16 de agosto 2013    /   CREATIVIDAD
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El otro Gandhi que la Historia escondió

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Hay historias contadas dentro de un círculo. Relatos terribles que narran la violación y asesinato de una madre y una hija. Pero el horror ocurrió a 780 kilómetros de Mumbai. Demasiado lejos para desatar la ira del país. Demasiado lejos para que un periódico se interese por un asunto que ocurre en los sótanos invisibles de la sociedad.

Esos círculos estÔn guardados en un libro titulado Bhimayana, Experiencias de un intocable, de la editorial Sexto Piso, que relata historias dibujadas de la India. Una India en ilustraciones que no continúa la tradición del cómic ni de la novela grÔfica. Una India que no sigue una línea recta en el tiempo ni salta en códigos de guionista occidental. Una India donde el sistema de castas se blindó ante la meritocracia y donde el 14 de abril de 1891 nació, después de otros 13 hijos, Bhim Ambedkar.

La Historia ha unido el nombre de Gandhi con la revolución pacífica en perpetuidad. Pero el mahatma no fue el único desobediente civil. Este niño, nacido como intocable, también lo fue. Aunque su lucha no fue para librarse de una invasión exterior. El enemigo, en este caso, jugaba en casa.

Ambedkar era un mahar. Estas personas ni siquiera entraban en el sistema de castas. Estaban en una especie de inframundo social que los situaba en el absoluto desprecio y la exclusión. Todos los días recorrían la ciudad para limpiar sus calles a cambio de nada. Nadie les pagaba por ello. Lo único que recibían era la comida que algunos individuos les daban, por caridad, desde la puerta de atrÔs de sus casas.

Ambedkar no podĆ­a jugar con otros niƱos. NingĆŗn peluquero podĆ­a cortar su pelo. Nadie le daba agua. ā€œLos chicos en los pozos, los animales en sus abrevaderos, pero la ciudad se convierte en desierto cuando intento calmar mi sedā€, dice una frase del libro, en cuatro ondas, bajo el cuerno de un animal.

El niƱo indio creció pensando que los animales tenĆ­an mĆ”s libertad que ellos, los intocables. Y un dĆ­a, Ambedkar salió de su ciudad y viajó en tren en busca de su padre. ā€œCiudades con nombres mĆ”gicos se deslizaban ante sus ojos. El corazón de Bhim era como un pĆ”jaro en un cielo sin nubesā€. Pero cometió un error. Dijo que era un intocable y nadie le dio agua.

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En su primer viaje, cuenta un narrador dibujado, ā€œaprendió que el sistema de castas puede degradar a un ser humano hasta llegar a negarle sus necesidades y sus sentimientos. Incluso una cosa tan elemental como la sedā€.

Ambedkar se reveló ante esa discriminación. Fue uno de los primeros intocables que consiguió estudiar y llegó, incluso, a la Universidad de Columbia y la London School of Economics. Después volvió a la India. En 1927 organizó una revuelta en Mahad hasta que consiguió que los intocables bebieran agua de un depósito que les estaba prohibido. Los hindúes ortodoxos intentaron detener el movimiento a palos. Pero el filósofo y jurista, igual que hizo Gandhi, pidió que no respondiesen a su dolor con mÔs dolor.

El 25 de diciembre de 1927 Ambedkar y diez mil personas mÔs prendieron fuego a una copia del Manusmriti, un texto brahmÔn hindú que defendía las castas y decía estas frases:

ā€œUn shudra (casta baja) que se sienta en el mismo lugar que un hombre de una casta superior deberĆ­a ser marcado a hierro en la cadera y ser exiliado o el rey deberĆ­a acuchillarle en las nalgasā€.

ā€œUna mujer no debe tener independencia. Su padre tiene que cuidarla durante su infancia, su marido en la juventud y sus hijos en la senectudā€.

ā€œLos hombres deben vigilar a sus mujeres dĆ­a y noche y mantener bajo control a aquellas que no dominen sus deseosā€.

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Budismo

En los aƱos que estudió en EEUU e Inglaterra olvidó que su condición de intocable lo apartaba de cuajo de la especie humana. A su vuelta a India volvió el pesar: ā€œSer un intocable es un problema para sĆ­ mismo y para los demĆ”sā€. Fue de un revĆ©s a otro hasta que, finalmente, llegó a ser primer ministro de Justicia de la India. ā€œSu borrador del Código HindĆŗ trató hacer que el derecho fuera mĆ”s equitativo, sobre todo con las mujeres. Aprobaba el divorcio y aumentó los derechos de propiedad de las viudas y las niƱasā€, relata la obra. ā€œLa Asamblea Constituyente lo debatió durante meses y meses, y terminó rechazando tanto el borrador original de Ambedkar como el segundo que se escribió. Estaba demasiado adelantado a su tiempo. Se enfadó tanto que dejó su puesto como ministro en el gabinete de Nehruā€.

Pocos meses antes de morir, en octubre de 1956, Ambedkar se convirtió al budismo y, con él, medio millón de personas. Entre su legado dejó la obra Buda y su Dhamma, y es considerado uno de los padres del budismo moderno.

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Los dignas

Bhimayana, Experiencias de un intocable era todavĆ­a una idea. Los ilustradores, Durgabai Vyam y Subhash Vyam, no habĆ­an empezado a dibujar pero sabĆ­an lo que deseaban: ā€œQueremos dejar algo claro desde el principioā€, dijeron. ā€œNo queremos forzar nuestros personajes en viƱetas. Los ahogarĆ­a. Preferimos crear en espacios abiertos. Nuestro trabajo es khulla (abierto) cuando hay espacio suficiente para respirarā€. Lo cuenta, al final de la obra, S. Anand, uno de los autores del texto junto a Srividya Natarajan.

DespuĆ©s de varios encuentros dieron con el tipo de ilustración que contarĆ­a la historia: los dignas. Estos dibujos ilustran las paredes y suelos de las casas decoradas con arte Gond. En este estilo la naturaleza devora el urbanismo. Los trenes se convierten en serpientes, la felicidad se representa con un pavo real…

El libro es un reclamo de la memoria de Ambedkar y una llamada de atención para recordar que el sistema de castas no ha desaparecido. En la Ćŗltima pĆ”gina dicen que ā€œsi las experiencias de Martin Luther King, Rosa Park, Nelson Mandela y Malcolm X tienen eco universalmente, la de Ambedkar deberĆ­a tenerlo tambiĆ©nā€. Los autores piensan que el joven abogado Gandhi descubrió la discriminación racial cuando lo echaron del vagón de primera clase en el que viajaba por SudĆ”frica. Ambedkar lo tuvo mĆ”s difĆ­cil. Lo aprendió a los 10 aƱos en su ciudad natal.

ā€œMientras que el tocable Gandhi consiguió sensibilizar al mundo con la causa de la segregación racial en SudĆ”frica, hasta el punto de llegar a convertirse en un icono antiimperialistaā€, escribe Anad, ā€œel intocable Bhim, al que no le dejaban beber agua en la escuela y que liderarĆ­a el Satyagraha de Mahad en 1927, ha sido olvidado en la historiaā€.

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Hay historias contadas dentro de un círculo. Relatos terribles que narran la violación y asesinato de una madre y una hija. Pero el horror ocurrió a 780 kilómetros de Mumbai. Demasiado lejos para desatar la ira del país. Demasiado lejos para que un periódico se interese por un asunto que ocurre en los sótanos invisibles de la sociedad.

Esos círculos estÔn guardados en un libro titulado Bhimayana, Experiencias de un intocable, de la editorial Sexto Piso, que relata historias dibujadas de la India. Una India en ilustraciones que no continúa la tradición del cómic ni de la novela grÔfica. Una India que no sigue una línea recta en el tiempo ni salta en códigos de guionista occidental. Una India donde el sistema de castas se blindó ante la meritocracia y donde el 14 de abril de 1891 nació, después de otros 13 hijos, Bhim Ambedkar.

La Historia ha unido el nombre de Gandhi con la revolución pacífica en perpetuidad. Pero el mahatma no fue el único desobediente civil. Este niño, nacido como intocable, también lo fue. Aunque su lucha no fue para librarse de una invasión exterior. El enemigo, en este caso, jugaba en casa.

Ambedkar era un mahar. Estas personas ni siquiera entraban en el sistema de castas. Estaban en una especie de inframundo social que los situaba en el absoluto desprecio y la exclusión. Todos los días recorrían la ciudad para limpiar sus calles a cambio de nada. Nadie les pagaba por ello. Lo único que recibían era la comida que algunos individuos les daban, por caridad, desde la puerta de atrÔs de sus casas.

Ambedkar no podĆ­a jugar con otros niƱos. NingĆŗn peluquero podĆ­a cortar su pelo. Nadie le daba agua. ā€œLos chicos en los pozos, los animales en sus abrevaderos, pero la ciudad se convierte en desierto cuando intento calmar mi sedā€, dice una frase del libro, en cuatro ondas, bajo el cuerno de un animal.

El niƱo indio creció pensando que los animales tenĆ­an mĆ”s libertad que ellos, los intocables. Y un dĆ­a, Ambedkar salió de su ciudad y viajó en tren en busca de su padre. ā€œCiudades con nombres mĆ”gicos se deslizaban ante sus ojos. El corazón de Bhim era como un pĆ”jaro en un cielo sin nubesā€. Pero cometió un error. Dijo que era un intocable y nadie le dio agua.

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En su primer viaje, cuenta un narrador dibujado, ā€œaprendió que el sistema de castas puede degradar a un ser humano hasta llegar a negarle sus necesidades y sus sentimientos. Incluso una cosa tan elemental como la sedā€.

Ambedkar se reveló ante esa discriminación. Fue uno de los primeros intocables que consiguió estudiar y llegó, incluso, a la Universidad de Columbia y la London School of Economics. Después volvió a la India. En 1927 organizó una revuelta en Mahad hasta que consiguió que los intocables bebieran agua de un depósito que les estaba prohibido. Los hindúes ortodoxos intentaron detener el movimiento a palos. Pero el filósofo y jurista, igual que hizo Gandhi, pidió que no respondiesen a su dolor con mÔs dolor.

El 25 de diciembre de 1927 Ambedkar y diez mil personas mÔs prendieron fuego a una copia del Manusmriti, un texto brahmÔn hindú que defendía las castas y decía estas frases:

ā€œUn shudra (casta baja) que se sienta en el mismo lugar que un hombre de una casta superior deberĆ­a ser marcado a hierro en la cadera y ser exiliado o el rey deberĆ­a acuchillarle en las nalgasā€.

ā€œUna mujer no debe tener independencia. Su padre tiene que cuidarla durante su infancia, su marido en la juventud y sus hijos en la senectudā€.

ā€œLos hombres deben vigilar a sus mujeres dĆ­a y noche y mantener bajo control a aquellas que no dominen sus deseosā€.

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Budismo

En los aƱos que estudió en EEUU e Inglaterra olvidó que su condición de intocable lo apartaba de cuajo de la especie humana. A su vuelta a India volvió el pesar: ā€œSer un intocable es un problema para sĆ­ mismo y para los demĆ”sā€. Fue de un revĆ©s a otro hasta que, finalmente, llegó a ser primer ministro de Justicia de la India. ā€œSu borrador del Código HindĆŗ trató hacer que el derecho fuera mĆ”s equitativo, sobre todo con las mujeres. Aprobaba el divorcio y aumentó los derechos de propiedad de las viudas y las niƱasā€, relata la obra. ā€œLa Asamblea Constituyente lo debatió durante meses y meses, y terminó rechazando tanto el borrador original de Ambedkar como el segundo que se escribió. Estaba demasiado adelantado a su tiempo. Se enfadó tanto que dejó su puesto como ministro en el gabinete de Nehruā€.

Pocos meses antes de morir, en octubre de 1956, Ambedkar se convirtió al budismo y, con él, medio millón de personas. Entre su legado dejó la obra Buda y su Dhamma, y es considerado uno de los padres del budismo moderno.

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Los dignas

Bhimayana, Experiencias de un intocable era todavĆ­a una idea. Los ilustradores, Durgabai Vyam y Subhash Vyam, no habĆ­an empezado a dibujar pero sabĆ­an lo que deseaban: ā€œQueremos dejar algo claro desde el principioā€, dijeron. ā€œNo queremos forzar nuestros personajes en viƱetas. Los ahogarĆ­a. Preferimos crear en espacios abiertos. Nuestro trabajo es khulla (abierto) cuando hay espacio suficiente para respirarā€. Lo cuenta, al final de la obra, S. Anand, uno de los autores del texto junto a Srividya Natarajan.

DespuĆ©s de varios encuentros dieron con el tipo de ilustración que contarĆ­a la historia: los dignas. Estos dibujos ilustran las paredes y suelos de las casas decoradas con arte Gond. En este estilo la naturaleza devora el urbanismo. Los trenes se convierten en serpientes, la felicidad se representa con un pavo real…

El libro es un reclamo de la memoria de Ambedkar y una llamada de atención para recordar que el sistema de castas no ha desaparecido. En la Ćŗltima pĆ”gina dicen que ā€œsi las experiencias de Martin Luther King, Rosa Park, Nelson Mandela y Malcolm X tienen eco universalmente, la de Ambedkar deberĆ­a tenerlo tambiĆ©nā€. Los autores piensan que el joven abogado Gandhi descubrió la discriminación racial cuando lo echaron del vagón de primera clase en el que viajaba por SudĆ”frica. Ambedkar lo tuvo mĆ”s difĆ­cil. Lo aprendió a los 10 aƱos en su ciudad natal.

ā€œMientras que el tocable Gandhi consiguió sensibilizar al mundo con la causa de la segregación racial en SudĆ”frica, hasta el punto de llegar a convertirse en un icono antiimperialistaā€, escribe Anad, ā€œel intocable Bhim, al que no le dejaban beber agua en la escuela y que liderarĆ­a el Satyagraha de Mahad en 1927, ha sido olvidado en la historiaā€.

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Opiniones 6
  • Interesante historia, y muy aleccionadora. Da gusto leer cosas que les pasa un poco como a los intocables: estan ocultas, fuera del circuito oficial de los medios de comunicación. Si en vez de hablar tanto sobre politica se sacaran a la luz historias asĆ­, creo que podriamos conseguir poco a poco que la sociedad mejorara sustancialmente en cuanto a humanidad. En fin…

  • Gracias @marabad por dar luz a estas maravillosas y desconocidas historias y gente, que no hacen mĆ”s que recordarnos que nuestro paso por la madre Tierra ha de tener un sentido: que nuestra huella y granito de arena permita hacer un mundo mejor y mĆ”s justo. Tremendamente inspirador. Maravilloso. El post y la historia que cuentas

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