En una televisión, aún en blanco y negro, Fred Astaire movÃa los pies a un ritmo vertiginoso. Con cada golpe se ganaba el tÃtulo del mejor bailarÃn de la historia, aunque haya quien se lo otorgue a Gene Kelly; cuestión de gustos. Pero Homer Hans Bryant los admira a ambos.
La discriminación racial no reside solo en el número de bailarines afroamericanos de las compañÃas, muy reducido a nivel mundial. Hay otra parte, en las escuelas, que molesta especialmente a Bryant. «A dÃa de hoy, si visita la mayorÃa de escuelas de ballet, los bailarines negros siguen usando medias rosadas… Creo que serÃa interesante hacer que los bailarines blancos utilicen medias de colores oscuros durante meses y obtener luego un feedback», indica con fuerza.
En una televisión, aún en blanco y negro, Fred Astaire movÃa los pies a un ritmo vertiginoso. Con cada golpe se ganaba el tÃtulo del mejor bailarÃn de la historia, aunque haya quien se lo otorgue a Gene Kelly; cuestión de gustos. Pero Homer Hans Bryant los admira a ambos.
La discriminación racial no reside solo en el número de bailarines afroamericanos de las compañÃas, muy reducido a nivel mundial. Hay otra parte, en las escuelas, que molesta especialmente a Bryant. «A dÃa de hoy, si visita la mayorÃa de escuelas de ballet, los bailarines negros siguen usando medias rosadas… Creo que serÃa interesante hacer que los bailarines blancos utilicen medias de colores oscuros durante meses y obtener luego un feedback», indica con fuerza.
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