En los paĆses occidentales, mĆ”s del 40% de los matrimonios acaba en divorcio, una cifra que se dispara hasta el 60% en EspaƱa. Ā«Es obvio que muchas de esas personas no se volvieron mĆ”s felices o mĆ”s saludables como resultado de su matrimonio. De hecho, la mayorĆa terminaron siendo menos felices que cuando estaban solterasĀ», afirmaba en una entrevista con El EspaƱol.
En 2018, la periodista Catherine Gray publicó un libro sobre cómo su bĆŗsqueda de la felicidad la llevó a tomarse un aƱo libre de citas. El tĆtulo lo dice todo: The Unexpected Joy of Being Single (La inesperada alegrĆa de estar soltera).
La sociedad lleva siglos generando mitos en torno a las singles, estereotipos que no sirven para dibujar una realidad tan diversa como estimulante. El mundo de la cultura y el periodismo estÔ experimentando un impulso para reflejar a las personas solteras como realmente son: seguras, satisfechas y empoderadas. La labor de estas ensayistas y sociólogas ha ayudado, pero en el camino han aparecido aliados inesperados.
El auge de las aplicaciones para ligar y la revolución que se estĆ” viviendo en la industria de la jugueterĆa sexual parecen confirmar lo que los nĆŗmeros ya venĆan diciendo desde hace tiempo. Las singles estĆ”n aquĆ para quedarse.Ā
LELO es un exponente de este cambio. El fabricante de juguetes sexuales de lujo es pionero en el diseƱo y la tecnologĆa de estos artilugios. Y un vistazo a sus productos mĆ”s vendidos (Sona 2 cruise y Soraya 2) da una idea del cambio al que se enfrenta el sector.
Este cambio de paradigma ha producido un cataclismo en el mercado. El porno (al menos algunos sectores del mismo) se ha abierto al feminismo, a reflejar otras miradas y sensibilidades. La jugueterĆa sexual ha empezado a investigar en el placer femenino, encontrando nuevas y revolucionarias maneras de encontrar placer.Ā
Sin embargo, en este aspecto sigue habiendo un sesgo a la hora de publicar y analizar los datos. Una simple búsqueda en Google lo confirma. Al preguntar «cuÔntos solteros hay en España», el buscador arroja datos sobre hogares unipersonales, viudedad y soledad. Este enfoque mete en el mismo saco situaciones y problemÔticas bien diversas. Y contrasta con otros estudios como el de la consultora Mintel, que asegura que el 61% de las mujeres solteras en 2017 estaban contentas con su estado.
Pero la existencia de este aparato no es tanto una conquista tecnológica, como una de carĆ”cter ideológico. El placer se ha enfocadoĀ siempre desde una óptica masculina, por eso los juguetes sexuales se centraban en el orgasmo vaginal, olvidando el clitoriano (a pesar de que muchos estudios destacan que el primero es menos frecuente y no todas las mujeres lo pueden experimentar). No se habĆa investigado en la jugueterĆa sexual femenina y si se habĆa hecho era basĆ”ndose en prejuicios muy alejados de la realidad femenina.
Los estimuladores de clĆtoris de LELO estĆ”n cambiando el modo en el que las mujeres se relacionan con su cuerpo, sirven de lujuriosa arma en la revolución de las singles. Y les dan una razón mĆ”s, una de peso, para permanecer felices y sin pareja.
En los paĆses occidentales, mĆ”s del 40% de los matrimonios acaba en divorcio, una cifra que se dispara hasta el 60% en EspaƱa. Ā«Es obvio que muchas de esas personas no se volvieron mĆ”s felices o mĆ”s saludables como resultado de su matrimonio. De hecho, la mayorĆa terminaron siendo menos felices que cuando estaban solterasĀ», afirmaba en una entrevista con El EspaƱol.
En 2018, la periodista Catherine Gray publicó un libro sobre cómo su bĆŗsqueda de la felicidad la llevó a tomarse un aƱo libre de citas. El tĆtulo lo dice todo: The Unexpected Joy of Being Single (La inesperada alegrĆa de estar soltera).
La sociedad lleva siglos generando mitos en torno a las singles, estereotipos que no sirven para dibujar una realidad tan diversa como estimulante. El mundo de la cultura y el periodismo estÔ experimentando un impulso para reflejar a las personas solteras como realmente son: seguras, satisfechas y empoderadas. La labor de estas ensayistas y sociólogas ha ayudado, pero en el camino han aparecido aliados inesperados.
El auge de las aplicaciones para ligar y la revolución que se estĆ” viviendo en la industria de la jugueterĆa sexual parecen confirmar lo que los nĆŗmeros ya venĆan diciendo desde hace tiempo. Las singles estĆ”n aquĆ para quedarse.Ā
LELO es un exponente de este cambio. El fabricante de juguetes sexuales de lujo es pionero en el diseƱo y la tecnologĆa de estos artilugios. Y un vistazo a sus productos mĆ”s vendidos (Sona 2 cruise y Soraya 2) da una idea del cambio al que se enfrenta el sector.
Este cambio de paradigma ha producido un cataclismo en el mercado. El porno (al menos algunos sectores del mismo) se ha abierto al feminismo, a reflejar otras miradas y sensibilidades. La jugueterĆa sexual ha empezado a investigar en el placer femenino, encontrando nuevas y revolucionarias maneras de encontrar placer.Ā
Sin embargo, en este aspecto sigue habiendo un sesgo a la hora de publicar y analizar los datos. Una simple búsqueda en Google lo confirma. Al preguntar «cuÔntos solteros hay en España», el buscador arroja datos sobre hogares unipersonales, viudedad y soledad. Este enfoque mete en el mismo saco situaciones y problemÔticas bien diversas. Y contrasta con otros estudios como el de la consultora Mintel, que asegura que el 61% de las mujeres solteras en 2017 estaban contentas con su estado.
Pero la existencia de este aparato no es tanto una conquista tecnológica, como una de carĆ”cter ideológico. El placer se ha enfocadoĀ siempre desde una óptica masculina, por eso los juguetes sexuales se centraban en el orgasmo vaginal, olvidando el clitoriano (a pesar de que muchos estudios destacan que el primero es menos frecuente y no todas las mujeres lo pueden experimentar). No se habĆa investigado en la jugueterĆa sexual femenina y si se habĆa hecho era basĆ”ndose en prejuicios muy alejados de la realidad femenina.
Los estimuladores de clĆtoris de LELO estĆ”n cambiando el modo en el que las mujeres se relacionan con su cuerpo, sirven de lujuriosa arma en la revolución de las singles. Y les dan una razón mĆ”s, una de peso, para permanecer felices y sin pareja.