El problema no es solo que seamos 7.000 millones, sino que cada vez somos mĆ”s grandes y, por tanto, consumimos mĆ”s espacio, mĆ”s alimentos y mĆ”s energĆa: los gigantescos holandeses, que llegan al 1,90 con facilidad o los esfĆ©ricos polinesios, que superan los 150 kilos sin pestaƱear. La biomasa de la humanidad (el peso de todos los adultos puestos en una balanza) era de 287 millones de toneladas en 2005 y no deja de crecer.
ĀæCómo remediar esta población supersize? JibarizĆ”ndola: reduciendo a los humanos a una altura mĆ”xima de 50 centĆmetros y 1,7 kilos de peso. Es la propuesta, medio en serio, medio en broma, del artista holandĆ©s (tierra de gigantes) Arne Hendriks, que lleva dos aƱos embarcado en un delirante proyecto llamado The Incredible Shrinking Man (El IncreĆble Hombre Menguante, como la clĆ”sica pelĆcula) y que, segĆŗn su pĆ”gina web, consiste en:
āUna investigación especulativa sobre las consecuencias de reducir la especie humana a 50 centĆmetros. Crecer es una tendencia establecida para la gente, pero como resultado necesitamos mĆ”s energĆa, mĆ”s comida y mĆ”s espacio. ĀæQuĆ© pasarĆa si invirtiĆ©ramos esta tendencia? ĀæY si usamos nuestro conocimiento para encoger el gĆ©nero humano?ā
La cuestión la responde el propio Hendriks por correo: āUn humano de 50 centĆmetros de altura solo necesitarĆa entre el 2 y el 5% de los recursos que requiere el humano medio del siglo XXI. Con medio metro tendrĆamos toda la energĆa renovable que necesitĆ”ramos, la comida serĆa abundante y tendrĆamos espacio a cascoporroā.
Hendrix contempla dos vĆas para reducir el tamaƱo de las personas. La rĆ”pida, mediante manipulación genĆ©tica y los tratamientos hormonales, āpodrĆa lograrse en un plazo relativamente rĆ”pidoā; y la lenta, āque serĆa mejor y nos darĆa tiempo para ajustarnos. Digamos que serĆa posible en 5 o 10 generacionesā.
El proyecto del Hombre Menguante no es una boutade (ganas tenĆa de usar esta palabra) sino un estudio razonablemente serio: Hendriks se ha rodeado de cientĆficos que tratan de establecer las posibilidades e implicaciones del encogimiento multitudinario. Al fin y al cabo, si las agencias espaciales planean quimeras como enviar hombres a Marte, Āæpor quĆ© no hacer lo propio con una jibarización colectiva?
Es el caso del neurocientĆfico Donald Platt, del Instituto de TecnologĆa de Florida, que estudia el efecto que tendrĆ” un cuerpo mĆ”s pequeƱo en la capacidad cerebral: la cabeza del minihumano tendrĆ” el tamaƱo de una pelota de tenis. SegĆŗn escribe Platt, āun factor importante para mantener la viabilidad del cerebro es encoger el tamaƱo, no el nĆŗmero de cĆ©lulas de modo que puedan seguir funcionando órganos como los pulmones y el cerebro de un tamaƱo mucho mĆ”s pequeƱoā.
La NASA ya estĆ” realizando pruebas para ver si es viable reducir astronautas antes de enviarlos al espacio. Hendricks explica este interĆ©s por jibarizar los astronautas: āCuando hablamos de viajes espaciales, cualquier kilo que envĆes cuesta una pequeƱa fortuna, de modo que hay un incentivo real para tener en cuenta astronautas mĆ”s pequeƱos. TambiĆ©n necesitarĆan mucha menos agua, comida, oxĆgeno y otros recursosā.

Pero tal vez el campo en el que mĆ”s avanzado estĆ” el proyecto sea el gastronómico. En la reciente exposición Transnatural en Ćmsterdam, Hendriks y el chef Martijn Jansen presentaron su Disproportionate Restaurant, en el que investigan los nuevos hĆ”bitos alimenticios de los pequehumanos del futuro. SegĆŗn explica el artista en una entrevista con We Make Money Not Art:
āSu principal objetivo es investigar nuestra relación futura con ingredientes, explorar la evolución de las tĆ©cnicas de cocina, medir sus efĆmeras necesidades energĆ©ticas y experimentar cuĆ”n poca basura generamos. Ya hemos determinado que solo necesitarĆamos un gramo de cafĆ© para el expreso del desayuno y que un pollo podrĆa alimentar a 100 personas. Si todos nos reducimos a medio metro solo necesitaremos 60 o 70 calorĆas diarias, lo que contiene una manzanaā.
Se da la circunstancia de que el propio Hendriks, como buen holandĆ©s, mide 1,95 metros (cuatro veces mĆ”s) y pesa 50 veces lo que su programada criatura poshumana. Semejante ejemplar morirĆa de hambre con las minipatatas fritas con mayonesa que sirve su restaurante experimental. āCada 1% mĆ”s de estatura, aumentamos un 3% el peso. Por tanto, un incremento del 10% en estatura representa un 33% mĆ”s de peso. Eso es un mal diseƱoā, explica.

Volvamos a la balanza colectiva de la Humanidad: esos 287 millones de toneladas que, segĆŗn concluyó un estudio de BioMed Central, pesĆ”bamos todos los humanos. 15 millones de esas toneladas procedĆan de las personas con sobrepeso, un tercio de los cuales viven en Estados Unidos: āSi todos comiĆ©ramos lo mismo que los americanos, el consumo de alimentos mundial se multiplicarĆa por 5ā. Desde otro punto de vista, si los glotones comieran como el resto se podrĆa alimentar a 300 millones de personas con la comida sobrante.
The Incredible Shrinking Man funciona como una sƔtira moralizante, al estilo de otro clƔsico protagonizado por liliputienses, Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Ya que no parecemos capaces de cambiar nuestro estilo de vida, convirtƔmosnos en enanos:
āEs, a la vez, seria y una metĆ”fora, pero no es una broma. ĀæPor quĆ© pensamos que es normal e incluso preferible que la gente siga creciendo en cada nueva generación pero consideramos exótica la posibilidad de decrecer? ĀæTan obsesionados estamos con el crecimiento que no podemos ver que existen mejores alternativas? ĀæY si sugiriera decrecer a 1,20 metros? ĀæY a 1,5? ĀæCuĆ”l es tu lĆmite mĆnimo aceptable? Si la economĆa decrece y el entorno tambiĆ©n tal vez nosotros deberĆamos admitir que el decrecimiento es algo deseable. Existe un tipo de iguana que reduce su tamaƱo en un 15%, huesos y órganos incluidos, en tiempos de escasez. Si los lagartos pueden, Āæpor quĆ© no nosotros?ā
The Incredible Shrinking Man. Con información de Wired, We Make Money Not Art y Good.
Arte bueno:
–āSi quieres comerte un animal deberĆas ser capaz de sacrificarloā
–Los diez mejores carteles del cine espaƱol
–Cuando a los diseƱadores de cine se les va el Photoshop de las manos
–Cómo crear un āEfecto Matrixā con 130 telĆ©fonos móviles
–Ya va siendo hora de que te enteres: eres un fotógrafo mierder
–El curioso origen del pepito de ternera
Adiós a los gatos como mascotas.
Jaja, esa palabra “boutade” solo la oĆ una vez.
Mi abuela llega a la residencia. Y allà se encuentra con varios de su generación.
Sabedlo. Gente que pensabais que no volveriais a ver: un compaƱerito del cole, una vecina pesada, la amiga que te quitó un novio del que ni te acuerdas… Un grupo al azar y allĆ estarĆ”n, en la Ćŗltima etapa de vuestra existencia como una especie de compis de piso chungo.
Vale, pues se encontró con una conocida, que tenĆa una pastelerĆa. Mi pobre abuela no se entera ya de na y no se acordaba de ella.
Pero la seƱora dijo recordarla muy bien, porque cuando su padre murió, la llamó por telĆ©fono y le dijo: “No se si darte el pĆ©same o la enhorabuena”.
Y cuando mi padre se enteró de la anĆ©cdota con respecto a su suegra, a la que no adora, precisamente… detectĆ© un inusual tono de admiración. ĀæA sĆ?…Āæque le dijo esa boutade?
Creedme. Cuando los hombres se enteren de que este plan incluye también una correspondiente reducción proporcional de su pene, quemarÔn vivo a quien haya tenido la idea.
Comentarios cerrados.