Muchos de los que hoy pasan la tarde con sus hijos en el parque aún recuerdan aquellos toboganes de hierro (oxidados, en muchos casos) con los que jugaban en su infancia. Su funcionamiento estaba claro, como también lo estaba el del neumÔtico a modo de columpio. Los juegos que diseña Monstrum no son tan obvios. Para saber cómo usarlos, los niños tiene que explorarlos. «Y no hay una única manera correcta de hacerlo. Hay múltiples opciones».
Ocurre con la ballena de madera varada en Hirsthals (Dinamarca). Tiene el tamaƱo de un ejemplar real y es posible trepar por su lomo porque su cuerpo estƔ cubierto de agarres y de agujeros.
Sus aberturas laterales y su boca abierta y dentada permite a estos acceder a su interior. AllĆ pueden observar el esqueleto del animal.
«Cuando los niños ven a la ballena a tamaño natural sienten el deseo de subir encima de ella y explorar su vientre. Con ella también intentamos despertar la curiosidad de los niños para que quieran averiguar por qué es asà su hocico o por qué es tan grande».



La ballena estÔ instalada en el exterior del North Sea Oceanarium de la localidad danesa. «El objetivo del proyecto era el de garantizar que el hilo conductor bÔsico del museo (la naturaleza y la cultura del Mar del Norte) y las historias contadas en la exposición se reflejasen en el patio de recreo», explican Ole Barslund Nielsen y Christian Jensen, fundadores de Monstrum.
Hace 14 aƱos, ambos dejaron el mundo de la producción teatral para dedicarse al diseƱo y construcción de parques infantiles. Ā«Los patios de juego deben inspirar a los niƱos y desafiar sus habilidades motoras y su imaginaciónĀ». Aunque lo que ellos crean, dicen, aspiran a algo mĆ”s: Ā«Son esculturas que se integran en el paisaje urbano y cuentan historiasĀ». Su propósito, aƱaden, es que se conviertan en puntos de referencia en su entorno: Ā«Que tanto los niƱos como los adultos puedan decir: āNos vemos luego en el LoroāĀ».


Para crear estos columpios/monumentos, el equipo de Monstrum parte siempre de una historia. Cualquier cosa es susceptible de resultar inspirador: desde un motor diesel a los edificios mĆ”s emblemĆ”ticos de la capital danesa. Luego llega el diseƱo. Que resulte atractivo y divertido para niƱos de todas las edades es lo mĆ”s complicado. Ā«Si intentas construir un parque para todos ellos, lo mĆ”s seguro es que la mayorĆa se aburra. Por eso normalmente solemos focalizar nuestros diseƱos a grupos concretosĀ».
La seguridad es tambiĆ©n clave en todos sus proyectos. Ā«Cumplimos con la normativa europea al respecto. Aunque, a partir de ahĆ, tratamos de hacer parques que parezcan peligrosos pero que en realidad son segurosĀ». Una estrategia que, aseguran, favorece el que el niƱo se haga responsable de su propia integridad fĆsica: Ā«El mundo es un lugar verdaderamente fantĆ”stico pero que puede resultar peligroso. Los campos de juego deben ser una alternativa inspiradora donde los niƱos aprendan a evaluar los riesgos en un ambiente seguroĀ».
El equipo de Monstrum estÔ compuesto por 31 personas entre diseñadores, constructores y arquitectos. La madera procedente de explotaciones forestales sostenibles es su principal material. « Inspira tanto a niños como a adultos. AdemÔs, en caso de rotura es fÔcil de arreglar y no requiere de repuestos especiales».












