Esta fiesta de azúcar partió de un deseo. “Desde hace mucho tiempo quería diseñar una imagen isométrica con colores brillantes”, dice Nik Ainley. “Comencé dibujando formas simples y añadiendo colores y materiales bonitos. Conforme pasaba el tiempo algunos de ellos empezaron a parecer tartas y dulces. ¡Así que fui a por ello!”.
Cuenta el ilustrador digital asentado en Reino Unido que dedicó mucho tiempo a “hacer combinaciones de colores interesantes y hacer que los materiales pareciesen lo más exhuberantes posible”. “Una vez realizados, fue solo cuestión de montarlo todo (algo que, por cierto, llevó mucho tiempo también)”.
Este proyecto personal del artista digital ha sido realizado en 3DS Max y para los acabados ha utilizado Photoshop. (Aquí puedes ver la versión para wallpaper).
Esta fiesta de azúcar partió de un deseo. “Desde hace mucho tiempo quería diseñar una imagen isométrica con colores brillantes”, dice Nik Ainley. “Comencé dibujando formas simples y añadiendo colores y materiales bonitos. Conforme pasaba el tiempo algunos de ellos empezaron a parecer tartas y dulces. ¡Así que fui a por ello!”.
Cuenta el ilustrador digital asentado en Reino Unido que dedicó mucho tiempo a “hacer combinaciones de colores interesantes y hacer que los materiales pareciesen lo más exhuberantes posible”. “Una vez realizados, fue solo cuestión de montarlo todo (algo que, por cierto, llevó mucho tiempo también)”.
Este proyecto personal del artista digital ha sido realizado en 3DS Max y para los acabados ha utilizado Photoshop. (Aquí puedes ver la versión para wallpaper).
La contemplación de la creación es un deleite, siempre. Descubrí cómo puede disfrutarse de un pastel sin ser catado, aplicando el principio del Tao de que “la comida se ve, se medita y se come”. Pues bien, en esa meditación, en ese pasear la mirada por las formas y los colores uno descubre belleza. De lo dulce, de los sabores se encargarán luego las papilas gustativas. Pero cualquiera que haya tenido la suerte de catar una extraordinaria creación de Dalloyau titulada “Exquise convoitise” sabe de lo que hablo. O en Barcelona – y en Madrid, también – el sublime “el Paradigma” de Oriol Balaguer…Arte en 3D, colores y formas…y Arte en algunos escaparates de algunas pastelerías, aquellas capaces de crear un universo de colores y de sabores que no se olvidan.
La contemplación de la creación es un deleite, siempre. Descubrí cómo puede disfrutarse de un pastel sin ser catado, aplicando el principio del Tao de que “la comida se ve, se medita y se come”. Pues bien, en esa meditación, en ese pasear la mirada por las formas y los colores uno descubre belleza. De lo dulce, de los sabores se encargarán luego las papilas gustativas. Pero cualquiera que haya tenido la suerte de catar una extraordinaria creación de Dalloyau titulada “Exquise convoitise” sabe de lo que hablo. O en Barcelona – y en Madrid, también – el sublime “el Paradigma” de Oriol Balaguer…Arte en 3D, colores y formas…y Arte en algunos escaparates de algunas pastelerías, aquellas capaces de crear un universo de colores y de sabores que no se olvidan.
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