Fui a casa de mi cuñada para llevar a mi sobrina de diez años a la escuela. Mi cuñada, como tantas madres, tiene problemas para compaginar un trabajo de mileurista con el tiempo para la familia. Para mà no es un inconveniente. Bendito horario de escritor. Me gusta hablar con mi sobrina porque vislumbro cómo serÔ el futuro.
āHoy es el dĆa del tito āyo, entrando en la casa.
āĀ”Venga ya! āmi sobrina somnolienta en el sofĆ”.
No la podĆa engaƱar: ella no tenĆa cuatro aƱos, pero seguĆ con la broma tonta.
āSĆ ādijeā Y por eso me quedarĆ© en este sofĆ” y tĆŗ, bueno, puedes ir sola clase si quieres
āQuĆ© mentiroso eres, tito
āLo dice Internet. ĀæNo usas el portĆ”til o quĆ©?
āClaro. Es mi electrodomĆ©stico favorito
āĀæTu electrodomĆ©stico favorito?
āDespuĆ©s viene la Nintendo 2DS
āĀæY despuĆ©s?
āLa tablet
āĀæY la tele? āasombrado
āLa tele estĆ” anticuada
Y no sé si entonces me sorprendió mÔs la palabra «anticuada» o el desafecto que la niña mostraba por la televisión.
āĀæY no ves la tele?
āSolo cuando me aburro
En los setenta el televisor era el electrodomĆ©stico favorito de muchos niƱos que no jugaban a la pelota en la calle. Un niƱo podĆa sentarse a las cuatro de la tarde frente al televisor y no apartarse del aparato hasta la hora de dormir. Ante los ojos del niƱo pasaban una comedia de situación que no entendĆa bien, Un globo, dos globos, tres globos, Jacques Cousteau, el Telediario y parte de una pelĆcula de dos rombos («”a la cama, que es tarde y maƱana hay cole!Ā»). Uno era el niƱo de Sigue soƱando y no dudaba entonces de que la televisión era nutritiva.
āĀæCuĆ”ndo te aburres?
Mi sobrina se encoge de hombros.
āĀæY dónde ves las pelĆculas? āquerĆa pillarla en un renuncio.
āEn el ordenador
DebĆ sospechar la respuesta. Mi pregunta fue analógica, propia de una persona que, a pesar de la basura y la nostalgia rancia de la televisión actual, siente aprecio por el medio. Uno ve la televisión como ese viejo alejado tras varios rifirrafes, pero del que no quiere que nadie diga una palabra fea. TambiĆ©n como el equipo que provoca sinsabores continuados e incluso rabia, pero cuyos colores lleva dentro. Uno es de comenzar una casa con el frigorĆfico, el sofĆ” y el televisor.
āĀæY no ves cosas como La Voz Kids o Masterchef Junior? āprogramas que no me interesan pero que segĆŗn los audĆmetros tienenĀ una gran audiencia infantil.
āA veces āfrunce los labios con desencantoā. Si me aburro
La televisión rebajada a la categorĆa del apio. Ćltimo recurso. Si no hay otra cosa.
Fui a casa de mi cuñada para llevar a mi sobrina de diez años a la escuela. Mi cuñada, como tantas madres, tiene problemas para compaginar un trabajo de mileurista con el tiempo para la familia. Para mà no es un inconveniente. Bendito horario de escritor. Me gusta hablar con mi sobrina porque vislumbro cómo serÔ el futuro.
āHoy es el dĆa del tito āyo, entrando en la casa.
āĀ”Venga ya! āmi sobrina somnolienta en el sofĆ”.
No la podĆa engaƱar: ella no tenĆa cuatro aƱos, pero seguĆ con la broma tonta.
āSĆ ādijeā Y por eso me quedarĆ© en este sofĆ” y tĆŗ, bueno, puedes ir sola clase si quieres
āQuĆ© mentiroso eres, tito
āLo dice Internet. ĀæNo usas el portĆ”til o quĆ©?
āClaro. Es mi electrodomĆ©stico favorito
āĀæTu electrodomĆ©stico favorito?
āDespuĆ©s viene la Nintendo 2DS
āĀæY despuĆ©s?
āLa tablet
āĀæY la tele? āasombrado
āLa tele estĆ” anticuada
Y no sé si entonces me sorprendió mÔs la palabra «anticuada» o el desafecto que la niña mostraba por la televisión.
āĀæY no ves la tele?
āSolo cuando me aburro
En los setenta el televisor era el electrodomĆ©stico favorito de muchos niƱos que no jugaban a la pelota en la calle. Un niƱo podĆa sentarse a las cuatro de la tarde frente al televisor y no apartarse del aparato hasta la hora de dormir. Ante los ojos del niƱo pasaban una comedia de situación que no entendĆa bien, Un globo, dos globos, tres globos, Jacques Cousteau, el Telediario y parte de una pelĆcula de dos rombos («”a la cama, que es tarde y maƱana hay cole!Ā»). Uno era el niƱo de Sigue soƱando y no dudaba entonces de que la televisión era nutritiva.
āĀæCuĆ”ndo te aburres?
Mi sobrina se encoge de hombros.
āĀæY dónde ves las pelĆculas? āquerĆa pillarla en un renuncio.
āEn el ordenador
DebĆ sospechar la respuesta. Mi pregunta fue analógica, propia de una persona que, a pesar de la basura y la nostalgia rancia de la televisión actual, siente aprecio por el medio. Uno ve la televisión como ese viejo alejado tras varios rifirrafes, pero del que no quiere que nadie diga una palabra fea. TambiĆ©n como el equipo que provoca sinsabores continuados e incluso rabia, pero cuyos colores lleva dentro. Uno es de comenzar una casa con el frigorĆfico, el sofĆ” y el televisor.
āĀæY no ves cosas como La Voz Kids o Masterchef Junior? āprogramas que no me interesan pero que segĆŗn los audĆmetros tienenĀ una gran audiencia infantil.
āA veces āfrunce los labios con desencantoā. Si me aburro
La televisión rebajada a la categorĆa del apio. Ćltimo recurso. Si no hay otra cosa.