Aún no eran el icono del revival mod en el que se convertirÃan pronto. Pero los Jam, a diferencia de muchos otros grupos que surgieron en esos años de efervescencia del punk británico, no acababan de formarse ni cogÃan un instrumento por primera vez.
Tocaban muy bien, irradiaban energÃa y tenÃan un aspecto distinto. Llevaban desde 1973 trabajando duro y actuando donde les dejaban para conseguir ser una banda solvente. Solo en 1974 dieron más de setenta conciertos. Asà que, para cuando llegó su primer larga duración en el 77, estaban bien curtidos sobre el escenario.
Algo parecido debÃa pensar John, su padre. Porque igual que le habÃa regalado una guitarra a su hijo cuando vio su inclinación por la música, se convirtió en el manager de los Jam en cuanto vislumbró un atisbo de calidad en el grupo.
La banda se habÃa conocido en la sala de música de la Escuela Secundaria de Sheerwater. Allà pasaban la hora de la comida los alumnos con inquietudes musicales. Tras algunos cambios de formación y de instrumentos, se establecieron como trÃo con Bruce Foxton al bajo, Rick Buckler a la baterÃa y Weller a la voz y guitarra. Y concierto a concierto, se fueron ganando una reputación.
[pullquote]Ellos veÃan que todo lo que les interesaba estaba en Londres. Anhelaban ser parte de la metrópoli. Y la canción, directa, llena de energÃa y actitud, refleja precisamente eso[/pullquote]
Porque cuando llegó el momento de fabricar los LP, la discográfica se encontró con que parte de los trabajadores de la planta de prensado se negaban a imprimir las hojas interiores: contenÃan palabras malsonantes.
A los de Polydor se les ocurrió que el trÃo pasara un dÃa en la fábrica con los empleados. AsÃ, estos verÃan que no eran unos inadaptados que iban escupiendo a la gente, como los Sex Pistols. VerÃan que eran unos jóvenes bien vestidos y no habrÃa problema. Pero el plan no funcionó: al final la mayorÃa de los discos salieron sin hoja interior.
«Para nosotros, en la ciudad era donde estaba pasando todo. Es la canción de un chico joven de los suburbios soñando con las delicias de Londres y el entusiasmo de la ciudad. La canción capturó esa inocencia, esos ojos como platos que tienes al salir de una comunidad muy pequeña y entrar en un mundo mucho más amplio: ver a todos los grupos, conocer gente, ir a los clubs. Y la libertad que todo eso implicaba».
In the city fue el trampolÃn que los Jam necesitaban para mostrar su grandeza. A finales del verano ya estaban grabando su segundo LP, que vio la luz en noviembre. Terminaron 1977 con más de 125 conciertos y dos álbumes a sus espaldas. Y los años posteriores tampoco fueron mucho más tranquilos.
Aún no eran el icono del revival mod en el que se convertirÃan pronto. Pero los Jam, a diferencia de muchos otros grupos que surgieron en esos años de efervescencia del punk británico, no acababan de formarse ni cogÃan un instrumento por primera vez.
Tocaban muy bien, irradiaban energÃa y tenÃan un aspecto distinto. Llevaban desde 1973 trabajando duro y actuando donde les dejaban para conseguir ser una banda solvente. Solo en 1974 dieron más de setenta conciertos. Asà que, para cuando llegó su primer larga duración en el 77, estaban bien curtidos sobre el escenario.
Algo parecido debÃa pensar John, su padre. Porque igual que le habÃa regalado una guitarra a su hijo cuando vio su inclinación por la música, se convirtió en el manager de los Jam en cuanto vislumbró un atisbo de calidad en el grupo.
La banda se habÃa conocido en la sala de música de la Escuela Secundaria de Sheerwater. Allà pasaban la hora de la comida los alumnos con inquietudes musicales. Tras algunos cambios de formación y de instrumentos, se establecieron como trÃo con Bruce Foxton al bajo, Rick Buckler a la baterÃa y Weller a la voz y guitarra. Y concierto a concierto, se fueron ganando una reputación.
[pullquote]Ellos veÃan que todo lo que les interesaba estaba en Londres. Anhelaban ser parte de la metrópoli. Y la canción, directa, llena de energÃa y actitud, refleja precisamente eso[/pullquote]
Porque cuando llegó el momento de fabricar los LP, la discográfica se encontró con que parte de los trabajadores de la planta de prensado se negaban a imprimir las hojas interiores: contenÃan palabras malsonantes.
A los de Polydor se les ocurrió que el trÃo pasara un dÃa en la fábrica con los empleados. AsÃ, estos verÃan que no eran unos inadaptados que iban escupiendo a la gente, como los Sex Pistols. VerÃan que eran unos jóvenes bien vestidos y no habrÃa problema. Pero el plan no funcionó: al final la mayorÃa de los discos salieron sin hoja interior.
«Para nosotros, en la ciudad era donde estaba pasando todo. Es la canción de un chico joven de los suburbios soñando con las delicias de Londres y el entusiasmo de la ciudad. La canción capturó esa inocencia, esos ojos como platos que tienes al salir de una comunidad muy pequeña y entrar en un mundo mucho más amplio: ver a todos los grupos, conocer gente, ir a los clubs. Y la libertad que todo eso implicaba».
In the city fue el trampolÃn que los Jam necesitaban para mostrar su grandeza. A finales del verano ya estaban grabando su segundo LP, que vio la luz en noviembre. Terminaron 1977 con más de 125 conciertos y dos álbumes a sus espaldas. Y los años posteriores tampoco fueron mucho más tranquilos.