4 de abril 2018    /   CINE/TV
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Kant podrĂ­a haber sido el guionista de ‘The Good Place’

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—¿QuĂ© opina sobre la zona de amistad, señor Kant?

El filĂ³sofo alemĂ¡n aceptĂ³ una entrevista durante el paseo vespertino. Me pidiĂ³ que no hiciera preguntas hasta haber completado tres kilĂ³metros. Responde en marcha:

—La zona de amistad es un concepto masculino —Kant me mira de reojo— Un hombre no debe ser amable o atento con una mujer para conseguir… una recompensa. Un hombre debe ser atento con una mujer y con cualquier persona de cualquier edad y sexo porque es un deber moral.

Sin duda, la pregunta ha debido parecerle frĂ­vola. Necesitaba una introducciĂ³n atractiva y apelĂ© a un tema popular.

—¿Sabe que su pensamiento es comentado y dramatizado en la serie The Good Place?

—SĂ­ —dice con cierta resignaciĂ³n— Resulta algo molesto que uno de los personajes diga: «Kant era un ermitaño obsesivo solitario con cero amigos».

—Chidi, el profesor de filosofía.

—Estuve once años apartado del mundo para escribir La crĂ­tica de la razĂ³n pura.

—Un profesor de filosofĂ­a deberĂ­a saberlo y mĂ¡s si se declara admirador suyo.

—Chidi acaba en Mal Lugar porque no entendiĂ³ mi pensamiento.

—¿Me lo explica?

Nos acercamos a un estanque.

La ética materialista domina el mundo

—Chidi sigue una Ă©tica materialista —Kant lanza migas de pan a los patos— Este personaje, ante dos posibilidades, piensa: ¿QuĂ© decisiĂ³n es la correcta? ¿QuĂ© producirĂ¡ mayor placer? ¿QuĂ© serĂ¡ mĂ¡s Ăºtil?

—La ética que predomina en el mundo.

—Mi propuesta es: ¿QuĂ© debo hacer? —prosigue Kant.

—¿QuĂ© debo hacer?

—Porque estĂ¡ bien hacerlo.

—Chidi nunca tuvo intenciĂ³n de hacer daño.

—Su incapacidad para actuar hizo daño a otras personas. Ser es hacer.

—Tahani ayudĂ³ a mejorar la vida de personas desfavorecidas.

Un mimo se acerca. Finge que entre él y nosotros hay un muro de cristal.

—Tahani es condenada por sus intenciones. Las personas no son un medio, sino un fin. Tahani quería alcanzar la fama movida por el rencor hacia su hermana.

—Un tipo de personas que pulula en Instagram.

Kant da la espalda al mimo y sigue caminando. Retomo la entrevista:

—Así que importan tanto los buenos actos como las buenas intenciones

—Exacto.

—Finalmente, los personajes aprenden que deben hacer el bien sin esperar nada a cambio.

—FĂ­jese que llegan a la conclusiĂ³n cuando tienen el valor de usar la propia razĂ³n.

—Sin embargo, usted escribiĂ³: «Tuve que negar el conocimiento con el fin de hacer espacio para la fe».

—Fue una decisiĂ³n meditada, pero sigamos con The Good Place.

—A pesar de la injusta lĂ­nea sobre su persona, ¿no le parece que es una comedia kantiana?

—De alguna manera.

—Aunque comienza con una idea sartriana: el infierno son los demĂ¡s. El demonio Michael espera que los humanos se hagan daño entre sĂ­.

The Good Place contra las leyes de la comedia moderna

Observo que la menciĂ³n a Sartre molesta a Kant. Intento justificarme:

—Es la base de la comedia de situaciĂ³n contemporĂ¡nea. Cualquier gurĂº de guion le dirĂ¡ que los personajes deben ser crueles los unos con los otros para provocar la carcajada.

—The Good Place rompe la norma: el humor no parte de las relaciones tĂ³xicas. La serie presenta sutiles intrigas, confusiones asombrosas, gentes despiertas que saben salir de apuro, tontos que se dejan engañar, bromas y caracteres ridĂ­culos.

—Es lo que usted expone en Lo bello y lo sublime.

Nos acercamos a los lĂ­mites del parque.

—Sin embargo la ética que propone no resuelve el problema del tranvía de Philippa Foot.

—El tranvía —Kant resopla.

—¿CĂ³mo resuelve su Ă©tica el dilema de salvar a una persona o salvar a cinco? Para la Ă©tica materialista la decisiĂ³n es clara: salvar a cinco personas es mĂ¡s conveniente que salvar a una.

Kant mira su reloj de bolsillo:

—Si me disculpa, tengo obligaciones que atender.

—Por supuesto, señor Kant. Gracias por su tiempo.

Detuve mi paso. El filĂ³sofo siguiĂ³ andando. SaliĂ³ del parque.

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—¿QuĂ© opina sobre la zona de amistad, señor Kant?

El filĂ³sofo alemĂ¡n aceptĂ³ una entrevista durante el paseo vespertino. Me pidiĂ³ que no hiciera preguntas hasta haber completado tres kilĂ³metros. Responde en marcha:

—La zona de amistad es un concepto masculino —Kant me mira de reojo— Un hombre no debe ser amable o atento con una mujer para conseguir… una recompensa. Un hombre debe ser atento con una mujer y con cualquier persona de cualquier edad y sexo porque es un deber moral.

Sin duda, la pregunta ha debido parecerle frĂ­vola. Necesitaba una introducciĂ³n atractiva y apelĂ© a un tema popular.

—¿Sabe que su pensamiento es comentado y dramatizado en la serie The Good Place?

—SĂ­ —dice con cierta resignaciĂ³n— Resulta algo molesto que uno de los personajes diga: «Kant era un ermitaño obsesivo solitario con cero amigos».

—Chidi, el profesor de filosofía.

—Estuve once años apartado del mundo para escribir La crĂ­tica de la razĂ³n pura.

—Un profesor de filosofĂ­a deberĂ­a saberlo y mĂ¡s si se declara admirador suyo.

—Chidi acaba en Mal Lugar porque no entendiĂ³ mi pensamiento.

—¿Me lo explica?

Nos acercamos a un estanque.

La ética materialista domina el mundo

—Chidi sigue una Ă©tica materialista —Kant lanza migas de pan a los patos— Este personaje, ante dos posibilidades, piensa: ¿QuĂ© decisiĂ³n es la correcta? ¿QuĂ© producirĂ¡ mayor placer? ¿QuĂ© serĂ¡ mĂ¡s Ăºtil?

—La ética que predomina en el mundo.

—Mi propuesta es: ¿QuĂ© debo hacer? —prosigue Kant.

—¿QuĂ© debo hacer?

—Porque estĂ¡ bien hacerlo.

—Chidi nunca tuvo intenciĂ³n de hacer daño.

—Su incapacidad para actuar hizo daño a otras personas. Ser es hacer.

—Tahani ayudĂ³ a mejorar la vida de personas desfavorecidas.

Un mimo se acerca. Finge que entre él y nosotros hay un muro de cristal.

—Tahani es condenada por sus intenciones. Las personas no son un medio, sino un fin. Tahani quería alcanzar la fama movida por el rencor hacia su hermana.

—Un tipo de personas que pulula en Instagram.

Kant da la espalda al mimo y sigue caminando. Retomo la entrevista:

—Así que importan tanto los buenos actos como las buenas intenciones

—Exacto.

—Finalmente, los personajes aprenden que deben hacer el bien sin esperar nada a cambio.

—FĂ­jese que llegan a la conclusiĂ³n cuando tienen el valor de usar la propia razĂ³n.

—Sin embargo, usted escribiĂ³: «Tuve que negar el conocimiento con el fin de hacer espacio para la fe».

—Fue una decisiĂ³n meditada, pero sigamos con The Good Place.

—A pesar de la injusta lĂ­nea sobre su persona, ¿no le parece que es una comedia kantiana?

—De alguna manera.

—Aunque comienza con una idea sartriana: el infierno son los demĂ¡s. El demonio Michael espera que los humanos se hagan daño entre sĂ­.

The Good Place contra las leyes de la comedia moderna

Observo que la menciĂ³n a Sartre molesta a Kant. Intento justificarme:

—Es la base de la comedia de situaciĂ³n contemporĂ¡nea. Cualquier gurĂº de guion le dirĂ¡ que los personajes deben ser crueles los unos con los otros para provocar la carcajada.

—The Good Place rompe la norma: el humor no parte de las relaciones tĂ³xicas. La serie presenta sutiles intrigas, confusiones asombrosas, gentes despiertas que saben salir de apuro, tontos que se dejan engañar, bromas y caracteres ridĂ­culos.

—Es lo que usted expone en Lo bello y lo sublime.

Nos acercamos a los lĂ­mites del parque.

—Sin embargo la ética que propone no resuelve el problema del tranvía de Philippa Foot.

—El tranvía —Kant resopla.

—¿CĂ³mo resuelve su Ă©tica el dilema de salvar a una persona o salvar a cinco? Para la Ă©tica materialista la decisiĂ³n es clara: salvar a cinco personas es mĂ¡s conveniente que salvar a una.

Kant mira su reloj de bolsillo:

—Si me disculpa, tengo obligaciones que atender.

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Opiniones 2
  • Mmm, creo que confundes la parte con el todo. A lo que llamas Ă©tica materialista me da la impresiĂ³n que habrĂ­a que llamarla utilitarismo. SĂ­, el utilitarismo es una Ă©tica materialista pero no toda Ă©tica materialista es utilitarista. Yo quĂ© sĂ©, el epicureismo es una Ă©tica materialista y desde esta perspectiva no se tiene por quĂ© responder que salvar a 5 es mejor que salvar a 1. Incluso el propio utilitarismo puede responder de varias maneras. No es lo mismo el benthamiano (el tradicional), que el utilitarismo de las reglas. Pero bueno, esto serĂ­a otra discusiĂ³n.
    Respecto al pensamiento kantiano, a mĂ­ me encanta esta cita de Schiller: Al ayudar con gusto a los amigos, lo hago por desgracia con inclinaciĂ³n. Y entonces me suele corroer la idea de que no soy virtuoso. AsĂ­ las cosas, no queda otro remedio, has de intentar odiarlos, y hacerlo entonces con aversiĂ³n, tal como te demanda el deber.

    • Kant paseaba mĂ¡s deprisa de lo esperado. DifĂ­cil para una conversaciĂ³n en profundidad.

      Si lo pillo otra vez le suelto la cita, Weinsta.

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