«La gente cree que el muralismo mexicano ha muerto, que se quedĂł en Siqueiros, en Diego RiveraâŠÂ», hace un preludio a la presentaciĂłn de su trabajo el artista de 28 años Imuris Aram Ramos Pinedo, «pero no es verdad. Es un movimiento que sigue estando. Lo que hacemos nosotros es muralismo mexicano».
Este dibujante formado en artes visuales comparte con su hermano JosĂ© Arturo Ramos Pinedo (32 años) no solo sangre, sino tambiĂ©n estilo. AdemĂĄs combinan firma en una decena de murales tamaño pared de edificio que han dejado regados por edificios pĂșblicos de Zacatecas, Aguascalientes y Ciudad de MĂ©xico. Los cuadros pequeños que tambiĂ©n pintan y exponen los hacen a tĂtulo individual. Saben que lo tĂpico a su generaciĂłn, para dejarse llevar por la exitosa corriente de lo contemporĂĄneo, es dedicarse a hacer formas mĂĄs o menos hĂbridas y conceptos mĂĄs o menos abstractos, pero ellos prefieren la vĂa contracorriente.
«A los dos nos interesĂł siempre el muralismo», comenta el artista, «los dos somos figurativos, aunque con intereses distintos. Yo soy mĂĄs de arte social, acercar el arte a la gente, a los problemas sociales, a la cultura⊠y mi hermano es mĂĄs fantasĂa: temas mĂsticos, la muerte⊠AsĂ que tuvimos que conjuntar nuestros dos estilos y este es el resultado».
«¿Qué por qué imågenes con este grado de fidelidad a la realidad? Porque son mås cercanas a la gente, y nuestra obra estå dirigida a la sociedad. Eso lo hace mås fåcil para el que no entiende y no estå relacionada con el arte de ahora, que se forma de estilos muy padres, pero que solo pueden comprender especialistas».


Lo que ellos quieren es que ese estandarte de la tradiciĂłn artĂstica nacional no se acabe perdiendo entre la avalancha de novedades. «El muralismo es y ha sido el medio de comunicaciĂłn mĂĄs directo que siempre ha estado presente en la tradiciĂłn mexicana. Desde Ă©pocas prehispĂĄnicas: Los aztecas, los mayas⊠ya los pintaban», informa el pequeño del dĂșo. «Pienso que puede ser un medio de comunicaciĂłn incluso mĂĄs efectivo que la televisiĂłn. Por eso yo le digo a los artistas de mi Ă©poca que no dejen que se vaya, que hagan algo para que siga siendo un medio de expresar la inquietudes del pueblo».
Como ya hiciera Diego Rivera o los otros grandes iconos del movimiento en el siglo pasado, ellos estĂĄn igual de dispuestos a seguir hablando con sus creaciones de hasta 12 metros a la gente, a travĂ©s de las paredes de los edificios de sus ciudades. El Ășltimo trabajo de calle que ha realizado Imuris âel Ășnico en solitario de estas caracterĂsticas y el cual ha presentado como proyecto para la maestrĂa en artes visuales que estĂĄ realizando en la UNAM-, lo ha titulado Pasado y Presente de Naucalpan, y esta vez ha decidido hacerlo gratis para los habitantes de ese barrio. «Se trata de una narraciĂłn histĂłrica de un lugar con figuras realistas y temas alegĂłricos, para que los vecinos la interpreten, la observen y la disfruten».
Hace cinco años que los hermanos Ramos Pinedo comenzaron su cruzada por esta tradiciĂłn artĂstica, en la que les gustarĂa contar con mĂĄs efectivos. «No somos los Ășnicos representantes del muralismo mexicano, de hecho, nuestros maestros son expertos en eso. Pero la mayorĂa de ellos ya estĂĄn grandes», le da lĂĄstima a Imuris que un dĂa pueda verse en el papel de Ășltimo mohicano del movimiento. «Mi hermano y yo somos los artistas mĂĄs jĂłvenes que conocemos que se estĂĄn dedicando a esto».

Hay quien les califica de artista urbanos realistas. Ellos no desmienten el término, pero tampoco les encaja del todo. «Somos muralistas», vuelve a reivindicar el joven su oficio con sonido a pasado. Cuenta que los temas de sus murales hablan de la cultura y la identidad del pueblo mexicano con una forma mexicana de expresarlo.
«El mundo del arte joven ahora estĂĄ mĂĄs enfocado a ser de arte callejero y protesta, no de nuestro estilo», reconoce. «No puedo considerarme grafitero. La diferencia con ellos es el tipo de pintura. Nosotros tenemos que cuidar al detalle cada color, cada luz, cada composiciĂłn, cada temĂĄtica⊠El arte callejero es mĂĄs libre, mĂĄs agresivo visualmente, con un mensaje mĂĄs directo, mĂĄs claro, mĂĄs fuerte. Y en otro sentido tambiĂ©n es agresivo -en el buen sentido del tĂ©rmino- por su clandestinidad y su apropiaciĂłn sin permiso del espacio pĂșblico. AdemĂĄs es que tambiĂ©n veo la diferencia entre el arte callejero y el arte urbano. A mi no me importa que nos metan en el saco de artistas urbanos porque pintamos en la calle, porque el arte urbano sĂ tiene mensaje. El arte callejero lo entiendo mĂĄs como esa prĂĄctica de poner firmas en paredes, en la que no me incluyo. Pero es que lo que nosotros hacemos no es ni una cosa ni otra, insisto, es muralismo».
Para estos dos hermanos el estilo tiene unas caracterĂsticas especiales que no se encuentran en otras tĂ©cnicas. «Nosotros tenemos que ser mĂĄs creativos para poder expresar ese tipo de mensajes protesta que hacen los artistas urbanos actuales de una manera no tan evidente. Porque los muralistas pensamos que al no tener esa evidencia, causa mĂĄs impacto, porque va directo al subconsciente del espectador, no se queda solo en su consciencia», explica. «Cuando uno ve algo de una manera simplemente consciente, es mĂĄs fĂĄcil que se le olvide, lo que perdura es lo que queda en el subconsciente».
Por esa devociĂłn a la elegancia, a pesar de que sus acrĂlicos son capaces de sacar hasta la Ășltima gota de realidad a sus creaciones, y de estar comprometidos con las crudezas sociales, no estĂĄn muy por la labor de utilizar su don para representar verdades reproduciendo imĂĄgenes de alto contenido violento como las que suceden a veces en su paĂs.
«TambiĂ©n hablamos de los problemas de MĂ©xico en nuestra pinturas, pero sin ser explĂcitos, no hace falta dibujar por ejemplo la violencia sangrienta», explica. «En mi opiniĂłn, ser muy directo puede llegar a ser amarillista, la sociedad ya ve de seguido imĂĄgenes de esas en la tele, en los diarios, las ven siempre. Nosotros preferimos hablar de esas cosas de una manera mĂĄs sutil, porque creo que genera mĂĄs conexiĂłn».
Ellos, mientras que nacen los siguientes interesados en el movimiento, no dejan que caiga la bandera del muralismo. «No debe ser abandonado», hace un llamamiento Imuris a la gente del gremio, «porque es una forma artĂstica de expresarse que ha sido muy importante para nuestro paĂs. Capaz de llegar a toda la sociedad, de generar impacto, de transmitir ideas al espectador comĂșn. Los jĂłvenes artistas deberĂan como mĂnimo conocerlo, y algunos ni siquiera lo hacen. ÂżSe puede ser artista mexicano sin conocer a Diego Rivera?».















Que gusto ver a los amigos crecer y ser parte de esta doliente pero no menos hermosa cultura, hermanos, gracias por compartirnos su talento y visiĂłn.
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