Cuando Elena era pequeña dibujaba en cualquier papel que encontraba, luego los amontonaba unos encima de otros, como si se tratase de un librito ilustrado y soñaba que gracias a eso la gente la conocÃa, que era una escritora famosa y tenÃa que firmar sus obras.
«Pensando en esa historia, me he dado cuenta que en realidad habÃa hecho mi primer fanzine» reflexiona. El destino quiso que su juego se convirtiera en su profesión, o al menos en una afición, que de vez en cuando es rentable. Elena Valero es miembro del colectivo ‘Están vivos’, una pléyade de escritores, ilustradores, fotógrafos y activistas que decidió que tenÃa algo que contar y no quiso esperar a que una editorial le diera una oportunidad.

Las fiestas son buenas ocasiones para idear proyectos. Colectivos artÃsticos, polÃticos y filosóficos han nacido al abrigo de un bar, aunque la mayorÃa murieron con la resaca del dÃa siguiente. No fue el caso de ‘Están vivos’, un colectivo que se fundó casi por casualidad en un dÃa de fiesta.
«Decidimos que deberÃamos hacer algo serio, para poder mostrar toda esa creatividad que cada uno llevábamos dentro», comenta Valero. Un concepto vago que fue tomando forma arrevistada a medida que avanzaba la noche . «Pensamos que la mejor forma de expresarnos serÃa haciendo un fanzine, en él mostrarÃamos nuestras creaciones e inquietudes de manera más divertida y también más accesible económicamente».
Apenas un año después ‘Están vivos’ hace honor a su nombre y sus publicaciones se cuentan por decenas. Su presencia en mercadillos y encuentros de autoedición dan buena muestra de ello. Y sus constantes colaboraciones e hijos bastardos son reflejo del carácter inquieto de estos seis editores amateurs. La religión, la reconstrucción histórica o la reinterpretación de efemérides a través del lenguaje gráfico… los temas a tratar son muchos y tienen como nexo de unión la incorrección polÃtica y el gusto estético. Quizá el más interesante sea ‘Broken Portraits’, pero para explicar en qué consiste este libreto hay que analizar antes otra inquietud de Elena Valero.

«Pienso que las ciudades están deshumanizadas en el sentido en que la gente o bien está de paso por ellas o bien siempre tiene prisa, no teniendo nunca tiempo de disfrutar cada rincón de sus calles». Cuenca es una ciudad pequeña, si puede considerarse tal. Apenas supera los 50.000 habitantes, pero en sus calles Elena Valero ya percibÃa esta sensación que describe ahora con mayor conocimiento de causa.
Para luchar contra la tendencia deshumanizadora de las grandes urbes, esta artista se integró en otro colectivo, ‘Humanicity‘, cuyo propósito es reivindicar el espacio público para el uso ciudadano. Broken Portraits es fruto de este colectivo. Es una evolución de un proyecto anterior, la desfragmentación de unos retratos para convertirlos en un puzle facial que encaja a la perfección en los ladrillos de las nuevas construcciones.
«Con estas intervenciones pretendo desmitificar los cánones de belleza que se han ido estableciendo en la sociedad o mejor dicho que nos han sido impuestos por la publicidad», defiende Valero. Y para hacerlo, ha utilizado los mismos métodos que las empresas publicitarias. Carteles de papel encolados en fachadas, una intervención efÃmera en la que el soporte es tan importante como la propia imagen.
Valero aún recuerda su primera intervención. Fue un domingo por la mañana en la facultad de Bellas Artes de Cuenca. «Elegà ese lugar, en concreto sus muros, porque dentro de ellos es donde me habÃan inculcado el canon de belleza clásica y yo querÃa romper con ello», comenta.
Los retratos desfragmentados de Valero duran lo que el buen tiempo. La lluvia y la suciedad los devoran en apenas unos dÃas. Quizá por esto sus dos colectivos, que a priori no tienen nada que ver, acabaron tocándose para la edición de un fanzine que recopila las mejores intervenciones de este ‘Broken Portraits’. Los papeles que fueron rotos y desubicados para adornar las paredes vuelven a tomar forma homogénea, esta vez en las páginas de un fanzine. El cÃrculo se cierra y Elena Valero sigue haciendo intervenciones y fundando colectivos; dibujando en hojas y amontonándolas unas sobre otras hasta formar libritos. Unos libritos que se llaman fanzines y que firma junto a sus cinco compañeros con el nombre de ‘Estén Vivos’. Lo están.
Cuando Elena era pequeña dibujaba en cualquier papel que encontraba, luego los amontonaba unos encima de otros, como si se tratase de un librito ilustrado y soñaba que gracias a eso la gente la conocÃa, que era una escritora famosa y tenÃa que firmar sus obras.
«Pensando en esa historia, me he dado cuenta que en realidad habÃa hecho mi primer fanzine» reflexiona. El destino quiso que su juego se convirtiera en su profesión, o al menos en una afición, que de vez en cuando es rentable. Elena Valero es miembro del colectivo ‘Están vivos’, una pléyade de escritores, ilustradores, fotógrafos y activistas que decidió que tenÃa algo que contar y no quiso esperar a que una editorial le diera una oportunidad.

Las fiestas son buenas ocasiones para idear proyectos. Colectivos artÃsticos, polÃticos y filosóficos han nacido al abrigo de un bar, aunque la mayorÃa murieron con la resaca del dÃa siguiente. No fue el caso de ‘Están vivos’, un colectivo que se fundó casi por casualidad en un dÃa de fiesta.
«Decidimos que deberÃamos hacer algo serio, para poder mostrar toda esa creatividad que cada uno llevábamos dentro», comenta Valero. Un concepto vago que fue tomando forma arrevistada a medida que avanzaba la noche . «Pensamos que la mejor forma de expresarnos serÃa haciendo un fanzine, en él mostrarÃamos nuestras creaciones e inquietudes de manera más divertida y también más accesible económicamente».
Apenas un año después ‘Están vivos’ hace honor a su nombre y sus publicaciones se cuentan por decenas. Su presencia en mercadillos y encuentros de autoedición dan buena muestra de ello. Y sus constantes colaboraciones e hijos bastardos son reflejo del carácter inquieto de estos seis editores amateurs. La religión, la reconstrucción histórica o la reinterpretación de efemérides a través del lenguaje gráfico… los temas a tratar son muchos y tienen como nexo de unión la incorrección polÃtica y el gusto estético. Quizá el más interesante sea ‘Broken Portraits’, pero para explicar en qué consiste este libreto hay que analizar antes otra inquietud de Elena Valero.

«Pienso que las ciudades están deshumanizadas en el sentido en que la gente o bien está de paso por ellas o bien siempre tiene prisa, no teniendo nunca tiempo de disfrutar cada rincón de sus calles». Cuenca es una ciudad pequeña, si puede considerarse tal. Apenas supera los 50.000 habitantes, pero en sus calles Elena Valero ya percibÃa esta sensación que describe ahora con mayor conocimiento de causa.
Para luchar contra la tendencia deshumanizadora de las grandes urbes, esta artista se integró en otro colectivo, ‘Humanicity‘, cuyo propósito es reivindicar el espacio público para el uso ciudadano. Broken Portraits es fruto de este colectivo. Es una evolución de un proyecto anterior, la desfragmentación de unos retratos para convertirlos en un puzle facial que encaja a la perfección en los ladrillos de las nuevas construcciones.
«Con estas intervenciones pretendo desmitificar los cánones de belleza que se han ido estableciendo en la sociedad o mejor dicho que nos han sido impuestos por la publicidad», defiende Valero. Y para hacerlo, ha utilizado los mismos métodos que las empresas publicitarias. Carteles de papel encolados en fachadas, una intervención efÃmera en la que el soporte es tan importante como la propia imagen.
Valero aún recuerda su primera intervención. Fue un domingo por la mañana en la facultad de Bellas Artes de Cuenca. «Elegà ese lugar, en concreto sus muros, porque dentro de ellos es donde me habÃan inculcado el canon de belleza clásica y yo querÃa romper con ello», comenta.
Los retratos desfragmentados de Valero duran lo que el buen tiempo. La lluvia y la suciedad los devoran en apenas unos dÃas. Quizá por esto sus dos colectivos, que a priori no tienen nada que ver, acabaron tocándose para la edición de un fanzine que recopila las mejores intervenciones de este ‘Broken Portraits’. Los papeles que fueron rotos y desubicados para adornar las paredes vuelven a tomar forma homogénea, esta vez en las páginas de un fanzine. El cÃrculo se cierra y Elena Valero sigue haciendo intervenciones y fundando colectivos; dibujando en hojas y amontonándolas unas sobre otras hasta formar libritos. Unos libritos que se llaman fanzines y que firma junto a sus cinco compañeros con el nombre de ‘Estén Vivos’. Lo están.