Cuando uno trabaja con conceptos y con palabras que se usan constantemente, como ‘diseƱo e innovación’, muchas veces uno puede sentirse frustrado por la dificultad que encuentra a la hora de transmitir con claridad y sencillez el significado real de lo que hace y el valor que puede aportar. Sobre todo si lo que estĆ” tratando de contar es el verdadero sentido de su trabajo: mejorar la calidad de vida de las personas.
Es hora de cambiar el foco, de incorporar un toque mĆ”s humano en todo lo que hacemos, de replantearnos ciertas estrategias vinculadas a mejorar resultados en vez de a mejorar experiencias. Es hora de empezar a pensar de verdad en las personas. De pasar del marketing puntual a la cultura del dĆa a dĆa.
Cuando uno trabaja con conceptos y con palabras que se usan constantemente, como ‘diseƱo e innovación’, muchas veces uno puede sentirse frustrado por la dificultad que encuentra a la hora de transmitir con claridad y sencillez el significado real de lo que hace y el valor que puede aportar. Sobre todo si lo que estĆ” tratando de contar es el verdadero sentido de su trabajo: mejorar la calidad de vida de las personas.
Es hora de cambiar el foco, de incorporar un toque mĆ”s humano en todo lo que hacemos, de replantearnos ciertas estrategias vinculadas a mejorar resultados en vez de a mejorar experiencias. Es hora de empezar a pensar de verdad en las personas. De pasar del marketing puntual a la cultura del dĆa a dĆa.
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