20 de octubre 2014    /   CINE/TV
por
 

Las mejores/peores series espaƱolas

20 de octubre 2014    /   CINE/TV     por          
CompƔrtelo twitter facebook whatsapp

”Yorokobu gratis en formato digital!

Lee gratis la revista PlacerĀ haciendo clic aquĆ­.

El equipo de Juego de Tronos estÔ en Sevilla y la gente, con razón, lo estÔ flipando. En la caprichosa conjunción que constituye el universo que habitamos, se han dado las circunstancias adecuadas para que, primero, se estén creando series a cascoporro cuya calidad sea la mejor vista en décadas; segundo, que vivamos ese gran momento con devoción e intensidad. Es decir, que no solo no nos importe un pepino, sino que el fenómeno se convierta en una aglomerante social y cultural que nos hace mÔs felices.
Deberíamos disparar una salva de fuegos artificiales cada mañana para, así, celebrar que tenemos House of Cards, Breaking, Bad, The Leftovers o Los Soprano. De hecho, debería ser Javier Meléndez quien lo hiciera. La situación, en cualquier caso, no siempre ha sido así. Mucho menos en España, claro, donde durante mucho tiempo, la ficción televisiva apostaba rotundamente por glosar las vicisitudes de diferentes oficios y profesiones. Había series de periodistas, de ñapas, de policías, de curas, de farmacéuticos, de médicos, de maestros, de pescaderos o de canguros.
Habƭa mucho mƔs. Este es un retrato de la parrilla televisiva de los 90, de esos aƱos en los que las descargas tiraban de Napster y eMule y en los que las series no eran, ni de lejos, un producto de consumo masivo a travƩs de la red.

Menudo es mi padre

Si a EspaƱa se le puede poner un rostro, ese es el de El Fary. Es decir, EspaƱa es fea, pero cae bien y huele a rumbita. Como artista total que era, El Fary fue protagonista de una de las series mƔs profundas de la dƩcada de los 90.
En Menudo es mi padre, El Fary era taxista, es decir, un tipo curtido en la calle, un obrero de la era pre-Uber que luchaba cada día por salir adelante. El Fary tenía en la serie sus alegrías, como una relación con una nórdica que dio como fruto una hija ilegítima. También sus momentos difíciles como la muerte de su amada esposa. Sin embargo, El Fary siempre sale adelante. Salvo cuando murió, claro.
La Wikipedia paunta un dato curioso: «El Fary amenazó con dejar la serie si no le subían el sueldo. El resultado fue que su personaje se debatió entre la vida y la muerte en la serie, como un aviso de que la serie podía seguir sin él». CuÔnta maldad había en el universo televisivo hispano.

Lleno, por favor

Fue uno de los grandes bombazos en audiencia de la ficción noventera. La serie narraba la cotidianeidad de una gasolinera de Meco regentada por un facha de los de toda la vida, de los de «Dios, Franco y don Santiago Bernabeu» al que ponía cara un Alfredo Landa que debió quedarse sin cuerdas vocales tras ese rodaje. Lo demÔs, lo de siempre: el alocado y chisposo macarra capaz de llamar sin mala intención Blancanieves a un cliente de raza negra, el serio y noble empleado que pretende a la hija del dueño y una importante serie de chistes cañís de brocha bastante gorda. Una delicia.

La casa de los lĆ­os

Hubo un tiempo en el que alguien decía Arturo FernÔndez y la imagen que dibujaba nuestra mente no tenía nada que ver con la del modélico emprendedor español que representa a parte del empresariado nacional y, con un poco de suerte en el futuro, a parte de la población penitenciaria de este país. El Arturo FernÔndez primigenio es el polifacético actor capaz de interpretar con la misma efectividad a un galÔn asturiano, a un galÔn madrileño, a un galÔn de derechas y a un galÔn machista y socarrón. Amplio espectro actoral, sin duda.
La casa de los lƭos constituye la cumbre interpretativa de FernƔndez en esa dƩcada. En la serie, el actor de imperecedera elegancia encarna a un maduro bon vivant, elegante y educado. Sin duda, un papel para el que el gijonƩs tuvo que prepararse con dureza debido a lo lejano que le debe resultar el registro.
El Arturo -que asƭ se llama tambiƩn el personaje- de la serie es un emprendedor que trata de montar una asesorƭa en la que la picaresca es la mayor seƱa de identidad, y todo ello viviendo en casa de su hermana.
Florinda Chico, Lola Herrera, Emma Ozores, Juncal Rivero, Miriam Dƭaz Aroca o Mabel Lozano rellenaban un elenco preciosista que daba vida a elaboradƭsimos guiones de, entre otras, Ɓngeles GonzƔlez Sinde.

Al salir de clase

La serie de Telecinco constituyó, en su momento, un hito postadolescente. Al salir de clase estuvo en antena cinco temporadas que parecieron cincuenta.
Existe un factor en la cultura matemÔtica inglesa, el Número de Bacon, que se define como el número de actores o actrices que separan a cualquier otro del mismísimo Kevin Bacon. Por ejemplo, el español Fernando Tejero tiene un Número de Bacon igual a 3. ¿Por qué? Porque Tejero actuó en Sobreviviré (1999) con Fernando Guillén. Este, a su vez, lo hizo en La noche oscura (1989) con Julie Delpy y la francesa, finalmente, lo hizo con Kevin Bacon en El aire que respiro, película del año 2007.
En EspaƱa ocurre algo parecido. Hemos decidido inventar el ‘NĆŗmero Al salir de clase’. Y siempre serĆ” igual a uno. Cualquier actor espaƱol ha trabajado alguna vez con alguno de los actores del reparto de Al salir de clase. Esto, claro, no tiene ningĆŗn mĆ©rito teniendo en cuenta que cualquier actor que ahora mismo tenga entre 30 y 40 aƱos pasó por la serie.
Hugo Silva, Félix Gómez, Pilar López de Ayala, Mariano Alameda, Fran Perea, Víctor Clavijo, Sandra BlÔzquez, Rubén Ochandiano, Carlos Castel, Alejo Sauras, Lucía Jiménez, Elsa Pataky, Javier Pereira, IvÔn Hermes, Miguel Ángel Muñoz, Leticia Dolera, Carmen Morales, Diana Palazón, Fernando Andina, Paula Echevarría, Rodolfo Sancho, MariÔn Aguilera, Cristina Castaño, Sergio Peris Mencheta, Laura Manzanedo o Dani Martín, la estrella del punk, son algunos de los nombres que llenaron de ilusión las sobremesas de los jóvenes.
Con la serie de Telecinco aprendimosĀ los valores de la amistad, los del amor, a reĆ­r, a salir de marcha, a pasar droga, a romper rodillas con bate de bĆ©isbol… En definitiva, a vivir sorteando los inevitables requiebros que la adolescencia guarda a cualquier persona. AdemĆ”s, con el sueldo que le aportó la serie, Elsa Pataky se operó la nariz y eso es algo que todos debemos agradecer.
La serie, bendito sea el seƱor, se puede repasar en la web de Telecinco.

Hostal Royal Manzanares

Seguimos con el recorrido histórico de España. ¿Y qué es España si no son hostales, Ana Obregón y Lina Morgan? Quiso el destino que, para fortuna de todos, fueran estas dos grandes animales de la escena las que retrataran, en la mÔs pura tradición sainetera, el mundo del alojamiento con encanto de bajo coste. Colchas estampadas, baños compartidos y mesas camilla para dibujar una España que es la de todos.
Ana Obregón, que ayer mismo ofrecĆ­a su opinión como bióloga acerca de la gestión de la crisis del Ɖbola, encarnaba a la encantadora prostituta Sonsy. Lina Morgan hacĆ­a de Lina Morgan y, quizĆ”s por eso, la serie llegó a alcanzar un 50% de cuota de pantalla.

Hermanos de leche

En algún momento de los años 90, esta conversación se produjo en un despacho de una gran productora de contenidos audiovisuales: José Frade Producciones.
– Necesitamos una serie con gancho, divertida, moderna… Ya sabĆ©is, necesitamos hacer un producto creĆ­ble que lo pete…
– Lo tengo. Dos bebĆ©s comparten nodriza que les amamanta. Pasan los aƱos y se divorcian ambos a la vez. Llevan muchos aƱos sin verse, pero se reencuentran y deciden compartir piso.
– Manolo, eres un genio. Ā”Llamad a Coronado y Echanove!
Hermanos de leche es la serie de cuñaos por excelencia, una historia que describe a dos tipos que encuentran su estado ideal separados de sus mujeres, compartiendo piso, tratando de seducir a señoritas para convencerse de que aún son jóvenes y tirÔndose pedos mientras ven el fútbol en el sofÔ.
La cosa mejoró mucho en la última temporada. Echanove se largó a hacer cine y fue sustituido por El Gran Wyoming. ¿Cómo se justificó esto en el guion? El Gordi, el personaje de Echanove, tuvo un accidente de trÔfico y, tras una operación de cirugía estética, su rostro y cuerpo quedaron como el del showman madrileño. Sencillamente, genial.

Cada acontecimiento que ocurre en el presente tiene su explicación en base a antecedentes históricos, hechos que han generado un escenario idóneo para que algo ocurra. Como somos unos romĆ”nticos, nos gusta pensar que Modern FamilyĀ existe porque antes existió Ala… Dina o que Pepa y PepeĀ fue la directa inspiración de Cómo conocĆ­ a vuestra madre. No nos quitĆ©is la ilusión por soƱar.

”Yorokobu gratis en formato digital!

Lee gratis la revista PlacerĀ haciendo clic aquĆ­.

El equipo de Juego de Tronos estÔ en Sevilla y la gente, con razón, lo estÔ flipando. En la caprichosa conjunción que constituye el universo que habitamos, se han dado las circunstancias adecuadas para que, primero, se estén creando series a cascoporro cuya calidad sea la mejor vista en décadas; segundo, que vivamos ese gran momento con devoción e intensidad. Es decir, que no solo no nos importe un pepino, sino que el fenómeno se convierta en una aglomerante social y cultural que nos hace mÔs felices.
Deberíamos disparar una salva de fuegos artificiales cada mañana para, así, celebrar que tenemos House of Cards, Breaking, Bad, The Leftovers o Los Soprano. De hecho, debería ser Javier Meléndez quien lo hiciera. La situación, en cualquier caso, no siempre ha sido así. Mucho menos en España, claro, donde durante mucho tiempo, la ficción televisiva apostaba rotundamente por glosar las vicisitudes de diferentes oficios y profesiones. Había series de periodistas, de ñapas, de policías, de curas, de farmacéuticos, de médicos, de maestros, de pescaderos o de canguros.
Habƭa mucho mƔs. Este es un retrato de la parrilla televisiva de los 90, de esos aƱos en los que las descargas tiraban de Napster y eMule y en los que las series no eran, ni de lejos, un producto de consumo masivo a travƩs de la red.

Menudo es mi padre

Si a EspaƱa se le puede poner un rostro, ese es el de El Fary. Es decir, EspaƱa es fea, pero cae bien y huele a rumbita. Como artista total que era, El Fary fue protagonista de una de las series mƔs profundas de la dƩcada de los 90.
En Menudo es mi padre, El Fary era taxista, es decir, un tipo curtido en la calle, un obrero de la era pre-Uber que luchaba cada día por salir adelante. El Fary tenía en la serie sus alegrías, como una relación con una nórdica que dio como fruto una hija ilegítima. También sus momentos difíciles como la muerte de su amada esposa. Sin embargo, El Fary siempre sale adelante. Salvo cuando murió, claro.
La Wikipedia paunta un dato curioso: «El Fary amenazó con dejar la serie si no le subían el sueldo. El resultado fue que su personaje se debatió entre la vida y la muerte en la serie, como un aviso de que la serie podía seguir sin él». CuÔnta maldad había en el universo televisivo hispano.

Lleno, por favor

Fue uno de los grandes bombazos en audiencia de la ficción noventera. La serie narraba la cotidianeidad de una gasolinera de Meco regentada por un facha de los de toda la vida, de los de «Dios, Franco y don Santiago Bernabeu» al que ponía cara un Alfredo Landa que debió quedarse sin cuerdas vocales tras ese rodaje. Lo demÔs, lo de siempre: el alocado y chisposo macarra capaz de llamar sin mala intención Blancanieves a un cliente de raza negra, el serio y noble empleado que pretende a la hija del dueño y una importante serie de chistes cañís de brocha bastante gorda. Una delicia.

La casa de los lĆ­os

Hubo un tiempo en el que alguien decía Arturo FernÔndez y la imagen que dibujaba nuestra mente no tenía nada que ver con la del modélico emprendedor español que representa a parte del empresariado nacional y, con un poco de suerte en el futuro, a parte de la población penitenciaria de este país. El Arturo FernÔndez primigenio es el polifacético actor capaz de interpretar con la misma efectividad a un galÔn asturiano, a un galÔn madrileño, a un galÔn de derechas y a un galÔn machista y socarrón. Amplio espectro actoral, sin duda.
La casa de los lƭos constituye la cumbre interpretativa de FernƔndez en esa dƩcada. En la serie, el actor de imperecedera elegancia encarna a un maduro bon vivant, elegante y educado. Sin duda, un papel para el que el gijonƩs tuvo que prepararse con dureza debido a lo lejano que le debe resultar el registro.
El Arturo -que asƭ se llama tambiƩn el personaje- de la serie es un emprendedor que trata de montar una asesorƭa en la que la picaresca es la mayor seƱa de identidad, y todo ello viviendo en casa de su hermana.
Florinda Chico, Lola Herrera, Emma Ozores, Juncal Rivero, Miriam Dƭaz Aroca o Mabel Lozano rellenaban un elenco preciosista que daba vida a elaboradƭsimos guiones de, entre otras, Ɓngeles GonzƔlez Sinde.

Al salir de clase

La serie de Telecinco constituyó, en su momento, un hito postadolescente. Al salir de clase estuvo en antena cinco temporadas que parecieron cincuenta.
Existe un factor en la cultura matemÔtica inglesa, el Número de Bacon, que se define como el número de actores o actrices que separan a cualquier otro del mismísimo Kevin Bacon. Por ejemplo, el español Fernando Tejero tiene un Número de Bacon igual a 3. ¿Por qué? Porque Tejero actuó en Sobreviviré (1999) con Fernando Guillén. Este, a su vez, lo hizo en La noche oscura (1989) con Julie Delpy y la francesa, finalmente, lo hizo con Kevin Bacon en El aire que respiro, película del año 2007.
En EspaƱa ocurre algo parecido. Hemos decidido inventar el ‘NĆŗmero Al salir de clase’. Y siempre serĆ” igual a uno. Cualquier actor espaƱol ha trabajado alguna vez con alguno de los actores del reparto de Al salir de clase. Esto, claro, no tiene ningĆŗn mĆ©rito teniendo en cuenta que cualquier actor que ahora mismo tenga entre 30 y 40 aƱos pasó por la serie.
Hugo Silva, Félix Gómez, Pilar López de Ayala, Mariano Alameda, Fran Perea, Víctor Clavijo, Sandra BlÔzquez, Rubén Ochandiano, Carlos Castel, Alejo Sauras, Lucía Jiménez, Elsa Pataky, Javier Pereira, IvÔn Hermes, Miguel Ángel Muñoz, Leticia Dolera, Carmen Morales, Diana Palazón, Fernando Andina, Paula Echevarría, Rodolfo Sancho, MariÔn Aguilera, Cristina Castaño, Sergio Peris Mencheta, Laura Manzanedo o Dani Martín, la estrella del punk, son algunos de los nombres que llenaron de ilusión las sobremesas de los jóvenes.
Con la serie de Telecinco aprendimosĀ los valores de la amistad, los del amor, a reĆ­r, a salir de marcha, a pasar droga, a romper rodillas con bate de bĆ©isbol… En definitiva, a vivir sorteando los inevitables requiebros que la adolescencia guarda a cualquier persona. AdemĆ”s, con el sueldo que le aportó la serie, Elsa Pataky se operó la nariz y eso es algo que todos debemos agradecer.
La serie, bendito sea el seƱor, se puede repasar en la web de Telecinco.

Hostal Royal Manzanares

Seguimos con el recorrido histórico de España. ¿Y qué es España si no son hostales, Ana Obregón y Lina Morgan? Quiso el destino que, para fortuna de todos, fueran estas dos grandes animales de la escena las que retrataran, en la mÔs pura tradición sainetera, el mundo del alojamiento con encanto de bajo coste. Colchas estampadas, baños compartidos y mesas camilla para dibujar una España que es la de todos.
Ana Obregón, que ayer mismo ofrecĆ­a su opinión como bióloga acerca de la gestión de la crisis del Ɖbola, encarnaba a la encantadora prostituta Sonsy. Lina Morgan hacĆ­a de Lina Morgan y, quizĆ”s por eso, la serie llegó a alcanzar un 50% de cuota de pantalla.

Hermanos de leche

En algún momento de los años 90, esta conversación se produjo en un despacho de una gran productora de contenidos audiovisuales: José Frade Producciones.
– Necesitamos una serie con gancho, divertida, moderna… Ya sabĆ©is, necesitamos hacer un producto creĆ­ble que lo pete…
– Lo tengo. Dos bebĆ©s comparten nodriza que les amamanta. Pasan los aƱos y se divorcian ambos a la vez. Llevan muchos aƱos sin verse, pero se reencuentran y deciden compartir piso.
– Manolo, eres un genio. Ā”Llamad a Coronado y Echanove!
Hermanos de leche es la serie de cuñaos por excelencia, una historia que describe a dos tipos que encuentran su estado ideal separados de sus mujeres, compartiendo piso, tratando de seducir a señoritas para convencerse de que aún son jóvenes y tirÔndose pedos mientras ven el fútbol en el sofÔ.
La cosa mejoró mucho en la última temporada. Echanove se largó a hacer cine y fue sustituido por El Gran Wyoming. ¿Cómo se justificó esto en el guion? El Gordi, el personaje de Echanove, tuvo un accidente de trÔfico y, tras una operación de cirugía estética, su rostro y cuerpo quedaron como el del showman madrileño. Sencillamente, genial.

Cada acontecimiento que ocurre en el presente tiene su explicación en base a antecedentes históricos, hechos que han generado un escenario idóneo para que algo ocurra. Como somos unos romĆ”nticos, nos gusta pensar que Modern FamilyĀ existe porque antes existió Ala… Dina o que Pepa y PepeĀ fue la directa inspiración de Cómo conocĆ­ a vuestra madre. No nos quitĆ©is la ilusión por soƱar.

CompƔrtelo twitter facebook whatsapp
Cómo escribir un blog, por Hank Moody (Californication)
Tony Soprano, el don merece un respeto
Las aventuras de Lukas Backland en Tokio
El cafƩ para los muy cursilones
 
Especiales
 
facebook twitter whatsapp