Un proyecto para diagnosticar el cáncer de mama con un análisis de sangre
Necesidad de encontrar nuevas fuentes de financiación, pero también la de involucrar a la sociedad en todo lo que concierne a la ciencia es lo que animó a este heterogéneo grupo de científicos a crear la plataforma de crowdfunding. «Todos hemos visto de cerca los recortes en ciencia, pero hemos tenido diferentes andanzas profesionales. Álvaro es un arqueólogo con pasión por el diseño web y las redes sociales. María es una médico con mucha experiencia en organizaciones y tesorería. Ricardo es un farmacéutico que acumula más de 4 start-ups. Y yo, Roi, soy un biotecnólogo que lleva hablando de ciencia más de cinco años».
Los dos últimos vivieron los sucesivos recortes en los presupuestos científicos que llevaron, incluso, al ERE en el Centro de Investigación Príncipe Felipe desde el departamento de comunicación del FEBiotec.
«Mientras comprobábamos la escasa importancia que desde las altas instituciones se otorgaba a la ciencia, asistíamos al asentamiento del crowdfunding en Estados Unidos».
La plataforma Experiment era el paradigma. «Está teniendo mucho éxito, particularmente dentro de las instituciones académicas de los USA. Seguramente se debe a tres razones: la capacidad y voluntad divulgativa de instituciones y colectivos investigadores, la cultura existente del mecenazgo y la filantropía y, por último, la facilidad emprendedora que existe en el país».
Con iLoveScience, Roi y el resto del equipo pretendían trasladar ese modelo a España y, de paso, «sacar a la ciencia de los muros académicos». De hecho entiende que la plataforma «forma parte de una serie de nuevos proyectos en internet que pone la ciencia al alcance del público (materia, SINC, FAMElab, divúlgame, HablandoDeCiencia…), aportándole conocimiento para su toma de decisiones diaria».
Son iniciativas «inspiradoras» pero Roi asegura que queda mucho por hacer. Y para que tomen nota los que tienen en su mano hacer algo más, recuerda: «Según el INE, la inversión científica en España es del 1,33%, por debajo de Portugal o el 2% de la media europea de los 25. Por si fuese poco, además de la reducción en los PGE que venimos sufriendo en los últimos años, se suma la no ejecución o ejecución parcial de partidas presupuestarias, lo que provoca que la inversión científica (y no gasto) se reduzca todavía más».
Necesidad de encontrar nuevas fuentes de financiación, pero también la de involucrar a la sociedad en todo lo que concierne a la ciencia es lo que animó a este heterogéneo grupo de científicos a crear la plataforma de crowdfunding. «Todos hemos visto de cerca los recortes en ciencia, pero hemos tenido diferentes andanzas profesionales. Álvaro es un arqueólogo con pasión por el diseño web y las redes sociales. María es una médico con mucha experiencia en organizaciones y tesorería. Ricardo es un farmacéutico que acumula más de 4 start-ups. Y yo, Roi, soy un biotecnólogo que lleva hablando de ciencia más de cinco años».
Los dos últimos vivieron los sucesivos recortes en los presupuestos científicos que llevaron, incluso, al ERE en el Centro de Investigación Príncipe Felipe desde el departamento de comunicación del FEBiotec.
«Mientras comprobábamos la escasa importancia que desde las altas instituciones se otorgaba a la ciencia, asistíamos al asentamiento del crowdfunding en Estados Unidos».
La plataforma Experiment era el paradigma. «Está teniendo mucho éxito, particularmente dentro de las instituciones académicas de los USA. Seguramente se debe a tres razones: la capacidad y voluntad divulgativa de instituciones y colectivos investigadores, la cultura existente del mecenazgo y la filantropía y, por último, la facilidad emprendedora que existe en el país».
Con iLoveScience, Roi y el resto del equipo pretendían trasladar ese modelo a España y, de paso, «sacar a la ciencia de los muros académicos». De hecho entiende que la plataforma «forma parte de una serie de nuevos proyectos en internet que pone la ciencia al alcance del público (materia, SINC, FAMElab, divúlgame, HablandoDeCiencia…), aportándole conocimiento para su toma de decisiones diaria».
Son iniciativas «inspiradoras» pero Roi asegura que queda mucho por hacer. Y para que tomen nota los que tienen en su mano hacer algo más, recuerda: «Según el INE, la inversión científica en España es del 1,33%, por debajo de Portugal o el 2% de la media europea de los 25. Por si fuese poco, además de la reducción en los PGE que venimos sufriendo en los últimos años, se suma la no ejecución o ejecución parcial de partidas presupuestarias, lo que provoca que la inversión científica (y no gasto) se reduzca todavía más».