5 de abril 2019    /   IDEAS
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Lady Distopƭa: historias que merecerƭan estar detrƔs de las fotos vintage mƔs extravagantes

5 de abril 2019    /   IDEAS     por          
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Ā«Cuando los trabajadores de Częstochowa, en Polonia, se enteraron de que los empresarios de la ciudad habĆ­an mandado construir un metro subterrĆ”neo para no tener que cruzarse con ellos por las calles, se rebelaron y crearon una red de carriles suspendidos, para robarles el cieloĀ». (Lady DistopĆ­a)

Pese a su triste trasfondo, y el evidente peligro que corrĆ­an sus protagonistas, la de los trabajadores de Częstochowa es de esas historias que merecerĆ­an ser ciertas. Ocurre con la mayorĆ­a de las narradas por Lady DistopĆ­a en su cuenta de Twitter.Ā 

La disconforme actitud de su autora con la realidad dio origen a estos microrrelatos: «Como no me gusta, me la invento, pero el presente es el que hay, así que lo hago con el pasado o con el futuro».

Coleccionista de imÔgenes antiguas «insólitas», Lady Distopía encontró en ellas la vía para mitigar el cabreo que la actualidad le produce mÔs veces de las deseadas. De ellas parten muchas de sus historias.

«Me gusta que las imÔgenes tengan un punto gótico, que guarden algún tipo de misterio, que me lleven a preguntarme quién haría esa foto, por qué y en qué circunstancia. Entonces, si me viene a la cabeza una posible respuesta, cojo y la enredo todavía mÔs».

Dice encontrarlas haciendo «búsquedas raras». «Tengo en el ordenador una carpeta con miles de fotos que crece casi a diario. Para mí es un vicio y a la vez una forma de descubrir a fotógrafas y fotógrafos de otras épocas». Que sean antiguas es un requisito indispensable ya que prefiere las que no tienen derechos o son de autoría desconocida. Y en el caso de tenerla, investiga para poder mencionar a su autor.

Aunque Lady Distopía añade un motivo mÔs a su afinidad con las fotos vintage: «Me gusta jugar a reivindicar un pasado inexistente en el que las mujeres hubieran tenido las mismas posibilidades que los hombres, por ejemplo. Si te fijas, los personajes femeninos que me invento son casi siempre pioneras o expertas en algo».

 

 

En ocasiones, la autora cambia el método. «Me gusta complicarme las cosas. A veces tengo la idea del relato en la cabeza, entonces escribo el tuit y después le busco la imagen».

El nombre elegido para el perfil de Twitter no acota la naturaleza de las narrativas. Es mĆ”s, entre ellas no abundan precisamente las distopĆ­as: Ā«No todas lo son. Solo algunas. Hay historias tristes, como tambiĆ©n las hay alegres. Pero por esoĀ en mi pĆ”gina de Patreon concreto: “Me invento planetas, distopĆ­as o universos paralelos”Ā».

Ajustar el texto a los 280 caracteres de Twitter es otro de los desafíos al que tiene que enfrentarse. «Para mí, es un ejercicio mental muy bueno intentar crear un universo en tan pocos caracteres. Tiene algo de reto, de tener que solucionar una historia en un espacio muy pequeño».

Pero a veces la historia crece y crece, «o es mÔs complicada y no quiero quedarme con las ganas de escribirla». Para esos casos, Lady Distopía encontró la solución en la pÔgina de Patreon antes citada.  AdemÔs de poder explayarse, espera que esta vía contribuya a paliar su «precaria» situación: «Escribir me lleva tiempo y esfuerzo, y como todavía no me puedo creer la acogida que estÔn teniendo mis tuits, pensé que a lo mejor habría por ahí locos a los que les gustan mis textos, quieran leer los que son mÔs largos y que ademÔs estén dispuestos a colaborar».

Lady Distopía asegura padecer un síndrome muy femenino: el de la impostora. Aunque «no pienso dejar de pelearme con él», advierte.

Defiende su anonimato, pero no le importa aportar alguna que otra píldora sobre su vida: «Mi profesión estÔ relacionada directamente con escribir, pero de otra manera, con otra técnica. No tiene nada que ver con esto. He publicado dos novelas y ahora estoy terminando una tercera, pero eso no me da de comer. Lo hago por aprender y para intentar comprenderme y comprender».

Lectora empedernida, Lady Distopía asegura contar con muchos referentes, pero no a la hora de escribir: «Me fijo mÔs en la realidad, lo que me gusta leer suele ser muy diferente». Como deseo para el futuro se queda con el de ser «una mujer libre» porque, «bruja lo voy a seguir siendo siempre».

 

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Ā«Cuando los trabajadores de Częstochowa, en Polonia, se enteraron de que los empresarios de la ciudad habĆ­an mandado construir un metro subterrĆ”neo para no tener que cruzarse con ellos por las calles, se rebelaron y crearon una red de carriles suspendidos, para robarles el cieloĀ». (Lady DistopĆ­a)

Pese a su triste trasfondo, y el evidente peligro que corrĆ­an sus protagonistas, la de los trabajadores de Częstochowa es de esas historias que merecerĆ­an ser ciertas. Ocurre con la mayorĆ­a de las narradas por Lady DistopĆ­a en su cuenta de Twitter.Ā 

La disconforme actitud de su autora con la realidad dio origen a estos microrrelatos: «Como no me gusta, me la invento, pero el presente es el que hay, así que lo hago con el pasado o con el futuro».

Coleccionista de imÔgenes antiguas «insólitas», Lady Distopía encontró en ellas la vía para mitigar el cabreo que la actualidad le produce mÔs veces de las deseadas. De ellas parten muchas de sus historias.

«Me gusta que las imÔgenes tengan un punto gótico, que guarden algún tipo de misterio, que me lleven a preguntarme quién haría esa foto, por qué y en qué circunstancia. Entonces, si me viene a la cabeza una posible respuesta, cojo y la enredo todavía mÔs».

Dice encontrarlas haciendo «búsquedas raras». «Tengo en el ordenador una carpeta con miles de fotos que crece casi a diario. Para mí es un vicio y a la vez una forma de descubrir a fotógrafas y fotógrafos de otras épocas». Que sean antiguas es un requisito indispensable ya que prefiere las que no tienen derechos o son de autoría desconocida. Y en el caso de tenerla, investiga para poder mencionar a su autor.

Aunque Lady Distopía añade un motivo mÔs a su afinidad con las fotos vintage: «Me gusta jugar a reivindicar un pasado inexistente en el que las mujeres hubieran tenido las mismas posibilidades que los hombres, por ejemplo. Si te fijas, los personajes femeninos que me invento son casi siempre pioneras o expertas en algo».

 

 

En ocasiones, la autora cambia el método. «Me gusta complicarme las cosas. A veces tengo la idea del relato en la cabeza, entonces escribo el tuit y después le busco la imagen».

El nombre elegido para el perfil de Twitter no acota la naturaleza de las narrativas. Es mĆ”s, entre ellas no abundan precisamente las distopĆ­as: Ā«No todas lo son. Solo algunas. Hay historias tristes, como tambiĆ©n las hay alegres. Pero por esoĀ en mi pĆ”gina de Patreon concreto: “Me invento planetas, distopĆ­as o universos paralelos”Ā».

Ajustar el texto a los 280 caracteres de Twitter es otro de los desafíos al que tiene que enfrentarse. «Para mí, es un ejercicio mental muy bueno intentar crear un universo en tan pocos caracteres. Tiene algo de reto, de tener que solucionar una historia en un espacio muy pequeño».

Pero a veces la historia crece y crece, «o es mÔs complicada y no quiero quedarme con las ganas de escribirla». Para esos casos, Lady Distopía encontró la solución en la pÔgina de Patreon antes citada.  AdemÔs de poder explayarse, espera que esta vía contribuya a paliar su «precaria» situación: «Escribir me lleva tiempo y esfuerzo, y como todavía no me puedo creer la acogida que estÔn teniendo mis tuits, pensé que a lo mejor habría por ahí locos a los que les gustan mis textos, quieran leer los que son mÔs largos y que ademÔs estén dispuestos a colaborar».

Lady Distopía asegura padecer un síndrome muy femenino: el de la impostora. Aunque «no pienso dejar de pelearme con él», advierte.

Defiende su anonimato, pero no le importa aportar alguna que otra píldora sobre su vida: «Mi profesión estÔ relacionada directamente con escribir, pero de otra manera, con otra técnica. No tiene nada que ver con esto. He publicado dos novelas y ahora estoy terminando una tercera, pero eso no me da de comer. Lo hago por aprender y para intentar comprenderme y comprender».

Lectora empedernida, Lady Distopía asegura contar con muchos referentes, pero no a la hora de escribir: «Me fijo mÔs en la realidad, lo que me gusta leer suele ser muy diferente». Como deseo para el futuro se queda con el de ser «una mujer libre» porque, «bruja lo voy a seguir siendo siempre».

 

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