SurgiĂł como nacen las mejores ideas: en un bar. HacĂa calor. HabĂa cerveza. HabĂa codos apoyados sobre la barra. HabĂa unas vacaciones en el horizonte. Y dos cerebros en plena ebulliciĂłn. Patricia y Carmen se habĂan conocido en un MĂĄster de Diseño Textil y de Superficies. Aquel verano, alentadas por el calor y el alcohol, decidieron aunar sus intereses creativos y darles forma en su propio estudio de diseño.
Tras recorrer varios locales en Madrid, encontraron el que mås se adaptaba a sus necesidades en la calle Pez. «Limpiamos, pintamos, gastamos las ocho pilas de la radio, nos ensuciamos, comimos bocatas de lomo en el Palentino y después de varias semanas nos convertimos en dos expertas en reformas», recuerdan.

Una vez instaladas, comenzaron a ir a diario a un bar en el que consiguieron que les dejaran compartir menĂș. «LlevĂĄbamos un tiempo dĂĄndole vueltas al nombre, cuando al llegar un dĂa a comer, Patricia y Carmen dicen: «¥Las chicas que comparten menĂș!». Aquel dĂa encontraron el nombre de su marca: MenĂș compartido.
El primer encargo no tardĂł en llegar. Una marca de aceites de oliva necesitaba una nueva identidad visual, y Patricia y Carmen comenzaron a visualizar su idea: «inspirarse en la tĂpica abuela del pueblo y a partir de ahĂ nos vinieron millones de ideas a la cabeza y comenzamos a crear este clan de abuelas, cada una con una personalidad bastante peculiar».

Sus clientes no lo vieron. Les parecĂa que aquello era «un poco atrevido» para su pĂșblico objetivo y entonces sus creadoras decidieron que ellas mismas adoptarĂan a estas abuelas con las que ya se habĂan encariñado. Las ancianas se convirtieron en las protagonistas de la identidad de su marca.

En tonos pastel, estas abuelas fueron tomando forma de cojines, libretas, estuches, bolsos, camisetas, pegatinas y pins. La elecciĂłn de estos colores, exactamente seis tonos, fue completamente emocional y se basaba en los recuerdos de infancia de Patricia y Carmen.
«Esta paleta evoca la nostalgia que provocan otros tiempos pasados y esa niñez que estå siempre presente. Definir una paleta nos iba a servir para unificar el trabajo y darle mås fuerza a la identidad», explican.
Aunque el diseño en MenĂș compartido es completamente digital, a base de vectores y estampaciĂłn digital, el proceso tiene mucho de artesanal. «Al recibir las telas nos ponemos manos a la obra a cortar, coser, rellenar y empaquetar uno por uno. Lo mismo en los artĂculos de papelerĂa: nos encargamos de encuadernar y preparar cada una de las libretas», detallan.
De la belleza de la vejez, MenĂș compartido ha hecho su identidad de marca. Sus creadoras cuentan con orgullo que todos aquellos que se hacen con una de estas abuelas se llevan una parte de ellas mismas, que «no es sĂłlo una abuelita entrañable con cara de que va al casino en Miami».





No uses la palabra abuela y abuelo para referirte a una persona mayor. No todas las personas somos madres o abuelas. Por lo demĂĄs el artĂculo super interesante. Esa observaciĂłn te ayudarĂĄ a mejorar.
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