13 de agosto 2010    /   CREATIVIDAD
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La falsa libertad en el diseƱo

13 de agosto 2010    /   CREATIVIDAD     por          
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diseƱo1

ā€œĀæTe gustarĆ­a escribir un artĆ­culo sobre DiseƱo para Yorokobu?ā€. Y no se me ocurre otra cosa que aceptar la invitación. ā€œEscribir sobre DiseƱoā€, ahĆ­ es nada. Uno cree que siempre tendrĆ” tiempo para encontrar un tema o algo interesante. Craso error. Al menos en mi caso. Es tan amplio el tema sobre el que hablar que uno se termina bloqueando y todos los temas que encuentra le parecen poco interesantes.

Es precisamente en este bloqueo, en este problema, donde encuentro la respuesta a mi problema. No es la primera vez, ni espero que sea la última, que me dan tanta libertad a la hora de afrontar un proyecto. Y esta situación a la que muchos pueden pensar que es la mejor de las maneras de poder trabajar, a muchos profesionales les resulta un grave problema.

¿Qué prefieres? ¿que te den total libertad para preparar un diseño o que te den un marco de referencia, unas pautas a seguir obligatoriamente? Estoy seguro de que muchas de las personas que lean este artículo preferirÔn la primera de las opciones. Tener al fin la libertad de poder expresarse sin barreras, sin estúpidos briefings. De demostrar de lo que uno es capaz al fin y al cabo.

Pero también estoy convencido de que algunos de vosotros temblÔis ante esa situación. Esa libertad de actuación acaba siendo un tremendo problema, una causa de agobio y de preocupación. El no tener unas pautas, un mínimo guión sobre el cual empezar a desarrollar ideas, puede suponer que el trabajo final no esté a la altura de lo esperado.

Siempre he pensado que la imaginación y la creatividad se crecen cuando las circunstancias son mÔs exigentes. Cuanto mÔs grandes son las adversidades, el ser humano se crece y las acaba superando. Y esto, en su medida, también es aplicable al diseño y al diseñador. De hecho, creo que si esas exigencias, si esas pautas a seguir estÔn bien planteadas, el resultado final puede ser magnífico.

Hay diseñadores que son perfectos para realizar trabajos comerciales y los ejecutan de un modo único. Pero que a la hora de desarrollar trabajos de carÔcter personal o no comerciales, su creatividad se ve mermada, o que no estÔn a la altura de los otros. El poder trabajar bajo unos límites acentúa su creatividad, mejora sus habilidades y sabe encontrar soluciones grÔficas.

De todos modos, nunca existe el trabajo donde tengas esa libertad total de la que estamos hablando. Por pocos o menores que sean, siempre nos encontraremos con una serie de límites. Tamaño, número de tintas, presupuesto, tiempo, etc. Y es precisamente gracias a esas directrices por la que nuestra mente no se bloquea y llegamos a soluciones creativas.

Ya entraríamos en el campo de la psicología para hablar de la biología de la creatividad y de cómo funciona el cerebro humano, pero hay muchos estudios relacionados con la resolución de problemas, que nosotros podemos aplicar al campo del diseño y de la creatividad.

En ese difícil equilibrio entre la libertad creativa de cada profesional y las restricciones de los proyectos estÔ la solución para obtener un mejor resultado final. Y es complicado porque en uno de los lados de esa balanza, normalmente es la libertad del diseñador la que se ve mermada. Y soy de la opinión que precisamente el diseñador, el profesional, es el que debe aportar esa visión personal para que el trabajo tenga una calidad mayor.

Wences Sanz es el creador de MadinSpain

Foto de Amayzun reproducida bajo licencia creative commons.

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Es precisamente en este bloqueo, en este problema, donde encuentro la respuesta a mi problema. No es la primera vez, ni espero que sea la última, que me dan tanta libertad a la hora de afrontar un proyecto. Y esta situación a la que muchos pueden pensar que es la mejor de las maneras de poder trabajar, a muchos profesionales les resulta un grave problema.

¿Qué prefieres? ¿que te den total libertad para preparar un diseño o que te den un marco de referencia, unas pautas a seguir obligatoriamente? Estoy seguro de que muchas de las personas que lean este artículo preferirÔn la primera de las opciones. Tener al fin la libertad de poder expresarse sin barreras, sin estúpidos briefings. De demostrar de lo que uno es capaz al fin y al cabo.

Pero también estoy convencido de que algunos de vosotros temblÔis ante esa situación. Esa libertad de actuación acaba siendo un tremendo problema, una causa de agobio y de preocupación. El no tener unas pautas, un mínimo guión sobre el cual empezar a desarrollar ideas, puede suponer que el trabajo final no esté a la altura de lo esperado.

Siempre he pensado que la imaginación y la creatividad se crecen cuando las circunstancias son mÔs exigentes. Cuanto mÔs grandes son las adversidades, el ser humano se crece y las acaba superando. Y esto, en su medida, también es aplicable al diseño y al diseñador. De hecho, creo que si esas exigencias, si esas pautas a seguir estÔn bien planteadas, el resultado final puede ser magnífico.

Hay diseñadores que son perfectos para realizar trabajos comerciales y los ejecutan de un modo único. Pero que a la hora de desarrollar trabajos de carÔcter personal o no comerciales, su creatividad se ve mermada, o que no estÔn a la altura de los otros. El poder trabajar bajo unos límites acentúa su creatividad, mejora sus habilidades y sabe encontrar soluciones grÔficas.

De todos modos, nunca existe el trabajo donde tengas esa libertad total de la que estamos hablando. Por pocos o menores que sean, siempre nos encontraremos con una serie de límites. Tamaño, número de tintas, presupuesto, tiempo, etc. Y es precisamente gracias a esas directrices por la que nuestra mente no se bloquea y llegamos a soluciones creativas.

Ya entraríamos en el campo de la psicología para hablar de la biología de la creatividad y de cómo funciona el cerebro humano, pero hay muchos estudios relacionados con la resolución de problemas, que nosotros podemos aplicar al campo del diseño y de la creatividad.

En ese difícil equilibrio entre la libertad creativa de cada profesional y las restricciones de los proyectos estÔ la solución para obtener un mejor resultado final. Y es complicado porque en uno de los lados de esa balanza, normalmente es la libertad del diseñador la que se ve mermada. Y soy de la opinión que precisamente el diseñador, el profesional, es el que debe aportar esa visión personal para que el trabajo tenga una calidad mayor.

Wences Sanz es el creador de MadinSpain

Foto de Amayzun reproducida bajo licencia creative commons.

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Opiniones 7
  • Este aƱo terminĆ© mi proyecto de final de carrera de diseƱo de producto y me confirmó lo que tantas veces habĆ­a pensado: si tienes libertad creativa (como en ese caso) saber quĆ© se va a intentar solucionar y acotar el problema es la mitad del trabajo.

  • Y las acotaciones formales tambiĆ©n han sido una grandĆ­sima fuente de creatividad… vĆ©ase el cine DOGMA 95

  • Prefiero, sin dudarlo ni un momento, empezar con la acotación de un briefing. Aunque solo sea porque, si hay total libertad, cuando hayas terminado y lo enseƱes al cliente serĆ” cuando te ponga las trabas… A priori no sabe lo que quiere, y te deja libertad, y confĆ­a en tu criterio… pero a posterior me cambias este color, esa forma no la quiero ahĆ­, y eso no me gusta nada… Trabajo doble :S

  • La total libertad en diseƱo no existe. Existen una serie de parĆ”metros bĆ”sicos no negociables a los que tenemos que atenernos. Si no nos lo da el cliente, tendremos que investigar y encontrarlos.

    La total libertad en diseƱo se transforma en arte.

  • Que “guay” eres Wences…

    Convocas concurso para Midi Vodafone a travĆ©s de Domestika…
    Y que pasó wey???. Desaparece el post y el “hilo” sobre el concurso.
    Es que tenĆ­as un encargo y tu creatividad estaba “limited”?.
    Esto si que es falsa libertad en el diseƱo.

  • Hola Fantasma de la ópera.

    No sƩ a quƩ te refieres con respecto al concurso que organizamos con Vodafone en Domestika. No me gusta que me acusen de algo sin pruebas, asƭ que te ruego que seas mƔs explicito/a. Gracias.

  • Comentarios cerrados.