El tiempo estaba acabando con la pasarela del Postiguet. Había arrancado todo su vigor. El puente que miraba al mar de Alicante pasó entonces a unos papeles de la Concejalía de Imagen Urbana del Ayuntamiento de esa ciudad. Era el protagonista de un concurso destinado a recoger ideas para sustituir ese punto de entrada a la ciudad por un nuevo elemento urbanístico que “dignificara el entorno y pudiera convertirse en un verdadero icono”.
Un posible párrafo esperado de este post hablaría de los estudios de arquitectura convocados. Pero nadie los llamó. La convocatoria estaba dirigida a agencias de comunicación locales, según Lucía de la Vega, directora de estrategia de Imaginarte.
Esta compañía fue una de las que acudió al concurso. “Empezamos a hacer bocetos y pensamos que la pasarela podía ser transparente y translúcida para dar la sensación de que volaba”, cuenta De la Vega. “Queríamos que se iluminara por dentro durante la noche, que hablara y que fuera interactiva. Pretendíamos que los ciudadanos pudieran enviar mensajes con el móvil y que la pasarela diera la bienvenida”.
La interactividad quedó en idea pero el resto del proyecto ya está instalado en una de las entradas a Alicante, en la avenida de Juan Bautista Lafora. La propuesta de Imaginarte ganó el concurso.
“Las funciones de la nueva pasarela debían ir mucho más allá de permitir a los transeúntes cruzar a la playa. El proyecto debía comunicar, transmitir sensaciones y hablar por la ciudad”, explica Almudena Richart, RRPP de Imaginarte. “Por fin, y cada vez más, la creatividad se entiende de una manera amplia y libre de etiquetas. El trabajo de las agencias no acaba en la publicidad. Su capacidad de generar ideas puede ser aprovechada en multitud de ámbitos”.
El proyecto era suyo. Imaginarte empezó a trabajar con el interiorista Oscar Vidal y el estudio de arquitectura BG Studio. Habían propuesto “una actuación que respetara la estructura de la pasarela existente redefiniendo su lenguaje estético, dotándolo de dinamismo y fluidez. Una unión entre el Castillo de Santa Bárbara y el mar concebida como una amable curva envolvente que variase su sección a lo largo de la pasarela y acentuara el movimiento de todo el conjunto. Un acogedor gesto de bienvenida al Mediterráneo”, especifica Richart.
La pasarela se hizo en una sola pieza y después se trasladó al lugar que debía ocupar. La envolvente ha sido realizada con un composite plástico a base de resinas y fibras de vidrio con la intención de proporcionar “un asombroso efecto creativo”.
Un sistema de iluminación interior compuesto de diodos LED hacen que el puente vaya cambiando de tonalidad. El efecto, según Imaginarte, “dota a la pasarela de una identidad propia y dinámica” y, además, es “una apuesta por el ahorro energético, que acentúa la naturaleza ecológica del rediseño al que se ha sometido al conjunto”.
La pasarela, que ha costado 385.008 euros, según DiarioInformación.com, ha sido construida con materiales que resisten la corrosión de la humedad y el salitre, y apenas necesitan mantenimiento.
Fotos: Javier Guijarro
El tiempo estaba acabando con la pasarela del Postiguet. Había arrancado todo su vigor. El puente que miraba al mar de Alicante pasó entonces a unos papeles de la Concejalía de Imagen Urbana del Ayuntamiento de esa ciudad. Era el protagonista de un concurso destinado a recoger ideas para sustituir ese punto de entrada a la ciudad por un nuevo elemento urbanístico que “dignificara el entorno y pudiera convertirse en un verdadero icono”.
Un posible párrafo esperado de este post hablaría de los estudios de arquitectura convocados. Pero nadie los llamó. La convocatoria estaba dirigida a agencias de comunicación locales, según Lucía de la Vega, directora de estrategia de Imaginarte.
Esta compañía fue una de las que acudió al concurso. “Empezamos a hacer bocetos y pensamos que la pasarela podía ser transparente y translúcida para dar la sensación de que volaba”, cuenta De la Vega. “Queríamos que se iluminara por dentro durante la noche, que hablara y que fuera interactiva. Pretendíamos que los ciudadanos pudieran enviar mensajes con el móvil y que la pasarela diera la bienvenida”.
La interactividad quedó en idea pero el resto del proyecto ya está instalado en una de las entradas a Alicante, en la avenida de Juan Bautista Lafora. La propuesta de Imaginarte ganó el concurso.
“Las funciones de la nueva pasarela debían ir mucho más allá de permitir a los transeúntes cruzar a la playa. El proyecto debía comunicar, transmitir sensaciones y hablar por la ciudad”, explica Almudena Richart, RRPP de Imaginarte. “Por fin, y cada vez más, la creatividad se entiende de una manera amplia y libre de etiquetas. El trabajo de las agencias no acaba en la publicidad. Su capacidad de generar ideas puede ser aprovechada en multitud de ámbitos”.
El proyecto era suyo. Imaginarte empezó a trabajar con el interiorista Oscar Vidal y el estudio de arquitectura BG Studio. Habían propuesto “una actuación que respetara la estructura de la pasarela existente redefiniendo su lenguaje estético, dotándolo de dinamismo y fluidez. Una unión entre el Castillo de Santa Bárbara y el mar concebida como una amable curva envolvente que variase su sección a lo largo de la pasarela y acentuara el movimiento de todo el conjunto. Un acogedor gesto de bienvenida al Mediterráneo”, especifica Richart.
La pasarela se hizo en una sola pieza y después se trasladó al lugar que debía ocupar. La envolvente ha sido realizada con un composite plástico a base de resinas y fibras de vidrio con la intención de proporcionar “un asombroso efecto creativo”.
Un sistema de iluminación interior compuesto de diodos LED hacen que el puente vaya cambiando de tonalidad. El efecto, según Imaginarte, “dota a la pasarela de una identidad propia y dinámica” y, además, es “una apuesta por el ahorro energético, que acentúa la naturaleza ecológica del rediseño al que se ha sometido al conjunto”.
La pasarela, que ha costado 385.008 euros, según DiarioInformación.com, ha sido construida con materiales que resisten la corrosión de la humedad y el salitre, y apenas necesitan mantenimiento.
Fotos: Javier Guijarro
Queda muy bonito, pero digo yo que el giro que hace se los podrían haber ahorrado y que hubiera sido en forma de L en vez de P. Al final tienes q andar más.
Hola a todos,
he leído el artículo y me parece fantástico, soy de Alicante y paso a diario por la pasarela…
A mucha gente nos parece estupenda, pero desde luego no está pensada por profesionales del sector, es chula, sí, pero el cristal se ensucia y se engrasa, el suelo se desnivela y los cristales no estan continuos, y cortan al rozarlos… La agencia será creativa, pero desde luego está muy falta de profesionales.
La estructura de la pasarela, con un giro, ya existía en la pasarela anterior, simplemente esta parcheada…
Espero que el ayuntamiento no haya gastado demasiado en el diseño, aunque por las tarifas que suele cobrar imaginarte, seguro que no es barato.
Bonito pero demasiado poco util.
Secundo lo del giro, y tanto despliegue me parece totalmente innecesario. Muy bonito y espectacular, pero al final no cumple su función principal. Es lo que tienen los iconos urbanísticos. Más diseño social y menos tonterías.
Queda muy bonito, pero digo yo que el giro que hace se los podrían haber ahorrado y que hubiera sido en forma de L en vez de P. Al final tienes q andar más.
Hola a todos,
he leído el artículo y me parece fantástico, soy de Alicante y paso a diario por la pasarela…
A mucha gente nos parece estupenda, pero desde luego no está pensada por profesionales del sector, es chula, sí, pero el cristal se ensucia y se engrasa, el suelo se desnivela y los cristales no estan continuos, y cortan al rozarlos… La agencia será creativa, pero desde luego está muy falta de profesionales.
La estructura de la pasarela, con un giro, ya existía en la pasarela anterior, simplemente esta parcheada…
Espero que el ayuntamiento no haya gastado demasiado en el diseño, aunque por las tarifas que suele cobrar imaginarte, seguro que no es barato.
Bonito pero demasiado poco util.
Secundo lo del giro, y tanto despliegue me parece totalmente innecesario. Muy bonito y espectacular, pero al final no cumple su función principal. Es lo que tienen los iconos urbanísticos. Más diseño social y menos tonterías.
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