Hay historias contadas dentro de un cĆrculo. Relatos terribles que narran la violación y asesinato de una madre y una hija. Pero el horror ocurrió a 780 kilómetros de Mumbai. Demasiado lejos para desatar la ira del paĆs. Demasiado lejos para que un periódico se interese por un asunto que ocurre en los sótanos invisibles de la sociedad.
Ambedkar era un mahar. Estas personas ni siquiera entraban en el sistema de castas. Estaban en una especie de inframundo social que los situaba en el absoluto desprecio y la exclusión. Todos los dĆas recorrĆan la ciudad para limpiar sus calles a cambio de nada. Nadie les pagaba por ello. Lo Ćŗnico que recibĆan era la comida que algunos individuos les daban, por caridad, desde la puerta de atrĆ”s de sus casas.
Ambedkar no podĆa jugar con otros niƱos. NingĆŗn peluquero podĆa cortar su pelo. Nadie le daba agua. āLos chicos en los pozos, los animales en sus abrevaderos, pero la ciudad se convierte en desierto cuando intento calmar mi sedā, dice una frase del libro, en cuatro ondas, bajo el cuerno de un animal.
El niƱo indio creció pensando que los animales tenĆan mĆ”s libertad que ellos, los intocables. Y un dĆa, Ambedkar salió de su ciudad y viajó en tren en busca de su padre. āCiudades con nombres mĆ”gicos se deslizaban ante sus ojos. El corazón de Bhim era como un pĆ”jaro en un cielo sin nubesā. Pero cometió un error. Dijo que era un intocable y nadie le dio agua.
En su primer viaje, cuenta un narrador dibujado, āaprendió que el sistema de castas puede degradar a un ser humano hasta llegar a negarle sus necesidades y sus sentimientos. Incluso una cosa tan elemental como la sedā.
El 25 de diciembre de 1927 Ambedkar y diez mil personas mĆ”s prendieron fuego a una copia del Manusmriti, un texto brahmĆ”n hindĆŗ que defendĆa las castas y decĆa estas frases:
āUn shudra (casta baja) que se sienta en el mismo lugar que un hombre de una casta superior deberĆa ser marcado a hierro en la cadera y ser exiliado o el rey deberĆa acuchillarle en las nalgasā.
āUna mujer no debe tener independencia. Su padre tiene que cuidarla durante su infancia, su marido en la juventud y sus hijos en la senectudā.
āLos hombres deben vigilar a sus mujeres dĆa y noche y mantener bajo control a aquellas que no dominen sus deseosā.
Bhimayana, Experiencias de un intocable era todavĆa una idea. Los ilustradores, Durgabai Vyam y Subhash Vyam, no habĆan empezado a dibujar pero sabĆan lo que deseaban: āQueremos dejar algo claro desde el principioā, dijeron. āNo queremos forzar nuestros personajes en viƱetas. Los ahogarĆa. Preferimos crear en espacios abiertos. Nuestro trabajo es khulla (abierto) cuando hay espacio suficiente para respirarā. Lo cuenta, al final de la obra, S. Anand, uno de los autores del texto junto a Srividya Natarajan.
āMientras que el tocable Gandhi consiguió sensibilizar al mundo con la causa de la segregación racial en SudĆ”frica, hasta el punto de llegar a convertirse en un icono antiimperialistaā, escribe Anad, āel intocable Bhim, al que no le dejaban beber agua en la escuela y que liderarĆa el Satyagraha de Mahad en 1927, ha sido olvidado en la historiaā.
Hay historias contadas dentro de un cĆrculo. Relatos terribles que narran la violación y asesinato de una madre y una hija. Pero el horror ocurrió a 780 kilómetros de Mumbai. Demasiado lejos para desatar la ira del paĆs. Demasiado lejos para que un periódico se interese por un asunto que ocurre en los sótanos invisibles de la sociedad.
Ambedkar era un mahar. Estas personas ni siquiera entraban en el sistema de castas. Estaban en una especie de inframundo social que los situaba en el absoluto desprecio y la exclusión. Todos los dĆas recorrĆan la ciudad para limpiar sus calles a cambio de nada. Nadie les pagaba por ello. Lo Ćŗnico que recibĆan era la comida que algunos individuos les daban, por caridad, desde la puerta de atrĆ”s de sus casas.
Ambedkar no podĆa jugar con otros niƱos. NingĆŗn peluquero podĆa cortar su pelo. Nadie le daba agua. āLos chicos en los pozos, los animales en sus abrevaderos, pero la ciudad se convierte en desierto cuando intento calmar mi sedā, dice una frase del libro, en cuatro ondas, bajo el cuerno de un animal.
El niƱo indio creció pensando que los animales tenĆan mĆ”s libertad que ellos, los intocables. Y un dĆa, Ambedkar salió de su ciudad y viajó en tren en busca de su padre. āCiudades con nombres mĆ”gicos se deslizaban ante sus ojos. El corazón de Bhim era como un pĆ”jaro en un cielo sin nubesā. Pero cometió un error. Dijo que era un intocable y nadie le dio agua.
En su primer viaje, cuenta un narrador dibujado, āaprendió que el sistema de castas puede degradar a un ser humano hasta llegar a negarle sus necesidades y sus sentimientos. Incluso una cosa tan elemental como la sedā.
El 25 de diciembre de 1927 Ambedkar y diez mil personas mĆ”s prendieron fuego a una copia del Manusmriti, un texto brahmĆ”n hindĆŗ que defendĆa las castas y decĆa estas frases:
āUn shudra (casta baja) que se sienta en el mismo lugar que un hombre de una casta superior deberĆa ser marcado a hierro en la cadera y ser exiliado o el rey deberĆa acuchillarle en las nalgasā.
āUna mujer no debe tener independencia. Su padre tiene que cuidarla durante su infancia, su marido en la juventud y sus hijos en la senectudā.
āLos hombres deben vigilar a sus mujeres dĆa y noche y mantener bajo control a aquellas que no dominen sus deseosā.
Bhimayana, Experiencias de un intocable era todavĆa una idea. Los ilustradores, Durgabai Vyam y Subhash Vyam, no habĆan empezado a dibujar pero sabĆan lo que deseaban: āQueremos dejar algo claro desde el principioā, dijeron. āNo queremos forzar nuestros personajes en viƱetas. Los ahogarĆa. Preferimos crear en espacios abiertos. Nuestro trabajo es khulla (abierto) cuando hay espacio suficiente para respirarā. Lo cuenta, al final de la obra, S. Anand, uno de los autores del texto junto a Srividya Natarajan.
āMientras que el tocable Gandhi consiguió sensibilizar al mundo con la causa de la segregación racial en SudĆ”frica, hasta el punto de llegar a convertirse en un icono antiimperialistaā, escribe Anad, āel intocable Bhim, al que no le dejaban beber agua en la escuela y que liderarĆa el Satyagraha de Mahad en 1927, ha sido olvidado en la historiaā.
Interesante historia, y muy aleccionadora. Da gusto leer cosas que les pasa un poco como a los intocables: estan ocultas, fuera del circuito oficial de los medios de comunicación. Si en vez de hablar tanto sobre politica se sacaran a la luz historias asĆ, creo que podriamos conseguir poco a poco que la sociedad mejorara sustancialmente en cuanto a humanidad. En fin…
Gracias @marabad por dar luz a estas maravillosas y desconocidas historias y gente, que no hacen mƔs que recordarnos que nuestro paso por la madre Tierra ha de tener un sentido: que nuestra huella y granito de arena permita hacer un mundo mejor y mƔs justo. Tremendamente inspirador. Maravilloso. El post y la historia que cuentas
Interesante historia, y muy aleccionadora. Da gusto leer cosas que les pasa un poco como a los intocables: estan ocultas, fuera del circuito oficial de los medios de comunicación. Si en vez de hablar tanto sobre politica se sacaran a la luz historias asĆ, creo que podriamos conseguir poco a poco que la sociedad mejorara sustancialmente en cuanto a humanidad. En fin…
Gracias @marabad por dar luz a estas maravillosas y desconocidas historias y gente, que no hacen mƔs que recordarnos que nuestro paso por la madre Tierra ha de tener un sentido: que nuestra huella y granito de arena permita hacer un mundo mejor y mƔs justo. Tremendamente inspirador. Maravilloso. El post y la historia que cuentas
QuĆ© bonito todo lo que dices, Mónica. Muchas gracias por tu comentario tan amable š
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