Las marcas y las series
¡Yorokobu gratis en formato digital!
Queridas marcas:
Queréis que sea vuestra novia ‘por pesados’. Y así no funciona la cosa…
MIS SOBRINOS Y LOS MANTECADOS
Me pedís que me emocione con vuestras historietas. Cortáis las películas y las series, os coláis en medio de la ficción, utilizáis a famosos, decís que sois solidarios con parte de las ganancias… Pensáis que me comportaré con vosotros igual que como me comporto con mis sobrinos, que cuando se acercan las navidades me dicen:
“Tito, cómprame mantecados”, con sonrisas perfectas. Y compro. Porque son mis sobrinos y porque me gustan los mantecados. Aún en agosto los estoy comiendo…
Mis sobrinos se han ganado el derecho a chantajearme emocionalmente. Vosotros tenéis que ganaros ese derecho.
Mis sobrinos hacen cosas que no hacéis vosotros. Gracias a ellos encuentro la excusa perfecta para ver (espacio publicitario):
“La he traído para los niños…”
Si no fuera por ellos, no tendría juegos en mi (espacio publicitario); ni podría jugar con el karaoke de (espacio publicitario). Además, ellos, mis sobrinos, me hacen reír con sus ocurrencias.
¿Qué me dais vosotras, queridas marcas?
Molestias.
Un asesino al teléfono y una valla publicitaria
Veo un episodio repetido de Mentes criminales (no me pagan, pero tengo que contarlo). Apenas lo recuerdo y no hay otra cosa. Y metéis en medio de una escena dramática una valla publicitaria de una película, ¡en español!
Ahí, en medio de una conversación telefónica entre un agente del FBI y un asesino en serie… tres o cuatro veces el plano de la valla publicitaria. Habéis roto un momento dramático; me habéis distraído de mala manera y cabreado a un potencial espectador para (espacio publicitario). Os voy a dar un consejo:
Jamás debe interrumpirse una emoción. Jamás.
Si queréis meter una valla hacedlo ANTES de un momento dramático. ANTES. No durante ni después. ANTES.
UNA VALLA EN CONDICIONES
Una pista, en Boardwalk Empire (de la que hablaría gratis durante páginas y horas porque me da placer), sobre cómo meter una valla publicitaria en condiciones…
¿Habéis visto?
¿Al fondo a la izquierda?
Una valla que no interrumpe ningún discurso de Nucky Thompson, que no aparece en medio de un intercambio de dramáticas palabras o una ejecución a bocajarro… Una marca camuflándose en el paisaje urbano de Atlantic City en los años 20. ANTES de que la acción comience. Siempre antes.
Otra pista…
Un segundo antes de que la protagonista, armada de valor y esperanzas, se dispone a entrevistarse con una mujer que puede cambiar su panorama económico (ocurre en la serie Hung).
… Esto, queridas marcas, es una navaja suiza de la publicidad: mensaje publicitario durante una transición, y acompaña al estado emocional de la historia. Casi una metáfora.
Pero a menudo no lo hacéis así, queridas marcas…
Las chonis y las ofertas de la semana
“Espera, espera, espera”, dice una choni tirando del brazo a otra choni. Se paran justo delante del escaparate de una tienda de telefonía móvil, o un banco, o una farmacia con un cartel bien visible: RENUEVA TU MÓVIL, PARA LAS MOLESTIAS DEL ESTÓMAGO, QUEREMOS SER TU…
Obligáis a los guionistas a crear subtramas para vender gafas, móviles, ropa en las rebajas… que concluye con frases como: “Con las gafas verás mejor”, “He comprado un vestido que te cagas” (¡cuánta finura!) con PRIMEROS PLANOS de las gafas, la leche, el chocolate, las bolsas de los grandes almacenes… Un consejo:
Jamás debes obligar a los personajes a vender marcas. Jamás.
… Lo único que conseguiréis son tramas flojas y espectadores que os miren mal.
Si queréis que los actores mencionen marcas en medio de un diálogo, recordad que…
… Jamás debe interrumpirse una emoción. Jamás.
Unas pistas. Tenéis dos opciones: sois como Coca-Cola (no me han pagado, pero son como de la familia), o permitís que los personajes hablen como personas normales.
SOIS COMO LA COCA-COLA
En Breaking Bad, Heisenberg busca distribuidores para su mercancía y contacta con la competencia para pedirle su distribución.
Heisenberg no te dice que compres Coca-Cola a mitad de precio. Aquí está el ego de un hombre que considera que hace algo “tan grande” como la Coca-Cola clásica. ¿Quién no conoce la marca? Es un icono contemporáneo como la Aspirina o los Donuts. (Todas las marcas que deseen hacerme regalos contacten a través de mi correo electrónico). Son marcas que realmente no necesitan publicidad.
Queridas marcas, quizás no seáis como Coca-Cola (si lo fuérais quizá no estaríais dando la lata), pero puede iros bien si seguís el principio de la valla publicitaria. Recordad: hablad de la marca ANTES del drama. No durante ni después. ANTES.
¿Verdad que no metes anuncios de cerveza en medio de un penalty?
Una pista…
SI NO SOIS COMO LA COCA-COLA
Kevin Spacey en House of Cards USA visita a un diputado llamado Peter Russo para someterlo a sus maquinaciones. Kevin Spacey es el malo, por si no lo sabíais. Antes de tratar el tema, a Kevin Spacey le llama la atención una consola de juegos —de los hijos de Russo— y la coge:
Después, Kevin Spacey habla de lo que tiene que hablar: prepara sus triquiñuelas para asaltar la Casa Blanca.
Por un momento CHOCANTE. Sin embargo, hemos aceptado desde el primer capítulo que el personaje de Spacey es aficionado a los videjuegos, así que probablemente le llamaría la atención una consola. Al menos es breve. La clásica conversación de introducción en muchas escenas consiste en hablar del tiempo, de un retrato en la pared o del último partido de Los Angeles Lakers; ahora se habla de consolas. Después, el hachazo, siempre después.
Lo cierto es que House of Cards USA es una de las series con más branded content de los últimos años. Unas veces con estilo y otras de manera torpe. Todo es un catálogo: ropas, accesorios, smartphones, videojuegos, vehículos… Y sin embargo, forman parte de la historia.
En boca cerrada, no se molesta a los espectadores
Pero sin duda, queridas marcas, la mejor manera de vender es con la boca cerrada… Jack Bauer es un buen ejemplo. Este hombre abre su mochila en 24, tan llena de cositas tecnológicas y armas relucientes (nos pirran las armas, aunque sean virtuales y nos declaremos pacifistas)… ¡Y queremos esa mochila! La buscamos. La compramos (si nos alcanza el presupuesto).
La mejor estrategia: que los guionistas trabajen en libertad
No tiréis piedras contra vuestro tejado, que también es el nuestro: hacéis que los espectadores odien ver las series. (Temo más la aparición de una marca en Mentes Criminales que a la aparición de un devorador de corazones). Así, la única emoción que conseguís es la ira… y la ira no vende, queridas marcas.
Si queréis emocionar, queridas marcas, dejad que los guionistas hagan su trabajo. Cuando los espectadores se enamoran de un personaje quieren su sombrero, sus gafas, sus botas, conducir su coche, llevar su reloj… ¡Compraremos sus mantecados!
¡Yorokobu gratis en formato digital!
Queridas marcas:
Queréis que sea vuestra novia ‘por pesados’. Y así no funciona la cosa…
MIS SOBRINOS Y LOS MANTECADOS
Me pedís que me emocione con vuestras historietas. Cortáis las películas y las series, os coláis en medio de la ficción, utilizáis a famosos, decís que sois solidarios con parte de las ganancias… Pensáis que me comportaré con vosotros igual que como me comporto con mis sobrinos, que cuando se acercan las navidades me dicen:
“Tito, cómprame mantecados”, con sonrisas perfectas. Y compro. Porque son mis sobrinos y porque me gustan los mantecados. Aún en agosto los estoy comiendo…
Mis sobrinos se han ganado el derecho a chantajearme emocionalmente. Vosotros tenéis que ganaros ese derecho.
Mis sobrinos hacen cosas que no hacéis vosotros. Gracias a ellos encuentro la excusa perfecta para ver (espacio publicitario):
“La he traído para los niños…”
Si no fuera por ellos, no tendría juegos en mi (espacio publicitario); ni podría jugar con el karaoke de (espacio publicitario). Además, ellos, mis sobrinos, me hacen reír con sus ocurrencias.
¿Qué me dais vosotras, queridas marcas?
Molestias.
Un asesino al teléfono y una valla publicitaria
Veo un episodio repetido de Mentes criminales (no me pagan, pero tengo que contarlo). Apenas lo recuerdo y no hay otra cosa. Y metéis en medio de una escena dramática una valla publicitaria de una película, ¡en español!
Ahí, en medio de una conversación telefónica entre un agente del FBI y un asesino en serie… tres o cuatro veces el plano de la valla publicitaria. Habéis roto un momento dramático; me habéis distraído de mala manera y cabreado a un potencial espectador para (espacio publicitario). Os voy a dar un consejo:
Jamás debe interrumpirse una emoción. Jamás.
Si queréis meter una valla hacedlo ANTES de un momento dramático. ANTES. No durante ni después. ANTES.
UNA VALLA EN CONDICIONES
Una pista, en Boardwalk Empire (de la que hablaría gratis durante páginas y horas porque me da placer), sobre cómo meter una valla publicitaria en condiciones…
¿Habéis visto?
¿Al fondo a la izquierda?
Una valla que no interrumpe ningún discurso de Nucky Thompson, que no aparece en medio de un intercambio de dramáticas palabras o una ejecución a bocajarro… Una marca camuflándose en el paisaje urbano de Atlantic City en los años 20. ANTES de que la acción comience. Siempre antes.
Otra pista…
Un segundo antes de que la protagonista, armada de valor y esperanzas, se dispone a entrevistarse con una mujer que puede cambiar su panorama económico (ocurre en la serie Hung).
… Esto, queridas marcas, es una navaja suiza de la publicidad: mensaje publicitario durante una transición, y acompaña al estado emocional de la historia. Casi una metáfora.
Pero a menudo no lo hacéis así, queridas marcas…
Las chonis y las ofertas de la semana
“Espera, espera, espera”, dice una choni tirando del brazo a otra choni. Se paran justo delante del escaparate de una tienda de telefonía móvil, o un banco, o una farmacia con un cartel bien visible: RENUEVA TU MÓVIL, PARA LAS MOLESTIAS DEL ESTÓMAGO, QUEREMOS SER TU…
Obligáis a los guionistas a crear subtramas para vender gafas, móviles, ropa en las rebajas… que concluye con frases como: “Con las gafas verás mejor”, “He comprado un vestido que te cagas” (¡cuánta finura!) con PRIMEROS PLANOS de las gafas, la leche, el chocolate, las bolsas de los grandes almacenes… Un consejo:
Jamás debes obligar a los personajes a vender marcas. Jamás.
… Lo único que conseguiréis son tramas flojas y espectadores que os miren mal.
Si queréis que los actores mencionen marcas en medio de un diálogo, recordad que…
… Jamás debe interrumpirse una emoción. Jamás.
Unas pistas. Tenéis dos opciones: sois como Coca-Cola (no me han pagado, pero son como de la familia), o permitís que los personajes hablen como personas normales.
SOIS COMO LA COCA-COLA
En Breaking Bad, Heisenberg busca distribuidores para su mercancía y contacta con la competencia para pedirle su distribución.
Heisenberg no te dice que compres Coca-Cola a mitad de precio. Aquí está el ego de un hombre que considera que hace algo “tan grande” como la Coca-Cola clásica. ¿Quién no conoce la marca? Es un icono contemporáneo como la Aspirina o los Donuts. (Todas las marcas que deseen hacerme regalos contacten a través de mi correo electrónico). Son marcas que realmente no necesitan publicidad.
Queridas marcas, quizás no seáis como Coca-Cola (si lo fuérais quizá no estaríais dando la lata), pero puede iros bien si seguís el principio de la valla publicitaria. Recordad: hablad de la marca ANTES del drama. No durante ni después. ANTES.
¿Verdad que no metes anuncios de cerveza en medio de un penalty?
Una pista…
SI NO SOIS COMO LA COCA-COLA
Kevin Spacey en House of Cards USA visita a un diputado llamado Peter Russo para someterlo a sus maquinaciones. Kevin Spacey es el malo, por si no lo sabíais. Antes de tratar el tema, a Kevin Spacey le llama la atención una consola de juegos —de los hijos de Russo— y la coge:
Después, Kevin Spacey habla de lo que tiene que hablar: prepara sus triquiñuelas para asaltar la Casa Blanca.
Por un momento CHOCANTE. Sin embargo, hemos aceptado desde el primer capítulo que el personaje de Spacey es aficionado a los videjuegos, así que probablemente le llamaría la atención una consola. Al menos es breve. La clásica conversación de introducción en muchas escenas consiste en hablar del tiempo, de un retrato en la pared o del último partido de Los Angeles Lakers; ahora se habla de consolas. Después, el hachazo, siempre después.
Lo cierto es que House of Cards USA es una de las series con más branded content de los últimos años. Unas veces con estilo y otras de manera torpe. Todo es un catálogo: ropas, accesorios, smartphones, videojuegos, vehículos… Y sin embargo, forman parte de la historia.
En boca cerrada, no se molesta a los espectadores
Pero sin duda, queridas marcas, la mejor manera de vender es con la boca cerrada… Jack Bauer es un buen ejemplo. Este hombre abre su mochila en 24, tan llena de cositas tecnológicas y armas relucientes (nos pirran las armas, aunque sean virtuales y nos declaremos pacifistas)… ¡Y queremos esa mochila! La buscamos. La compramos (si nos alcanza el presupuesto).
La mejor estrategia: que los guionistas trabajen en libertad
No tiréis piedras contra vuestro tejado, que también es el nuestro: hacéis que los espectadores odien ver las series. (Temo más la aparición de una marca en Mentes Criminales que a la aparición de un devorador de corazones). Así, la única emoción que conseguís es la ira… y la ira no vende, queridas marcas.
Si queréis emocionar, queridas marcas, dejad que los guionistas hagan su trabajo. Cuando los espectadores se enamoran de un personaje quieren su sombrero, sus gafas, sus botas, conducir su coche, llevar su reloj… ¡Compraremos sus mantecados!
Javier , Mirate soberano el rey canalla , cortometraje hecho hace unos años en España y dime que te parece.. publicitarios Españoles de criterio con cliente que lo tiene. Gracias por tu artículo
Mientras estén bien integradas, no molestan. Gran recurso si se utiliza bien.
Pues sí. Las cadenas y las marcas de por aquí deberían aprender cómo lo hace HBO.
Totalmente de acuerdo. En Breaking Bad, que es la que estoy viendo ahora, el recurso de la Coca Cola es clave para convencer al traficante de que extienda la mejor metanfetamina del mundo. La Coca Cola, queramos o no, se ha convertido en la bebida más consumida, exceptuando el agua… ¿De verdad queréis vivir en un mundo tan banal?
Otro ejemplo clarísimo: Dexter. Todos los buenos usan MacBooks, la única vez que me acuerdo de que enchufaran al portátil de un “malo” era un Lenovo (sin contar los ordenadores de la oficina, genéricos). Y luegos las cervezas. Nunca las enchufan en primer plano, pero siempre se alternan tres o cuatro marcas. En la séptima temporada estuvieron todas las veces bebiendo Tecate. No dicen el nombre, pero a base de darle coba y asociar esas cervezas a momentos de bienestar – BINGO.
Incluso se ve al hermano de Dexter bebe en la primera temporada tomando una Dr. Jekyll y Mr. Hyde!
Buena observación la de los ordenadores y las cervezas.
En “24” los malos usan Alienware. Lo recuerdo perfectamente porque desconocía la marca hasta entonces.
Sheldon promociona el Windows 7 con un chiste que además describe a Sheldon. http://lasolucionelegante.files.wordpress.com/2012/09/sheldon-windows7.png
¿¿Comes polvorones en verano?? ¡¡Dios se me han secado hasta los ojos sólo de imaginármelo!!
Con el cafelito de la mañana entran divinamente…
Pues en Arrow ,o bais a canasar de windows 8,
Seldon cuper Prefiere Linux en una teporada anterior se ve que tiene que movel alas particiones y utilizar los cds
Está claro que Sheldon es amante del Linux y seguro que él mismo se ha montado su variante.
Yo me compré unas Converse rojas por el 10th Doctor Who… y nadie me dijo ni pío!
¡Doctor Who! Un buen ejemplo. Yo quiero su cabina en mi salón.
Me encanta. Artículo currado y lleno de ira y un pelo de pedantería. Javier Meléndez, tus sobrinos molan tanto como tu redacción… Mucho
¡Gracias!
Mi mujer piensa lo mismo: que a veces soy pedante. Ella me prefiere callado.
A mi me revienta la gente que mete spoilers sin conocimiento.
Totalmente de acuerdo en todo menos en el ejemplo que has puesto de House of Cards. Me parece bastante por los pelos, me produce el mismo efecto que relatas en “Mentes Criminales”, por un segundo me he quedado pensando ¿y esto a qué viene? cosa que no ocurre con el ejemplo de Breaking Bad. Ventajas de ser un icono, supongo…
Estoy de acuerdo. Por eso digo que lo de “House of Cards” es chocante. Digamos que es “lo menos malo entre lo malo” de mencionar marcas sin ser la Coca-Cola de Breaking Bad.
Me sorprende que este artículo no hable de Mad Men, para mí el summum en cuanto a integración de la publicidad de las marcas en la trama de la serie porque, ¿es acaso posible superar el hecho de que la trama en sí sea hablar una y otra vez de marcas y más marcas?
Mejor aún, al ser un guión y no “publicidad” son capaces de saltarse las restricciones, no ya de tipo de productos anunciables como el tabaco o el alcohol, sino, más aún, consiguen que los personajes salgan CONSUMIENDO esos productos que antes de ser totalmente restringidos en la publicidad se restringió la posibilidad de anunciarlos mostrando su consumo. Chapeau por la estrategia.
Todavía más, no contentos con eso, cada dos por tres se permiten, porque como ya hemos dicho, la trama va de eso, dedicar una escena completa no ya a anunciar un producto sino a explicar con todo lujo de detalles las características que quieren destacar del mismo en una especie de “como se hizo” de las entrañas de la creación publicitaria y, para colmo, el cliente (el de la marca) a menudo acaba rechazando la campaña en un alarde de ironía pura.
Ciertamente, esto supera con creces a Emilio Aragón y su familia desayunando donuts y colacao en la cocina de médico de familia.
Has descrito muy bien en qué consiste “Mad Men”, pero la he dejado fuera porque en esta serie las menciones a las marcas no están fuera de contexto. A ningún seguidor, como es mi caso, le resulta chocante que se hable de tabaco, maletas Sansonite o las características de una moto Honda. Son diálogos que sí resultarían chocantes en otras series.
Desde luego que sí, que “Mad Men” es uno de los mejores vehículos publicitarios que existe.
Cierto, visto así no es posicionamiento fuera de contexto, pero a veces, incluso aunque no sorprenda por su integración total en la trama, puede resultar excesivo y rezuma más a publicidad que a guión. Precisamente, en los casos en los que el cliente acaba rechazando la campaña, para compensar si a algún espectador le ha cargado 😉
En cualquier caso, y a parte de los notables casos reseñados, en general me quedo con la opinón de David Lynch expresada en el vídeo que sale en la noticia que enlazas sobre House of Cards:
http://www.youtube.com/watch?v=F4wh_mc8hRE
Otro gran artículo!!! No te falta razón. Todavía me acuerdo el product placement de series españolas como Aída, o Física o Química. En todos los capítulos, tenían una bolsa de zapatos de la misma marca, siempre se los enseñaban las unas a las otras, y hablaban de lo fantásticos que eran sus precios. Y luego seguían la trama tan tranquilos. Casi que daba vergüenza ajena que intentaran vender algo de esa manera. Imagino que en España será más descarado porque lo que se quiere es tener contento al anunciante, no a la audiencia. Que sepa que ha quedado claro que su producto ha aparecido. En fin..
Compartimos!
Un buen ejemplo sería el Atari Portfolio con el que John Connor desvalija cajeros en Terminator 2. El mero hecho de aparecer en esa escena hizo a Atari vender millones de unidades del Portfolio sin ni siquiera nombrarlo en la pelicula. Algo similar ocurrió con el Nokia 8850 que se vendió como churros despues de aparecer en la primera parte de Matrix.
El teléfono de Neo es un gran ejemplo.
Ese sobre misterioso que llega por el pasillo… Neo que lo abre, saca el Nokia y hace CHAS mostrando las teclas. En el momento del CHAS, todos queríamos ese Nokia.
Ante todo enhorabuena por la reflexión, la encuentro muy acertada. Sólo un error de concepto, cuando hablas de House of cards y te refieres a Branded Content de lo que realmente se trata es de Product Placement de libro. Branded Content es contenido creado y producido por una marca, por ejemplo los documentales que realiza redbull y product Placement es poner productos dentro de una serie o película como pasaba descaradamente con Médico de Familia o Farmacia de Guardia.
Del resto genial, siento interrumpir con esta tontería, pero es que me ha llamado la atención, jeje.
Saludos y enhorabuena otra vez 🙂
Comentarios cerrados.