9 de febrero 2018    /   IDEAS
por
 RocĆ­o CaƱero

La revolución urinaria: hombres que mean sentados

9 de febrero 2018    /   IDEAS     por          RocĆ­o CaƱero
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TenĆ­a unos 16 aƱos, no mĆ”s. Estaba en casa de un amigo cuando necesitĆ© vaciar la vejiga, asĆ­ que entrĆ© en el baƱo y me sentĆ©. DecidĆ­ orinar sentado, no recuerdo la razón. En ese momento abrió la puerta su hermano de 10 aƱos. Yo gritĆ© que cerrara, que estaba haciendo pis, pero Ć©l me vio de refilón y al salir preguntó: «¿Haces pis como las chicas?Ā». Me sentĆ­ avergonzado. El caso es que el chaval preguntó sin maldad; por simple curiosidad. Le habĆ­an enseƱado a orinar de pie –como a su padre, como a su abuelo– y solo querĆ­a contrastar información. En realidad su pregunta era: «¿Podemos hacer pis sentados?Ā».

Obviamente. De hecho, algunos países intentaron elevar el tema a la categoría de norma. En TaiwÔn, por ejemplo, el ministro de Medio Ambiente impulsó hace seis años una campaña en favor de la micción posada. Stephen Shen adujo razones higiénicas para pedir a los gobiernos locales que colocaran carteles en los aseos sugiriendo un cambio de hÔbitos a los usuarios masculinos. «Queremos aprender de Japón», dijo en su día, «donde el 30% de los hombres se sientan». De este modo, pretendía diluir las salpicaduras en las tapas de los mÔs de 10.000 baños públicos que contiene la isla.

Esta inquietud higiĆ©nica es una preocupación global sobre la que sus responsables rara vez se hacen cargo. Las gotas en la taza, los charcos en el suelo, la tapa siempre levantada y –uf– ese maldito hedor. Media población sufre y la otra media se escaquea jugando las bazas del descuido y la naturaleza: ĀæquiĆ©n puede detectar una gota prófuga?, se excusa el humilde. ĀæQuĆ© culpa tengo de regar con manguera ancha?, se jacta el soberbio. En ambos casos la solución pasa por apretar el nalgatorio contra la trona. Es preventivo y oportuno, tal como escribe el felizmente ensillado periodista Phil Robinson: Ā«Los hombres que orinan de pie en un vĆ”ter diseƱado para sentarse probablemente sean psicóticos. Es un gran abuso de la tecnologĆ­a; como utilizar un iMac para jugar al PongĀ».

El periodista de The Telegraph despacha el asunto con sorna. Sin embargo, dentro de las fronteras europeas, el debate también cobró cierta gravedad gracias al escaparate político. Concretamente, en 2012, el Partido de la Izquierda en Södermanland (Suecia) intentó obligar a los hombres del consejo a orinar sentados cuando estuvieran en las instalaciones del gobierno. El instigador de la medida, Viggo Hansen, aportó para la causa razones higiénicas y argumentos de salud en los que luego repararé.

Antes merece la pena rescatar una última refriega en torno a la postura de evacuación. Es el caso mÔs relevante. Hablo de Alemania. El país germano tiene una historia interesante relacionada con esta cuestión que dio comienzo a principios del siglo XXI, cuando  los 400 inquilinos de un bloque de pisos en Radeburg recibieron una circular conminÔndoles a orinar sentados o pagar el recambio de los radiadores del baño. Según un informe pericial, los radiadores de los domicilios habitados por hombres se oxidaban mÔs rÔpido que los de mujeres teóricamente a causa de las gotas de Ôcido úrico.

No es el Ćŗnico caso. Cuatro aƱos mĆ”s tarde –en 2004– un juez de Düsseldorf falló a favor del inquilino despuĆ©s de que su casero le retirara la fianza por Ā«destrozarĀ» el suelo del baƱo con su pis. Aunque se demostró que el origen de los daƱos era efectivamente ese, el juez reconoció el derecho a orinar de pie. Ninguno de los dos casos pasaron desapercibidos y la sociedad germana hubo de tomar partido entre los stehpinklers (hombres que defienden mear de pie) y los sitzpinklers (los que se sientan). Entre quienes se defienden con pegatinas de Hier wird gepinkelt sitzend (aquĆ­ se orina sentado) frente a quienes lo hacen con eslóganes del tipo Stand Up for your Rights (LevĆ”ntate por tus derechos). Guerra de guerrillas en las barricadas de la masculinidad.

Porque al final se trata de eso. El debate pincharía sin el componente identitario. En el contexto germano un acérrimo stehpinklers llegó a publicar un libro titulado ¿Es orinar de pie el último bastión de la masculinidad? Le planteo la cuestión al experto en masculinidades Ritxar Bacete: «Evidentemente, mantener la hombría hegemónica pasa por orinar de pie, con una mano manipulando el pene para provocar el mayor estruendo posible y con el puño de la otra mano cerrado contra la cadera. La imagen de cowboy que hasta en la soledad del baño mantiene intacta su hombría, es radicalmente incompatible con mear sentado. ¿Imaginan a John Wayne o a Pérez-Reverte dejando las cartucheras a un lado y sintiendo en sus posaderas el tacto suave de la tapa del baño? No lo creo», resuelve.

«Orinar de pie es un símbolo de las resistencias numantinas de algunos hombres a abrazar modelos de masculinidad sensibles, diversos e igualitarios frente a quienes lideran anónimamente, sentados en miles de baños, esta revolución pacífica y callada. En definitiva, exonerar los líquidos del cuerpo no es una cuestión identitaria, sino una necesidad biológica, por lo que nada hay de mÔs o menos hombre en hacerlo de pie o sentado, aunque sí estÔ en juego el elemento civilizatorio, higiénico y relacional que representamos quienes nos sentamos», añade el autor de Nuevos hombres buenos.

Para Ritxar Bacete, la vieja masculinidad estĆ” en extinción del mismo modo que los mamuts en su declive, poderosos pero finiquitados por la historia. Considera que los hombres atravesamos una crisis sana alimentada por el empoderamiento de las mujeres y que la transformación feminista que modifica el mundo tambiĆ©n cambia nuestro marco mental, incluso en el terreno de la higiene. Ā«Solo los Ćŗltimos machos tóxicos siguen haciendo ruido y daƱoĀ», opina el experto hablando en un plano mĆ”s general. De vuelta al urinario y en lo que allĆ­ se entiende por masculinidad ordinaria, cabe mencionar un par de casos que la impugnan: Messi y Luis SuĆ”rez mean sentados. Lo confesaron en una entrevista. El rey del fĆŗtbol se sienta en la taza y –palabra de Messi– la manda para abajo.

El argentino habló de una decisión desprejuiciada motivada por el sueño mañanero, tampoco le dio muchas vueltas. En otras ocasiones, sin embargo, la acción se acompaña de cualidades casi milagrosas. Aquellos que defienden el gesto por un hipotético beneficio sobre la salud argumentan que ayuda a destensar la musculatura de la vejiga, que relaja la próstata y que mejora de manera considerable la vida sexual.

Pero ¿qué dicen los urólogos? Habla el doctor Errando, de la Fundació Puigvert: «Para orinar uno no aprieta, la vejiga es un músculo de contracción automÔtica. Sin embargo, podemos orinar cuando queremos gracias a una maniobra gatillo que se logra relajando el suelo de la pelvis. Por tanto, es mÔs fÔcil iniciar la micción sentados, sí, pero no tiene que ver con la musculatura de la vejiga», matiza.

¿Y qué ocurre con la próstata, la repara? «En realidad, no tiene mucho que ver. De hecho, yo diría que es al contrario. Hay pacientes con dificultad para orinar cuya vejiga no les es suficiente, porque la próstata obstruye la salida de la uretra. En esos casos tienen que hacer un poco de esfuerzo abdominal y este siempre es mÔs eficaz de pie», aclara. Ni destensa ni repara. ¿Acaso desinfecta? En este punto, el urólogo Alberto Pérez-Lanzac, del Hospital Ruber Internacional, despeja suspicacias sobre si el pis contagia enfermedades: «La orina es estéril solo cuando sale; conforme va bajando hasta la vejiga empieza a tener bacterias,  pero estas bacterias no son patológicas». O sea, salvo rarísimas excepciones, no hay contagio posible. Solo mal olor.

El debate, por tanto, se disputa en términos de higiene y masculinidad. Stehpinklers contra sitzpinklers. John Wayne contra Messi. ¿Podemos hacer pis sentados? Claro, chaval. Y tanto que podemos.

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TenĆ­a unos 16 aƱos, no mĆ”s. Estaba en casa de un amigo cuando necesitĆ© vaciar la vejiga, asĆ­ que entrĆ© en el baƱo y me sentĆ©. DecidĆ­ orinar sentado, no recuerdo la razón. En ese momento abrió la puerta su hermano de 10 aƱos. Yo gritĆ© que cerrara, que estaba haciendo pis, pero Ć©l me vio de refilón y al salir preguntó: «¿Haces pis como las chicas?Ā». Me sentĆ­ avergonzado. El caso es que el chaval preguntó sin maldad; por simple curiosidad. Le habĆ­an enseƱado a orinar de pie –como a su padre, como a su abuelo– y solo querĆ­a contrastar información. En realidad su pregunta era: «¿Podemos hacer pis sentados?Ā».

Obviamente. De hecho, algunos países intentaron elevar el tema a la categoría de norma. En TaiwÔn, por ejemplo, el ministro de Medio Ambiente impulsó hace seis años una campaña en favor de la micción posada. Stephen Shen adujo razones higiénicas para pedir a los gobiernos locales que colocaran carteles en los aseos sugiriendo un cambio de hÔbitos a los usuarios masculinos. «Queremos aprender de Japón», dijo en su día, «donde el 30% de los hombres se sientan». De este modo, pretendía diluir las salpicaduras en las tapas de los mÔs de 10.000 baños públicos que contiene la isla.

Esta inquietud higiĆ©nica es una preocupación global sobre la que sus responsables rara vez se hacen cargo. Las gotas en la taza, los charcos en el suelo, la tapa siempre levantada y –uf– ese maldito hedor. Media población sufre y la otra media se escaquea jugando las bazas del descuido y la naturaleza: ĀæquiĆ©n puede detectar una gota prófuga?, se excusa el humilde. ĀæQuĆ© culpa tengo de regar con manguera ancha?, se jacta el soberbio. En ambos casos la solución pasa por apretar el nalgatorio contra la trona. Es preventivo y oportuno, tal como escribe el felizmente ensillado periodista Phil Robinson: Ā«Los hombres que orinan de pie en un vĆ”ter diseƱado para sentarse probablemente sean psicóticos. Es un gran abuso de la tecnologĆ­a; como utilizar un iMac para jugar al PongĀ».

El periodista de The Telegraph despacha el asunto con sorna. Sin embargo, dentro de las fronteras europeas, el debate también cobró cierta gravedad gracias al escaparate político. Concretamente, en 2012, el Partido de la Izquierda en Södermanland (Suecia) intentó obligar a los hombres del consejo a orinar sentados cuando estuvieran en las instalaciones del gobierno. El instigador de la medida, Viggo Hansen, aportó para la causa razones higiénicas y argumentos de salud en los que luego repararé.

Antes merece la pena rescatar una última refriega en torno a la postura de evacuación. Es el caso mÔs relevante. Hablo de Alemania. El país germano tiene una historia interesante relacionada con esta cuestión que dio comienzo a principios del siglo XXI, cuando  los 400 inquilinos de un bloque de pisos en Radeburg recibieron una circular conminÔndoles a orinar sentados o pagar el recambio de los radiadores del baño. Según un informe pericial, los radiadores de los domicilios habitados por hombres se oxidaban mÔs rÔpido que los de mujeres teóricamente a causa de las gotas de Ôcido úrico.

No es el Ćŗnico caso. Cuatro aƱos mĆ”s tarde –en 2004– un juez de Düsseldorf falló a favor del inquilino despuĆ©s de que su casero le retirara la fianza por Ā«destrozarĀ» el suelo del baƱo con su pis. Aunque se demostró que el origen de los daƱos era efectivamente ese, el juez reconoció el derecho a orinar de pie. Ninguno de los dos casos pasaron desapercibidos y la sociedad germana hubo de tomar partido entre los stehpinklers (hombres que defienden mear de pie) y los sitzpinklers (los que se sientan). Entre quienes se defienden con pegatinas de Hier wird gepinkelt sitzend (aquĆ­ se orina sentado) frente a quienes lo hacen con eslóganes del tipo Stand Up for your Rights (LevĆ”ntate por tus derechos). Guerra de guerrillas en las barricadas de la masculinidad.

Porque al final se trata de eso. El debate pincharía sin el componente identitario. En el contexto germano un acérrimo stehpinklers llegó a publicar un libro titulado ¿Es orinar de pie el último bastión de la masculinidad? Le planteo la cuestión al experto en masculinidades Ritxar Bacete: «Evidentemente, mantener la hombría hegemónica pasa por orinar de pie, con una mano manipulando el pene para provocar el mayor estruendo posible y con el puño de la otra mano cerrado contra la cadera. La imagen de cowboy que hasta en la soledad del baño mantiene intacta su hombría, es radicalmente incompatible con mear sentado. ¿Imaginan a John Wayne o a Pérez-Reverte dejando las cartucheras a un lado y sintiendo en sus posaderas el tacto suave de la tapa del baño? No lo creo», resuelve.

«Orinar de pie es un símbolo de las resistencias numantinas de algunos hombres a abrazar modelos de masculinidad sensibles, diversos e igualitarios frente a quienes lideran anónimamente, sentados en miles de baños, esta revolución pacífica y callada. En definitiva, exonerar los líquidos del cuerpo no es una cuestión identitaria, sino una necesidad biológica, por lo que nada hay de mÔs o menos hombre en hacerlo de pie o sentado, aunque sí estÔ en juego el elemento civilizatorio, higiénico y relacional que representamos quienes nos sentamos», añade el autor de Nuevos hombres buenos.

Para Ritxar Bacete, la vieja masculinidad estĆ” en extinción del mismo modo que los mamuts en su declive, poderosos pero finiquitados por la historia. Considera que los hombres atravesamos una crisis sana alimentada por el empoderamiento de las mujeres y que la transformación feminista que modifica el mundo tambiĆ©n cambia nuestro marco mental, incluso en el terreno de la higiene. Ā«Solo los Ćŗltimos machos tóxicos siguen haciendo ruido y daƱoĀ», opina el experto hablando en un plano mĆ”s general. De vuelta al urinario y en lo que allĆ­ se entiende por masculinidad ordinaria, cabe mencionar un par de casos que la impugnan: Messi y Luis SuĆ”rez mean sentados. Lo confesaron en una entrevista. El rey del fĆŗtbol se sienta en la taza y –palabra de Messi– la manda para abajo.

El argentino habló de una decisión desprejuiciada motivada por el sueño mañanero, tampoco le dio muchas vueltas. En otras ocasiones, sin embargo, la acción se acompaña de cualidades casi milagrosas. Aquellos que defienden el gesto por un hipotético beneficio sobre la salud argumentan que ayuda a destensar la musculatura de la vejiga, que relaja la próstata y que mejora de manera considerable la vida sexual.

Pero ¿qué dicen los urólogos? Habla el doctor Errando, de la Fundació Puigvert: «Para orinar uno no aprieta, la vejiga es un músculo de contracción automÔtica. Sin embargo, podemos orinar cuando queremos gracias a una maniobra gatillo que se logra relajando el suelo de la pelvis. Por tanto, es mÔs fÔcil iniciar la micción sentados, sí, pero no tiene que ver con la musculatura de la vejiga», matiza.

¿Y qué ocurre con la próstata, la repara? «En realidad, no tiene mucho que ver. De hecho, yo diría que es al contrario. Hay pacientes con dificultad para orinar cuya vejiga no les es suficiente, porque la próstata obstruye la salida de la uretra. En esos casos tienen que hacer un poco de esfuerzo abdominal y este siempre es mÔs eficaz de pie», aclara. Ni destensa ni repara. ¿Acaso desinfecta? En este punto, el urólogo Alberto Pérez-Lanzac, del Hospital Ruber Internacional, despeja suspicacias sobre si el pis contagia enfermedades: «La orina es estéril solo cuando sale; conforme va bajando hasta la vejiga empieza a tener bacterias,  pero estas bacterias no son patológicas». O sea, salvo rarísimas excepciones, no hay contagio posible. Solo mal olor.

El debate, por tanto, se disputa en términos de higiene y masculinidad. Stehpinklers contra sitzpinklers. John Wayne contra Messi. ¿Podemos hacer pis sentados? Claro, chaval. Y tanto que podemos.

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Opiniones 32
    • Lo que pesa sobre tu nula masculinidad es culpa por ser varón, da pena leer como te emasculas pĆŗblicamente para agradar a una agenda promovida por gente pendeja como las feministas. Marica.

    • No puedo creer que haya perdido tanto tiempo en leer esta basura…. Aunque no termine de leerlo… No vale la pena…
      Que cada uno mee como le quede mĆ”s cómodo, la Ćŗnica obligación es mantener la higiene. Y esto es independiente de si se hace parado o sentado, porque por mĆ”s que sentado haya menos posibilidades de ensuciar, no hay dudas que tambiĆ©n se puede hacer un desastre. En definitiva, un artĆ­culo que fundamenta sobre una base equivocada. Si el problema es la higiene, lo que hay que cambiar es el hĆ”bito de ser mugriento, no de mear como se le ocurra a cualquier histĆ©rica o chico con vagina…

    • QuĆ© guay. AmputĆ©monos todos el pene, asĆ­ acabamos tambiĆ©n con otro “paradigma” como es el “manspreading”.
      LÔstima que, después de tener que aguantar tanta estulticia oral y escrita, no voy a vivir lo suficiente como para ver la mÔs que merecida extinción de la raza humana.

  • Vean la basura que este pagafantas escribe, basura feminista. “Si meas sentado eres my masculino”, pendejo maricón, que a ti te tengan castrado las feministas y debas mear sentada no significa que todos debamos ser asĆ­, mĆ©tete tu estĆŗpida “revolución” por el culo que ya debe estar bien aguado de tanto que te meten consoladores las feministas.

  • “ĀæPodemos hacer pis sentados?”
    De hecho, algunos heteros en discotecas no lo pueden hacer ni de pie.

  • Yo hace muchos aƱos que orino sentado. Porque cuando niƱo existĆ­a la probabilidad de salpicar. Desde que orino sentado ya no me preocupo si salpido o de limpiar. Ademas es mĆ”s comodo ver el celular.

  • Yo siempre he orinado sentado, salvo en aquellos casos en los que hacerlo de pie es lo mĆ”s cómodo (aseos asquerosos, si solo hay urinarios, en la naturaleza…). Es lo mejor para controlar el chorrito y ser un poco higiĆ©nico (aunque cuidado con sentarse en algunas tazas). Salvo que seas un hombre del cromagnón o tengas una punterĆ­a infalible, es lo mĆ”s sensato.

  • Yo en casa llevo haciĆ©ndolo toda la vida, porque me enseƱaron asĆ­ y porque evidentemente no es simplemente que podamos, es que es mĆ”s prĆ”ctico porque luego hay menos trabajo. AdemĆ”s para limpiarse las Ćŗltimas gotitas y no oler a meao’ es mĆ”s fĆ”cil asĆ­.

  • NacĆ­ en 1943, reciĆ©n en 1994, me enterĆ© en un control nefrológico, luego de la aparición de cĆ”lculos renales, la causa de mi desesperación buscando un lugar donde vaciar mi vejiga, algo que me atormentó siempre. El especialista me informó “tenĆ©s la vejiga de un niƱo de 6 aƱos y la próstata de un viejo de 80”. Con todo respeto, lo mandĆ© a la mierda.

  • LO HAGO DE AMBAS FORMAS, SEGUN LA SITUACION Y EL LUGAR, SI ES BAƑO PUBLICO , LO SIENTO, LO HAGO PARADO ES MAS SEGURO E HIGIENICO PARA MI!, ( que egoismo verdad>?) SI ESTOY EN MI APARTAMENTO SENTADO ES MAS COMODO! A MENOS DE QUE TENGA AFAN! NO CREO QUE NINGUNA DE LAS DOS MANERAS DENOTE O DENIGRE MASCULINIDAD! A LAS MUJERES QUE VIVEN CON HOMBRES ESTOY SEGURO QUE LES ENCANTA QUE ELLOS ORINEN SENTADOS! OBVIAMENTE! ATTE: FERAYO.

  • YO LO HAGO DE AMBAS MANERAS, SEGUN EL LUGAR; EN BAƑO PUBLICO PARADO POR SEGURIDA SANITARIA PARA MI! Y EN MI APARTAMENTO SENTADO ES MAS COMODO! E HIGIENICO! NO CREO QUE DENOTE MASCULINIDAD O LA DENIGRE, SON SOLO DOS FORMAS DE ORINAR! VAMOS!

  • Ā”Vivan los hombres que se sientan para mear y las mujeres que se quitan el sujetador! Porque quieren, les apetece y les da la gana. Ya estĆ” bien de creencias chorra que encorsetan y molestan a nosotros y a los otros.

  • EstĆ” genial el artĆ­culo. Yo de momento orino sentado en mi casa y en las casas donde veo el inodoro limpio, me resulta cómodo, respuetuoso hacia la persona que venga despuĆ©s y nunca he tenido problemas con lo que piensen otros hombres al respecto la verdad… En baƱos pĆŗblicos suelo orinar de pie porque evidentemente no me apetece limpiar los meados de otros para poder sentarme. Pero estĆ” bien que se abra este debate, me parece interesante y verdaderamente tiene un trasfondo que toca la “masculinidad” de muchos.

  • Igual ayuda a depositar mĆ”s veces, casi cada vez que voy a mar, lo cual es un alivio para mi almorrana… 100% recomendable

  • Yo orino sentado, me es mĆ”s cómodo y limpio para las mujeres de mi casa. Ahora el baƱo pĆŗblico no, creo que el vegitorio es Ćŗtil y evito sentarme en una water seguramente sucio.

  • Orinar de piĆ© es divertido. Es algo que podemos hacer los hombres y algunas mujeres, y que nos posibilita hacer pis en cualquier lado. Si hay motivos de naturaleza higiĆ©nica para orinar sentados, podrĆ­a considerar hacer pis sentado, pero hasta ahora y que yo sepa, hay muchas enfermedades cutĆ”neas y de naturaleza sexual (https://www.vix.com/es/imj/salud/164680/5-enfermedades-que-podrias-contraer-en-un-bano-publico) , asĆ­ que aunque quizĆ”s haya razones a favor de orinar sentado, hay otras – que encuentro con mĆ”s peso – para orinar de piĆ©, y en cualquier caso, si alguien quiere replicarme “pero en tu casa no vas a pillar nada, hombre” , le contestarĆ­a , sĆ­, porque en el baƱo de los chicos (que usamos solo mi hijo y yo) meamos de piĆ©. Y si se nos sale, lo limpiamos, que no somos unos guarros. Pero que cada uno haga lo que le de la gana. Como si llora con “Cumbres borrascosas” y se hace selfies en el cuarto de baƱo haciendo morritos, o le gustan los penes. AllĆ” cada uno con su pilila.

  • Yo en mi casa orino sentado, pero en un baƱo pĆŗblico ni loco! De hecho lo higiĆ©nico es no hacerlo, quĆ© asco! Es mĆ”s, si tengo que hacer necesidades de mayor embergadura en un baƱo que no es el de mi casa, saco mis dotes de equilibrista para no tocar nada ni con 1mm de mi piel.

  • otra estupides intentando atacar al hombre y a todo lo que se relacion con hombre o masculinidad ….cortenos el pene y ya ….dejen de joder … que mas representa la imagen de un hombre ??? las corbatas ?? pues listo las quemamos ..que mas ??? que hablamos muy ronco ‘?? listo proximo debate enseƱarles a los hijos a hablar suavesito y femenino por que sino demostramos la violencia .. ahi mismo dice que la orina es esteril …el olor pues no es culpa de uno …la tapa arriba??? eso es un mito que parte de que cuando vives con una mujer y hay un solo baƱo que es mixto pues obvio uno la sube y la mujer la baja y por cosa de obviedad le toca bajarla a ella …no es que uno la suba de mala persona…que se rompen las caƱerias?? algun otro argumento estupido??? la mayoria de los hombres que van a baƱos publicos hay mas probabilidad de que meen a de que caguen …por lo cual es obvio que es mas limpio para ti mear de lejos y no tocar la tapa….a que todos se sienten y se traspasen bacetiras …lo que hablan es de limpieza del baƱo no de la persona….otra cosa los baƱos de los hombres suelen tener igual de mala higiene sentados pues dejan con caca las tapas…problema cultural o de culos grandes o mal calibrados no se…pero no de machismo….y en los centros comerciales usan tapas con una abertura al medio por que suele pasar que meas sentado o solo te sientas y el miembro toca esa parte y o te lo ensucias o se moja ahi ….la mujer es mas menuda y moja adentro y no afuera y su miembro no toca los bordes etc …pero nada de machismo masculinidad ..ahora nos joden hasta dentro de un baƱo?? que viene ahora ….el machismo mientras soƱamos ?? nos van a controlar los sueƱos ???feminazismo apoyado por mujeres y hombres idiotas

  • Mear sentado cosa de higiene ? No , los wc pĆŗblicos de mujeres son muy sucios , residuos menstruales , baƱos cagados , mojados con orina ya que paran el culo para no tocar el WC , Muy bien sabemos que a las mujeres les encantarĆ­a mear paradas.

  • Soy hombre y en casa lo hago sentado y fuera de pie ; mientras la gente sea limpia me da igual que hagan pis de pie , no creo que sea una cuestión de desigualdad ni un ataque contra nadie de hecho me imagino que las mujeres al igual que los hombres harĆ­an pis de pie en la mayorĆ­a de ocasiones

  • motivos por los que mear sentado:
    – pereza
    – poder agarrar el movil con las dos manos
    – si sale algo mas, pues eso que te llevas
    motivos por los que mear de pie:
    – rapidez
    – dibujar con pis (si estas en arena/nieve/etc)
    motivos por los que no querer mear sentado:
    – abrir el debate sobre hombria
    – abrir la puerta a los aliados y las feministas

  • ĀæEsto no es meterse mucho en la vida privada de los demĆ”s?

    Dejad que la gente mee como le de la gana mientras apunte bien, me gustaria veros sentados en el baƱo del after en el que seguro acabaste el domingo pasado.

    Es como si estuviesemos volviendo a la Edad Media y la Iglesia nos dijese que y como debemos hablar sin pecar, o tener sexo solo con el misionero, esto no es libertad para nada y eso que orinar no hace daño a nadie, deberiais hacer un artículo sobre lo dañina que es a masturbación, porque no lo hacemos igual hombres y mujeres. Es de locos.

  • Interesante artĆ­culo y muy ilustrativo, mĆ­ marido por higiene familiar lo hace desde hace 36 aƱos, y Ć©l dice que le resulta cómodo y normal

  • La verdad que se nota tu posición en este tema, asĆ­ te va bien orinar asĆ­ sentadito es tu gusto, a mi no me parece natural. Lo que no me va es que te lo quieran imponer con absurdas leyes, me parece que eres uno mas de lo que dicen lo polĆ­ticamente correcto, todo para quedar bien.

  • A los varones nos abusaron; porque nos obligaron a orinar de pie; y nos IMPUSIERON la moda del incomodo y horroroso pantalón.

    El pantalón fue utilizado para DISCRIMINAR, abusar y humillar a la mujer.
    Las FALDAS; y los VESTIDOS CON FALDA, para los varones; SON UNA GRAN NECESIDAD; por salud, por respeto y por comodidad.
    Por tradición y desde siempre los hombres se habían vestido con faldas, solo hace 500 años que nos obligaron a usar el horroroso e incomodo pantalón.
    Ademas con el uso del pantalón el hombre ha terminado orinando de pie lo cual es totalmente antinatural. Las Faldas y los vestidos con faldas para los hombres son suprema-mente SALUDABLES, CƓMODOS Y CONFORTABLES.
    Por salud y comodidad mejor usar FALDAS O VESTIDOS CON FALDA PARA HOMBRE .
    Hay una GRAN NECESIDAD POR ATENDER entre la población masculina; y esta muy relacionada con la SALUD; y la calidad de vida de los varones;
    Las faldas para los varones son una gran NECESIDAD; por salud, por respeto y por comodidad.

    El pantalón es la prenda menos adecuada para un hombre; el calzoncillo bóxer, hace las veces de fĆ©rula en los genitales, (propiciando mal funcionamiento, y discapacidades); el calzoncillo bóxer mantiene los genitales inmovilizados ; magullados y machacados; la costura central del pantalón maltrata, magulla e incomoda todo el tiempo los genitales; la correa o cinturón hace las veces de torniquete, y obliga al corazón a bombear la sangre con mayor esfuerzo, (para vencer la contracción que hace el torniquete), y por mala irrigacion sanguĆ­nea afecta: el aparato digestivo, el sistema urinario, el aparato reproductor. Ademas con el uso del pantalón el hombre ha terminado orinando de pie lo cual es totalmente antinatural. Las Faldas y los vestidos con faldas para los hombres son suprema-mente SALUDABLES, CƓMODOS Y CONFORTABLES. El pantalón, el calzoncillo ajustado, la costura central del pantalón, y la correa o cinturón, estĆ”n promoviendo las enfermedades modernas de los hombres: IMPOTENCIA, ESTERILIDAD, PROBLEMAS DE LA PRƓSTATA Y POSIBLEMENTE CƁNCER DEL TESTƍCULO.
    Ninguna parte del cuerpo del varón se magulla, ni se machaca; ni se maltrata tanto como los genitales.
    Las faldas y vestidos con falda para los hombres no deben ir con volantes, boleros, encajes, moñitos; y/o adornos; o estampados típicamente femeninos; pero si se pueden elaborar unas muy buenas faldas y vestidos con falda para los hombres; y que se diferencien de las prendas femeninas.

    El tiro; ( que es la costura que une las piernas; tira, por delante; o por detrÔs; y por eso tiene que sacarlo de entre las nalgas); el horroroso e incómodo pantalón; maltrata; magulla; machaca; lacera, e incomoda todo el tiempo los genitales. Las personas se acostumbran a vivir con la incomodidad; como cuando un zapato nuevo les hace salir callos, o ampollas en los pies.
    Por AnatomĆ­a el pantalón serĆ­a mĆ”s afĆ­n para la mujer, que para los hombres; lo mĆ”s adecuado; SALUDABLE; DECENTE; ERGONƓMICO; PRACTICO; y FUNCIONAL, para vestirse un hombre es una FALDA al estilo escocĆ©s; o UN VESTIDO CON FALDAS.
    La falda circular y semicircular para hombre; es lo mas practico y fƔcil de elaborar; pues no lleva cierre o cremallera en la pretina

  • Al experimentar ultimamente las ganas de orinar frecuentes en noche, una de estas en particular tenĆ­a muchas ganas y fui al baƱo, habĆ­a aguantado tanto que para empezar a orinar no fue tan fĆ”cil o mormal (no se por que) y de repente por sueƱo, comodidad o lo que sea dicidi rĆ”pidamente sentarme, y note el echo de efectivamente hay una relajación pienso que en la begiga que hizo Salir la orina de de forma expontanea, a su vez senti que expulse TODO y fue relajante. EmpecĆ© a usar el HĆ”bito en casa, no sólo siento que a sido mejor sino que obviamente mi mujer y mis dos hijas me. Lo agradecen… Solo reconozco que no lo hago en la calle por dos Razones (nada que ver con el tema de la hombrĆ­a)
    1. Por que tendria que limpiar los míaos de otro y 2. La. Verdad por que es mÔs comodo usando jeans y correa solo bajar la bragueta, sacarme lo y mear. De resto apoyo la iniciativa. Si se volviera norma de todos lo haría sin ningún problema

  • Me sabe mal haber perdido parte de mi tiempo leyendo esto. Si la gente mease como el alemĆ”n ese, se saldrĆ­a todo de la taza. Un poco ridĆ­culo, si quieres que no salpique tambiĆ©n puedes poner un meadero de pie en el baƱo.

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