Son desnudeces que se aceptan a sĆ mismas (o que, sencillamente, no se interrogan) y que asumen el placer como un elixir adictivo y necesario para la supervivencia. Y todas, filtradas por una lente profundamente femenina.
A pesar de la viveza y la desnudez con que dibuja las escenas sexuales, Peck no suele caer en la cosificación o en la mecanización pornogrĆ”fica del acto (y cuando parece hacerlo, no es tanto un producto porno como una muestra de alguien que aspira a verse pornogrĆ”ficamente). Peck ofrece carnalidad humanizada, febrilidad psicológica, y puede hacerlo con soltura porque en su archivo hay mucho de autobiografĆa.
Durante mucho tiempo, recibió encargos: personas que le pagaban por ilustrar una fantasĆa. Ā«RecibĆ peticiones extremadamente cuestionablesĀ». Ahora se ha alejado de ese tipo de trabajos, pero su capacidad para recrear grĆ”ficamente sueƱos calenturientos de otros le proveyó una capacidad para deslocalizar su imaginación y salir de sĆ misma.
El componente voyeur aporta narración a sus imĆ”genes: se solapan los planos psicológicos de quien vive y de quien se asoma y espĆa un momento que no le pertenece. Esos encuadres caldean el erotismo de los dibujos y les dan un aire de osadĆa y de cosa robada; de algo que no se consume por elección sino que se encuentra por azar.
No persigue el morbo, pero los mecanismos censores de Instagram no perciben el matiz. Ā«Mi cuenta ha sido eliminada en numerosas ocasiones. Ciertas publicaciones continĆŗan borrĆ”ndose y siempre recibo informes. Debo tratar Instagram como una plataforma Ćŗtil para difundir mi trabajo y atenerme a las reglas con un reenvĆo de esa imagen recortada o censuradaĀ», asume.
‘When you finally find youself’‘Took a Sip’‘The Sleepover” from Hands Off My Cuntry’
Tampoco perciben el matiz artĆstico los observadores mojigatos que campan por la red. Peck recibe ataques frecuentemente. Ā«Nos guste o no, la mayorĆa de las personas asume que lo explĆcito y provocador es pornogrĆ”fico. El arte erótico debe ser sobre la exploración sexual abierta, el empoderamiento femenino, y debe desafiar los tabĆŗesĀ».
En su opinión, para que el arte cumpla su papel social de ruptura, las representaciones deben ser «sexys, consentidas y estimulantes». Gracias a las artistas que lo afrontan de este modo, «la representación del deseo femenino es cada vez mÔs reconocida y aceptada».
Se trata, en resumen, de poder: del derecho a expresar sin tapujos la naturaleza femenina: aquello que cada una sienta como su naturaleza. «Destaco la interacción obvia, irónica, conmovedora y mundana de la mujer y de la existencia cotidiana. Uso el humor para resaltar fallas y la doble moral que la sociedad nos impone».
Son desnudeces que se aceptan a sĆ mismas (o que, sencillamente, no se interrogan) y que asumen el placer como un elixir adictivo y necesario para la supervivencia. Y todas, filtradas por una lente profundamente femenina.
A pesar de la viveza y la desnudez con que dibuja las escenas sexuales, Peck no suele caer en la cosificación o en la mecanización pornogrĆ”fica del acto (y cuando parece hacerlo, no es tanto un producto porno como una muestra de alguien que aspira a verse pornogrĆ”ficamente). Peck ofrece carnalidad humanizada, febrilidad psicológica, y puede hacerlo con soltura porque en su archivo hay mucho de autobiografĆa.
Durante mucho tiempo, recibió encargos: personas que le pagaban por ilustrar una fantasĆa. Ā«RecibĆ peticiones extremadamente cuestionablesĀ». Ahora se ha alejado de ese tipo de trabajos, pero su capacidad para recrear grĆ”ficamente sueƱos calenturientos de otros le proveyó una capacidad para deslocalizar su imaginación y salir de sĆ misma.
El componente voyeur aporta narración a sus imĆ”genes: se solapan los planos psicológicos de quien vive y de quien se asoma y espĆa un momento que no le pertenece. Esos encuadres caldean el erotismo de los dibujos y les dan un aire de osadĆa y de cosa robada; de algo que no se consume por elección sino que se encuentra por azar.
No persigue el morbo, pero los mecanismos censores de Instagram no perciben el matiz. Ā«Mi cuenta ha sido eliminada en numerosas ocasiones. Ciertas publicaciones continĆŗan borrĆ”ndose y siempre recibo informes. Debo tratar Instagram como una plataforma Ćŗtil para difundir mi trabajo y atenerme a las reglas con un reenvĆo de esa imagen recortada o censuradaĀ», asume.
‘When you finally find youself’‘Took a Sip’‘The Sleepover” from Hands Off My Cuntry’
Tampoco perciben el matiz artĆstico los observadores mojigatos que campan por la red. Peck recibe ataques frecuentemente. Ā«Nos guste o no, la mayorĆa de las personas asume que lo explĆcito y provocador es pornogrĆ”fico. El arte erótico debe ser sobre la exploración sexual abierta, el empoderamiento femenino, y debe desafiar los tabĆŗesĀ».
En su opinión, para que el arte cumpla su papel social de ruptura, las representaciones deben ser «sexys, consentidas y estimulantes». Gracias a las artistas que lo afrontan de este modo, «la representación del deseo femenino es cada vez mÔs reconocida y aceptada».
Se trata, en resumen, de poder: del derecho a expresar sin tapujos la naturaleza femenina: aquello que cada una sienta como su naturaleza. «Destaco la interacción obvia, irónica, conmovedora y mundana de la mujer y de la existencia cotidiana. Uso el humor para resaltar fallas y la doble moral que la sociedad nos impone».