El siglo XXI es el siglo de la ginebra. Al menos, en España, lo que constituĂa una bebida purgante para acĂłlitos de bar de plaza de pueblo es ahora objeto de selecto consumo en vasos que se visten con los mĂĄs dicharacheros aderezos. Efectivamente, si ve fruta tras el segundo plato, no son los postres sino los gintonics.
España es el segundo mercado mundial de ginebra. Si bien el consumo de bebidas espirituosas ha experimentado un ligero declive, el de ginebras de alta gama ha seguido la tendencia contraria. Para llegar a esta peculiar situaciĂłn, en la que este paĂs es el Ășnico del ranking de consumo mundial que escapa de la esfera de influencia inglesa, la historia ha dado algunos curiosos requiebros.
En este escenario es donde apareciĂł el ilustrador William Hogarth, dibujante satĂrico con un alto carĂĄcter moralizador, al que se considera uno de los precursores de la historieta. âSe hicieron muy populares dos ilustraciones, Gin Lane y Beer Street, que contraponĂan la degradaciĂłn que estaba propagando la bebida invasora holandesa con el supuesto beneficio que implicaba el consumo de la cerveza ale inglesaâ, narra el destilador britĂĄnico.
Gin Lane desvela la decadencia y el abandono de una ciudadanĂa solo preocupada por apurar el fondo de los vasos hasta alcanzar la pobreza econĂłmica y moral mĂĄs absoluta. MalnutriciĂłn, infanticidios y montones de cadĂĄveres dotan a la ilustraciĂłn de un costumbrismo propio del ĂĄlbum de fotos de un ĂĄngel del infierno.
Por el contrario, Beer Street es un escenario en el que se ha borrado del mapa a los usureros, las artes prosperan, el alimento abunda y el amor perfuma el aire. Todo muy bucĂłlico, pero con el amargo y delicioso sabor de la malta y el lĂșpulo.
Pasaron los siglos, la colonizaciĂłn britĂĄnica llevĂł la ginebra a todo el mundo y vinieron los extravagantes aderezos, el elongado ritual de preparaciĂłn y la pose estirada y grandilocuente. Sin embargo, esa es otra historia que podrĂĄn experimentar en su bar de cĂłcteles favorito por no menos de 10 euros por ronda.
El siglo XXI es el siglo de la ginebra. Al menos, en España, lo que constituĂa una bebida purgante para acĂłlitos de bar de plaza de pueblo es ahora objeto de selecto consumo en vasos que se visten con los mĂĄs dicharacheros aderezos. Efectivamente, si ve fruta tras el segundo plato, no son los postres sino los gintonics.
España es el segundo mercado mundial de ginebra. Si bien el consumo de bebidas espirituosas ha experimentado un ligero declive, el de ginebras de alta gama ha seguido la tendencia contraria. Para llegar a esta peculiar situaciĂłn, en la que este paĂs es el Ășnico del ranking de consumo mundial que escapa de la esfera de influencia inglesa, la historia ha dado algunos curiosos requiebros.
En este escenario es donde apareciĂł el ilustrador William Hogarth, dibujante satĂrico con un alto carĂĄcter moralizador, al que se considera uno de los precursores de la historieta. âSe hicieron muy populares dos ilustraciones, Gin Lane y Beer Street, que contraponĂan la degradaciĂłn que estaba propagando la bebida invasora holandesa con el supuesto beneficio que implicaba el consumo de la cerveza ale inglesaâ, narra el destilador britĂĄnico.
Gin Lane desvela la decadencia y el abandono de una ciudadanĂa solo preocupada por apurar el fondo de los vasos hasta alcanzar la pobreza econĂłmica y moral mĂĄs absoluta. MalnutriciĂłn, infanticidios y montones de cadĂĄveres dotan a la ilustraciĂłn de un costumbrismo propio del ĂĄlbum de fotos de un ĂĄngel del infierno.
Por el contrario, Beer Street es un escenario en el que se ha borrado del mapa a los usureros, las artes prosperan, el alimento abunda y el amor perfuma el aire. Todo muy bucĂłlico, pero con el amargo y delicioso sabor de la malta y el lĂșpulo.
Pasaron los siglos, la colonizaciĂłn britĂĄnica llevĂł la ginebra a todo el mundo y vinieron los extravagantes aderezos, el elongado ritual de preparaciĂłn y la pose estirada y grandilocuente. Sin embargo, esa es otra historia que podrĂĄn experimentar en su bar de cĂłcteles favorito por no menos de 10 euros por ronda.
Yo es que soy mĂĄs de vodka :/
Otro dĂa escribirĂ© su influencia en la rĂĄpida propoagaciĂłn de la RevoluciĂłn Rusa. QuĂ© lectores mĂĄs exigentes, pardiez.
Ja ja! Buen artĂculo, David.
Gracias, salao.
tambiĂ©n creĂamos que su origen era inglĂ©s!
Sorpresas te da la vida.
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