25 de marzo 2013    /   DIGITAL
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Makespace: un nuevo espacio autogestionado de impresión 3D en Madrid

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makespace
Es la remota infancia de la fabricación digital personal. En este primer estadio, como ocurre siempre, lo mÔs lejano son las mÔquinas. El coste y la dimensión no permiten que estén, aún, en cada hogar. Pero entonces surge una respuesta histórica: una comunidad que se autoorganiza para tener, entre todos, lo que no podría conseguir uno solo.
Esa es la capa mĆ”s profunda de la filosofĆ­a de Makespace: ā€œLa comunidad construye el lugar de producción. Creemos en la gestión comĆŗn de recursosā€, dice CĆ©sar GarcĆ­a, uno de los cinco fundadores del proyecto. El espacio reunirĆ” dispositivos y herramientas de fabricación y prototipado, en el centro de Madrid, y se abrirĆ” el próximo mes de septiembre, si los planes se cumplen.
El proyecto nace de cinco personas (CĆ©sar GarcĆ­a, Sara Alvarellos, David RodrĆ­guez, Ricardo Merino y Gabriel Herrero-Beaumont) con el Ćŗnico objetivo de fabricar en 3D. Y, por eso, en su presentación dicen que pretenden ser ā€œun espacio equipado con los dispositivos, herramientas de fabricación y prototipado necesarios para hacer cosasā€ y ā€œun lugar donde poder trabajar en proyectos personales y colaborar con otras personasā€.
ā€œEs un espacio independiente, ligado a la creaciónā€, explica CĆ©sar GarcĆ­a. ā€œVamos a crear una infraestructura compartida para que se junten personas a las que les gusta el 3D y el diseƱo industrialā€.
Makespace se define tambiĆ©n por lo que no es. Ni un ā€œespacio de coworking al 100%ā€, ni una ā€œtechshop al 100%ā€, ni un ā€œhackerspace al 100%ā€, ni ā€œun fablab al 100%ā€. La mejor definición es, para el fundador, un ā€œespacio Ćŗtil y seguroā€ donde ā€œno habrĆ” restricciones sobre lo que se pueda crearā€.
No es coworking porque no es un lugar de trabajo. ā€œEs un lugar para compartir infraestructura y mĆ”quinas. Todos los que estemos en Makespace seremos personas que hagan cosas porque nos gusta, pero no es un centro de producción, ni un espacio de servicios. No hay capacidad para que un individuo acapare un dispositivo para hacer una producción de mucha cantidad para clientesā€, especifica la fundadoraĀ Sara Alvarellos. ā€œQueremos aprender a utilizar el equipamiento y ser autónomos. Y sabremos lo que hace cada uno para poder colaborarā€.
Makespace es un proyecto autogestionado. ā€œQueremos funcionar como una asociación sin Ć”nimo de lucro. Estamos investigando el tema del seguro y estamos prestando mucha atención a las medidas de seguridadā€, sostiene GarcĆ­a.
Los cinco ideólogos del proyecto estÔn reclutando socios para poder reunir, entre todos, el presupuesto que les permita comprar una cortadora lÔser, una fresadora CNC mediana, una fresadora CNC pequeña, un scanner 3D: Fabscan, una cortadora de vinilo, impresoras 3D de la familia RepRap y material para trabajar con electrónica.
En esta primera fase buscan otros socios fundadores y mĆ”s adelante habrĆ” distintas modalidades en función del uso que quiera hacer cada uno del espacio. ā€œBuscamos un sistema sostenible para cubrir los gastosā€, indica la arquitecta. El nĆŗmero ideal de socios fundadores para que la iniciativa cumpla sus plazos es 100.
La cifra deberĆ­a seguir creciendo con el tiempo y del volumen quieren hacer tambiĆ©n ventaja. ā€œRecopilaremos información sobre dónde comprar materiales y la compartiremos con todos los miembros. Es Ćŗtil juntarnos varias personas para hacer compras compartidas y negociar descuentos. AsĆ­ podemos conseguir abaratar costes de los materialesā€, apunta el ingeniero de sistemas.
El proyecto ya estĆ” en marcha para que en septiembre pueda abrir sus puertas en el centro de Madrid. Esta es su filosofĆ­a de partida, pero tiene la propiedad elĆ”stica de muchos de los materiales que utilizarĆ”n. El fundador explica que, desde el primer momento, comparten ā€œinformación con Makespaces de otras ciudades, como León, y otros paĆ­ses, como Inglaterra, para colaborar, copiar lo que funciona e intentar mejorar lo que hacenā€.

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Es la remota infancia de la fabricación digital personal. En este primer estadio, como ocurre siempre, lo mÔs lejano son las mÔquinas. El coste y la dimensión no permiten que estén, aún, en cada hogar. Pero entonces surge una respuesta histórica: una comunidad que se autoorganiza para tener, entre todos, lo que no podría conseguir uno solo.
Esa es la capa mĆ”s profunda de la filosofĆ­a de Makespace: ā€œLa comunidad construye el lugar de producción. Creemos en la gestión comĆŗn de recursosā€, dice CĆ©sar GarcĆ­a, uno de los cinco fundadores del proyecto. El espacio reunirĆ” dispositivos y herramientas de fabricación y prototipado, en el centro de Madrid, y se abrirĆ” el próximo mes de septiembre, si los planes se cumplen.
El proyecto nace de cinco personas (CĆ©sar GarcĆ­a, Sara Alvarellos, David RodrĆ­guez, Ricardo Merino y Gabriel Herrero-Beaumont) con el Ćŗnico objetivo de fabricar en 3D. Y, por eso, en su presentación dicen que pretenden ser ā€œun espacio equipado con los dispositivos, herramientas de fabricación y prototipado necesarios para hacer cosasā€ y ā€œun lugar donde poder trabajar en proyectos personales y colaborar con otras personasā€.
ā€œEs un espacio independiente, ligado a la creaciónā€, explica CĆ©sar GarcĆ­a. ā€œVamos a crear una infraestructura compartida para que se junten personas a las que les gusta el 3D y el diseƱo industrialā€.
Makespace se define tambiĆ©n por lo que no es. Ni un ā€œespacio de coworking al 100%ā€, ni una ā€œtechshop al 100%ā€, ni un ā€œhackerspace al 100%ā€, ni ā€œun fablab al 100%ā€. La mejor definición es, para el fundador, un ā€œespacio Ćŗtil y seguroā€ donde ā€œno habrĆ” restricciones sobre lo que se pueda crearā€.
No es coworking porque no es un lugar de trabajo. ā€œEs un lugar para compartir infraestructura y mĆ”quinas. Todos los que estemos en Makespace seremos personas que hagan cosas porque nos gusta, pero no es un centro de producción, ni un espacio de servicios. No hay capacidad para que un individuo acapare un dispositivo para hacer una producción de mucha cantidad para clientesā€, especifica la fundadoraĀ Sara Alvarellos. ā€œQueremos aprender a utilizar el equipamiento y ser autónomos. Y sabremos lo que hace cada uno para poder colaborarā€.
Makespace es un proyecto autogestionado. ā€œQueremos funcionar como una asociación sin Ć”nimo de lucro. Estamos investigando el tema del seguro y estamos prestando mucha atención a las medidas de seguridadā€, sostiene GarcĆ­a.
Los cinco ideólogos del proyecto estÔn reclutando socios para poder reunir, entre todos, el presupuesto que les permita comprar una cortadora lÔser, una fresadora CNC mediana, una fresadora CNC pequeña, un scanner 3D: Fabscan, una cortadora de vinilo, impresoras 3D de la familia RepRap y material para trabajar con electrónica.
En esta primera fase buscan otros socios fundadores y mĆ”s adelante habrĆ” distintas modalidades en función del uso que quiera hacer cada uno del espacio. ā€œBuscamos un sistema sostenible para cubrir los gastosā€, indica la arquitecta. El nĆŗmero ideal de socios fundadores para que la iniciativa cumpla sus plazos es 100.
La cifra deberĆ­a seguir creciendo con el tiempo y del volumen quieren hacer tambiĆ©n ventaja. ā€œRecopilaremos información sobre dónde comprar materiales y la compartiremos con todos los miembros. Es Ćŗtil juntarnos varias personas para hacer compras compartidas y negociar descuentos. AsĆ­ podemos conseguir abaratar costes de los materialesā€, apunta el ingeniero de sistemas.
El proyecto ya estĆ” en marcha para que en septiembre pueda abrir sus puertas en el centro de Madrid. Esta es su filosofĆ­a de partida, pero tiene la propiedad elĆ”stica de muchos de los materiales que utilizarĆ”n. El fundador explica que, desde el primer momento, comparten ā€œinformación con Makespaces de otras ciudades, como León, y otros paĆ­ses, como Inglaterra, para colaborar, copiar lo que funciona e intentar mejorar lo que hacenā€.

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Opiniones 4
  • Yo soy uno de esos Socios Fundadores de Makespace Madrid, espero que la iniciativa llegue a buen puerto y que pronto podamos ponernos “manos a la obra” en nuestros proyectos particulares, que de esos se trata, pero en un entorno, por un lado rodeado de mĆ”quinas con las que poder materializar nuestros proyectos particulares, y por otro, y no menos importante, con una comunidad de creadores, cada cual con un bagaje de conocimientos y habilidades, que pueden complementar cundo sea necesario, los “agujeros” que tienes tu, en los conocimientos y habilidades necesarios para finalizar con Ć©xito tu obra.
    Al menos para mĆ­ es tan importante la comunidad de creadores como el espacio y taller de trabajo,

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