No resulta fácil encontrar a alguien a quien no le guste sumergirse en el mar y sentir el abrazo del planeta. Para muchos, el simple gesto de introducir los tobillos en la salada agua del océano es la manera más sencilla de sentir el contacto con el lugar del que se procede, con la materia, con lo natural.
Esta llamada al origen no está al alcance de cualquier persona. El mar conecta con la tierra, con la arena, en un limitado número de lugares. Por eso, para quien no lo tiene fácil, debe existir un plan B.
Juan Barambones, creador de Nautilus VR, pensĂł en que no hay ocĂ©anos en todas las ciudades, en todos los pueblos. Quizá fue porque Ă©l es de Cáceres. Quizás porque un buen dĂa, Phillippe Gonzalez, uno de sus colaboradores, llegĂł de unas vacaciones en las que habĂa practicado submarinismo. «Phil me comentĂł que estarĂa muy bien que hubiera algĂşn tipo de dispositivo de realidad virtual para cuando uno no puede tirarse al mar a practicarlo de verdad», explica.
Como Barambones ya habĂa estado trasteando con esta tecnologĂa, la de la realidad virtual, decidiĂł ponerse manos a la obra. AsĂ comenzĂł el proyecto NautilusVR, una carrera que aĂşn está en fase de prototipo pero que pretende hacer llegar la sensaciĂłn de inmersiĂłn marina en cualquier entorno acuático.
NautilusVR consta de una máscara estanca de plástico con un tubo de respiración en la que se inserta un smartphone que se visualiza a través de unas lentes especialmente diseñadas. La experiencia se recrea desde una app ejecutada en dicho teléfono.
El abanico de experiencias va de la mera observaciĂłn de entornos marinos a la inmersiĂłn experiencial en pelĂculas o documentales que estĂ©n ambientado bajo el agua. Se trata de sumergirse en la acciĂłn a la vez que el usuario se halla sumergido en el agua.
NautilusVR reivindica su utilidad también en pacientes en rehabilitación, personas con fobias o buceadores que, por cualquier motivo de salud, no pueden practicar ese deporte en mar abierto.
El invento se presentó en el evento mensual que celebra The App Date, la plataforma de recomendación de apps en español, en el Espacio Fundación Telefónica.
No resulta fácil encontrar a alguien a quien no le guste sumergirse en el mar y sentir el abrazo del planeta. Para muchos, el simple gesto de introducir los tobillos en la salada agua del océano es la manera más sencilla de sentir el contacto con el lugar del que se procede, con la materia, con lo natural.
Esta llamada al origen no está al alcance de cualquier persona. El mar conecta con la tierra, con la arena, en un limitado número de lugares. Por eso, para quien no lo tiene fácil, debe existir un plan B.
Juan Barambones, creador de Nautilus VR, pensĂł en que no hay ocĂ©anos en todas las ciudades, en todos los pueblos. Quizá fue porque Ă©l es de Cáceres. Quizás porque un buen dĂa, Phillippe Gonzalez, uno de sus colaboradores, llegĂł de unas vacaciones en las que habĂa practicado submarinismo. «Phil me comentĂł que estarĂa muy bien que hubiera algĂşn tipo de dispositivo de realidad virtual para cuando uno no puede tirarse al mar a practicarlo de verdad», explica.
Como Barambones ya habĂa estado trasteando con esta tecnologĂa, la de la realidad virtual, decidiĂł ponerse manos a la obra. AsĂ comenzĂł el proyecto NautilusVR, una carrera que aĂşn está en fase de prototipo pero que pretende hacer llegar la sensaciĂłn de inmersiĂłn marina en cualquier entorno acuático.
NautilusVR consta de una máscara estanca de plástico con un tubo de respiración en la que se inserta un smartphone que se visualiza a través de unas lentes especialmente diseñadas. La experiencia se recrea desde una app ejecutada en dicho teléfono.
El abanico de experiencias va de la mera observaciĂłn de entornos marinos a la inmersiĂłn experiencial en pelĂculas o documentales que estĂ©n ambientado bajo el agua. Se trata de sumergirse en la acciĂłn a la vez que el usuario se halla sumergido en el agua.
NautilusVR reivindica su utilidad también en pacientes en rehabilitación, personas con fobias o buceadores que, por cualquier motivo de salud, no pueden practicar ese deporte en mar abierto.
El invento se presentó en el evento mensual que celebra The App Date, la plataforma de recomendación de apps en español, en el Espacio Fundación Telefónica.