Pero inevitablemente se perdieron algunas cosas por el camino: el placer de quedar con tus amigos en “los recreativos” a ninguna hora en concreto, de separar las monedas que ibas a usar en las máquinas de las que ibas a gastar en chuches o bolsas de pipas, el temido y siempre demasiado prematuro “Gameover. Insert Coin”…
Según cuentan los entendidos, una de las cosas que resultó más innovadora en el Street Fighter II, además de los “combos” que permitÃan sumar gestos para conseguir golpes especiales, fue que permitÃa la elección de personajes. De cualquier personaje. Desde ese momento, la diversión dejó de estar reservada a los protagonistas. Porque todos hemos preferido en ocasiones al compañero del guapo, a Luigi en lugar de a Mario, a la amiga morena de Barbie. Mixta Fighter permite que sea un increÃble cerdo volador quien te represente. O un sandwich, o un gato chino de la suerte. Sabe que hemos cambiado, que nos gusta la guasa: que nos mola más ser Willix que ser el rubio y musculoso Guile.
Y, más allá de todo esto, la idea de que una marca decida regalar un juego al usuario en lugar de hacer una acción publicitaria unilateral es simpática de por sÃ. Como el profesor que dice que hoy no hay lección porque tenemos una fiesta en el patio, o el jefe que envÃa a todos a casa a mediodÃa porque es Nochebuena. Es un descanso para nuestra fatigada mente de potenciales clientes: sÃ, nos están vendiendo algo, como todos. Pero antes, nos dejan un rato para bajar al patio. Yo, personalmente, pienso utilizar ese rato para escaparme a los recreativos.
Pero inevitablemente se perdieron algunas cosas por el camino: el placer de quedar con tus amigos en “los recreativos” a ninguna hora en concreto, de separar las monedas que ibas a usar en las máquinas de las que ibas a gastar en chuches o bolsas de pipas, el temido y siempre demasiado prematuro “Gameover. Insert Coin”…
Según cuentan los entendidos, una de las cosas que resultó más innovadora en el Street Fighter II, además de los “combos” que permitÃan sumar gestos para conseguir golpes especiales, fue que permitÃa la elección de personajes. De cualquier personaje. Desde ese momento, la diversión dejó de estar reservada a los protagonistas. Porque todos hemos preferido en ocasiones al compañero del guapo, a Luigi en lugar de a Mario, a la amiga morena de Barbie. Mixta Fighter permite que sea un increÃble cerdo volador quien te represente. O un sandwich, o un gato chino de la suerte. Sabe que hemos cambiado, que nos gusta la guasa: que nos mola más ser Willix que ser el rubio y musculoso Guile.
Y, más allá de todo esto, la idea de que una marca decida regalar un juego al usuario en lugar de hacer una acción publicitaria unilateral es simpática de por sÃ. Como el profesor que dice que hoy no hay lección porque tenemos una fiesta en el patio, o el jefe que envÃa a todos a casa a mediodÃa porque es Nochebuena. Es un descanso para nuestra fatigada mente de potenciales clientes: sÃ, nos están vendiendo algo, como todos. Pero antes, nos dejan un rato para bajar al patio. Yo, personalmente, pienso utilizar ese rato para escaparme a los recreativos.