Recientemente la foto de un huevo ha destronado a la de Kylie Jenner con su hija como la imagen con más likes de Instagram. La primera amasa 51 millones de corazones mientras que la segunda ronda los 18, asà que más que superarla la ha aplastado. «Realmente no entiendo lo que le gusta a la gente en este huevo», declaró el autor de la aclamada instantánea a Esquire.
Alberto Gayo es periodista en Prodigioso Volcán. A lo largo de los años ha paseado su pluma por las páginas de Diario 16, Interviú, El PaÃs Semanal, Tinta Libre o Man on the moon. Quizá por ello tiene una sensibilidad especial a la hora de titular sus obras, haciendo juegos de palabras que van más allá de los que a todos nos sugieren los huevos. Sus collages emplatados parecen, de alguna forma, completarse en significado con los breves textos que los acompañan.
«Cada noche ponÃa en orden mi agenda, pillaba cúter y tijeras y recortaba. Y por la mañana, tras el desayuno, hacÃa un collage en un plato, que subÃa Instagram y Twitter. La obra desaparecÃa al momento, el plato se lavaba y me iba a trabajar», resume.
Aún asÃ, de vez en cuando, Gayo saca a pasear sus huevos por alguna exposición. Desde hace seis años es un invitado recurrente en festivales underground, y sus hashtags empiezan a hacer ruido en las redes sociales. Su sueño ahora, reconoce, es juntar todas sus fotos en un libro. Mientras tanto, se conforma con los likes y el cariño de sus fans. Y con seguir comiendo huevos con puntillitas.
Recientemente la foto de un huevo ha destronado a la de Kylie Jenner con su hija como la imagen con más likes de Instagram. La primera amasa 51 millones de corazones mientras que la segunda ronda los 18, asà que más que superarla la ha aplastado. «Realmente no entiendo lo que le gusta a la gente en este huevo», declaró el autor de la aclamada instantánea a Esquire.
Alberto Gayo es periodista en Prodigioso Volcán. A lo largo de los años ha paseado su pluma por las páginas de Diario 16, Interviú, El PaÃs Semanal, Tinta Libre o Man on the moon. Quizá por ello tiene una sensibilidad especial a la hora de titular sus obras, haciendo juegos de palabras que van más allá de los que a todos nos sugieren los huevos. Sus collages emplatados parecen, de alguna forma, completarse en significado con los breves textos que los acompañan.
«Cada noche ponÃa en orden mi agenda, pillaba cúter y tijeras y recortaba. Y por la mañana, tras el desayuno, hacÃa un collage en un plato, que subÃa Instagram y Twitter. La obra desaparecÃa al momento, el plato se lavaba y me iba a trabajar», resume.
Aún asÃ, de vez en cuando, Gayo saca a pasear sus huevos por alguna exposición. Desde hace seis años es un invitado recurrente en festivales underground, y sus hashtags empiezan a hacer ruido en las redes sociales. Su sueño ahora, reconoce, es juntar todas sus fotos en un libro. Mientras tanto, se conforma con los likes y el cariño de sus fans. Y con seguir comiendo huevos con puntillitas.