Llegó el día de la boda. William y Kate se casaron. El pasado viernes, en el Reino Unido, el nivel de lágrimas de emoción y las cotas de bilis estuvieron por las nubes. Unos lloraron de felicidad. Otros tuvieron que aguantar un insoportable dolor de hígado al verse sometidos a este empacho informativo de modelitos, peinaditos, principitos y amores de cuento… ¡O no!
Hay alguien que tuvo consideración con las distintas ideologías que dividieron al país ese día. The Guardian ofreció al lector, en la home de su web, la posibilidad de elegir entre una versión para monárquicos y una versión para republicanos.
Esta es la home que apareció el viernes en The Guardian.
Pero ¡atención! Mira la esquina superior derecha (“Republicanos clic aquí”).
Al hacer clic pasa a una home donde no hay noticias sobre la boda real. ¿Para qué bombardear y hastiar a una persona que no le interesa el evento?
La propuesta es reversible. La versión republicana ofrece la opción de pasar, de nuevo, al periódico para monárquicos.
Humor británico, sentido común universal y un ejemplo admirable de periodismo digital. ¡Chapeau!
Llegó el día de la boda. William y Kate se casaron. El pasado viernes, en el Reino Unido, el nivel de lágrimas de emoción y las cotas de bilis estuvieron por las nubes. Unos lloraron de felicidad. Otros tuvieron que aguantar un insoportable dolor de hígado al verse sometidos a este empacho informativo de modelitos, peinaditos, principitos y amores de cuento… ¡O no!
Hay alguien que tuvo consideración con las distintas ideologías que dividieron al país ese día. The Guardian ofreció al lector, en la home de su web, la posibilidad de elegir entre una versión para monárquicos y una versión para republicanos.
Esta es la home que apareció el viernes en The Guardian.
Pero ¡atención! Mira la esquina superior derecha (“Republicanos clic aquí”).
Al hacer clic pasa a una home donde no hay noticias sobre la boda real. ¿Para qué bombardear y hastiar a una persona que no le interesa el evento?
La propuesta es reversible. La versión republicana ofrece la opción de pasar, de nuevo, al periódico para monárquicos.
Humor británico, sentido común universal y un ejemplo admirable de periodismo digital. ¡Chapeau!
Estupendo artículo. Bravo por The Guardian. Ciertos acontecimientos saturan tanto al lector que es una gran idea poder quitarlos de en medio.
Es un poco vergonzosa la excesiva cobertura que se le ha dado aquí en España a la boda real inglesa. Seguro que ellos no hicieron nada parecido cuando fue la del Príncipe de Asturias.
¿dónde está esa sensibilidad cada hora, cada día, cada semana con los no amantes del fútbol?
-“…ay! (suspiro), los medios… quién sabe qué nos trairán?…”-
keskribo mal?
Creo que en ¡HOLA! piensan copiar la idea para poder hacer un E.R.E. y deshacerse del 90% de la plantilla.
Estupendo artículo. Bravo por The Guardian. Ciertos acontecimientos saturan tanto al lector que es una gran idea poder quitarlos de en medio.
Es un poco vergonzosa la excesiva cobertura que se le ha dado aquí en España a la boda real inglesa. Seguro que ellos no hicieron nada parecido cuando fue la del Príncipe de Asturias.
¿dónde está esa sensibilidad cada hora, cada día, cada semana con los no amantes del fútbol?
-“…ay! (suspiro), los medios… quién sabe qué nos trairán?…”-
keskribo mal?
Creo que en ¡HOLA! piensan copiar la idea para poder hacer un E.R.E. y deshacerse del 90% de la plantilla.
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