La decisiĂłn se ha tomado desde las instancias mĂĄs altas del poder. La balanza estĂĄ fuertemente inclinada hacia un lado. En los Ășltimos años se ha tomado el rumbo de primar el mercado por encima de los criterios humanĂsticos en la ciencia, educaciĂłn y cultura. En esta configuraciĂłn de la balanza, lo Ăștil adquiere este apelativo tan solo cuando es susceptible de convertirse en algo rentable. Todo lo demĂĄs es descartado como un pasatiempo inĂștil incapaz de generar beneficio a corto plazo.
Para reafirmar su posiciĂłn, Flexner rememora una conversaciĂłn que mantuvo con George Eastman años antes de escribir el artĂculo. En un intercambio de palabras, el fundador de Kodak dijo orgullosamente que su intenciĂłn era donar su inmensa fortuna a la promociĂłn de disciplinas Ăștiles.
El educador no solo no estaba de acuerdo con Eastman. AdemĂĄs, afirmĂł sin reparos que la contribuciĂłn de Marconi a la invenciĂłn de la radio le parecĂa residual. “Algo apenas sin importancia”.
Confundido ante una opinión tan categórica y extraña, Eastman pide una explicación a la que Flexner responde:
Con esta reflexiĂłn Flexner intentaba poner en valor la bĂșsqueda del conocimiento inĂștil:
âHabĂan desarrollado (Maxwell y Hertz) su trabajo sin pensar en la finalidad de uso. En la historia de la ciencia, la mayor parte de los grandes descubrimientos en beneficio de la humanidad se hicieron por hombres y mujeres que no estaban motivados por la aspiraciĂłn de que fuera Ăștil. Estaban empujados por el deseo de satisfacer su curiosidad”.
A estos nuevos intentos de reducir el campo de visiĂłn de la ciencia, Flexner ofrece aĂșn mĂĄs argumentos para hacerles cambiar idea.
“No estoy diciendo que todo lo que pasa en los laboratorios acabe teniendo un uso prĂĄctico inesperado o que su eventual uso prĂĄctico es una justificaciĂłn acertada. Lo que pido es la aboliciĂłn de la palabra Ăștil para liberar el espĂritu humano. (…) Solo asĂ acabaremos despojando al hombre de sus cadenas mentales y liberĂĄndolo para embarcarse en las mismas aventuras que han llevado a Hale, Rutherford y Einstein hasta los ĂĄmbitos mĂĄs lejanos del espacio y a liberar la energĂa atrapada en un ĂĄtomo”.
La decisiĂłn se ha tomado desde las instancias mĂĄs altas del poder. La balanza estĂĄ fuertemente inclinada hacia un lado. En los Ășltimos años se ha tomado el rumbo de primar el mercado por encima de los criterios humanĂsticos en la ciencia, educaciĂłn y cultura. En esta configuraciĂłn de la balanza, lo Ăștil adquiere este apelativo tan solo cuando es susceptible de convertirse en algo rentable. Todo lo demĂĄs es descartado como un pasatiempo inĂștil incapaz de generar beneficio a corto plazo.
Para reafirmar su posiciĂłn, Flexner rememora una conversaciĂłn que mantuvo con George Eastman años antes de escribir el artĂculo. En un intercambio de palabras, el fundador de Kodak dijo orgullosamente que su intenciĂłn era donar su inmensa fortuna a la promociĂłn de disciplinas Ăștiles.
El educador no solo no estaba de acuerdo con Eastman. AdemĂĄs, afirmĂł sin reparos que la contribuciĂłn de Marconi a la invenciĂłn de la radio le parecĂa residual. “Algo apenas sin importancia”.
Confundido ante una opinión tan categórica y extraña, Eastman pide una explicación a la que Flexner responde:
Con esta reflexiĂłn Flexner intentaba poner en valor la bĂșsqueda del conocimiento inĂștil:
âHabĂan desarrollado (Maxwell y Hertz) su trabajo sin pensar en la finalidad de uso. En la historia de la ciencia, la mayor parte de los grandes descubrimientos en beneficio de la humanidad se hicieron por hombres y mujeres que no estaban motivados por la aspiraciĂłn de que fuera Ăștil. Estaban empujados por el deseo de satisfacer su curiosidad”.
A estos nuevos intentos de reducir el campo de visiĂłn de la ciencia, Flexner ofrece aĂșn mĂĄs argumentos para hacerles cambiar idea.
“No estoy diciendo que todo lo que pasa en los laboratorios acabe teniendo un uso prĂĄctico inesperado o que su eventual uso prĂĄctico es una justificaciĂłn acertada. Lo que pido es la aboliciĂłn de la palabra Ăștil para liberar el espĂritu humano. (…) Solo asĂ acabaremos despojando al hombre de sus cadenas mentales y liberĂĄndolo para embarcarse en las mismas aventuras que han llevado a Hale, Rutherford y Einstein hasta los ĂĄmbitos mĂĄs lejanos del espacio y a liberar la energĂa atrapada en un ĂĄtomo”.
Estoy totalmente de acuerdo.
Y Tesla? CreĂ que tenĂa algo que ver en la invenciĂłn de la radio….
ÂșvÂș
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