Cuando alguien pregunta si es guapo y le responden Ā«es simpĆ”ticoĀ», noĀ insiste. La respuesta es clara: nadie recuerda guapos simpĆ”ticos en ese momento. Con las mascotas deportivas ocurre algo similar; cuesta llamarlas feas sin resaltar que tienen cierto encanto. Por eso, tampoco puede decirseĀ que sean feas a rabiar. QuizĆ” porque en algĆŗn momento formaron parte de la infancia de tantos, es difĆcil asegurar que Curro, Cobi o Naranjito son simplemente horrendos.
Al final, cuando alguien se burla de ellos con cierto cariño lo hace inevitablemente desde el amor propio. Es algo que brota al rememorar aquella infancia difusa que con el tiempo adquiere los tonos de una polaroid y muestra camisetas manchadas con una de esas cantimploras de colores radiactivos y sabor a muerte dulce.
El aƱo pasado, Marca eligió a la mascota mĆ”s fea del mundoĀ y no la mĆ”s bonita. ĀæCasualidad o causalidad?Ā El premio se lo llevó Roelio, la mascota del Pontevedra FC que para los niƱos es un hueso adorable y para los adultos… un monstruoĀ fĆ”lico que camina por el estadio aireando lo demĆ”s con una inquietante mueca. Y aun asĆ esĀ adorable.
Kiko Volta es el señor que da vida a Roelio, que se mete dentro del traje y recibe las ovaciones y el cariño de aficionados y hasta de los contrincantes. «Feo serÔ, pero simpÔtico donde los haya», dijo el verdadero Roelio en una entrevista.
AĀ pesar de ser el creador de esta imagen tan apocalĆptica, Dr. Lupo reconoce la ternura que despiertan estas mascotas en toda una generación que creció con ellas:Ā Ā«La palabra para definirlos es ‘horteras‘, pero a pesar de ello todos les recordamos con mucho cariƱoĀ».
Por un momento parecĆa que los diseƱadores de Viejas glorias habĆan sido unos visionarios.Ā Javier Mariscal, el diseƱador de Cobi, anunció hace unos meses que estaba arruinado. Entonces empezaron a lloverle ofertas de trabajo y mensajes que lamentaban su situación e intentaban ayudarle de un modo u otro a salir de la mendicidad. Pero no fue mĆ”s que parte de una personalidad que disfruta dando que hablar.
Cobi no cayó muy bien al principio, pero poco a poco se fue ganando al pĆŗblico y hasta protagonizó una serie de animación. Era un perro antropomórfico que venĆa a romper la idea de mascota deportiva entraƱable.
Cuando alguien pregunta si es guapo y le responden Ā«es simpĆ”ticoĀ», noĀ insiste. La respuesta es clara: nadie recuerda guapos simpĆ”ticos en ese momento. Con las mascotas deportivas ocurre algo similar; cuesta llamarlas feas sin resaltar que tienen cierto encanto. Por eso, tampoco puede decirseĀ que sean feas a rabiar. QuizĆ” porque en algĆŗn momento formaron parte de la infancia de tantos, es difĆcil asegurar que Curro, Cobi o Naranjito son simplemente horrendos.
Al final, cuando alguien se burla de ellos con cierto cariño lo hace inevitablemente desde el amor propio. Es algo que brota al rememorar aquella infancia difusa que con el tiempo adquiere los tonos de una polaroid y muestra camisetas manchadas con una de esas cantimploras de colores radiactivos y sabor a muerte dulce.
El aƱo pasado, Marca eligió a la mascota mĆ”s fea del mundoĀ y no la mĆ”s bonita. ĀæCasualidad o causalidad?Ā El premio se lo llevó Roelio, la mascota del Pontevedra FC que para los niƱos es un hueso adorable y para los adultos… un monstruoĀ fĆ”lico que camina por el estadio aireando lo demĆ”s con una inquietante mueca. Y aun asĆ esĀ adorable.
Kiko Volta es el señor que da vida a Roelio, que se mete dentro del traje y recibe las ovaciones y el cariño de aficionados y hasta de los contrincantes. «Feo serÔ, pero simpÔtico donde los haya», dijo el verdadero Roelio en una entrevista.
AĀ pesar de ser el creador de esta imagen tan apocalĆptica, Dr. Lupo reconoce la ternura que despiertan estas mascotas en toda una generación que creció con ellas:Ā Ā«La palabra para definirlos es ‘horteras‘, pero a pesar de ello todos les recordamos con mucho cariƱoĀ».
Por un momento parecĆa que los diseƱadores de Viejas glorias habĆan sido unos visionarios.Ā Javier Mariscal, el diseƱador de Cobi, anunció hace unos meses que estaba arruinado. Entonces empezaron a lloverle ofertas de trabajo y mensajes que lamentaban su situación e intentaban ayudarle de un modo u otro a salir de la mendicidad. Pero no fue mĆ”s que parte de una personalidad que disfruta dando que hablar.
Cobi no cayó muy bien al principio, pero poco a poco se fue ganando al pĆŗblico y hasta protagonizó una serie de animación. Era un perro antropomórfico que venĆa a romper la idea de mascota deportiva entraƱable.
Cierto. DeberĆa haber aclarado que Curro es la excepción, aunque forma parte de esa cuadrilla de mascotas de los 90 ‘feas’ pero entraƱables, no es realmente deportiva.
ĀæCurro mascota deportiva? ĀæDesde cuando?
Cierto. DeberĆa haber aclarado que Curro es la excepción, aunque forma parte de esa cuadrilla de mascotas de los 90 ‘feas’ pero entraƱables, no es realmente deportiva.
Comentarios cerrados.