Steve Hillenburg, creador de Bob Esponja, leyĂ³ algunas de sus tiras de Submundo en el L.A. Weekly y decidiĂ³ contratarlo como guionista para el programa de Nickelodeon, una cadena generalista en la que hay poco espacio para la experimentaciĂ³n, como demuestra la reciente cancelaciĂ³n de Pig, Goat, Banana, Cricket, la serie animada de Johnny Ryan y Dave Cooper.
«SĂ, las reglas de las series de televisiĂ³n para niños son ahora mucho mĂ¡s estrictas de lo que eran antes. El problema es que los padres actuales ven los dibujos con sus hijos y se ofenden. Por supuesto que podrĂa seguir las reglas para ellos, pero ese serĂa muy aburrido. Mejor que entiendan que Bob Esponja es fantasĂa, que no son personajes humanos reales, y que eso es lo que nos permite jugar con chistes y situaciones mĂ¡s violentas».
En todo caso, este tipo de restricciones narrativas son mĂ¡s fĂ¡ciles de sobrellevar cuando los personajes han sido creados por otros. «SĂ, es mĂ¡s sencillo porque la personalidad y rasgos del personaje ya estĂ¡n determinados, asĂ que no me preocupa si lo que escribo me hace sentir bien o no». Sin embargo, cuando crea sus propios personajes solo hay una opiniĂ³n: la suya.
Steve Hillenburg, creador de Bob Esponja, leyĂ³ algunas de sus tiras de Submundo en el L.A. Weekly y decidiĂ³ contratarlo como guionista para el programa de Nickelodeon, una cadena generalista en la que hay poco espacio para la experimentaciĂ³n, como demuestra la reciente cancelaciĂ³n de Pig, Goat, Banana, Cricket, la serie animada de Johnny Ryan y Dave Cooper.
«SĂ, las reglas de las series de televisiĂ³n para niños son ahora mucho mĂ¡s estrictas de lo que eran antes. El problema es que los padres actuales ven los dibujos con sus hijos y se ofenden. Por supuesto que podrĂa seguir las reglas para ellos, pero ese serĂa muy aburrido. Mejor que entiendan que Bob Esponja es fantasĂa, que no son personajes humanos reales, y que eso es lo que nos permite jugar con chistes y situaciones mĂ¡s violentas».
En todo caso, este tipo de restricciones narrativas son mĂ¡s fĂ¡ciles de sobrellevar cuando los personajes han sido creados por otros. «SĂ, es mĂ¡s sencillo porque la personalidad y rasgos del personaje ya estĂ¡n determinados, asĂ que no me preocupa si lo que escribo me hace sentir bien o no». Sin embargo, cuando crea sus propios personajes solo hay una opiniĂ³n: la suya.
Submundo estĂ¡ dabuti.
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