24 de abril 2012    /   CREATIVIDAD
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La rana que querĂ­a cruzar la Quinta Avenida para llegar al Smithsonian…

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…y no lo consiguiĂ³. El destino es muy perro. Sobre todo si eres una rana y, un buen dĂ­a, te da por cruzar una calle neoyorquina repleta de trĂ¡fico. El creativo Tyler DeAngelo pensĂ³ que serĂ­a divertido que la rana (de mentira) reviviese viejas aventuras en la mĂ¡quina de arcade (la de verdad) pero con la peculiaridad de que la calle fuese la Quinta Avenida de Nueva York y el movimiento de los coches fuese en tiempo real.

A nuestros hijos les parecerĂ¡ un poco idiota pensar que pasĂ¡bamos las tardes intentando que un anfibio cruzase la carretera cuando lo realmente divertido es ver cĂ³mo la atropellan una y otra vez. Era asĂ­ y de eso hace 30 años. Ahora, Tyler DeAngelo ha revisado el juego y le ha puesto coches de verdad.

Para ello, el creador ha colocado una cĂ¡mara que filma la concurrida calle neoyorquina desde las alturas, capta el movimiento que trazan los vehĂ­culos que pasan por allĂ­ y los traslada a un ordenador, convirtiĂ©ndolos en los movimientos de los automĂ³viles y camiones de esta remozada versiĂ³n de Frogger.

DeAngelo ha renovado el interior de una autĂ©ntica mĂ¡quina de Frogger de hace treinta años y le ha introducido un ordenador que ejecuta el juego. DeAngelo, que narra todo el proceso de creaciĂ³n de Fifth Ave. Frogger en este blog, se habĂ­a propuesto llevar a la vieja rana al Smithsonian, el museo de arte americano de Washington, donde hay programada una exposiciĂ³n denominada The Art of Video Games, una muestra de la evoluciĂ³n de la creatividad en esta forma de ocio.

No ha habido final feliz ya que, esta misma tarde, el Smithsonian, ante la avalancha de peticiones reclamando la presencia del juego en la muestra, ha confirmado que el programa estaba cerrado y que no hay posibilidad de que el anfibio entre en el museo sin pagar entrada. La mĂ¡quina, por lo tanto, podrĂ¡ ser disfrutada Ăºnicamente en plena calle neoyorquina, donde puede ser utilizada ahora mismo.

…y no lo consiguiĂ³. El destino es muy perro. Sobre todo si eres una rana y, un buen dĂ­a, te da por cruzar una calle neoyorquina repleta de trĂ¡fico. El creativo Tyler DeAngelo pensĂ³ que serĂ­a divertido que la rana (de mentira) reviviese viejas aventuras en la mĂ¡quina de arcade (la de verdad) pero con la peculiaridad de que la calle fuese la Quinta Avenida de Nueva York y el movimiento de los coches fuese en tiempo real.

A nuestros hijos les parecerĂ¡ un poco idiota pensar que pasĂ¡bamos las tardes intentando que un anfibio cruzase la carretera cuando lo realmente divertido es ver cĂ³mo la atropellan una y otra vez. Era asĂ­ y de eso hace 30 años. Ahora, Tyler DeAngelo ha revisado el juego y le ha puesto coches de verdad.

Para ello, el creador ha colocado una cĂ¡mara que filma la concurrida calle neoyorquina desde las alturas, capta el movimiento que trazan los vehĂ­culos que pasan por allĂ­ y los traslada a un ordenador, convirtiĂ©ndolos en los movimientos de los automĂ³viles y camiones de esta remozada versiĂ³n de Frogger.

DeAngelo ha renovado el interior de una autĂ©ntica mĂ¡quina de Frogger de hace treinta años y le ha introducido un ordenador que ejecuta el juego. DeAngelo, que narra todo el proceso de creaciĂ³n de Fifth Ave. Frogger en este blog, se habĂ­a propuesto llevar a la vieja rana al Smithsonian, el museo de arte americano de Washington, donde hay programada una exposiciĂ³n denominada The Art of Video Games, una muestra de la evoluciĂ³n de la creatividad en esta forma de ocio.

No ha habido final feliz ya que, esta misma tarde, el Smithsonian, ante la avalancha de peticiones reclamando la presencia del juego en la muestra, ha confirmado que el programa estaba cerrado y que no hay posibilidad de que el anfibio entre en el museo sin pagar entrada. La mĂ¡quina, por lo tanto, podrĂ¡ ser disfrutada Ăºnicamente en plena calle neoyorquina, donde puede ser utilizada ahora mismo.

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