A Joan Xapelli le vino muy bien no saber quĂ© se traĂa entre manos. HabĂa trabajado con flores, aunque no tenia mucha experiencia. Un dĂa, llegĂ³ el encargo de un «cliente importante». LlegĂ³ con unas peticiones algo excĂ©ntricas y no quedĂ³ otra opciĂ³n que adentrarse en lo desconocido.
Ese territorio ignoto se encontraba lejos de lo natural. Bueno, del aspecto natural de las flores porque la percepciĂ³n de algo natural de Joan Xapelli no es todo lo canĂ³nica que podrĂa imaginarse.
«Los requerimientos de ese cliente pedĂan hacer unas decoraciones imitando el fondo del mar. Eso fue lo que nos empujo a pintar las flores», explica el artista floral Joan Xapelli, fundador de Bornay, el estudio de arte floral que acaba de lanzar Arte floral: Un taller contemporĂ¡neo (Gustavo Gili, 2018). Ese encargo fue el punto de partida a un universo marciano de flores imposibles, estructuras galĂ¡cticas y propuestas marcianas.
OcurriĂ³ hace cinco años y, desde entonces, cada nuevo encargo es un nuevo descubrimiento que, normalmente, acaba recordando a algĂºn icono de la cultura pop. «Cuantas mĂ¡s referencias de la cultura popular querĂas imitar, mĂ¡s colores y materiales imposibles te hacĂan falta. Mi carencia total de tĂ©cnica previa en el mundo de la floristerĂa tambiĂ©n influyo claro. Cuanto menos ‘aleccionado’ estĂ¡s, mĂ¡s libre eres», explica el catalĂ¡n.
Sin embargo, la secuencia creativa solĂa venir en sentido contrario. Primero, la construcciĂ³n del arte floral. Segundo, el hecho de asemejarlo a alguna referencia popular. «Tenemos la cabeza tan llena de tanta cultura – de cĂ³mics, pelis, libros, arte, literatura, mĂºsica, iconos– que, trabajando con formas y colores, es inevitable que algo te recuerde a algo. Y a partir de ahĂ, evidentemente le acabas de dar forma a la inspiraciĂ³n. El toque final».

El libro auspiciado por Bornay explora decenas de formas exĂ³ticas y una buena cantidad de paletas de colores muy alejadas de las que uno encuentra en un entorno natural. Para ellos, sin embargo, la apreciaciĂ³n de lo artificial es diferente. «El spray de color siempre existiĂ³ en el mundo artesano, en la floristerĂa, en la carpinterĂa, en muchas disciplinas, pero como complemento. Una cosa es pintar unas cañas o unas piñas de dorado porque es navidad y otra es no entender la floristerĂa sin un espray de color. Hasta ese punto llegamos. Lo usamos de manera completamente natural», declara Xapelli.
AsĂ, sus ideas evocan a Matisse o Van Gogh, muy afines a lo floral; pero tambiĂ©n a Buñuel, Man Ray, una pelĂcula de TarzĂ¡n, el metro de Nueva York, los versos de Gustavo Adolfo BĂ©cquer o la inspiraciĂ³n galĂ¡ctica de la mĂºsica de David Bowie.

Xapelli y los cuatro miembros de su equipo entienden que la iniciaciĂ³n al arte floral marciano estĂ¡ al alcance de cualquiera. «Primero porque nuestra tĂ©cnica es muy fĂ¡cil. Se basa mĂ¡s en el continente que en el contenido. Nunca le dirĂa a alguien que no tiene una cierta habilidad en las manos lanzarse a hacer manualidades. Pero si eres capaz, lo importante es tu cultura popular, si tienes aficiones, con nuestra tĂ©cnica es fĂ¡cil plasmarlas en arte floral».

[pullquote author=”Joan Xapelli” tag=”Flowers by Bornay”]Las flores son siempre un complemento, nunca son estrictamente indispensables. De hecho, en cualquier momento se puede prescindir de ellas, pero al final, pocos son los que no utilizan las flores y menos aĂºn los que no las recuerdan[/pullquote]

