
Durante las pasadas elecciones presidenciales francesas, el tema de la inmigración volvió a saltar al centro de la arena polĆtica por obra y gracia de la ultraderechista lĆder del Frente Nacional, Marine Le Pen, y un Nicolas Sarkozy que buscaba la reelección tratando de pescar votos en el caladero supranacionalista, asumiendo sus posiciones en seguridad, ayudas sociales y, cómo no, inmigración y extranjerĆa.
Aunque al final el premio gordo se lo llevó el āsocialistaā FranƧois Hollande, lo cierto es que Mme Le Pen logró una marca histórica para su formación cosechando un 18,2% de los votos en la primera vuelta con un discurso xenófobo y populista. Y ante esto vale la pena sacar a relucir un estudio que demuestra que la inmigración legal le sale unos 12.000 millones de euros rentable a las arcas francesas.
Este anÔlisis es obra y gracia del economista Xavier Chojnicki y otros cinco investigadores del laboratorio EQUIPPE de la Universidad de Lille 2. Fue encargado por el Ministerio de Asuntos Sociales y se tardó un par de años en realizar. La razón por la que se escogió a Chojnicki fue muy sencilla: ha dedicado un libro completo a estudiar las ventajas e inconvenientes de este fenómeno social. Según sus investigaciones, mientras que la inmigración le cuesta al Estado galo unos 48.000 millones de euros, de los bolsillos extranjeros salen unos 60.000 millones, arrojando un saldo positivo de 12.000.
Aunque la inmigración en Francia es de un bajo 5%, frente al 9% de Alemania o el 12% de EspaƱa, esta cifra aumenta hasta un 22% si se tiene en cuenta a los franceses que tienen al menos un progenitor inmigrante. Uno de cada cuatro, de ese 22%, asegura haber sido objeto de discriminación y este porcentaje sube hasta el 50% en el caso de los hijos de los procedentes del Ćfrica subsahariana, segĆŗn otro estudio realizado a la limón entre el Instituto Nacional de Estudios DemogrĆ”ficos y el Instituto Nacional de EstadĆstica. āLa percepción de la inmigración usualmente es negativaā, explica Chojnicki desde su despacho en Lille, āmucha gente cree que los inmigrantes reducirĆ”n el salario de los nacionales, que crearĆ”n desempleo y que tendrĆ”n un alto coste para las finanzas pĆŗblicasā.
āYa estĆ” ampliamente demostrado que la inmigración tiene un efecto muy moderado en el mercado de trabajoā, comienza Chojnicki, que ejemplifica que āmientras que en Francia el asunto principal estĆ” en su impacto en el desempleo, en EE. UU. la cuestión se sitĆŗa en las desigualdades de salarios que se producenā. En ambos mercados laborales la inmigración es usada, junto con la globalización y la mano de obra barata de los paĆses emergentes, para conjurar demonios diferentes. āEstos tipos de razonamientos simples son muestras parciales de una realidad mĆ”s complejaā, continĆŗa, desmontando los clichĆ©s, āya que los mecanismos por los que la inmigración puede afectar al mercado de trabajo que la acoge son muy variadosā.
Por poner algĆŗn ejemplo, la inmigración tambiĆ©n crea ofertas de empleo, ya que los inmigrantes consumen y estimulan la actividad económica, ademĆ”s de ser complementarios laboralmente a los nativos puesto que cogen, en muchos casos, los trabajos que estos no quieren. AsĆ, en el sector de hostelerĆa, temporeros, seguridad o limpieza, los inmigrantes superan en tres a uno a los nativos franceses. Debido a esta circunstancia, la competencia en el mercado de trabajo no se da entre nativos e inmigrantes, sino entre los personas de las diferentes oleadas migratorias.
āLa inmigración no es responsable del mal estado de las finanzas pĆŗblicasā, prosigue Chojnicki. El motivo de esta idea es la percepción de que el inmigrante suele ser una persona con menor cualificación que el nativo, por lo que ganarĆ” menos y pagarĆ” menos impuestos, y que pasa mĆ”s tiempo desempleado y tiene mĆ”s hijos, por lo que recibe mayores prestaciones sociales. āAunque esta percepción no es siempre equivocadaā, dice el acadĆ©mico; ālos inmigrantes pertenecen a los grupos de edad que pagan mĆ”s y reciben menos en el sistema de redistribución (el 55% de estos tienen entre 25 y 55 aƱos, frente al 40% de los nativos)ā.
Por continuar con los tópicos, Chojnicki avisa de que la āinmigración no es ni el problema ni la solución del envejecimiento de nuestras sociedadesā y que deberĆa dejarse de lado el āestĆ©ril debateā entre āzero inmigration [sic]ā e inmigración por āobjetivos simplemente demogrĆ”ficosā. Para el investigador, la clave de los mercados laborales durante la próxima dĆ©cada radica en el elevado nĆŗmero de vacantes, tanto de personal cualificado como sin necesidad de formación, que habrĆ” debido a la jubilación de la generación Baby Boom.
Parecen argumentos de sobra para rebatir a Madame Le Pen.

Ilustración: David GonzĆ”lezĀ