Ciudades espaƱolas que quieren mandar al coche al destierro
”Yorokobu gratis en formato digital!
La salud, el planeta, el aire limpio, la seguridad vial, la velocidad, la proximidad, el músculo comercial, el atractivo económico, el glamur, la accesibilidad, los cuidados, el juego, el ruido, la contaminación, el reequilibrio de género, el estrés, los atascos, la diversidad cultural, la sociabilidad, los compromisos internacionales, el verde urbano, el ciclo del agua, los residuos, la vivienda⦠todas son dimensiones mÔs o menos evidentes del nivel de sostenibilidad de una ciudad.
Sobre ellos sobrevuela un cambio cultural al que asistimos. Una de las polĆticas mĆ”s intensas sobre la que trabajan las ciudades hoy es la movilidad, ese conjunto de medidas que nos ponen ante una disyuntiva crucial: el uso que hacemos del coche privado, responsable del actual autosolismo. Un coche, un ciudadano, en expresión de Carlos Moreno, padre del cronourbanismo, profesor de la Sorbona y asesor de la alcaldesa de ParĆs Anne Hidalgo. Ambos situaron a la capital francesa en la vanguardia de estos cambios.
Cambios que ya avanzan en EspaƱa. Este es un viaje por ciertas experiencias de norte a sur, de oeste a este. Recorremos un paĆs en pleno cambio urbano. Ciudades de un paĆs que se mueve por la sostenibilidad.
PONTEVEDRA (84.000). EL REFERENTE
El mayor exponente del cambio. Hace 22 aƱos que se dieron cuenta de que asĆ no podĆan seguir y empezaron. Hoy llevan, con mucho, la delantera y se ha posicionado como ejemplo mundial. Lograron revertir el panorama y situar al peatón en el centro de la movilidad. AllĆ el coche es un invitado y eso se nota en sus calles, que solo usan los coches necesarios para que la ciudad funcione.
Lograron eliminar la mitad de los viajes en el conjunto de la ciudad (el 90 y el 70% en las zonas mÔs centrales). Cuando antes el 70% del espacio lo ocupaban los coches y el 30 todo lo demÔs, ahora es al revés: el 70% estÔ para caminar, pasear, comprar, estar, jugar, socializar⦠Su reciente ordenanza crea un nuevo tipo de calles, los «espacios de coexistencia y uso plural», con vocación de que sean mayoritarias. En ellas, la prioridad es de la persona que camina. Bicis y patinetes han de adaptarse a su paso. Los coches pueden acceder a sus garajes y los repartos tienen horarios determinados.
A CORUĆA (250.000). RONDA PEATONAL
En pleno proceso de reforma de los principales ejes del centro para recuperar su esencia peatonal y con un prolĆfico programa de acupuntura urbana denominado CoruƱa CamiƱa, nos fijamos en una original iniciativa: la Ronda Peatonal, que transcurrirĆ” mĆ”s o menos en paralelo a su mayor avenida, la Ronda de Outeiro, de 4,5 km.
AmplĆa, asĆ, la filosofĆa peatonal a muchos barrios no centrales, algunos de los cuales ya tenĆan vĆas peatonales, que se coserĆ”n con este itinerario pedestre lineal. Un proceso animado y participado por su Mesa da Mobilidade, órgano municipal en el que estĆ”n representadas mĆ”s de 100 entidades sociales.
GIJĆN (270.000). RECUPERAR EL MURO
Un amplio debate ciudadano acompaƱa a este escaparate urbano sobre el CantĆ”brico, la vĆa que rodea el arenal de San Lorenzo. Una especie de autovĆa que quieren recuperar para el ocio, el paseo y el dinamismo económico. El municipio estĆ” decidido a vencer las resistencias de los sectores mĆ”s conservadores y acentuar las restricciones al coche privado que ensayaron durante la pandemia. La dimensión de los cambios todavĆa no estĆ” clara, pero los debates y sesiones del Colegio de Arquitectos y el Consejo Social de la ciudad muestran una clara tendencia de reducir al mĆnimo el trĆ”fico de vehĆculos.
VALLADOLID (300.000). VA10Ā
La ciudad trabaja en varios frentes su movilidad peatonal y ciclista, dentro de un programa que llaman Valladolid Ciudad Verde. Con el centro urbano prĆ”cticamente peatonal en su totalidad, han puesto un especial empeƱo en su transporte pĆŗblico, creando la VA10, una plataforma de circulación exclusiva por la que discurren 14 de las 20 lĆneas de autobuses, gracias a la cual aumentó la que los expertos llaman Ā«velocidad comercialĀ», esa que puede hacer mĆ”s atractivo el transporte pĆŗblico. En paralelo, reducen la capacidad de las calles para el coche particular, con el objetivo de que circulen Ćŗnicamente los que sean necesarios.
BILBAO (350.000). TODO 30Ā
Esa fue la espectacular apuesta de Bilbao: ser la primera ciudad del mundo mayor de 300.000 habitantes que establece este lĆmite de velocidad en todas sus calles y plazas, distanciĆ”ndose asĆ de la norma estatal, que obliga a ir como mĆ”ximo a 30 km/h en las vĆas de un solo carril por sentido. Persiguen reducir accidentes y eliminar el estrĆ©s urbano.
Otras importantes medidas de esta capital vasca consistieron en promover la movilidad ciclista y la vertical, instalando ascensores en bastantes barrios situados en las múltiples laderas que conforman esta urbe. El nuevo Bilbao no es ya el Guggenheim, el metro de Foster, la Alhóndiga o San Mamés. También su forma de moverse.
DONOSTIA (190.000). LOGĆSTICA CERO EMISIONES
Buena parte de los paquetes que llegan a San SebastiĆ”n cada dĆa se centralizan en una especie de intercambiador urbano a partir del cual se distribuyen en bici. Es una magnĆfica respuesta al incremento del comercio electrónico que llena las ciudades de furgonetas. AllĆ restringieron su uso en el centro histórico, donde tienen un horario para concentrarse en una plaza, a partir de la cual se distribuyen a pie, con el apoyo de carritos.
Y en el resto de la ciudad lo confĆan a la logĆstica de Txita, la empresa a cuya base llegan paquetes en camiones o furgos y de la que parten en bicis a los domicilios donostiarras. Una apuesta que seguro marcarĆ” tendencia para el resto de ciudades.
VITORIA-GASTEIZ (250.000). GREEN CAPITALĀ
Otro de los grandes referentes en sostenibilidad urbana con espectaculares avances en recuperación del espacio público, diversificación modal, promoción de las bicis e innovaciones en el transporte público. Una de sus grandes apuestas fue el que llaman Cinturón Verde, un conjunto de parques naturales y sendas que fueron recuperando durante las últimas décadas y que conforman un auténtico rosario de biodiversidad y paisajismo en torno al municipio.
Hace unos aƱos se plantearon que esa infraestructura verde invadiese la ciudad, creando una malla vegetal entre los principales parques urbanos y la corona natural. Estos corredores verdes, con gran variedad de arbolado y espacios contagiados de cĆ©sped y arbustos, se combinarĆ”n con otro proyecto en el que estĆ”n embarcados: las supermanzanas, un plan que dirige su creador, Salvador Rueda, y que consiste en eliminar la gran mayorĆa del trĆ”fico de coches por muchas de sus calles. Solo algunos ejes quedarĆ”n motorizados, recuperando el 70% del espacio pĆŗblico para otras actividades humanas.
LOGROĆO (150.000). CALLES ABIERTAS
AsĆ se denomina la gran apuesta tĆ”ctica de la era covid en EspaƱa. Se llaman soluciones tĆ”cticas a las que, en vez de hacer costosas obras pĆŗblicas para transformar el espacio, consiguen el mismo efecto con pintura sobre el asfalto y pequeƱas intervenciones. Fue la opción de la capital riojana, que se reveló como una de las ciudades mĆ”s activas de la penĆnsula a la hora de definir su estrategia ante la pandemia.
Su respuesta quedó resumida en una frase: Logroño, calles abiertas. Abiertas a las personas, o al menos cada vez mÔs abiertas. Lo interesante de su propuesta fue el camino por el que optó: avanzar mucho en poco tiempo. Para aprovechar la dinÔmica pandémica no esperó a transformar aceras, plataformas segregadas o bordillos: eligió pintarlos, convirtiéndose en un ejemplo de que «si se quiere, se puede».
BARCELONA (1.600.000). REVUELTA ESCOLAR
De polĆ©mico tacticismo saben mucho en Barcelona, donde se produjo un agrio debate ātodavĆa vivoā con los coloristas tatuajes de asfalto de algunas calles del Eixample. Anexionaron superficie a las aceras pintando zonas que ocupaban los coches. Se alzaron voces, pero mayoritariamente por motivos estĆ©ticos, pues no lo entendĆan como una simple transición. En plena pandemia, el ayuntamiento reformuló el programa de las supermanzanas, que la ciudad habĆa anunciado hace aƱos y frenó para darle otra dimensión. Ahora irĆ”n todavĆa mĆ”s lentamente.
No obstante, la principal experiencia barcelonesa se encuentra en la denominada Revuelta Escolar, un movimiento de padres y madres que reclaman una ciudad mÔs amable a partir de los colegios. Proponen algo que muchas ciudades estÔn haciendo ya, como reducir trÔfico a motor, una mayor integración entre los coles y la ciudad y poder utilizar el espacio público para el juego y la interrelación. Una revuelta que se extendió a otras ciudades, algunas de cuyas escuelas secundaron la reivindicación.
SANTA COLOMA (120.000). MENOS COCHES
Es un ejemplo de ciudad que trabaja de manera callada transformando su movilidad para ir haciĆ©ndola mĆ”s humana y sostenible. Muchas de las calles de este municipio anexo a Barcelona han reducido su motorización. Su avenida principal, la Rambla que conecta con la capital a travĆ©s del puente sobre el rĆo Besós, se quedó con un carril de circulación por sentido, un carril bici central y amplĆsimas aceras.
Con todo, su apuesta mĆ”s espectacular ha sido la recuperación para las personas de todo el margen del rĆo, que se convirtió en un hĆbrido entre Ć”rea natural y paseo urbano.
VALENCIA (800.000). CICLISTA Y PEATONALĀ
El santo y seña valenciano de los últimos años ha sido su anillo ciclista segregado del trÔfico de coches e impulsado por el concejal Giusepe Grezzi. Pero Valencia ha dado otro paso de gigante, peatonalizando grandes Ôreas de su centro histórico y en especial una de las acciones de mayor visibilidad en la capital levantina: peatonalizar su plaza del Ayuntamiento.
El ir y venir de coches y autobuses que la utilizaban como rotonda para circular en todas direcciones quedó reducido a un par de carriles bÔsicamente para el transporte público. El resto, el 90% del espacio, se convirtió en un auténtico parque urbano. De momento, en una fase transitoria, no se llevó a cabo la reforma de la plaza, que serÔ el resultado de un concurso posterior. Una fase en la que ya se encuentran las otras tres grandes plazas del centro histórico, la plaza de la Reina, la del Mercat y la de Brujas, que pronto estarÔn operativas con sus nuevos diseños sin coches.
SEVILLA (700.000). RECUPERAR EL DUQUEĀ
La gran ciudad sureña muestra también un comportamiento progresivo hacia una movilidad mÔs sostenible. Si hace ya años que impulsó una gran red de carriles bici, hoy la estÔ mejorando, eliminando espacio para automóviles particulares. AdemÔs, hace mÔs de una década que avanza en peatonalizaciones como La piel sensible, un programa de recuperación de espacios al coche, o grandes transformaciones como la Alameda de Hércules o la Avenida de la Constitución.
Hoy se plantean limitar el trĆ”fico de paso por toda la ciudad y, especialmente, actuar sobre un punto crucial de su corazón: la plaza del Duque, el hiperactivo centro de HĆspalis. No son mĆ”s que algunos apuntes de las variadas acciones de la ciudad para ir desautoxicĆ”ndose paulatinamente.
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Sobre ellos sobrevuela un cambio cultural al que asistimos. Una de las polĆticas mĆ”s intensas sobre la que trabajan las ciudades hoy es la movilidad, ese conjunto de medidas que nos ponen ante una disyuntiva crucial: el uso que hacemos del coche privado, responsable del actual autosolismo. Un coche, un ciudadano, en expresión de Carlos Moreno, padre del cronourbanismo, profesor de la Sorbona y asesor de la alcaldesa de ParĆs Anne Hidalgo. Ambos situaron a la capital francesa en la vanguardia de estos cambios.
Cambios que ya avanzan en EspaƱa. Este es un viaje por ciertas experiencias de norte a sur, de oeste a este. Recorremos un paĆs en pleno cambio urbano. Ciudades de un paĆs que se mueve por la sostenibilidad.
PONTEVEDRA (84.000). EL REFERENTE
El mayor exponente del cambio. Hace 22 aƱos que se dieron cuenta de que asĆ no podĆan seguir y empezaron. Hoy llevan, con mucho, la delantera y se ha posicionado como ejemplo mundial. Lograron revertir el panorama y situar al peatón en el centro de la movilidad. AllĆ el coche es un invitado y eso se nota en sus calles, que solo usan los coches necesarios para que la ciudad funcione.
Lograron eliminar la mitad de los viajes en el conjunto de la ciudad (el 90 y el 70% en las zonas mÔs centrales). Cuando antes el 70% del espacio lo ocupaban los coches y el 30 todo lo demÔs, ahora es al revés: el 70% estÔ para caminar, pasear, comprar, estar, jugar, socializar⦠Su reciente ordenanza crea un nuevo tipo de calles, los «espacios de coexistencia y uso plural», con vocación de que sean mayoritarias. En ellas, la prioridad es de la persona que camina. Bicis y patinetes han de adaptarse a su paso. Los coches pueden acceder a sus garajes y los repartos tienen horarios determinados.
A CORUĆA (250.000). RONDA PEATONAL
En pleno proceso de reforma de los principales ejes del centro para recuperar su esencia peatonal y con un prolĆfico programa de acupuntura urbana denominado CoruƱa CamiƱa, nos fijamos en una original iniciativa: la Ronda Peatonal, que transcurrirĆ” mĆ”s o menos en paralelo a su mayor avenida, la Ronda de Outeiro, de 4,5 km.
AmplĆa, asĆ, la filosofĆa peatonal a muchos barrios no centrales, algunos de los cuales ya tenĆan vĆas peatonales, que se coserĆ”n con este itinerario pedestre lineal. Un proceso animado y participado por su Mesa da Mobilidade, órgano municipal en el que estĆ”n representadas mĆ”s de 100 entidades sociales.
GIJĆN (270.000). RECUPERAR EL MURO
Un amplio debate ciudadano acompaƱa a este escaparate urbano sobre el CantĆ”brico, la vĆa que rodea el arenal de San Lorenzo. Una especie de autovĆa que quieren recuperar para el ocio, el paseo y el dinamismo económico. El municipio estĆ” decidido a vencer las resistencias de los sectores mĆ”s conservadores y acentuar las restricciones al coche privado que ensayaron durante la pandemia. La dimensión de los cambios todavĆa no estĆ” clara, pero los debates y sesiones del Colegio de Arquitectos y el Consejo Social de la ciudad muestran una clara tendencia de reducir al mĆnimo el trĆ”fico de vehĆculos.
VALLADOLID (300.000). VA10Ā
La ciudad trabaja en varios frentes su movilidad peatonal y ciclista, dentro de un programa que llaman Valladolid Ciudad Verde. Con el centro urbano prĆ”cticamente peatonal en su totalidad, han puesto un especial empeƱo en su transporte pĆŗblico, creando la VA10, una plataforma de circulación exclusiva por la que discurren 14 de las 20 lĆneas de autobuses, gracias a la cual aumentó la que los expertos llaman Ā«velocidad comercialĀ», esa que puede hacer mĆ”s atractivo el transporte pĆŗblico. En paralelo, reducen la capacidad de las calles para el coche particular, con el objetivo de que circulen Ćŗnicamente los que sean necesarios.
BILBAO (350.000). TODO 30Ā
Esa fue la espectacular apuesta de Bilbao: ser la primera ciudad del mundo mayor de 300.000 habitantes que establece este lĆmite de velocidad en todas sus calles y plazas, distanciĆ”ndose asĆ de la norma estatal, que obliga a ir como mĆ”ximo a 30 km/h en las vĆas de un solo carril por sentido. Persiguen reducir accidentes y eliminar el estrĆ©s urbano.
Otras importantes medidas de esta capital vasca consistieron en promover la movilidad ciclista y la vertical, instalando ascensores en bastantes barrios situados en las múltiples laderas que conforman esta urbe. El nuevo Bilbao no es ya el Guggenheim, el metro de Foster, la Alhóndiga o San Mamés. También su forma de moverse.
DONOSTIA (190.000). LOGĆSTICA CERO EMISIONES
Buena parte de los paquetes que llegan a San SebastiĆ”n cada dĆa se centralizan en una especie de intercambiador urbano a partir del cual se distribuyen en bici. Es una magnĆfica respuesta al incremento del comercio electrónico que llena las ciudades de furgonetas. AllĆ restringieron su uso en el centro histórico, donde tienen un horario para concentrarse en una plaza, a partir de la cual se distribuyen a pie, con el apoyo de carritos.
Y en el resto de la ciudad lo confĆan a la logĆstica de Txita, la empresa a cuya base llegan paquetes en camiones o furgos y de la que parten en bicis a los domicilios donostiarras. Una apuesta que seguro marcarĆ” tendencia para el resto de ciudades.
VITORIA-GASTEIZ (250.000). GREEN CAPITALĀ
Otro de los grandes referentes en sostenibilidad urbana con espectaculares avances en recuperación del espacio público, diversificación modal, promoción de las bicis e innovaciones en el transporte público. Una de sus grandes apuestas fue el que llaman Cinturón Verde, un conjunto de parques naturales y sendas que fueron recuperando durante las últimas décadas y que conforman un auténtico rosario de biodiversidad y paisajismo en torno al municipio.
Hace unos aƱos se plantearon que esa infraestructura verde invadiese la ciudad, creando una malla vegetal entre los principales parques urbanos y la corona natural. Estos corredores verdes, con gran variedad de arbolado y espacios contagiados de cĆ©sped y arbustos, se combinarĆ”n con otro proyecto en el que estĆ”n embarcados: las supermanzanas, un plan que dirige su creador, Salvador Rueda, y que consiste en eliminar la gran mayorĆa del trĆ”fico de coches por muchas de sus calles. Solo algunos ejes quedarĆ”n motorizados, recuperando el 70% del espacio pĆŗblico para otras actividades humanas.
LOGROĆO (150.000). CALLES ABIERTAS
AsĆ se denomina la gran apuesta tĆ”ctica de la era covid en EspaƱa. Se llaman soluciones tĆ”cticas a las que, en vez de hacer costosas obras pĆŗblicas para transformar el espacio, consiguen el mismo efecto con pintura sobre el asfalto y pequeƱas intervenciones. Fue la opción de la capital riojana, que se reveló como una de las ciudades mĆ”s activas de la penĆnsula a la hora de definir su estrategia ante la pandemia.
Su respuesta quedó resumida en una frase: Logroño, calles abiertas. Abiertas a las personas, o al menos cada vez mÔs abiertas. Lo interesante de su propuesta fue el camino por el que optó: avanzar mucho en poco tiempo. Para aprovechar la dinÔmica pandémica no esperó a transformar aceras, plataformas segregadas o bordillos: eligió pintarlos, convirtiéndose en un ejemplo de que «si se quiere, se puede».
BARCELONA (1.600.000). REVUELTA ESCOLAR
De polĆ©mico tacticismo saben mucho en Barcelona, donde se produjo un agrio debate ātodavĆa vivoā con los coloristas tatuajes de asfalto de algunas calles del Eixample. Anexionaron superficie a las aceras pintando zonas que ocupaban los coches. Se alzaron voces, pero mayoritariamente por motivos estĆ©ticos, pues no lo entendĆan como una simple transición. En plena pandemia, el ayuntamiento reformuló el programa de las supermanzanas, que la ciudad habĆa anunciado hace aƱos y frenó para darle otra dimensión. Ahora irĆ”n todavĆa mĆ”s lentamente.
No obstante, la principal experiencia barcelonesa se encuentra en la denominada Revuelta Escolar, un movimiento de padres y madres que reclaman una ciudad mÔs amable a partir de los colegios. Proponen algo que muchas ciudades estÔn haciendo ya, como reducir trÔfico a motor, una mayor integración entre los coles y la ciudad y poder utilizar el espacio público para el juego y la interrelación. Una revuelta que se extendió a otras ciudades, algunas de cuyas escuelas secundaron la reivindicación.
SANTA COLOMA (120.000). MENOS COCHES
Es un ejemplo de ciudad que trabaja de manera callada transformando su movilidad para ir haciĆ©ndola mĆ”s humana y sostenible. Muchas de las calles de este municipio anexo a Barcelona han reducido su motorización. Su avenida principal, la Rambla que conecta con la capital a travĆ©s del puente sobre el rĆo Besós, se quedó con un carril de circulación por sentido, un carril bici central y amplĆsimas aceras.
Con todo, su apuesta mĆ”s espectacular ha sido la recuperación para las personas de todo el margen del rĆo, que se convirtió en un hĆbrido entre Ć”rea natural y paseo urbano.
VALENCIA (800.000). CICLISTA Y PEATONALĀ
El santo y seña valenciano de los últimos años ha sido su anillo ciclista segregado del trÔfico de coches e impulsado por el concejal Giusepe Grezzi. Pero Valencia ha dado otro paso de gigante, peatonalizando grandes Ôreas de su centro histórico y en especial una de las acciones de mayor visibilidad en la capital levantina: peatonalizar su plaza del Ayuntamiento.
El ir y venir de coches y autobuses que la utilizaban como rotonda para circular en todas direcciones quedó reducido a un par de carriles bÔsicamente para el transporte público. El resto, el 90% del espacio, se convirtió en un auténtico parque urbano. De momento, en una fase transitoria, no se llevó a cabo la reforma de la plaza, que serÔ el resultado de un concurso posterior. Una fase en la que ya se encuentran las otras tres grandes plazas del centro histórico, la plaza de la Reina, la del Mercat y la de Brujas, que pronto estarÔn operativas con sus nuevos diseños sin coches.
SEVILLA (700.000). RECUPERAR EL DUQUEĀ
La gran ciudad sureña muestra también un comportamiento progresivo hacia una movilidad mÔs sostenible. Si hace ya años que impulsó una gran red de carriles bici, hoy la estÔ mejorando, eliminando espacio para automóviles particulares. AdemÔs, hace mÔs de una década que avanza en peatonalizaciones como La piel sensible, un programa de recuperación de espacios al coche, o grandes transformaciones como la Alameda de Hércules o la Avenida de la Constitución.
Hoy se plantean limitar el trĆ”fico de paso por toda la ciudad y, especialmente, actuar sobre un punto crucial de su corazón: la plaza del Duque, el hiperactivo centro de HĆspalis. No son mĆ”s que algunos apuntes de las variadas acciones de la ciudad para ir desautoxicĆ”ndose paulatinamente.