
Entre los saqueos, el miedo y el horror, hay escenas pintadas de rosa que no se ven mirando por un objetivo. Richard Mosse fue al Congo buscando la belleza tras el desastre y volviĂł con esta serie, La Vie En Rose. ÂżCĂłmo ocurriĂł todo? El lo cuenta asĂ.

“Infra es una incursiĂłn fotográfica que aborda el conflicto del este del Congo utilizando una pelĂcula infrarroja en color (una tecnologĂa desarrollada, en sus orĂgenes, para las actividades de reconocimiento militar).
Cuando estaba en el Congo, a principios de 2010, Kodak anunciĂł que dejarĂa de fabricar este tipo de pelĂcula infrarroja. Yo estaba tratando con un medio abandonado que querĂa usar de forma reflexiva. PretendĂa emplear esta tecnologĂa militar contra ella misma con la esperanza de revelar algo sobre cĂłmo la fotografĂa representa un lugar como el Congo, un sitio tan profundamente enterrado bajo sus representaciones.
Yo estaba especialmente interesado en saber cĂłmo Aerochrome percibe y revela un espectro invisible de luz. En casi todo mi trabajo me enfrento al reto de la representaciĂłn abstracta o fenĂłmenos que son prácticamente imposibles de ver, o, al menos, muy difĂciles de poner ante la lente de una cámara. Este es básicamente el caso del Congo, donde mi propĂłsito estaba ocultado de forma inherente”.

“Los guerrilleros rebeldes que yo querĂa fotografiar son perseguidos por el ejĂ©rcito congoleño, por otros grupos rebeldes y por los locales Mai Mai. Ellos emergen de la jungla para saquear y matar (asĂ es como sobreviven) y despuĂ©s desaparecen entre el follaje tan rápido como pueden. Porque pueden agotar a las poblaciones civiles que ellos explotan, estos grupos circulan de forma nĂłmada por la regiĂłn. Viven en bivouac, moviĂ©ndose constantemente.
Muchos de esos grupos se han integrado recientemente en el ejército congoleño (eso los ha legitimizado y uniformado). Estos asesinos, simplemente, se han convertido en algo inmanente y consolidado.
Allá donde los combates han ocurrido es difĂcil percibir su huella. En vez de bricks and mortar, la zona oriental del Congo tiene chabolas provisionales y una vegetaciĂłn rapaz que se traga la historia. En lugar de misiles demonĂacos y cuarteles militares, hay armas blancas (machetes que matan en silencio), y las milicias rebeldes se ocultan, no entre hormigĂłn ni utilizando el camuflaje, sino en la misma selva”.

“La decisiĂłn de usar una pelĂcula de infrarrojos en color supone un diálogo con todas estas cosas. La asociaciĂłn poĂ©tica que crea la paleta rosa y roja son un bi-producto de este marco conceptual y, además, es muy fĂ©rtil. Es un paisaje alegĂłrico -La Vie En Rose- remojado en una especie de realismo mágico.
Mientras hacĂa el trabajo, era muy consciente del hecho de que la luz infrarroja es invisible. Eso hacĂa que estuviese literalmente fotografiando a ciegas. Todo el proceso parecĂa absurdo. Me sentĂa como el protagonista de Dead Souls, de Gogol, cuantificando una ausencia mediante un mĂ©todo cientĂfico meticuloso en medio de un trayecto picaresco a travĂ©s de una tierra imposible”.






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