Hay veces que un tĂtulo sencillo entraña un contenido complejo. Es el caso de Fotos dos outros, un proyecto realizado a partir de fotos de archivo que un profesor de filosofĂa llamado Fabiano Lemos encontrĂł en los mercadillos de RĂo de Janeiro.

«Hace muchos años comencĂ© a coleccionar fotografĂas como si fuesen antigĂŒedades, sin mucho criterio. Tengo cierta tendencia a ser acumulador y colecciono muchas cosas», explica Fabiano. «En 2012 visitĂ© en Ămsterdam Album beauty, una exposiciĂłn de Erik Kessels, basada en imĂĄgenes de ĂĄlbumes de otras personas. Eso despertĂł mi interĂ©s por trabajar con la narrativa de las imĂĄgenes fotogrĂĄficas», añade este profesor de EstĂ©tica y FilosofĂa PolĂtica de la Universidad del Estado de RĂo de Janeiro (UERJ).

Inspirado por el fotĂłgrafo holandĂ©s, Fabiano empezĂł a realizar una serie de fotolibros de pequeñas tiradas y con una temĂĄtica en comĂșn: la narraciĂłn bĂblica. «Dado que no tengo grandes habilidades fotogrĂĄficas, resolvĂ usar las fotos de otros, concretamente las que tenĂa en mi colecciĂłn», aclara.

El decĂĄlogo Fotos dos outros es una serie limitada de cajas que contienen 10 librillos con fotos encontradas en mercadillos de las pulgas, ferias de anticuarios, olvidadas en cajones o en la mismĂsima basura. Forman una especie de cĂłdigo de imĂĄgenes que se sitĂșan en la frontera entre lo artĂstico y lo amateur.

«Este proyecto levanta la cuestiĂłn de los lĂmites del arte, de la relaciĂłn entre el artista y la obra y, sobre todo, del carĂĄcter anĂłnimo de las imĂĄgenes estĂ©ticas», explica Fabiano, que estĂĄ interesado en investigar quĂ© significa narrar una imagen y cuĂĄl es la importancia de esta narraciĂłn en la constituciĂłn del sentido.

«Me interesa investigar la diferencia entre las narrativas banales y cotidianas, y las narrativas mitolĂłgicas. Con esta serie me centrĂ© en el relato bĂblico y por eso decidĂ hacer un decĂĄlogo. Lo que mĂĄs me llama la atenciĂłn es cĂłmo una narrativa que nadie sabe de dĂłnde vino, puede adquirir un sentido Ășnico para el espectador», señala.

Fabiano se encarga del diseño grĂĄfico de estos libros y los manda a S. Paulo para la impresiĂłn, que segĂșn Ă©l es mejor que en RĂo de Janeiro. «Es una producciĂłn independiente. Suelo hacer tiradas muy pequeñas, de unos 20 ejemplares por volumen», afirma el autor, que cita entre sus referencias a Juergen Teller, a Pieter Hugo y sobre todo a Martin Parr «por cĂłmo lidia con la espontaneidad en la fotografĂa, una espontaneidad completamente construida de modo artificial».

En la actualidad, Lemos estĂĄ trabajando en otra serie llamada SatanĂĄs, en la que reaprovecha los ĂĄlbumes encontrados en sus periplos por los rastrillos de RĂo de Janeiro y los convierte en libros de artista de tirada Ășnica. «Hasta ahora he hecho cinco. Me interesa deconstruir la idea de objetividad de las imĂĄgenes fotogrĂĄficas y comprobar cĂłmo una imagen puede ser arbitraria y absolutamente vulgar, y como esta banalidad representa su fuerza, porque puede multiplicarse y convertirse en una especie de contagio» explica el autor, que tiene 37 años y se declara escĂ©ptico y laico.

Este proyecto trata del olvido como destino natural de las imĂĄgenes y del carĂĄcter demonĂaco del tiempo. El autor combina fotografĂas recortadas de revistas antiguas con fotografĂas reales y abandonadas. «Cada volumen propone una narrativa elĂptica sobre imĂĄgenes que no tienen ningĂșn lugar definitivo en el horizonte de los significados, pero se constituyen como una continua exigencia de sobrecodificaciĂłn y reinterpretaciĂłn. El demonio de lo cotidiano se presenta asĂ, impotente delante de la instabilidad del sentido, pero al mismo tiempo, es exactamente allĂ que reside su fuerza», explica Fabiano en su Tumblr.

Los ålbumes en los que encaja su narrativa son aquellos que nadie quiere, cuya cotización estå por los suelos en los mercadillos. «Cuando me di cuenta que son los mås rechazados, decidà hacer algo con ellos», relata.

Entre sus libros, merece una mención especial la serie dedicada a Cynthia, un travesti brasileño que vivió en los años 90 en Italia y que creó un registro visual de sus andanzas por los inframundos de la Ciudad Eterna.

«SegĂșn mis conjeturas, ella moraba en un piso en Roma con otras prostitutas, tambiĂ©n travestis. Hay muchas fotos de shows, entonces imagino que ella hacĂa espectĂĄculos en casas nocturnas y, con toda probabilidad, se dedicaba a la prostituciĂłn», calcula Fabiano con la perspicacia de un CSI de las fotos.

Lemos pudo reconstruir parte de la historia de Cynthia gracias a las cartas y billetes que encontrĂł junto a los ĂĄlbumes, y las anotaciones que la propia Cynthia solĂa colocar detrĂĄs de las fotos. El archivo tambiĂ©n muestra la evoluciĂłn hormonal de Cynthia, que ama aparecer desnuda, con sus pechos imperfectos de silicona y su mirada desafiante.

«Lamentablemente no sĂ© mĂĄs de ella. Debo reconocer que, entre todos los protagonistas de los lotes de fotografĂa que he adquirido a lo largo de mi vida, Cynthia es la Ășnica que me hubiese gustado conocer personalmente y hacerme amigo de ella. Me parece un personaje fascinante. Era muy segura de sĂ misma, hay una actitud altiva en su mirada», afirma Fabiano.

Entre los libros que ya ha producido, cabe destacar Cynthia e Marlene, una compilaciĂłn de retratos de Cynthia posando delante de fotografĂas de la actriz Marlene Dietrich. TambiĂ©n hay un libro Ășnico llamado O Evangelho segundo a grande puta con fotos originales y un ĂĄlbum del lote de Cynthia.

En sus archivos, Fabiano ha encontrado otras musas como Ina, una mujer que a finales de los 80 viajĂł por todo el mundo en cruceros para un pĂșblico de la tercera edad, o un matrimonio que produjo un registro delirante de su piso, con mĂșltiples retratos de la pareja en cada cuarto a lo largo de varios años. «Acabo creando un vĂnculo con estos personajes», reconoce el autor.

Su prĂłximo proyecto se llama Job y estĂĄ basado en las revistas pornogrĂĄficas de los años 70 y 80 del siglo pasado, que tienen un diseño grĂĄfico muy singular. «Yo no quiero convertirme en un artista, mĂĄs bien tengo curiosidad de descubrir cĂłmo las personas lidian con las fotos. Lo que hago en el fondo es una investigaciĂłn, que me permite deconstruir la sacralidad del discurso artĂstico», concluye.

