«Hola, Mundo», el viaje como método de crianza

”Yorokobu gratis en formato digital!
Algunos niƱos tienen mĆŗltiples cuadros y Ć”lbumes de fotos criando polvo en las casas de sus abuelos; otros tienen vĆdeos caseros del momento en que metieron la cara en la tarta de cumpleaƱos o se cayeron de bruces por un tobogĆ”n. Koke tiene un documental; un documental que explica cómo sus padres descubrieron que aquello que daba sentido a sus vidas le aportaba a su hijo mucho mĆ”s de lo que nunca habĆan podido imaginar. Esta es la historia de Hola, MundoĀ y de cómo el viaje puede ayudar a construir la personalidad de un niƱo (El documental se puede ver completo al final del artĆculo).
EN BUSCA DE ‘ALGO’ QUE RECORDAR
Una voz en off con acento andaluz acompaƱa las primeras imĆ”genes del documental. Es inconfundible: la has escuchado decenas de veces cantando aquello de el Corazón partĆo. De pronto, mientras esperas a que aparezca Shakira entonando un gorgorito, Alejandro Sanz pronuncia una frase que te devuelve a la realidad de lo que estĆ”s viendo: Ā«Nadie le dice a los demĆ”s “no me gusta viajar” aunque asĆ sea. Viajar estĆ” de moda, asĆ que viajamos, cada vez mĆ”s⦠Hasta que, un dĆa, llegan los hijosĀ».
Los hijos. Ese parece ser el lĆmite para muchos padres, el punto y final para algunas actividades y hĆ”bitos que los hace sentirse bien o que, incluso, los definen como personas (aunque tambiĆ©n hay quienes se presentan como madreĀ antes que con otro rasgo de identidad). LucĆa SĆ”nchez y RubĆ©n SeƱor, en cambio, decidieron convertir la actividad que mĆ”s los definĆa en una herramienta para criar a su hijo: el viaje.
RubĆ©n y LucĆa sufren los sĆntomas de un extraƱo sĆndrome desde hace aƱos, concretamente desde las 12:15 del mediodĆa del 1 de julio de 2013. Ese fue el momento exacto en el que dejaron su trabajo como publicistas y comenzaron una vuelta al mundo que los catapultó a una nueva situación llena de incertidumbres y mariposas en el pericardio: vivir viajando a travĆ©s de su web, la reciĆ©n nacidaĀ Algo que recordar.
Lo que al principio parecĆa un salto al vacĆo fue, en realidad, una zambullida hacia un mundo ingrĆ”vido en el que se movĆan con total facilidad. El planeta se convirtió en su oficina y, a partir de Ć©l, nacieron artĆculos, fotos, videos y documentales en los que transmitĆan todos los aprendizajes que iban adquiriendo por el camino.
«Y entonces, ocurrió: llegó el flechazo».
La voz de LucĆa marca un cambio de tercio en el documental. Ā«Nos enamoramos de los niƱos viajeros. HabĆamos coincidido en varios paĆses con familias de todos lados que viajaban con sus hijos por un par de semanas, seis meses e incluso tres aƱos. Se acercaban a todo el mundo, se presentaban en varios idiomas⦠eran como muy libresĀ».
LucĆa y RubĆ©n se dieron cuenta de que aquellos niƱos que habĆan tenido el viaje como base de su crianza estaban Ā«muy conectados consigo mismos y con sus necesidadesĀ», explica RubĆ©n en el documental. Ā«Nos parecĆan muy autónomos, capaces de tomar decisiones, de resolver problemas, de inventar mundos imaginarios con cualquier cosa o con ninguna, amantes de la naturalezaā¦Ā».
Un nuevo horizonte se abrió frente a los creadores de Algo que recordar. Ellos, que habĆan descartado ser padres para poder viajar sin ataduras, descubrieron que viajar con niƱos no solo era posible, sino algo que deseaban hacer con todas sus fuerzas. En esa tormenta de emociones contradictorias, LucĆa y RubĆ©n se hicieron una promesa: tendrĆan un hijo para regalarle el mundo, para poder darle todo lo que habĆan visto, aprendido y vivido.
Ese hijo se llamó Koke, nació en 2016 y sus padres aún ignoraban en aquel momento la magnitud de su promesa.
INSTRUCCIONES PARA CUMPLIR UNA PROMESA
Paso 1: Ignore la presión social
LucĆa y RubĆ©n ya habĆan pasado por la fase de los dedos acusadores cuando decidieron dejarlo todo y marcharse de viaje. Sin embargo, ahora era distinto; ahora habĆa un niƱo de por medio. Ā«En estos tres aƱos hemos necesitado devorar libros, artĆculos y publicaciones que escriben personas como algunos de los expertos que aparecen en el documental para fundamentar que no estamos locos y que llevarle la contraria al mundo es lo mĆ”s cuerdo que hemos hecho nuncaĀ», explica LucĆa SĆ”nchez.
SegĆŗn los creadores de Hola, Mundo, el objetivo inicial de la pieza surgió como un alegato ante las opiniones crĆticas que habĆan recibido por la elección de su forma de vida y de Ā«una necesidad de dar argumentos a aquellos en una situación similar a la nuestra, para tener algo que decir a la gente de su entornoĀ», explica RubĆ©n SeƱor.
Sin embargo, como explica el propio Rubén, «el documental se fue alejando de este objetivo y el viaje se convirtió en hilo conductor para contar cosas mÔs elevadas». Esas cosas mÔs elevadas eran los mecanismos para criar a un niño durante sus primeros años de vida, los mÔs importantes en el desarrollo de un ser humano.
Paso 2: Lea mucho (y de calidad)
Hola, Mundo no es un videoblog disfrazado de documental sobre unos padres que viajan y se lo pasan pipa con su hijo. Cada paso estĆ” trazado con un sentido, y ese sentido lo dan los mĆŗltiples apoyos cientĆficos que aparecen en el mismo y sientan las bases de lo aprendido por RubĆ©n y LucĆa para la educación de Koke. Entre esos apoyos cientĆficos se encuentran figuras como el neuropsicólogo Ćlvaro Bilbao, la pediatra LucĆa GalĆ”n, el psicólogo Alberto Soler y la doctora en biologĆa Katia Hueso.
Entrelazando las imĆ”genes de las vivencias de la familia en Algo que recordar, los diferentes entrevistados van dejando caer pĆldoras basadas en sus conocimientos cientĆficos sobre algunos miedos o prejuicios habituales del hecho de viajar con niƱos. Entre ellos se encuentran el temor a contraer enfermedades o la objeción de que, siendo tan pequeƱos, no se van a acordar de los lugares recorridos.
Respecto a esto Ćŗltimo, Alberto Soler realiza una argumentación a favor de realizar viajes con niƱos muy pequeƱos para fomentar la estabilidad emocional del niƱo. El psicólogo explica que un niƱo Ā«no va a poder contar ese recuerdo, pero hay Ā muchas formas diferentes de recordar. No se va a acordar de forma explĆcita, pero todo lo que ha vivido con esas experiencias positivas tan cercanas junto a sus padres construyen la base de todo su desarrolloĀ». Esas experiencias, segĆŗn cuenta un artĆculo mencionado por el psicólogo, Ā«pueden ejercer una labor protectora frente a la depresión y otros problemas de la fase adultaĀ».
Por su parte, Ćlvaro Bilbao, autor del libro El cerebro del niƱo explicado a los padres, habla en Hola, Mundo de la sobreprotección. Ā«Vivimos en una sociedad en la que tenemos a los niƱos muy sobreprotegidos. Cuando viajamos lejos de la sociedad occidental, vemos que los niƱos aprenden habilidades de una manera muy distinta, se forman grupos grandes en los que aprenden, juegan, disfrutan. Esa es una fuente muy grande de confianza para ellosĀ».
Según explica el neuropsicólogo, «cuando un niño tiene que tomar decisiones por sà solo y no estÔ bajo la constante sobreprotección de los padres, lo que ocurre en su cerebro es que se activa la corteza orbitofrontal. Esta es una zona muy importante porque activa todas las regiones frontales del cerebro, que son las últimas que hemos desarrollado como especie y que nos permiten tomar mejores decisiones, tener mÔs autocontrol y resolver mejor los problemas».
Paso 3: Recorra el mundo (sin miedo)
Desde cero hasta los dos aƱos y diez meses. Ese es el recorrido temporal en la vida de Koke que se presencia en Hola, Mundo. Sin embargo, su recorrido espacial es exponencialmente mayor de lo que cabrĆa esperar para ese lapso de tiempo tan reducido en la vida de un bebĆ©:
Tokio, ShangĆ”i, Nueva York, ParĆs, Colombia,
SudƔfrica, Suazilandia, Argentina, Puerto Rico, Miami, Chicago,
Costa Oeste, Frankfurt, Roma, Brasil, Chile,
Cuba, Islandia, Irlanda, Egipto.
Gracias a su perseverancia, la pareja pudo continuar con la forma de vida viajera que habĆan llevado hasta ese momento, esta vez junto a su hijo. Durante sus dos primeros aƱos de vida Koke caminó junto pingüinos, vio jirafas en libertad, presenció la aurora boreal, caminó a tientas frente a glaciares, se subió a tocarĀ instrumentos con bandas callejeras en Cuba y Puerto Rico, sobrevoló el Gran Cañón en helicóptero, chapoteó en las lagunas altiplĆ”nicas del desierto de Atacama o entró en templos budistas.
Pero, mĆ”s allĆ” de los paĆses visitados, lo que impactó a RubĆ©n y LucĆa fue el efecto que tenĆa el viaje sobre la personalidad de Koke: el contacto con diferentes culturas, gastronomĆas, religiones, seres humanos y, sobre todo, el hecho de estar junto a sus padres 24 horas al dĆa habĆan influido de forma directa en el crecimiento de su hijo. Combinando lo aprendido de sus mĆŗltiples lecturas cientĆficas con las posibilidades que ofrecĆa tener tantos estĆmulos diferentes para Koke, los padres fueron viendo cómo este iba desarrollando cualidades que lo diferenciaban de otros niƱos de su edad.
Sin embargo, y como explica LucĆa, Ā«Koke no es mĆ”s listo que otros niƱos, sino que cuenta con mĆ”s estĆmulos para potenciar sus puntos positivos. El viaje permite que se desarrolle de forma natural lo que a cada niƱo se le da mejor. Por ejemplo, si un niƱo es observador, tiene 24 horas al dĆa para descubrirlo y entrenarloĀ». Para RubĆ©n, la cualidad mĆ”s destacada adquirida por Koke es el Ā«contacto con la gente, la naturalidad con que habla y se presenta, el desenfado para hablar y acercarse a quien sea⦠Se ha convertido en un arma de socialización masivaĀ». Y remata entre risas: Ā«el problema es que es un puto torbellino y no hay quien lo pareĀ».
Pese a que en Hola, MundoĀ RubĆ©n y LucĆa muestran su experiencia de viaje casi constante con Koke, hay tambiĆ©n una idea muy clara plasmada en la obra. Como explica LucĆa, Ā«el documental no es ādĆ©jalo todo y vete ocho meses de viajeā. La idea es inspirar a cada uno dentro de sus posibilidades, probar a ir con tus hijos dos semanas a un lugar diferente como puede ser Japón, en lugar de dos semanas a Fuengirola. E incluso mĆ”s allĆ” de eso: dejar tiempo para realizar un ocio comĆŗn con niƱos, donde toda la familia forme parte del viaje. No hace falta irse a Australia para que se puedan aprovechar los beneficios que tiene el viaje en familia, como son el juego libre, salir de tu entorno, cruzarte con gente que no conoces⦠Si ir Asturias es tu lĆmite, ahĆ tambiĆ©n es posibleĀ».
Para RubĆ©n y LucĆa la educación que ha ido recibiendo Koke es la ideal, pero son conscientes de que se van acercando lentamente a los seis aƱos, la edad obligatoria de escolarización en EspaƱa. Respecto a ese tema, LucĆa explica que Ā«estamos en fase de escucha e investigación de todas las posibilidades. Estamos valorando mĆ©todos como worldschooling o el de algunas escuelas alternativas que comprendan nuestra situación y el beneficio que tiene el viaje como forma complementaria a un sistema educativo que, por otra parte, tampoco podemos ignorar eternamente. No estamos en plan āpor favor, que no pise un cole ni de coƱaā, pero sĆ una fórmula que pueda cuadrar con el viajeĀ».
”Yorokobu gratis en formato digital!
Algunos niƱos tienen mĆŗltiples cuadros y Ć”lbumes de fotos criando polvo en las casas de sus abuelos; otros tienen vĆdeos caseros del momento en que metieron la cara en la tarta de cumpleaƱos o se cayeron de bruces por un tobogĆ”n. Koke tiene un documental; un documental que explica cómo sus padres descubrieron que aquello que daba sentido a sus vidas le aportaba a su hijo mucho mĆ”s de lo que nunca habĆan podido imaginar. Esta es la historia de Hola, MundoĀ y de cómo el viaje puede ayudar a construir la personalidad de un niƱo (El documental se puede ver completo al final del artĆculo).
EN BUSCA DE ‘ALGO’ QUE RECORDAR
Una voz en off con acento andaluz acompaƱa las primeras imĆ”genes del documental. Es inconfundible: la has escuchado decenas de veces cantando aquello de el Corazón partĆo. De pronto, mientras esperas a que aparezca Shakira entonando un gorgorito, Alejandro Sanz pronuncia una frase que te devuelve a la realidad de lo que estĆ”s viendo: Ā«Nadie le dice a los demĆ”s “no me gusta viajar” aunque asĆ sea. Viajar estĆ” de moda, asĆ que viajamos, cada vez mĆ”s⦠Hasta que, un dĆa, llegan los hijosĀ».
Los hijos. Ese parece ser el lĆmite para muchos padres, el punto y final para algunas actividades y hĆ”bitos que los hace sentirse bien o que, incluso, los definen como personas (aunque tambiĆ©n hay quienes se presentan como madreĀ antes que con otro rasgo de identidad). LucĆa SĆ”nchez y RubĆ©n SeƱor, en cambio, decidieron convertir la actividad que mĆ”s los definĆa en una herramienta para criar a su hijo: el viaje.
RubĆ©n y LucĆa sufren los sĆntomas de un extraƱo sĆndrome desde hace aƱos, concretamente desde las 12:15 del mediodĆa del 1 de julio de 2013. Ese fue el momento exacto en el que dejaron su trabajo como publicistas y comenzaron una vuelta al mundo que los catapultó a una nueva situación llena de incertidumbres y mariposas en el pericardio: vivir viajando a travĆ©s de su web, la reciĆ©n nacidaĀ Algo que recordar.
Lo que al principio parecĆa un salto al vacĆo fue, en realidad, una zambullida hacia un mundo ingrĆ”vido en el que se movĆan con total facilidad. El planeta se convirtió en su oficina y, a partir de Ć©l, nacieron artĆculos, fotos, videos y documentales en los que transmitĆan todos los aprendizajes que iban adquiriendo por el camino.
«Y entonces, ocurrió: llegó el flechazo».
La voz de LucĆa marca un cambio de tercio en el documental. Ā«Nos enamoramos de los niƱos viajeros. HabĆamos coincidido en varios paĆses con familias de todos lados que viajaban con sus hijos por un par de semanas, seis meses e incluso tres aƱos. Se acercaban a todo el mundo, se presentaban en varios idiomas⦠eran como muy libresĀ».
LucĆa y RubĆ©n se dieron cuenta de que aquellos niƱos que habĆan tenido el viaje como base de su crianza estaban Ā«muy conectados consigo mismos y con sus necesidadesĀ», explica RubĆ©n en el documental. Ā«Nos parecĆan muy autónomos, capaces de tomar decisiones, de resolver problemas, de inventar mundos imaginarios con cualquier cosa o con ninguna, amantes de la naturalezaā¦Ā».
Un nuevo horizonte se abrió frente a los creadores de Algo que recordar. Ellos, que habĆan descartado ser padres para poder viajar sin ataduras, descubrieron que viajar con niƱos no solo era posible, sino algo que deseaban hacer con todas sus fuerzas. En esa tormenta de emociones contradictorias, LucĆa y RubĆ©n se hicieron una promesa: tendrĆan un hijo para regalarle el mundo, para poder darle todo lo que habĆan visto, aprendido y vivido.
Ese hijo se llamó Koke, nació en 2016 y sus padres aún ignoraban en aquel momento la magnitud de su promesa.
INSTRUCCIONES PARA CUMPLIR UNA PROMESA
Paso 1: Ignore la presión social
LucĆa y RubĆ©n ya habĆan pasado por la fase de los dedos acusadores cuando decidieron dejarlo todo y marcharse de viaje. Sin embargo, ahora era distinto; ahora habĆa un niƱo de por medio. Ā«En estos tres aƱos hemos necesitado devorar libros, artĆculos y publicaciones que escriben personas como algunos de los expertos que aparecen en el documental para fundamentar que no estamos locos y que llevarle la contraria al mundo es lo mĆ”s cuerdo que hemos hecho nuncaĀ», explica LucĆa SĆ”nchez.
SegĆŗn los creadores de Hola, Mundo, el objetivo inicial de la pieza surgió como un alegato ante las opiniones crĆticas que habĆan recibido por la elección de su forma de vida y de Ā«una necesidad de dar argumentos a aquellos en una situación similar a la nuestra, para tener algo que decir a la gente de su entornoĀ», explica RubĆ©n SeƱor.
Sin embargo, como explica el propio Rubén, «el documental se fue alejando de este objetivo y el viaje se convirtió en hilo conductor para contar cosas mÔs elevadas». Esas cosas mÔs elevadas eran los mecanismos para criar a un niño durante sus primeros años de vida, los mÔs importantes en el desarrollo de un ser humano.
Paso 2: Lea mucho (y de calidad)
Hola, Mundo no es un videoblog disfrazado de documental sobre unos padres que viajan y se lo pasan pipa con su hijo. Cada paso estĆ” trazado con un sentido, y ese sentido lo dan los mĆŗltiples apoyos cientĆficos que aparecen en el mismo y sientan las bases de lo aprendido por RubĆ©n y LucĆa para la educación de Koke. Entre esos apoyos cientĆficos se encuentran figuras como el neuropsicólogo Ćlvaro Bilbao, la pediatra LucĆa GalĆ”n, el psicólogo Alberto Soler y la doctora en biologĆa Katia Hueso.
Entrelazando las imĆ”genes de las vivencias de la familia en Algo que recordar, los diferentes entrevistados van dejando caer pĆldoras basadas en sus conocimientos cientĆficos sobre algunos miedos o prejuicios habituales del hecho de viajar con niƱos. Entre ellos se encuentran el temor a contraer enfermedades o la objeción de que, siendo tan pequeƱos, no se van a acordar de los lugares recorridos.
Respecto a esto Ćŗltimo, Alberto Soler realiza una argumentación a favor de realizar viajes con niƱos muy pequeƱos para fomentar la estabilidad emocional del niƱo. El psicólogo explica que un niƱo Ā«no va a poder contar ese recuerdo, pero hay Ā muchas formas diferentes de recordar. No se va a acordar de forma explĆcita, pero todo lo que ha vivido con esas experiencias positivas tan cercanas junto a sus padres construyen la base de todo su desarrolloĀ». Esas experiencias, segĆŗn cuenta un artĆculo mencionado por el psicólogo, Ā«pueden ejercer una labor protectora frente a la depresión y otros problemas de la fase adultaĀ».
Por su parte, Ćlvaro Bilbao, autor del libro El cerebro del niƱo explicado a los padres, habla en Hola, Mundo de la sobreprotección. Ā«Vivimos en una sociedad en la que tenemos a los niƱos muy sobreprotegidos. Cuando viajamos lejos de la sociedad occidental, vemos que los niƱos aprenden habilidades de una manera muy distinta, se forman grupos grandes en los que aprenden, juegan, disfrutan. Esa es una fuente muy grande de confianza para ellosĀ».
Según explica el neuropsicólogo, «cuando un niño tiene que tomar decisiones por sà solo y no estÔ bajo la constante sobreprotección de los padres, lo que ocurre en su cerebro es que se activa la corteza orbitofrontal. Esta es una zona muy importante porque activa todas las regiones frontales del cerebro, que son las últimas que hemos desarrollado como especie y que nos permiten tomar mejores decisiones, tener mÔs autocontrol y resolver mejor los problemas».
Paso 3: Recorra el mundo (sin miedo)
Desde cero hasta los dos aƱos y diez meses. Ese es el recorrido temporal en la vida de Koke que se presencia en Hola, Mundo. Sin embargo, su recorrido espacial es exponencialmente mayor de lo que cabrĆa esperar para ese lapso de tiempo tan reducido en la vida de un bebĆ©:
Tokio, ShangĆ”i, Nueva York, ParĆs, Colombia,
SudƔfrica, Suazilandia, Argentina, Puerto Rico, Miami, Chicago,
Costa Oeste, Frankfurt, Roma, Brasil, Chile,
Cuba, Islandia, Irlanda, Egipto.
Gracias a su perseverancia, la pareja pudo continuar con la forma de vida viajera que habĆan llevado hasta ese momento, esta vez junto a su hijo. Durante sus dos primeros aƱos de vida Koke caminó junto pingüinos, vio jirafas en libertad, presenció la aurora boreal, caminó a tientas frente a glaciares, se subió a tocarĀ instrumentos con bandas callejeras en Cuba y Puerto Rico, sobrevoló el Gran Cañón en helicóptero, chapoteó en las lagunas altiplĆ”nicas del desierto de Atacama o entró en templos budistas.
Pero, mĆ”s allĆ” de los paĆses visitados, lo que impactó a RubĆ©n y LucĆa fue el efecto que tenĆa el viaje sobre la personalidad de Koke: el contacto con diferentes culturas, gastronomĆas, religiones, seres humanos y, sobre todo, el hecho de estar junto a sus padres 24 horas al dĆa habĆan influido de forma directa en el crecimiento de su hijo. Combinando lo aprendido de sus mĆŗltiples lecturas cientĆficas con las posibilidades que ofrecĆa tener tantos estĆmulos diferentes para Koke, los padres fueron viendo cómo este iba desarrollando cualidades que lo diferenciaban de otros niƱos de su edad.
Sin embargo, y como explica LucĆa, Ā«Koke no es mĆ”s listo que otros niƱos, sino que cuenta con mĆ”s estĆmulos para potenciar sus puntos positivos. El viaje permite que se desarrolle de forma natural lo que a cada niƱo se le da mejor. Por ejemplo, si un niƱo es observador, tiene 24 horas al dĆa para descubrirlo y entrenarloĀ». Para RubĆ©n, la cualidad mĆ”s destacada adquirida por Koke es el Ā«contacto con la gente, la naturalidad con que habla y se presenta, el desenfado para hablar y acercarse a quien sea⦠Se ha convertido en un arma de socialización masivaĀ». Y remata entre risas: Ā«el problema es que es un puto torbellino y no hay quien lo pareĀ».
Pese a que en Hola, MundoĀ RubĆ©n y LucĆa muestran su experiencia de viaje casi constante con Koke, hay tambiĆ©n una idea muy clara plasmada en la obra. Como explica LucĆa, Ā«el documental no es ādĆ©jalo todo y vete ocho meses de viajeā. La idea es inspirar a cada uno dentro de sus posibilidades, probar a ir con tus hijos dos semanas a un lugar diferente como puede ser Japón, en lugar de dos semanas a Fuengirola. E incluso mĆ”s allĆ” de eso: dejar tiempo para realizar un ocio comĆŗn con niƱos, donde toda la familia forme parte del viaje. No hace falta irse a Australia para que se puedan aprovechar los beneficios que tiene el viaje en familia, como son el juego libre, salir de tu entorno, cruzarte con gente que no conoces⦠Si ir Asturias es tu lĆmite, ahĆ tambiĆ©n es posibleĀ».
Para RubĆ©n y LucĆa la educación que ha ido recibiendo Koke es la ideal, pero son conscientes de que se van acercando lentamente a los seis aƱos, la edad obligatoria de escolarización en EspaƱa. Respecto a ese tema, LucĆa explica que Ā«estamos en fase de escucha e investigación de todas las posibilidades. Estamos valorando mĆ©todos como worldschooling o el de algunas escuelas alternativas que comprendan nuestra situación y el beneficio que tiene el viaje como forma complementaria a un sistema educativo que, por otra parte, tampoco podemos ignorar eternamente. No estamos en plan āpor favor, que no pise un cole ni de coƱaā, pero sĆ una fórmula que pueda cuadrar con el viajeĀ».