En la Sudáfrica puritana, segregada y racista de los años 60, habĂa un lugar en el que durante unas horas, la gente lograba vivir al margen del ambiente opresivo que estrangulaba cualquier resquicio de progreso social en el paĂs africano.
Era el interior de The Catacombs, una discoteca en la calle Long Street en la que gente de distintas razas y estratos sociales se pasaban por el forro la mano larga del apartheid para dejar que el brandy con coca-cola tomaran el control de la noche.
Empresarios japoneses, árabes adinerados, homosexuales, prostitutas, malotes y modernos se reunĂan en los bajos de este antro de perversiĂłn y libertinaje.
Billy Monk, un avispado y curtido granuja, empezĂł a combinar su trabajo de portero en el local con el de fotĂłgrafo. Pensaba que podĂa ser una buena manera de sacarse un sobresueldo vendiendo las fotos a los clientes del establecimiento. El poder del objetivo lo intoxicĂł y acabĂł pasando más tiempo detrás de la cámara que atendiendo sus labores en la entrada del local.
Los que lo conocieron lo describen como un hombre rudo, mujeriego, temperamental, con la cara chafada por un pasado de boxeador y peleas callejeras. Experiencias que lo endurecieron pero no impidieron que tuviera una sensibilidad para contar lo que estaba aconteciendo a su alrededor.
El 17 de julio de 1982 Villiers consiguiĂł por fin abrir la exposiciĂłn sobre su trabajo pero Monk no pudo acudir a la apertura. Un compromiso de trabajo no le permitiĂł ir a los primeros dĂas de la muestra. Tras finalizar sus encargos viajĂł a Ciudad del Cabo con la esperanza de conseguir un aventĂłn a Johanesburgo, donde estaban expuestas sus obras.
El granuja ya no era tal. Se habĂa convertido en un fotĂłgrafo reconocido. Monk al menos muriĂł sabiendo que la oscuridad de la catacumbas de Ciudad del Cabo estaban a la vista de todos.
—-
Historia extráida del libro Billy Monk. All photographs are copyright of Billy Monk.
Published by Dewi Lewis, 2012. Hardbound. 96 pp., 47 duotone illustrations, 11×9-1/2″.
En la Sudáfrica puritana, segregada y racista de los años 60, habĂa un lugar en el que durante unas horas, la gente lograba vivir al margen del ambiente opresivo que estrangulaba cualquier resquicio de progreso social en el paĂs africano.
Era el interior de The Catacombs, una discoteca en la calle Long Street en la que gente de distintas razas y estratos sociales se pasaban por el forro la mano larga del apartheid para dejar que el brandy con coca-cola tomaran el control de la noche.
Empresarios japoneses, árabes adinerados, homosexuales, prostitutas, malotes y modernos se reunĂan en los bajos de este antro de perversiĂłn y libertinaje.
Billy Monk, un avispado y curtido granuja, empezĂł a combinar su trabajo de portero en el local con el de fotĂłgrafo. Pensaba que podĂa ser una buena manera de sacarse un sobresueldo vendiendo las fotos a los clientes del establecimiento. El poder del objetivo lo intoxicĂł y acabĂł pasando más tiempo detrás de la cámara que atendiendo sus labores en la entrada del local.
Los que lo conocieron lo describen como un hombre rudo, mujeriego, temperamental, con la cara chafada por un pasado de boxeador y peleas callejeras. Experiencias que lo endurecieron pero no impidieron que tuviera una sensibilidad para contar lo que estaba aconteciendo a su alrededor.
El 17 de julio de 1982 Villiers consiguiĂł por fin abrir la exposiciĂłn sobre su trabajo pero Monk no pudo acudir a la apertura. Un compromiso de trabajo no le permitiĂł ir a los primeros dĂas de la muestra. Tras finalizar sus encargos viajĂł a Ciudad del Cabo con la esperanza de conseguir un aventĂłn a Johanesburgo, donde estaban expuestas sus obras.
El granuja ya no era tal. Se habĂa convertido en un fotĂłgrafo reconocido. Monk al menos muriĂł sabiendo que la oscuridad de la catacumbas de Ciudad del Cabo estaban a la vista de todos.
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Historia extráida del libro Billy Monk. All photographs are copyright of Billy Monk.
Published by Dewi Lewis, 2012. Hardbound. 96 pp., 47 duotone illustrations, 11×9-1/2″.