa para no salir jamÔs. Los llaman Hikikomori, un término que hace referencia a los apartados de la sociedad. No estamos hablando de algo casual. Es una verdadera pandemia. El gobierno estimó en 2010 que hay 3,6 millones de personas que sufren esta situación.

Anoche Gomacha fue el invitado estrella al Upload Festival en Madrid, un festival organizado por la productora The Lift, que proyecta vídeos online en cines. Junto con la agencia LOLA, los organizadores lograron convencerlo para salir de su habitación para venir a España.

Antes de empezar la emisión de la películas tuvimos la oportunidad de hablar con él. Se notaba algo nervioso pero resultó ser mucho menos retraído de lo que se espera de alguien que lleva tanto tiempo apartado del mundo físico.

La realidad es que ese aislamiento no lo es tanto gracias a internet. De hecho, en el interior de este mundo interconectado, Gomacha dice encontrar reconocimiento y muchos amigos. Pasó de tener apenas a nadie en su vida cotidiana a tener muchas conexiones en redes sociales como Mixi, el Facebook japonĆ©s. ā€œDesde que estoy en casa he tenido 302.121 likes. Son mĆ”s de 200 likes al dĆ­a durante estos 4 aƱos”.

Tiene incluso novia. “Se llama Chihiro. Bueno, no es su nombre real, pero asĆ­ la llamĆ© un dĆ­a en broma y asĆ­ se ha quedado. Estamos muy enamorados. Admiro mucho lo que hace y a ella le encanta lo que yo hago. Hablamos todo el dĆ­a y casi todos los dĆ­as”.

Un dĆ­a normal para este japonĆ©s suele ser bastante previsible. “Me levanto. Veo vĆ­deos en YouTube. A veces hablo con amigos por videoconferencia. Chateo. Leo cómics. Veo pelĆ­culas. Muchas pelĆ­culas”, explica.

Los Hikikomori no son un fenómeno pasajero. Niwa, un productor audiovisual que hoy ejerce de traductor para Ć©l, dice que van en aumento. “Cada vez son mĆ”s. Tenemos un grave problema. Nacen menosĀ jóvenesĀ y sus padres los sobreprotegen”.

Los expertos tienen mĆŗltiples teorĆ­as sobre las razones de este fenómeno. Algunos lo achacan a la excesiva presión que se ejerce sobre los adolescentes durante la etapa educativa. Los que no se encuentranĀ cómodosĀ en estos ambientes rĆ”pidamente son apartados y encuentranĀ difĆ­cilĀ adaptación. “Quienes piensan diferente lo tienen muyĀ difĆ­cil”, sentencia un documental sobre el tema realizado por Odisea.

La pasividad de los padres contribuye al problema. No se atreven a afrontar la situación. Se sienten avergonzados por ello y permiten a sus hijos llevar esa vida. En algunas ocasiones incluso se llega a crear escenarios de dependencia entre la madre y el hijo.

El aislamiento social contrasta con el mundo que personas como Gomacha encuentran en internet. Se establecen dinĆ”micas de apoyo entre ellos para seguir encerrados en su habitación.Ā Juntos se jalean, se apoyan en perseguir esta vida carente de contacto fĆ­sico pero lleno deĀ estĆ­mulos digitales. “Si estĆ”s pensando en dejarlo, ellos te animan para seguir siendo Hikikomori. EstĆ”n orgullosos de serlo. Hay incluso personas que son estrellas dentro de la comunidad y tienen sus propios programas en YouTube”, explica. “A veces estoy a gusto en ese mundo. A veces lo detesto”.

En otras facetas, Gomacha es como cualquier otro japonĆ©s preocupado por su paĆ­s. Dice desconfiar mucho de las autoridades, algo que solo ha ido en aumento desde la catĆ”strofe de Fukushima. “Cada vez mĆ”s nos esforzamos en buscar fuentes alternativas. Sabemos que nos estĆ”n mintiendo. Gracias a internet, esto es posible”, responde.

El traductor que ha ayudado a traerlo a EspaƱa secunda sus palabras. “Dicen que es una buena oportunidad para cambiar las cosas y reformar la sociedad. La realidad que estĆ” cambiando bien poco”. Se construyen sociedades capaces de proporcionar todas las necesidades materiales a sus ciudadanos pero con enormes carencias en otras.

Antes de venir a Madrid, sus ideas preconcebidas sobre EspaƱa eran casi nulas. “Lo Ćŗnico que sabĆ­a de este paĆ­s es la mĆŗsica gitana que he escuchado en algunas pelĆ­culas”.Ā El cine es precisamente lo que Gomacha espera hacer algĆŗn dĆ­a. “Escribo guiones y me encantan las pelĆ­culas chinas”.

No dice estar preocupado por su situación aunque reconoce que no podrĆ” seguir asĆ­ toda la vida.Ā “Soy consciente de que antes o despuĆ©s tendrĆ© que salir de esta dinĆ”mica. No serĆ” facil. DejarĆ© atrĆ”s mi avatar en el que encuentro validación”.

ĀæAyudarĆ” a Gomacha esta visita a un paĆ­s tan efusivo como EspaƱa a cambiar su vida? “No es que me dĆ© miedo salir. Es que no tengo nada que me motive a salir”.

Fotos: Takayuki Niwa

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Cuatro años encerrado en 4 muros. No fue algo que ocurrió de la noche a la mañana. Fue algo gradual. Gomacha empezó a sentir la necesidad de refugiarse en su habitación. Este japonés de 27 años forma parte de una legión creciente de jóvenes nipones que se encierran en su casa para no salir jamÔs. Los llaman Hikikomori, un término que hace referencia a los apartados de la sociedad. No estamos hablando de algo casual. Es una verdadera pandemia. El gobierno estimó en 2010 que hay 3,6 millones de personas que sufren esta situación.

Anoche Gomacha fue el invitado estrella al Upload Festival en Madrid, un festival organizado por la productora The Lift, que proyecta vídeos online en cines. Junto con la agencia LOLA, los organizadores lograron convencerlo para salir de su habitación para venir a España.

Antes de empezar la emisión de la películas tuvimos la oportunidad de hablar con él. Se notaba algo nervioso pero resultó ser mucho menos retraído de lo que se espera de alguien que lleva tanto tiempo apartado del mundo físico.

La realidad es que ese aislamiento no lo es tanto gracias a internet. De hecho, en el interior de este mundo interconectado, Gomacha dice encontrar reconocimiento y muchos amigos. Pasó de tener apenas a nadie en su vida cotidiana a tener muchas conexiones en redes sociales como Mixi, el Facebook japonĆ©s. ā€œDesde que estoy en casa he tenido 302.121 likes. Son mĆ”s de 200 likes al dĆ­a durante estos 4 aƱos”.

Tiene incluso novia. “Se llama Chihiro. Bueno, no es su nombre real, pero asĆ­ la llamĆ© un dĆ­a en broma y asĆ­ se ha quedado. Estamos muy enamorados. Admiro mucho lo que hace y a ella le encanta lo que yo hago. Hablamos todo el dĆ­a y casi todos los dĆ­as”.

Un dĆ­a normal para este japonĆ©s suele ser bastante previsible. “Me levanto. Veo vĆ­deos en YouTube. A veces hablo con amigos por videoconferencia. Chateo. Leo cómics. Veo pelĆ­culas. Muchas pelĆ­culas”, explica.

Los Hikikomori no son un fenómeno pasajero. Niwa, un productor audiovisual que hoy ejerce de traductor para Ć©l, dice que van en aumento. “Cada vez son mĆ”s. Tenemos un grave problema. Nacen menosĀ jóvenesĀ y sus padres los sobreprotegen”.

Los expertos tienen mĆŗltiples teorĆ­as sobre las razones de este fenómeno. Algunos lo achacan a la excesiva presión que se ejerce sobre los adolescentes durante la etapa educativa. Los que no se encuentranĀ cómodosĀ en estos ambientes rĆ”pidamente son apartados y encuentranĀ difĆ­cilĀ adaptación. “Quienes piensan diferente lo tienen muyĀ difĆ­cil”, sentencia un documental sobre el tema realizado por Odisea.

La pasividad de los padres contribuye al problema. No se atreven a afrontar la situación. Se sienten avergonzados por ello y permiten a sus hijos llevar esa vida. En algunas ocasiones incluso se llega a crear escenarios de dependencia entre la madre y el hijo.

El aislamiento social contrasta con el mundo que personas como Gomacha encuentran en internet. Se establecen dinĆ”micas de apoyo entre ellos para seguir encerrados en su habitación.Ā Juntos se jalean, se apoyan en perseguir esta vida carente de contacto fĆ­sico pero lleno deĀ estĆ­mulos digitales. “Si estĆ”s pensando en dejarlo, ellos te animan para seguir siendo Hikikomori. EstĆ”n orgullosos de serlo. Hay incluso personas que son estrellas dentro de la comunidad y tienen sus propios programas en YouTube”, explica. “A veces estoy a gusto en ese mundo. A veces lo detesto”.

En otras facetas, Gomacha es como cualquier otro japonĆ©s preocupado por su paĆ­s. Dice desconfiar mucho de las autoridades, algo que solo ha ido en aumento desde la catĆ”strofe de Fukushima. “Cada vez mĆ”s nos esforzamos en buscar fuentes alternativas. Sabemos que nos estĆ”n mintiendo. Gracias a internet, esto es posible”, responde.

El traductor que ha ayudado a traerlo a EspaƱa secunda sus palabras. “Dicen que es una buena oportunidad para cambiar las cosas y reformar la sociedad. La realidad que estĆ” cambiando bien poco”. Se construyen sociedades capaces de proporcionar todas las necesidades materiales a sus ciudadanos pero con enormes carencias en otras.

Antes de venir a Madrid, sus ideas preconcebidas sobre EspaƱa eran casi nulas. “Lo Ćŗnico que sabĆ­a de este paĆ­s es la mĆŗsica gitana que he escuchado en algunas pelĆ­culas”.Ā El cine es precisamente lo que Gomacha espera hacer algĆŗn dĆ­a. “Escribo guiones y me encantan las pelĆ­culas chinas”.

No dice estar preocupado por su situación aunque reconoce que no podrĆ” seguir asĆ­ toda la vida.Ā “Soy consciente de que antes o despuĆ©s tendrĆ© que salir de esta dinĆ”mica. No serĆ” facil. DejarĆ© atrĆ”s mi avatar en el que encuentro validación”.

ĀæAyudarĆ” a Gomacha esta visita a un paĆ­s tan efusivo como EspaƱa a cambiar su vida? “No es que me dĆ© miedo salir. Es que no tengo nada que me motive a salir”.

Fotos: Takayuki Niwa

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Opiniones 19
  • Es una pena que se den tantos casos asĆ­, pienso que la vida es mucho mĆ”s que cuatro paredes y un ordenador.

    Saludos.

  • Con el dĆ­a tan bueno que hace, que alguien se lo lleve de caƱas! a lo mejor asĆ­ le cuesta menos salir de esa habitación, que por cierto, algo de mierda si que parece que tiene…

  • Pues me parece estupendo, sobre todo leyendo la Ćŗltima frase.
    No sé quiénes somos los demÔs para andar diciendo qué es lo mejor para este chico. Si para él la única via de ser feliz es encerrarse en su cuarto, fenomenal, mejor para él.

  • Si alguien ha leido Guerra Mundial Z(muy bueno por cierto) sobre una guera zombie colocan un chico de estos.Todo se desmorona a su alrededor pero el ni se entera mas que por la Red..el lo sabe todo de las evacuaciones y sobre los zombies pero ni se entera de que sus padres ya no estan sino hasta que se queda sin comida..pero ni aun asi le interesa como lo que puede…hasta que se corta la Red y entonce tiene que salir..y el mundo es un caos

  • Hikikomoris: vivir encerrado en tu habitación | Yorokobu I was suggested this web site by my cousin. I am not sure whether this post is written by him as nobody else know such detailed about my trouble. You are incredible! Thanks! your article about Hikikomoris: vivir encerrado en tu habitación | Yorokobu Best Regards Yoder Nick

  • AquĆ­ en EspaƱa tenemos la evolución de los hikikomori: jóvenes que ademĆ”s de no dar palo al agua por voluntad propia, ya que exigirles mucho tampoco es el caso. Si se pone tonta la madre o quien sea de la familia, no dudarĆ”n dos segundos en darle un guantazo.

    • Normal que en espaƱa los niƱos metan guantazos….a ellos se los dieron seguramente, y si no, solo tienes que ver la cultura general del pais, a cualquier problema, la solucion es:
      -A que te meto una ostia
      -A que te denuncio
      -A que te quedas sin…
      -A que te quedas castigad/o

      Luego….queremos que los jovenes no sean “hostiles”….

      Si mezclamos edad del pavo,internet y “crisis” obtendremos pajilleros,enfadados con el mundo, que o lo quieren destruir, o no quieren salir de su cuarto para verlo.

  • Comentarios cerrados.