Y no es por joder, que nosotros tambiĆ©n queremos que venga a decirnos cómo tocar el solo de Johnny B. Goode como dios Berry manda, pero es que es asĆ, al menos en EspaƱa. ExisteĀ un gran error que se asemeja remotamenteĀ al que permitió a Willy Fogg (mucho mejor su historia que la de Phileas Fogg) cumplir con el tiempo establecido en su vuelta al mundo. El establecimiento de los husos horarios hace que, cuando Marty McFly, Jennifer y Doc aterrizan en el 21 de octubre de 2015, en EspaƱa ya estemos en el dĆa 22 de octubre.
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El Delorean cruzó la barrera temporal hasta llegar al 21 de octubre a las 4.29 de la tarde, hora de la costa oeste de EEUU, es decir, la 1.29 de la madrugada del 22 de octubre en horario peninsular y las 00.29 en horario insular.
[pullquote]El futuro, vaya pasada[/pullquote]
Esto, que es una anĆ©cdota sin importancia, retrata una de las cuestiones mĆ”s curiosas de EspaƱa, de este-nuestro-paĆs. Cuando Marty McFly llega al 21 de octubre de 2015, Ā”EspaƱa ya estĆ” en el 22, es decir, mĆ”s futuro todavĆa !
Eso es algo que la pelĆcula dirigida por Robert Zemeckis supo retratar de unaĀ manera muy acertada. La pregunta capital se plantea en el minuto dos de la pelĆcula y explica perfectamente la situación actual de EspaƱa. Es decir, la prueba de que estamos mĆ”s avanzados que el resto del planeta es la siguiente:
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Efectivamente. En nuestro paĆs, nos volvimos gilipollas hace ya algĆŗn tiempo y a gilipollas no hay quien nos gane. Somos unos pioneros y somos los mejores. SiĀ McFly hubiera aterrizado en ChamberĆ y no en Hill Valley, al encender la televisión, habrĆa visto cosas como estas.
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ĀæSomos gilipollas o no somos gilipollas?
No es ese el único punto en el que la cinta acierta de pleno. Recién aterrizados, Doc le espeta al joven californiano:
[pullquote author=”Doc”]SĆ”cate los bolsillos del pantalón. En el futuro, todos los chicos los llevarĆ”n por fuera[/pullquote]
QuizĆ”s esa predicción no se haya cumplido en Estados Unidos, el paĆs en el que se rodó la peli. Sin embargo, y como muestra este GIF, EspaƱa y sus jóvenes han hecho lo posible por no fallar al equipo de Spielberg.
Ya en la plaza del ayuntamiento de la ciudad, McFly llega a una tienda con la que queda plenamente sorprendido. En su escaparate se pueden encontrar varios objetos tales como una televisión de tubo, unos botellines de agua con gas, un ordenador personal de los aƱos 80, una bombonera de cerĆ”mica, la tĆpica lĆ”mpara de lava de los Todo a 100 y una revista vieja.
Efectivamente, los guionistas de Regreso al Futuro supieron ver cómo serĆa un Cash & Converters madrileƱo con tres dĆ©cadas de anticipación aunque, eso sĆ, en el de Hill Valley no hay un grupo de personas tratando de extorsionarte a la entrada.
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En 1985, Marty McFly tuvo que huir en el Delorean tras un tiroteo con unos terroristas libios. Ahora, la cosa no ha cambiado mucho si bien los terroristas mĆ”s macarras, los del Estado IslĆ”mico, no estĆ”n solo en Libia sino tambiĆ©n en Siria y otros territorios cercanos.Ā A pesar de que Doc decĆa que Ā«a donde vamos no necesitamos carreteraĀ», lo cierto es que la manera de escapar hasta que tengamos un Delorean volador aparcado en el garaje tiene muchas posibilidades de darse por esa vĆa.
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Como, en EspaƱa, a ‘cuƱaos’ no nos gana nadie, parte de la ciudadanĆa pide mĆ”s carreteras para acabar con los atascos. A pesar, ojo, de tener autopistas radiales rescatadas e infrautilizadas. Existen, ademĆ”s, explicaciones acerca de por quĆ© mĆ”s carreteras no suponen menos atascos. Esta recopilación de tuits es extensa pero clarificadora.
Como vemos, Regreso al Futuro II no es solo la segunda mejor pelĆcula de la historia (tras Regreso al Futuro ) sino un retrato social y polĆtico ajustado a la realidad espaƱola. PiĆ©nsenlo cuando Marty McFly llegue a nuestro tiempo durante la próxima madrugada, hora espaƱola. Ah, y aprovechen la vida porque McFly aĆŗn no estĆ” entre nosotros y no ha comprado el almanaque deportivo que nos enviarĆ” a una existencia apocalĆptica.
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