Miss Beige, la heroína antiselfi con cara de malas pulgas

«Si tú me dices beige, lo dejo todo»
Ana Esmith. Miss Beige

Miss Beige es un personaje encarnado por la artista Ana Esmith y definido por ella como «una heroína del siglo XXI».

Una heroína que no necesita mallas ajustadas para serlo, aunque siempre lleva un martillo en el bolso «por si acaso». Una heroína que denuncia todo lo que no le gusta —la sexualización de la mujer o el consumismo, por ejemplo— a golpe de silencio y de una estética tajante: un total look beige sin concesiones que perturba y genera intriga a quien se lo cruza.

La única licencia a ese mutismo se la concede la artista al poner títulos a sus fotografías. Entonces sí deja que las palabras complementen, con ingenio e ironía, la fuerza visual de su propuesta.

Esmith, formada en Londres y París y curtida por su participación en espectáculos en Madrid, Londres y Viena, ha llevado su personaje en forma de performances a galerías y ferias de arte, y también lo explota a través de sus redes sociales y en su fotolibro Miss Beige taking the streets.

¿Por qué beige y no otro color?
Porque el beige es una tonalidad insípida y poco popular pero su sola presencia consigue suavizar a otros más fuertes.

¿Qué tipo de cosas no gustan a Miss Beige?
La injusticia y el palo del selfie.[pullquote]¡Abajo la falocracia! ¡Arriba el beige![/pullquote]

¿Por qué es importante que Miss Beige no hable?
Porque se convertiría en uno más.

¿En qué entorno no contrastaría Miss Beige?
Miss Beige es una figura disruptiva en cualquier entorno. Ahí radica su fuerza. Tiene como misión denunciar todo aquello que no le gusta. Es una apuesta por la valentía y ambigüedad.

¿Cómo imaginas al equivalente masculino de Miss Beige?
Se llamaría Mr. Beige.

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¿Qué diferencias en la percepción del personaje has encontrado en Londres y Madrid?
Muy pocas, la verdad. En ambas ciudades el que mira se convierte en el mirón mirado. Es verdad que el público es más cosmopolita en Londres así que las reacciones son más diversas pero, en general, Miss Beige sorprende y seduce con igual mesura.[pullquote]El tú a tú con el público es maravilloso pero osado.[/pullquote]

¿Recuerdas una reacción destacable de alguien que viera a Miss Beige por la calle?
Pues muchos son los que voltean la cabeza para mirarla pero lo más bonito son los encuentros con la gente mayor. No juzgan y en seguida surge una tierna empatía. Ellos están deseosos de contar y Miss Beige deseosa de escuchar.

Te preparaste con Philippe Gaulier en 1999. ¿Qué crees que podrían aprender muchos actores de los payasos?
Que el juego es todo en el escenario y que el público es más importante que el actor.

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Dentro del mundo de la interpretación, ¿es difícil que una mujer se desvincule de su apariencia física?
Las mujeres en general, más allá de su profesión, están supeditadas a unos cánones de belleza establecidos (no digamos en el mundo de la interpretación). Este hecho ha provocado que la mujer no se sienta libre a la hora de jugar con su imagen. Así que esta pescadilla que se muerde la cola nos tiene abocados a una desigualdad eterna. Ante ello Miss Beige grita: «¡Abajo la falocracia! ¡Arriba el beige!»

¿Cuáles son los riesgos de las performances en vivo, como las que has hecho en La Juan Gallery o el Palacio de Gaviria?
El tú a tú con el público es maravilloso pero osado. El artista tiene que arriesgar sin saber qué va a ocurrir. No cuentas con un guión, sólo con la reacción del público, que es orgánica.

¿Es peor o mejor para tus propósitos que el público no espere toparse con eso?
Mejor. Está bien sorprender al público y ponerle en una situación que no controle. De él dependerá lo lejos que quiere llegar al ser provocado. El también tendrá que arriesgar.

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¿No sientes a veces el deseo de explicar de forma más explícita lo que críticas o lo que reivindicas?
No. Creo que el juego deja más por descubrir. Etiquetar todo lo que haces no deja volar la imaginación del público y eso va en detrimento de tu propuesta artística.

¿Cómo combinarías tu inclinación artística con tu formación periodística?
Ya he empezado escribiendo una columna mensual como Miss Beige para una revista online. Pero también creo que Miss Beige puede realizar un trabajo documental aproximándose a todo aquello que no cabe en televisión y prensa. Su interés radica en los héroes anónimos.

¿Miss Beige prefiere hacer reír o hacer pensar?
«Río, luego pienso».

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Fotos: María Dain